Capitulo L: Contigo en la Distancia.

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El bautizo de Adelita estaba a la vuelta de la esquina y todos estaban emocionados por el evento. El resto de la familia Casagrande finalmente habían llegado a Royal Woods, listos para el gran día. Pero antes de poder celebrar el día especial de la familia Guerrero, tenían un compromiso aquella noche.

Bobby finalmente haría su regreso al Jean Juan's. Después de haber estado ausente tanto tiempo, sentía que necesitaba dar lo mejor de sí mismo en el escenario. Especialmente porque su familia y seres queridos estarían presentes. Por lo que se encontraba preparando para esa noche.

Al salir del baño y entrar a su habitación, encontró su viejo traje de charro sobre su cama, el cual Lori había preparado cuidadosamente para él. Recordó el día en que se había puesto ese traje por primera vez, desde que Eddie se lo entregó para continuar con el legado del abuelo de su amigo. Se acercó y lo tomó en sus manos, apreciando los detalles y la calidad del traje. En esos momentos notó una carta que se encontraba al lado de la cama con la letra de Lori.

"Mi amado mexicano, esta noche quiero que cantes para mí como nunca. Deja que tu voz llene el escenario y llegue al corazón de todos.

Hazlo con todo tu corazón y sé el maravilloso músico que eres. Estoy muy orgullosa de ti y sé que brillarás en el escenario. Te amo con todo mi ser. Con amor, Lori."

Bobby leyó la nota con una sonrisa en el rostro, sintiéndose lleno de amor y apoyo por parte de su novia. Se vistió con su traje de mariachi con determinación, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción por la presentación de esa noche.

Todos en la casa ya habían partido hacía el Jean Juan's para buscar asientos de primera fila. Solo Bobby y Eddie se quedaron atrás unos minutos para asegurarse de tener todo listo.


— ¿Listo para tu regreso triunfal? — preguntó Eddie, mirando a Bobby con una sonrisa de complicidad.


Bobby asintió, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo.


— Sí, estoy listo. Gracias por estar aquí conmigo, Eddie. En verdad que eres un gran amigo.


Eddie le dio una palmada en el hombro con amistad.


— Estoy siempre aquí para ti, carnal. Ahora vamos a darle, que es mole de olla.


Con esas palabras de aliento, ambos salieron de la casa y se dirigieron al restaurante con el resto del grupo. La atmósfera en el Jean Juan's estaba llena de anticipación y emoción. Toda la familia Loud y Casagrande estaban sentados en primera fila, esperando a que comenzara la presentación. El escenario estaba decorado con luces brillantes y coloridas, creando un ambiente festivo y acogedor.


— Esto es emocionante— exclamó Leni —. Hacía mucho tiempo que no escuchábamos una actuación de los chicos.

— Estoy seguro de que será genial. Bobby tiene un talento increíble —añadió Ronnie Anne, emocionada.

— Estoy segura de que Roberto lo hará bien, mija — agregó Rosa ante el comentario de su nieta —. Después de todo, es un Casagrande.

— Sin mencionar que heredó mi talento — habló esta vez Hector.

— Y debo agregar que este es un lugar encantador — comentó Frida mientras apreciaba la decoración del restaurante —. En verdad que lograron combinar la esencia de nuestra cultura y de la francesa.

— Bueno, fue gracias al Gral. Porfirio Diaz, quien implementó una política de intercambio cultural con Francia durante su mandato, esto inició la influencia francesa en México. Es interesante ver cómo esa influencia se refleja en lugares como este — Comenzó a narrar el tío Carlos ante el comentario de su esposa.

— ¡Papá! No empieces por favor — replicó Carlota con una risa, sabiendo que su padre tenía la costumbre de dar lecciones de historia en cualquier momento.

— Bueno, no puedo evitarlo. ¡La historia es fascinante! — respondió el tío Carlos con una sonrisa.


Carlota rodó los ojos con cariño mientras todos se reían ante la interacción familiar.

Por su parte, en el backstage, Bobby y Eddie finalmente llegaban junto al resto de mariachis, los cuales se encontraban afinando sus instrumentos y preparándose mentalmente. Mike sonrió al ver entrar a Bobby vestido con el traje de charro.


— ¡Chicos! Parece que finalmente llegó el que andaba ausente.


Bobby sonrió, sintiéndose emocionado por volver al escenario con sus amigos.


— Sí, aquí estoy. Listo para dar lo mejor de mí esta noche.


Los demás mariachis asintieron con entusiasmo, felices de tener a Bobby de vuelta con ellos. Mike se acercó a él y le dio una palmada en el hombro con amistad.


— Estamos emocionados de tenerte de vuelta, Bobby. Solo espero que esta vez no vuelvas a salir huyendo con mi auto.


Bobby rió entre dientes ante el comentario del violinista.


— No te preocupes, Mike. No tengo planes de salir huyendo esta vez. Estoy aquí para quedarme.


Todos rieron ante el comentario de Bobby solo para que Eddie tomara esta vez la palabra.


— Bueno muchachos, vamos a entrar con la que ya nos sabemos, y de ahí, Bobby iniciará con la primera tanda de la noche.


Todo el grupo asintió en señal de acuerdo, y terminaron de afinar sus instrumentos. Ya se encontraban listos para salir a tocar esa noche, pero Bobby comenzó a sentirse un poco nervioso al asomarse por el escenario y ver a todos sus seres queridos en primera fila. Eddie notó eso y colocó una mano en el hombro de su amigo.


— Relájate, wey. Que nos pones nerviosos a todos.

— Lo siento, Eddie. Pero paso mucho tiempo desde nuestra última presentación juntos aquí— respondió Bobby mientras respiraba profundo.

— Te la pasabas cantando borracho en el Maguey. No creo que esa sea una excusa válida — bromeó Eddie, tratando de aliviar la tensión.

— Tienes razón. Pero esta noche es diferente. Tengo a mi familia y a Lori aquí viéndome. Solo quiero hacerlo bien por ellos.


Eddie le dio una palmada en la espalda con ánimo.


— Lo harás bien, pero si en verdad estas nervioso, aquí tengo tu medicina — comentó el castaño mientras sacaba su ánfora.

— Gracias, Eddie. Pero esta vez quiero hacerlo sin ayuda del alcohol. Quiero enfrentar esto de manera clara y consciente.


Eddie asintió con respeto.


— Me parece bien, Carnal. Entonces vamos a darlo todo en el escenario.

— Desde luego, pero ¿te puedo pedir un favor?

— Claro. ¿Qué necesitas?


Bobby sonrió con determinación.


— Antes de salir al escenario, quiero que hagas mi presentación.


Eddie levantó una ceja con curiosidad y luego sonrió.


— Entonces, ¿Quieres que te presente como si vinieras regresando del Palacio de Bellas Artes, y no de ese motel de mala muerte infestado de cucarachas en Kalamazoo?


Bobby rió ante el comentario de Eddie.


— Bueno, es mi gran regreso a Jean Juan's. Creo que sería apropiado un poco de dramatismo, ¿no crees?


Eddie asintió con una sonrisa traviesa.


— ¡Por supuesto! Prepárate para el gran regreso del mariachi más talentoso de Royal Woods. Después de mí, claro está.

— ¡Voy a tener que disputarte ese título, amigo! — comentó Bobby entre risas.

— Muy bien, muchachos. ¡A la tarima!


Se dirigieron al escenario junto al resto del grupo listos para enfrentar al público. La multitud en el Jean Juan's estaba ansiosa por ver la actuación de los mariachis después de tanto tiempo, y la energía en la sala era palpable.

El grupo subió al escenario, comenzando con El Son de la Negra como era costumbre de ellos, llenando el lugar con la vibrante música mexicana. Todos cantaban y hacían sonar sus instrumentos con pasión, captando la atención de todos en el restaurante.

https://youtu.be/MiY-Rj3VA5s

Los Loud y los Casagrande observaban con orgullo desde sus asientos, admirando el talento y la pasión de Bobby y Eddie en el escenario. La música resonaba en el restaurante, llenando el lugar con una atmósfera festiva y emocionante.

Bobby y Eddie se movían con gracia y habilidad, entregando una actuación impecable que cautivaba a la audiencia. La energía y el entusiasmo que transmitían eran contagiosos, y pronto todos en el Jean Juan's se encontraban aplaudiendo y animando al dúo de mariachis.

Una vez terminada la canción, Eddie dejó un momento su guitarra y tomó el micrófono para dirigirse al público con una sonrisa radiante.


— ¡Gracias, muchas gracias a todos por estar aquí esta noche! —dijo Eddie, con entusiasmo—. Es un honor para nosotros estar de vuelta en este escenario y compartir nuestra música con ustedes.


La multitud respondió con aplausos y gritos de alegría, emocionada por la actuación que estaban presenciando.


— Y ahora, sin más preámbulos, porque ustedes no lo olvidaron, y porque nosotros lo extrañábamos. Quiero presentar al hombre que ha regresado para deleitarnos con su increíble talento.

— Y se hizo presentar — murmuró Lori con una sonrisa mientras observaba atentamente el escenario.


Eddie continuó con entusiasmo, anunciando a Bobby de una manera que reflejaba la conexión especial entre los dos amigos.


— Tengo el honor, de presentarles nuevamente en este escenario, al gran, Roberto Santiago. ¡El Príncipe de México!


Los aplausos estallaron nuevamente mientras Bobby avanzaba hacia el centro del escenario, recibiendo el reconocimiento y el cariño de la audiencia. En primera fila, el rostro de su familia y amigos brillaba con orgullo y emoción mientras lo observaban con admiración.

Bobby se sintió abrumado por el apoyo y el amor que recibía de todos a su alrededor. En esos momentos, notó como su amada en primera fila comenzó a llorar al verlo. Se acercó al borde del escenario, deseando consolarla y asegurarle que todo estaba bien.


— ¡Lori, cariño, ¿qué pasa? —preguntó Bobby con voz suave, mirándola con preocupación.


Lori secó rápidamente sus lágrimas y le ofreció una sonrisa radiante, emocionada y orgullosa.


— ¡Nada, osito booboo! Es solo que... estoy feliz de tenerte nuevamente a mi lado.


Bobby se acercó a ella y la abrazó con ternura, sintiendo el amor y el apoyo de su novia en ese momento especial.


— Gracias, mi amor. Significa mucho para mí tenerte aquí. Todo esto es posible gracias a ti y tu amor incondicional.


Lori se aferró a él con ternura, sintiendo el calor de su abrazo y el amor que compartían en ese momento especial. Se separaron del abrazo para que Bobby regresara al escenario y tomara el micrófono de parte de Eddie.


— Muchachos, "Volver, Volver".


Los mariachis asintieron, y con un chasquido de dedos de parte de Eddie, comenzaron a tocar la famosa canción "Volver, Volver". La melodía resonó en el restaurante, llenando el lugar con la emotiva música mexicana.

https://youtu.be/TUK_2dkahTs

Bobby cerró los ojos y dejó que su voz se elevara sobre la melodía, transmitiendo toda la emoción y el sentimiento de la canción. Cada palabra estaba cargada de pasión y nostalgia, capturando el corazón de todos los presentes.

Lori observaba con admiración mientras Bobby cantaba, sintiendo cada palabra de la canción resonar en lo más profundo de su ser. Era como si el tiempo se detuviera por un momento, y solo existieran ellos dos y la música que los unía.

En el escenario, Bobby se entregaba por completo a la actuación, dejando que su voz expresara todas las emociones que llevaba dentro. Cada nota era perfecta, cada palabra cargada de significado, y la audiencia respondía con aplausos y vítores.

Al finalizar la canción, Bobby recibió una ovación de pie, con lágrimas en los ojos y una sonrisa en el rostro. Se sentía lleno de gratitud y emoción por el apoyo y el amor que recibía de todos a su alrededor.

Para calmar un poco al público, Eddie le pidió a los chicos que tocaran "La bamba" mientras él y Bobby se acercaban a la mesa donde se encontraban todos sus amigos. La multitud en el Jean Juan's seguía animada y emocionada por la actuación, y la música alegre de "La Bamba" llenaba el restaurante con su ritmo contagioso.

Bobby y Eddie se acercaron a la mesa entre aplausos y vítores, recibiendo el cariño y el reconocimiento de sus amigos y familiares. Lori se levantó emocionada para abrazar a Bobby una vez más, sintiéndose orgullosa y emocionada por el éxito de su novio en el escenario.


— ¡Literalmente, estuviste increíble, Bobby! —exclamó Lori, con una sonrisa radiante—. Estoy tan orgullosa de ti.


Bobby la abrazó con cariño, sintiendo el amor y el apoyo de su novia en ese momento especial.


— Gracias, mi amor. Todo esto es posible gracias a ti y a tu amor incondicional.

— ¿Ya te dije que te amo un chingo y un montón? — comentó Lori en el idioma del mexicano.

— ¡Lo has dicho muchas veces, pero nunca es suficiente! —respondió Bobby con una sonrisa, emocionado por el amor y el apoyo de Lori.


Los Casagrande tambien lo rodearon, expresando su alegría y orgullo por el éxito de Bobby en el escenario. Todos le dieron palmadas en la espalda y palabras de felicitación, admirando su talento y su pasión por la música.


— Roberto, mijo. En verdad que has brillado esta noche en el escenario —dijo Rosa, emocionada—. Estamos tan orgullosos de ti.

— Si, primo. Incluso eres más talentoso que Eddie.

— ¡Hey, espera un momento! —intervino Eddie, fingiendo estar ofendido ante el comentario de Carlota —. ¿Cómo que más talentoso que yo?


Leni se acercó a su novio y le dio un beso en la mejilla.


— No tienes de que preocuparte, Eddie. Ambos tienen una voz increíble. Pero tú te ves más guapo en el escenario.


Eddie sonrió, sintiéndose halagado por el comentario de Leni.


— Gracias, cariño. Pero solo hay una forma de resolver esto. Roberto, ¡De regreso a la tarima!


Bobby asintió con una sonrisa y se levantó de la mesa, listo para volver al escenario. La multitud en el Jean Juan's los recibió con entusiasmo y aplausos mientras se preparaban para su próxima actuación.


— ¡Vamos, Bobby! ¡Tienes que demostrarle quién es el mejor! —gritó Ronnie Anne, animando a su hermano desde la mesa.

— ¡Eddie! ¡Demuestra que eres mejor que él! — exclamó esta vez Lincoln, mostrando apoyo a su cuñado.


Ambos mexicanos se miraron con complicidad, disfrutando del ánimo y la camaradería que se sentía en el ambiente. Sabían que la competencia era amistosa y que cada uno daría lo mejor de sí mismo en el escenario.


— ¡Muchachos, "Cucurrucucú"! — exclamó Eddie chasqueando los dedos.


Los mariachis comenzaron a tocar la icónica canción "Cucurrucucú Paloma", mientras Bobby y Eddie se preparaban para entregar una actuación memorable. La melodía envolvía el restaurante, capturando la atención de todos los presentes y transportándolos a un lugar de nostalgia y romance.

https://youtu.be/4Cyy7rb-60o

Eddie comenzó primero, cantando con pasión y sentimiento, su voz resonaba con fuerza y emoción, capturando la esencia de la canción. Al llegar a la mita de la canción, le hizo una señal a Bobby para que continuara con el resto. El pelinegro tomó el relevo con gracia y estilo, entregando su parte de la canción con una expresión llena de emoción y sentimiento.

La audiencia observaba con atención, cautivada por la interpretación apasionada de Bobby y Eddie. Cada nota resonaba en el restaurante, llenando el lugar con la belleza y la nostalgia de la música mexicana.

Al llegar al coro, Bobby y Eddie unieron sus voces en perfecta armonía, creando un momento mágico y emotivo en el escenario. Su conexión era evidente, y su pasión por la música brillaba a través de cada nota que cantaban juntos.

La multitud respondió con aplausos y ovaciones, expresando su admiración y aprecio por la actuación de los talentosos mariachis. Bobby y Eddie se miraron el uno al otro con una sonrisa, sabiendo que habían entregado una actuación memorable que sería recordada por mucho tiempo.

Mientras tanto, Nick se encontraba en su oficina mientras revisaba varios de los documentos sobre el caso de Saul. Su mente estaba enfocada en encontrar la verdad y asegurarse de que se hiciera justicia.

Estaba decidido en exonerar a Bobby al resto de inocentes que Saul había involucrado en su caso de lavado de dinero. Pero la situación se veía muy complicada si Saul no daba más información sobre sus socios y cómplices, y Nick sabía que necesitaba encontrar una solución lo antes posible.

Desgraciadamente Saul no estaba dispuesto a cumplir con su parte del trato hasta que toda su familia se encontrara a salvo y fuera de peligro. Lo cual sería complicado si su hermano seguía negándose a recibir la protección policiaca.

En esos momentos, escucho como el teléfono de su oficina comenzó a sonar, sacándolo de sus pensamientos.


— Buffet Wright & Co. Buenas noches.

— Buenas noches, ¿hablo con el abogado que lleva el caso de Saul Whyman?

— Sí, habla con el abogado Nicholas Wright. ¿En qué puedo ayudarlo?


Desde el otro lado de la línea, El Dr. Alex, hablaba con urgencia.


— Soy el Dr. Alexander Whyman, hermano de Saul. Necesito hablar con usted urgentemente sobre el caso de mi hermano.


Nick se sorprendió ante lo oportuno de la situación, pero se mantuvo profesional.


— Entiendo, Dr. Whyman. ¿Qué es lo que necesita discutir?

— Vera, Sr. Wright. Entiendo que Saul está metido en un problema muy grave, y es por eso que pidió protección para él y el resto de nuestra familia. Pero quisiera saber un poco más sobre su situación legal.


Nick escuchó atentamente las preocupaciones del Dr. Whyman y respondió con calma y profesionalismo:


— Entiendo su preocupación, Dr. Whyman. Con gusto puedo reunirme con usted para discutir el caso de su hermano.

— Gracias, Sr. Wright. ¿le parece si nos podemos reunir mañana?

— Claro, estaré disponible mañana por la tarde en mi oficina. ¿Le parece bien a las 3:00 p.m.?

— Perfecto. Nos veremos entonces mañana a las 3:00 p.m. en su oficina. Gracias, Sr. Wright.

— De nada, Dr. Whyman. Estaré esperando su visita. Que tenga una buena noche.

— Igualmente, Sr. Wright. Hasta mañana.


Después de colgar el teléfono, Alexander soltó un gran suspiro y miró seriamente a su pareja.


— Bueno, cariño. Mañana haremos un pequeño viaje a Michigan.


En cuanto Alex menciono Michigan, algo hizo clic en la mente de María, como si hubiera recordado algo importante. Intentó concentrarse en ese recuerdo, pero se le escapaba entre los dedos como arena. Sin embargo, sabía que ese lugar tenía alguna conexión con sus recuerdos, y se sintió intrigada por descubrir más.


— ¿Michigan? ¿Por qué vamos allí? —preguntó María, con curiosidad.

— Tengo que reunirme con el abogado que lleva el caso de mi hermano. Su buffet se encuentra en Detroit y quisiera saber más sobre la situación Legal de Saul.


Ella se quedo en silencio procesando las palabras de su pareja. Aunque su memoria seguía siendo un enigma, sentía una extraña sensación de familiaridad al escuchar el nombre de Michigan. Se preguntaba qué conexión tenía ese lugar con su pasado y si podría encontrar respuestas sobre su identidad allí.


— ¿Qué sucede María?


María frunció el ceño, tratando de concentrarse en esa sensación de familiaridad que había surgido al escuchar sobre Michigan. Aunque no podía recordar nada concreto, sentía que había algo importante relacionado con ese lugar que estaba justo en el límite de su memoria.


— No lo sé, Alex. Es extraño, pero siento como si Michigan tuviera algún significado para mí. Como si hubiera algo importante que necesito recordar allí.

— ¿Michigan? Eso es interesante. ¿lograste recordar algo más sobre tu pasado?


María negó con la cabeza, frustrada por su incapacidad para recordar más detalles.


— No, nada concreto. Pero sé que hay algo allí, algo que necesito descubrir.

— Entiendo cómo te sientes, cariño. Pero no te preocupes, estaremos juntos en esto. Haré todo lo posible para ayudarte a desentrañar los misterios de tu pasado y encontrar las respuestas que estás buscando.


María le sonrió con gratitud, sintiéndose reconfortada por el apoyo de Alex.


— Gracias, Alex. Me siento afortunada de tenerte a mi lado


Alex la abrazó con cariño, prometiéndole que haría todo lo posible para ayudarla a descubrir la verdad sobre su pasado.


— Estaré a tu lado en todo momento, María. Juntos encontraremos las respuestas que estamos buscando.


Los dos se abrazaron con fuerza, sintiendo una nueva determinación y esperanza en sus corazones. Estaban listos para enfrentar el futuro juntos, sin importar lo que les deparara el destino.

La noche transcurrió entre risas, música y alegría. Tanto Eddie como Bobby habían dejado una impresión imborrable en el Jean Juan's con su talento y carisma. Pero ya era hora de que todos fueran a descansar. El Bautizo de Adelita seria al día siguiente y todos necesitarían recuperar energías para el evento.

La casa Loud estaba llena como nunca ante la presencia de los Casagrande. Por lo cual, tuvieron que hacer algunos ajustes para que todos pudieran dormir en una habitación. Leni y Lori compartirían la habitación por esa noche para que Carlos y Frida pudieran dormir en su cuarto. Y Lynn dormiría con Ronnie Anne, para que Carlota y sus hermanos pudieran dormir en su cuarto.

La casa estaba llena de actividad mientras todos se preparaban para dormir. Aunque los ajustes en los arreglos para dormir se hicieron un poco apretados, la atmósfera era cálida y acogedora, llena de risas y conversaciones animadas.

Ronnie Anne, ya recostada en su cama, intentaba descansar un poco, pero nuevamente el recuerdo de Tennessee de hace ocho meses, el día en que se habían separado de su madre, había vuelto a su memoria.

La familia mexicana escapaba de los agentes de migración, que estaban tras de ellos. Alguien había dado aviso de su presencia y los tres se encontraban ahora en una situación desesperada mientras intentaban salir del estado de Tennessee.


— ¿Qué haremos ahora? — preguntó una temerosa Ronnie Anne.

— No lo sé nini, pero necesitamos mantener la calma y seguir adelante —dijo Bobby, con determinación.


La madre de ambos miraba la situación con preocupación en sus ojos. María, tomó a Ronnie Anne y Bobby de las manos y los reunió en un círculo, tratando de transmitirles fuerza y unidad en medio de la adversidad.


— Escúchenme, mis niños. Sabíamos que este viaje no sería fácil, pero no podemos rendirnos. Sus abuelos y sus tíos nos esperan. —dijo Rosa, intentando infundir esperanza en sus palabras.


Bobby asintió, compartiendo la determinación de su madre. Miró a su alrededor, evaluando las opciones disponibles.


— Vi en el mapa que hay un camino menos transitado hacia el este. Tal vez podamos usarlo para alejarnos de los agentes y dirigirnos hacia el próximo estado —sugirió Bobby, señalando en la dirección indicada en el mapa.


Ronnie Anne y María asintieron, confiando en la decisión de Bobby. Con la esperanza de eludir a los agentes de migración, la familia se puso en movimiento hacia el este, a través de senderos menos conocidos y alejados de las carreteras principales.

Caminaron en silencio, cada uno con sus pensamientos y temores, pero compartiendo un objetivo común: llegar a un lugar donde pudieran encontrar seguridad y reunirse con el resto de la familia. Pero los agentes continuaban buscándolos y les sería difícil escapar sin ser detectados por mucho tiempo. La tensión en el aire era palpable mientras la familia se adentraba en el camino menos transitado.

Finalmente, María llego a una decisión difícil, y miró a sus dos hijos con determinación.


— Escúchenme, mis amores. Ustedes deben tratar de escapar y tratar de llegar al siguiente estado. Yo me quedaré aquí y trataré de distraer a los agentes. Una vez que estén a salvo, nos reuniremos de nuevo.


Ronnie Anne y Bobby intercambiaron miradas llenas de preocupación y angustia. No querían dejar a su madre atrás y no estaban dispuestos a separarse.


— ¡Pero mamá, no podemos dejarte aquí sola! —exclamó Ronnie Anne, al borde de las lágrimas.


María les dio una sonrisa triste y acarició sus rostros con ternura.


— No se preocupen por mí, mis amores. Lo más importante es que ustedes estén a salvo. Prometo reunirme con ustedes muy pronto.

— ¡Mamá! No pensamos irnos sin ti — exclamo Bobby.


María miró a sus hijos con gratitud y amor, sabiendo que su decisión no era fácil de aceptar para ellos.


— Lo sé, pero es lo mejor para todos. Deben llegar a Michigan, en algún lugar del estado deben estar sus tíos y abuelos. Ellos les ayudarán a estar a salvo. Confíen en mí, mis amores, hare todo lo posible para reunirme con ustedes lo antes posible.


Antes de que se separaran, María se retiró del cuello su medalla de la Virgen de Guadalupe para entregársela a su hija.


— Escúchame, Ronalda. Esta medalla ha pertenecido a nuestra familia por generaciones. Te la entrego ahora para que te proteja en tu camino. Confía en la Virgen de Guadalupe, ella estará contigo en todo momento.


Ronnie Anne tomó la medalla, sintiendo el peso de la responsabilidad y el amor de su madre en sus manos.


— Gracias, mamá. Prometo cuidarla y llevarla siempre conmigo —dijo Ronnie Anne con voz entrecortada por la emoción, se podían ver las lágrimas que caían de sus ojos.


María le dio un beso en la frente a su hija y luego abrazó a Bobby con fuerza.


— Roberto, te encargo a tu hermana. Cuídense mutuamente y lleguen a salvo. Los amo más de lo que las palabras pueden expresar.


Bobby asintió con determinación, sintiendo la gravedad de la situación.


— Lo prometo, mamá. Nos reuniremos contigo pronto.


Con un último abrazo y dándoles su bendición, Ronnie Anne y Bobby se separaron de su madre y comenzaron su difícil viaje hacia Michigan. María, por otro lado, se preparó para enfrentar a los agentes de migración, dispuesta a darlo todo por el bienestar de sus hijos y la esperanza de un futuro mejor.

La distracción pareció funcionar, ya que los agentes comenzaron a perseguir a María, dándole a Ronnie Anne y Bobby la oportunidad de escapar. Con el corazón lleno de angustia y determinación, los hermanos Santiago continuaron su camino, llevando consigo la promesa de reencontrarse pronto con su madre.

En esos momentos, Ronnie Anne despertó con un sobresalto, sintiendo el corazón latir con fuerza en su pecho. Miró a su alrededor, encontrándose en su habitación dentro de la casa Loud.

Se llevó una mano al pecho, intentando calmar su respiración agitada. La pesadilla que acababa de tener la dejó sintiéndose angustiada y llena de preocupación por su madre. Aunque habían pasado meses desde que se habían separado, el recuerdo de aquellos momentos difíciles todavía la perseguía en sus sueños.

Miró la hora de su reloj, notando que aun eran las 3 de la mañana. A su lado, se encontraba Lynn, la cual no se habían inmutado ante los movimientos de Ronnie Anne.

Ella decidió levantarse de la cama, incapaz de volver a conciliar el sueño después de la pesadilla y ante los ronquidos de su cuñada. Se envolvió en una manta y salió de su habitación en busca de un poco de aire fresco para calmar su mente agitada.

Al salir al pasillo, notó una luz tenue proveniente de la habitación de Lincoln. Decidió acercarse con cautela y, al asomarse por la puerta entreabierta, vio a su novio sentado en su escritorio, con la luz de la lámpara iluminando su rostro concentrado mientras escribía en su laptop.

Ronnie Anne dudó por un momento antes de llamar suavemente a la puerta.


— ¿Lincoln? ¿Puedo pasar?

— ¡Rony! ¿Qué sucede? ¿te encuentras bien?


La mexicana suspiró e ingresó a la habitación de su novio, sintiéndose reconfortada ante su presencia.


— Tuve una pesadilla sobre mamá... sobre lo que pasó en Tennessee. No puedo dejar de preocuparme por ella, Lincoln.


Lincoln dejó lo que estaba haciendo en su laptop y la miró con preocupación en sus ojos.


— Se que esto aun es muy difícil para ti, Rony. Pero recuerda que tus abuelos y tíos están haciendo todo lo posible por encontrar a tu madre.


Ronnie Anne asintió con pesar, apreciando las palabras reconfortantes de Lincoln.


— Sí, lo sé. Pero a veces me siento impotente, sabes. No puedo evitar preguntarme si está bien, si está segura, si piensa en nosotros....


Lincoln se levantó de su silla y se acercó a Ronnie Anne, envolviéndola en un cálido abrazo.


— Entiendo cómo te sientes, Ronnie. Pero no estás sola en esto. Todos estamos aquí para apoyarte y a Bobby, nos aseguraremos de encontrar a tu mamá y de que esté bien.


Ronnie Anne se aferró al abrazo de Lincoln, sintiendo un poco de consuelo en sus palabras.


— Gracias, Lincoln. Realmente aprecio todo lo que haces por mí.

— Siempre estaré aquí para ti, Ronnie Anne. No lo olvides nunca.


Ambos se fundieron en un suave beso mientras compartían el momento de conexión y consuelo. La preocupación por la madre de Ronnie Anne seguía presente, pero en los brazos de Lincoln, encontraba un refugio momentáneo de tranquilidad.


— Sabes que te amo, ¿verdad?


Lincoln miró a Ronnie Anne con ternura, sus ojos brillando con sinceridad mientras acariciaba suavemente su mejilla.


— Sí, lo sé. Y yo también te amo, más de lo que las palabras pueden expresar. Siempre estaré aquí para ti, apoyándote en todo lo que necesites.


Ronnie Anne se sintió reconfortada por las palabras de Lincoln, sabiendo que tenía a alguien en quien confiar en medio de las dificultades.


— Y bueno, ¿Qué hacías despierto a esta hora?


Lincoln se puso nervioso ante la pregunta de su novia.


— Bueno, estaba jugando con Clyde y Rusty, y se nos fue el tiempo encima.


No convencida con la excusa de Lincoln, ella abrió la laptop del albino, encontrando abierto un mapa de Tennessee e información sobre refugios para migrantes. Ronnie Anne frunció el ceño, mirando a Lincoln con una mezcla de sorpresa y preocupación.


— ¡Lincoln! ¿nuevamente te estas desvelando por tratar de encontrar a mi mamá?


Lincoln se sintió atrapado, sin poder evitar la mirada inquisitiva de Ronnie Anne.


— Sí, lo siento. Estaba investigando sobre posibles refugios para migrantes en Tennessee. Pensé que tal vez podríamos encontrar alguna pista sobre tu mamá.


Ronnie Anne suspiró, sintiéndose frustrada pero también conmovida por el gesto de Lincoln.


— Lo aprecio, Lincoln, de verdad lo hago. Pero no quiero que sigas descuidándote por mi culpa. La última vez enfermaste gravemente y no quiero que te pase algo así de nuevo.

— Bueno, ya sabes lo que dice Lynn. Lo que no me mata me hace más fuerte, ¿verdad?


Ante el comentario de su novio, le dio un fuerte golpe en el brazo, solo para después darle un beso en la mejilla.


— Auch, ¿Por qué fue eso?

— Porque eres un tonto testarudo, Lincoln Loud, pero eres mi tonto y te amo como eres —respondió con cariño, abrazándolo con fuerza—. Gracias por preocuparte tanto por mi mamá y por estar siempre ahí para mí.

— Siempre lo estaré Ronny.


Ambos se abrazaron con ternura, reconociendo el amor y la complicidad que compartían. Aunque la preocupación por la madre de Ronnie Anne seguía presente, en ese momento encontraron consuelo y fortaleza el uno en el otro.


— Bueno, creo que es hora de que intentemos volver a dormir. Mañana es un nuevo día y aún hay mucho por preparar para el bautizo de Adelita — sugirió Ronnie Anne, rompiendo el abrazo con una sonrisa.


Lincoln le dedico una sonrisa y se sacó la medalla de la virgen que el portaba para ponerla en el cuello de su amada.


— Toma, tal vez esto te ayude a dormir.

— Pero es tuya Linc, yo misma te la regalé.


Lincoln sonrió y le tomó las manos con ternura.


— Lo sé, pero tambien sé que era de tu madre y sé cuánto significa para ti, Así que quiero que la tengas contigo esta noche.


Ronnie Anne sintió un nudo en la garganta al ver el gesto tan significativo de Lincoln. Tomó la medalla entre sus manos, sintiendo la conexión con su madre y el amor de Lincoln en ese pequeño objeto. Pero se la quitó nuevamente y la colocó en las manos de su novio.


— No, Lincoln. Esta medalla es tuya, te la di como muestra de mi amor y confianza en ti. Y sé que siempre cuidarás de ella, al igual que cuidas de mí. Gracias por tu generoso gesto, pero prefiero que la sigas conservando.


Lincoln le dedico una sonrisa y le dio un beso en la frente.


— De acuerdo, pero si quieres que esté a tu lado durante la noche, solo tienes que pedirlo. Estaré aquí para ti, pase lo que pase.


Ronnie Anne se sintió abrumada por la ternura y el apoyo de Lincoln. Sabía que no estaba sola en esta difícil situación, y tenerlo a su lado le daba un poco de paz y consuelo.


— Eso me encantaría.


Lincoln sonrió y la abrazó con ternura.


— Entonces así será. Ahora vamos a intentar descansar un poco, ¿de acuerdo?


Ronnie Anne asintió con gratitud, sintiéndose reconfortada por la presencia de Lincoln a su lado. Juntos, se acurrucaron en la cama, compartiendo el calor y la tranquilidad que solo el amor puede brindar en momentos de preocupación y angustia. Antes de cerrar los ojos, miro nuevamente la medalla que colgaba del cuello de Lincoln y pensó nuevamente en su madre.


— Mamá, dondequiera que estés, espero que estés a salvo y que pronto nos volvamos a reunir —susurró Ronnie Anne con un suspiro, cerrando los ojos y dejando que la tranquilidad de la noche la envolviera.


Por su parte, María tambien intentaba descansar desde su hogar en Indiana. Pero siempre tenía el mismo sueño todas las noches:

Corría desesperadamente en medio de la noche, solo sabía que tenía que mantenerse adelante. Detrás de ella, podía escuchar los pasos de los agentes de migración persiguiéndola implacablemente. Su corazón latía con fuerza en su pecho, sintiendo el miedo y la ansiedad consumiéndola por dentro.

En medio de su carrera, tropezó con una raíz y cayó al suelo, sintiendo el dolor punzante en su rodilla. Trató de levantarse lo más rápido posible, pero sabía que los agentes se estaban acercando cada vez más.


— ¡Vamos, María! ¡No puedes detenerte ahora! —se dijo a sí misma con determinación, forzándose a seguir adelante a pesar del dolor y el cansancio.


Con todas sus fuerzas, se levantó y continuó corriendo, sin detenerse hasta que finalmente llegó a un pequeño refugio en el bosque. Golpeó la puerta con fuerza, rogando por encontrar seguridad y protección.


— ¡Por favor, ábranme! ¡Necesito ayuda! —gritó con desesperación, sintiendo que cada segundo que pasaba era una eternidad.


Antes de poder saber que continuaba del sueño, ella siempre despertaba con el corazón latiendo con fuerza y el sudor perlado en su frente. Se sentó en la cama, respirando agitadamente mientras intentaba calmar sus nervios. Su memoria seguía nublada, pero aquel sueño siempre la dejaba con una sensación de ansiedad y temor que no podía sacudirse fácilmente.

Miró a su alrededor, reconociendo los detalles familiares de su habitación en la casa donde había estado viviendo durante los últimos meses. Aunque no recordaba completamente su pasado, sabía que estaba a salvo y protegida gracias a Alexander y la conexión especial que compartían.

El se encontraba durmiendo a su lado, ajeno al tormento que María enfrentaba en sus sueños. Ella lo miró con ternura, agradecida por tenerlo a su lado en medio de la incertidumbre y el miedo que la acosaba.

Se acercó a él con cuidado, deseando no perturbar su sueño, y lo abrazó con suavidad. Alexander se despertó ligeramente, sintiendo el abrazo reconfortante de María a su alrededor.


— ¿Estás bien, cariño? —preguntó con voz somnolienta, notando la angustia en el rostro de María.


Ella asintió con una sonrisa forzada, tratando de ocultar sus preocupaciones.


— Sí, estoy bien. Solo fue una pesadilla.


Alexander la miró con preocupación, sabiendo que las pesadillas de María eran recurrentes y la dejaban angustiada.


— Lo siento, María. Sé que estas pesadillas te están afectando. ¿Hay algo en particular que te preocupa?


María suspiró, sintiendo la necesidad de compartir sus preocupaciones con Alexander.


— Es siempre lo mismo, Alex. Corro y corro, tratando de escapar de los agentes de migración, pero nunca parecen dejarme en paz. Y siempre termino en un refugio, pidiendo ayuda desesperadamente. No entiendo por qué tengo estos sueños, pero me hacen sentir tan vulnerable y asustada.


Alexander frunció el ceño, intrigado por lo sueños de María.


— Algunas veces, los sueños son manifestaciones del pasado. Tal vez puedan ayudarnos a descubrir más sobre ti.


María asintió, considerando las palabras de Alexander.


— Puede ser. Pero por ahora, solo quiero dejar de tener estos sueños. Me hacen sentir tan impotente y asustada.


Alexander la abrazó con más fuerza, deseando poder protegerla de sus pesadillas.


— Lo entiendo, cariño. Haré todo lo posible para ayudarte a superar esto. Estoy aquí para ti, siempre.


María se aferró al abrazo reconfortante de Alexander, sintiendo un poco de consuelo en medio de sus preocupaciones.


— Gracias, Alex. Saber que estás aquí conmigo me da fuerzas para seguir adelante.


Ambos se quedaron abrazados por un momento más, encontrando consuelo y apoyo mutuo en medio de las dificultades. Aunque el futuro seguía siendo incierto, sabían que mientras estuvieran juntos, podrían enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

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