El día ya había llegado a la morada de Min Yoongi, en su rostro se reflejaba ahora la frescura y ya no solo esas ganas incesantes que tenía de dormir.

Estaba impecable, con una pequeña sonrisa en su rostro y una inexplicable sensación de querer apretar a Jimin entre sus brazos.

No lo sabía, pero por una razón divina (valga la redundancia) él estaba intranquilo, queriendo lo imposible con el angelito.

¿Sería real que sus sentimientos fuesen correspondidos?

-Buenos días, Hyung. ¡Hoy hice el desayuno para los dos!..- exclamó el pequeño chico, levantando sus manitos adorables al aire, moviéndolas de un lado al otro.

-Gracias, Mimi~..- se atrevió a apodar a su menor, tal vez pensó que sería buena idea.

Y lo fue.

Jiminie sonrió cubriendo sus mejillas sonrojadas con las palmas de sus manos, algo normal pero sumamente precioso.

Un tanto excitante, si tan solo se atreviera a decir.

El humano tomó asiento en la silla de su comedor, tomando los cubiertos para probar el tocino puesto en uno de los platos.

A lado del tocino se podía observar una tostada de muy buena pinta y del otro lado un vaso de lo que parecía ser jugo de naranja.

El humano de tez pálida comió tranquilamente, degustando del increíble sabor de los aperitivos.

Algo genial, a Jimin todo le salía perfecto e impecable.

-Hyung.

-¿Si?

-¿Así ya no soy tan berrinchudo?..- Jimin insinuó, empezando a sentarse sobre la superficie de la mesa tranquilamente.

Tan lentamente, y con sus caderas y muslos bien dotados quedando sobre el marmol. Poco a poco pudo sentir que ese ángel se acostumbraría muy bien a su mundo humano.

Yoongi se hallaba impresionado viendo como toda la ligera arrogancia e inocencia del ángel parecía desprenderse en cuanto los ojos azules desaparecieron, siendo envueltos en un naranja intenso y amenazante.

Ahora él parecía una débil presa, estando quieto en su lugar.

Sutilmente Jimin iba quitando cada una de sus prendas, frente a la mirada penetrante y verdosa del CEO.

No le importaba saber que el mayor muy pronto tendría un gran problema en medio de sus pantalones, ahora era el momento de mostrarle su divinidad.

El ser precioso quedó totalmente desnudo frente al simple mortal, el cual no había dicho palabra alguna y solo se encontraba pasmado, tan extasiado y encantado con la silueta de aquel chico de labios gorditos.

Todo pareció en cámara lenta nuevamente, cada segundo pasaba como si se tratara de largas horas. La anatomía de Jimin brillaba incandescente, estaba sin vestuario alguno y aún así se lograba ver espléndido.

Los ojos de Yoongi estallaron en una verdadera sorpresa, las alas de Jimin eran...Algo tan indescriptible, transmitían tantas cosas que se sentía a morir.

Sus emociones estaban a flor de piel, tan exactos que daría todos sus millones de dólares por jamás dejarlo de sentir así.

Era tan mágico, las alas brillaban junto al compás de Minnie, tan innegable en total belleza que su querer estalló.

Sus destinos estaban entrelazados, incluso mucho antes de que Jimin cayera del cielo hacia él.

-Por la mierda, Jimin. Estoy seguro de que si no te vieras con ese esplendor ya te hubiese tomado..- susurró, a lo que el ángel solo pudo sonreír.

Era lo que tanto había esperado, y ahora lo sabía.

Espero que les guste, perdón si ven algún error.

¿Qué les pareció?

¿Preguntas?

Lograron cumplir una de las metas así que les traje el epílogo para su disfrute 😳🤟

Muchas gracias por haber leído esta corta historia, se los agradezco mucho💕 no se olviden de dejar su estrellita uwu.

Espero verlos muy pronto en Just Like Magic.

¡Los amo!

Sempai❤