En Una Calle Oscura...

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En una calle oscura...

se escuchaban unos pasos apresurados.

Esto se podria notar quiza, y solo quiza, por el pequeño detalle de los charcos y la lluvia que caian desde el cielo como cuerpos en las trincheras. Escondía su cabello pelirrojo bajo la capucha, por el temor a ser reconocido entre todos los hombres y mujeres de la raza humana.

Si, puede que no fuera la mejor forma de esconderse dentro de una ciudad con un gobernante como este... Pero sino, que querrian que hiciese. Quizá si no escondía su pelo rojizo cualquiera le acusaria de brujería, pero no estaban muy desencaminados. De tal modo, miro lo mas discretamente posible a la izquierda encontrando unos hombres mas bien anchos que altos, uno calvo y el otro con la cabeza afeitada con una jarra de aguamiel en la mano y hablando sobre temas de actualidad y las proximas desencadenantes de una guerra aun por acabar.

Se acercó intentando no ser visto, puesto que aquel tema... Era algo demasiado interesante para él.

-Eh chico, no deberias estar a estas horas por barrios como Las Gotas, sabes que si vas con algo de dinero eres hombre muerto -comento el barbudo hombre mientras la espuma se quedaba sujeta a su barba.

-Disculpe, el tema de la guerra me llamó la atención en el momento en el que les escuché.-dijo nuestro protagonista con la voz más amable posible.

-No es extraño, el gobernado ha estado enfrentandose a los reinos vecinos un largo tiempo, la guerra era casi inminente y hela aqui - acabo suspirando el otro compañero de la taberna.

-Quizá el señor debería conocer sus prioridades o mejor... Las de su pueblo.- contestó con prudencia.

Tras ese comentario molesto para ambos compañeros de la bebida se fueron por la puerta pequeña alumbrada por un pequeño candelabro con una tenue luz que no llegaba a iluminar mas que el cartel de la taberna y el barril de cerveza o posiblemente algun tipo de comida que abunde en esta zona.

-¿Qué es esto?- se dijo a si mismo mientras su mente ocupaba otro gran numero de cuestiones politicamente incorrectas que sin embargo, el estaba convencido que la politica agradeceria su aportación.

Miró a los hombres, cualquiera le podría tender una trampa en aquel mismo lugar. Aunque... Pensandolo bien, esa ciudad en si era una trampa, pues la camara de gobernantes (dirigida unica y exclusivamente por el tirano de la ciudad y el renio, ya que era el mismo, y formada por el mismo) no luchaban por la delincuencia mas que lo debido y de hecho agradecian si los enrmigos venian siempre qur fuera con unos bolsillos repletos para gastar en lo qur les suele gustar a los bandidos. Sobretodo era una trampa por el pequeño hecho de que les gustaba poner algun muro alrededor de la ciudad de vez en cuando por "miedo a los enemigos" cuando la ciudad en si misma habia aguantado inundaciones, incendios, hordas, reveliones, magia, alquimistas locos, dragones y hasta algun vecino incompetente que sele ocurria tocar las campanadas del horario laboral a las 3 de la noche.

De modo que sacó su daga del cinturón, aunque se aseguró de que ninguno de los hombre lo viera. La daga estaba brillante, su mango era de una madera que con un hechizo pareciera que estaba barnizada recubierta por cuero de los mejores buffs del reino (animal que mezcla al toro con el caballo consiguiendo un resultado muy bueno para las mejores carnicas). La hoja de la espada era de los seres de las montañas, seres antiguos, sabios y sobretodo tenian una gran experiencia en la herreria. Hay quien los llama olir, otros gurks ( en la lengua del reino) pero su nombre generico es enanos.

Sabía que era una pieza única, ya que el metal del que estaba hecho era muy codiciado por todos. Se decía que cualquiera que mirase su reflejo en el metal podría ver el futuro, algo que nuestro protagonista podría corroborar. Sin embargo, no lo haria, sabia que jugar con el futuro era algo peligroso, complicado y quizas hasta perjudicial en algunos casos. A parte que ese metal estaba tratado por enanos, la codicia puede hasta llegar a olerse, o eso es lo que dicen aquellos quienes tuvieron la suerte de comprobarlo.

De modo que respiró hondo y siguió a los hombres, sin bajar la guardia de ninguna de las maneras.

Al entrar en esa taberna pudo comprobar que el ambiente era normal en una taberna, nada del otro mundo, unos cuantos enanos bebiendo cual peces en el rio, los 2 taberneros iban hasta las trancas de jarras de cerveza y de algunos aperitivos, algun que otro extraño individuo sentado en una esquina con pinta de nomada o asesino lo que antes se te viniera a la mente y otro monton de hombres esparcigados por todo el establecimiento contandose sus aventuras con los cultivos, politica y en algunos casos la bronca que le hecharian al llegar a casa con esa cara que pareciere haber pasado un verano entero en la playa de lo roja que podía estar. Aunque sabía que nadie se fijaría en el, se ciño la capucha, asegurando su propia protección, sabía que la daga no sería suficiente.

Llego a la barra y resulto que le atendio un tabernero muy amable, gordo, pues debia de tener puertas a medida en su casa al igual que habia en el restaurante, Ascilla se llamaba el buen hombre.
Tras tomar su bebida y sentarse en un lugar apartado, escudriñó el local con la mirada con toda su atención. Quizá allí encontrase alguien que pudiera garantizarle protección en su complicada misión. Pues, en estos casos es lo que se solia hacer, ir a algun bar a que algun hombre fuerte y guapo te buscara en ese local para tener una aventura y curiosamente en esos casos solia estar todo relacionado con algun noble linaje.

Le aburría ver a los nobles suplicar su ayuda, el "joven" en sus 160 años de edad, no había conocido aún a ningún noble que se dignara a pedir sus servicios con educación y buenas formas. Todos los trabajos habían sido simples, buscar el zapato perdido de una princesa en su viaje al reino enano, recuperar una espada perdida de tal familia real... Todos los trabajos consistían en hacer el trabajo sucio para los señores feudales y demás nobleza.

Aunque quiza esta vez no fuera.

Quizá esta vez pudiera probar su valía.

Hacer recordar su coraje.

Y darles un golpe de diplomacia a los grandes gremios de magos.

Porque... Claro, es obvio que si se pasan con la magia impartiendola como una religion, no estan haciendo nada mas que creando una secta... Con poderes

No como aquellos gremios alquimistas, eso si es un oficio, haces pruebas inutiles con una transmutacion innecesaria debido a que hoy dia el pueblo no se queja (en parte por esta tirania), intentas generar vida con la excusa de la busqueda de una piedra filosofa y de vez en cuando debes explicarle a los vecinos lo que es la explosion exotermica que les ha calcinado al ganado. 

Así que supuso que no le demostraría su poder a nadie, o tal vez si...  Sonrió para si.

De esta forma le fueron advirtiendo que la taberna iria cerrando cuando unos sujetos negros entraron por la puerta. El joven los miró, alerta. Tenian unas capas que hacian de chaqueta que tambien tenían la función de capuchas. Eran negras y estaban desgarradas ya fuera por una batalla como por el paso del tiempo.

Había algo sospechoso en ellos o tal vez no... Quizá fueran hombres del este.

Definitivamente nuestro protagonista puso curiosidad sobre ellos, por lo menos hasta que descubriera cual era su objetivo en un lugar como este en esta pequeña ciudad o mas bien... Villa.

De modo que se escondió en la capucha y los siguió con la mirada.

Al parecer no eran hombres del este, llevaban un escudo con unas runas antiguas... Demasiadl como para haberlo vivido en los 160 años que llevaba cln vida, quiza de alguna orden... Ancestral, oscura ¿quizá?

Él siempre había admirado aquella orden, puesto que sus ancestros habían pertenecido a ella... O al menos eso le había asegurado su madre hacia ya tanto tiempo.

Se pregunto que hacian alli, y le hizo reclrdad a su difunta madre.
En arreglo a lo mencionado anteriormente, puede que fuera una orden oscura, pero la oscuridad no esta sino en ojo de cada uno esperando a ser recibida con orgullo, con un canto de victoria o siendo manchada cubierta en gloria. Sin embargo, su mirada continuó fija en los hombres con capas, estaba seguro de que quizá encontraría ayuda entre aquellos hombres.

Se les acerco, despacio con la minima esperanza de encontrar algo... Algo que pudiera servirle a saber quien fue...

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Antes de nada, quiero aclarar un par de cosas. La novela no es sólo mía. La idea inicial ha sido de Am3kun y a usermention a user

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