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🦊🏹

Umiko despertó con los primeros rayos del sol y como la doctora le había indicado, hizo algunos estiramientos sin sobre esforzarse y tomó sus medicamentos. La mayoría eran analgésicos para el dolor. Principalmente el dolor de su hombro donde aún tenía un movimiento limitado.

Fue a tomar un baño y mientras enjabonaba su cuerpo, logró sentir (como cada día) aquellas cicatrices que llevaría el resto de su vida. Las odiaba pero comenzaba a aprender a vivir con ello. Después de todo, significaba que había ayudado a salvar el universo y había sobrevivido después de casi morir.

Luego de secarse y vestirse, fue a comer un rápido desayuno pues debía aprovechar la mañana y regresar a su entrenamiento.

Se paró a mitad del jardín trasero y aspiró el fresco aire matutino, era frío pero el más agradable de todos.

Tomó una espada de madera que había permanecido allí desde el día anterior y comenzó con suaves movimientos. No debía esforzarse pues aún no sanaba por completo. Cerró sus ojos y se dejó llevar.

Tomaría bastante tiempo antes de que pudiera volver a luchar contra alguna persona o cosa pero sabía que no iba a darse por vencida. No cuando sabía de todo lo que era capaz. Aunque antes debía superar el fuerte dolor que le producía al moverse rápidamente.

Se encogió cuando sintió un dolor punzante en la herida de su costado, era el indicativo de que había sido suficiente por ese día.

—¡Umiko!— escuchó el llamado de su madre desde el interior de la casa por lo que se apresuró a entrar.

—¿Qué pasa mamá?

—Alguien ha venido a verte— dijo muy emocionada la mujer— está en la sala, prepararé un poco de té.

La chica asintió y con curiosidad caminó hasta el salón y fue grande su sorpresa al ver al invitado.

—¿Hiroshi?— el nombrado se puso rápidamente de pie y sonrió un poco al ver a la chica.

—Umiko, me alegra verte. Tus padres dijeron que debía esperar para venir a verte. Algo sobre una recuperación.

Lo miró sin comprender. Hiroshi es el hijo de uno de los mejores amigos de su padre y se habían visto unas cuantas veces en algunas reuniones pero no lo consideraba un amigo ni alguien cercano.

—¿Qué... haces aquí? —frunció el ceño y se acercó al estante para tomar el frasco con sus medicamentos.

Hiroshi se aclaró la garganta.

—¿No te lo dijeron?— preguntó mientras fruncía el ceño.

—¿Qué cosa?

Realmente no comprendía nada y eso le frustraba.

—Hice un trato con Hideki y te casarás con su hijo, Hiroshi— habló el padre de Umiko mientras baja las escaleras.

Umiko miró a su padre con auténtica confusión.

—¿Casarme? —preguntó realmente confundida.

—Por supuesto— habló el padre que había bajado todos los escalones— te estás poniendo vieja y ningún hombre te querrá así. Hideki y Hiroshi estuvieron de acuerdo en aceptarte.

Miró a su padre con el ceño fruncido y muy ofendida, luego miró a Hiroshi que se había mantenido al margen de la conversación. Estaba perpleja y furiosa.

—Pero padre, yo no quiero casarme.

—Tu matrimonio fue arreglado desde el momento en que supimos que tu madre estaba embarazada— el hombre comenzaba a levantar la voz— y no me harás quedar mal, ¿o es que quieres deshonrar a tu familia?

Bajó la mirada. Debía limitarse a obedecer y no contestar. Sintió que su pecho le comenzaba a doler.

—Por supuesto que no, padre —habló más calmada aunque la ira recorría su cuerpo de pies a cabeza.

—Bien, esta noche cenaremos ambas familias y comenzaremos con los detalles. Hiroshi, esta noche podrás pedir la mano de mi hija.

—Es todo un honor para mi, señor Ichigo.

Umiko quería gritarles y decirles que no tenían ningún derecho sobre su vida, pero las cosas no funcionaban así, en realidad, tenían el control de su vida entera desde el momento en que nació.

El timbre de la puerta resonó, la chica se dirigió rápidamente a abrir pues no quería ver la cara de ninguno de los dos hombres.

—Clint— dijo sorprendida al ver a su compañero y amigo allí de pie.

El nombrado sonrió un poco.

nova wayne ┊ 2024 edition

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