Capítulo 4: Thor vs Leviatán

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Las aguas se agitaban con gran fuerza mientras una furiosa tormenta se apoderaba de los cielos nocturnos. Thor, el poderoso Dios del Trueno, finalmente había renacido como quien era realmente.

Frente a él se encontraba El Leviatán, una bestia temible que Yahveh había creado al principio de los tiempos, un ser tan temible que podía poner en serios peligros a la humanidad.

Ambos se habían lanzado uno hacia el otro, las fauces de la bestia estaban abiertas y Thor le lanzo su poderoso martillo a la boca, provocando que este le atravesara la cabeza. La serpiente cayó al suelo mientras la sangre salía de su herida. Thor alzó la mano y Mjolnir volvió a esta.

—Fue más fácil de lo que creí.

Thor se volteo victorioso pero escucho ruido detrás suyo, al voltear vio que la serpiente se erguía mientras su cabeza se regeneraba.

—Creo que necesitarás ayuda —dijo Thrud con su espada en mano.

—Esta basura no podrá conmigo. —El Dios del Trueno camino con determinación hacia su enemigo y lo miro a los ojos—. Escúchame bien, monstruo: pude con la inmensa Jordmundgander, tú no eres más que un gusano a quien voy aplastar.

Leviatán se abalanzó hacia Donar con la boca abierta pero este dio un salto hacia atrás. Sujetaba su martillo en lo alto y lo bajo con gran fuerza, reventando el cráneo de la serpiente pero aún así comenzó a curarse. Leviatán rugió con gran furia y escupió un líquido que Donar logró esquivar, pero al este tocar la tierra comenzó a elevar vapor. Ya lo habían envenenado una vez, no dejaría que lo hicieran de nuevo.

Los rayos de Thor llenaban el aire, mientras Mjolnir hacia su trabajo y la serpiente rugia del dolor. La vil criatura estaba en contacto con el agua así que la electricidad era aún peor. Su cuerpo comenzó a quemarse por completo para el disfrute del Dios del Trueno.

Leviatán cayó muerto e irreconocible por las graves quemaduras, ciertamente no era tan fuerte como Jordmundgander. Thor se creía finalmente vencedor pero el cadáver comenzó a moverse y a curar sus heridas, aunque con más lentitud.

—Me estas jodiendo… —dijo con sorpresa el fuerte Æsir—. ¿¡Qué mierda debo hacer para que te quedes muerto!?

Leviatán comenzó a levantarse mientras sus heridas aún estaban curándose pero Thor le arrojó su martillo, hiriéndolo en la cabeza y sacándole varios dientes, que rápidamente comenzaron a crecerle otra vez. No hizo que Mjolnir volviera a su mano. Dio un potente salto y embistió la cabeza de la serpiente con su cuerpo. Leviatán abrió la boca lo más grande que pudo para intentar tragar a su enemigo pero este no cayó allí. Salto hacia sus ojos. Con gran sadismo, le arrancó ambos ojos solo para comprobar si estos se regeneraban, que así fue. La creación de Yahvé se impulso y volvió a sumergirse en el agua, aunque a Thor poco le importaba. Sin dudarlo, comenzó a golpear a puño limpio a la bestia provocándole profundas heridas pero todas se curaban. Leviatán nadaba rápidamente hacia las profundidades y Thor no tardo en darse cuenta así que estiró su mano, provocando que Mjolnir llegará a ella rápidamente. Primero le reventó la cabeza a su enemigo y luego se impulso con su martillo hacia la superficie, saliendo disparado como un cohete. Se quedó flotando un momento en el cielo cuando Leviatán salió con estrepitosidad de las aguas solo para recibir un martillazo y una descarga eléctrica, aunque eso no pudo detenerlo.

De pronto Thrud salto hacia la criatura y le clavo su espada en el ojo.

—¡Te dije que podía solo!

—¡Por más que lo intentes matar se curará! —dijo la diosa mientras se sujetaba a su espada para que las sacudidas de la bestia no la tirasen.

—¿¡Y qué propones!?

Thrud salto de la serpiente mientras Donar la volvía a electrocutar hasta quemarla. El caballo de la diosa llegó volando y ella justo cayó en su lomo.

—Debemos dejarla inconsistente o inmovilizarla para que ya no moleste.

—¿Cómo se deja inconsciente a una serpiente?

—Dijiste que te enfrentaste a una serpiente inmensa. ¿Cómo la venciste?

—La mate y me mató. —Thrud alzó una ceja sin entender—. Larga historia.

Leviatán salió del agua con ganas de tragarse a ambos dioses de un bocado pero Thor le agarro la lengua y la arrojó con furia hacia las rocas de la costa.

—Debemos buscar la forma de que se quede sin oxígeno, asi se desmayara y no molestara más.

—Cuando despierte posiblemente intente buscarme y causara una gran muerte de hombres, no puedo permitir eso.

—¿Y qué piensas hacer? ¿Mandarla al espacio?

Thor sonrió ante aquellas palabras.

—Acercarme a esa serpiente hija de puta.

Leviatán había quedado algo atontado por tantos golpes y no se dio cuenta hasta muy tarde que sus enemigos se acercaban. Vingthor salto del caballo con su martillo en mano y cayendo hacia la temible criatura.

Con un solo golpe cargado de poder logró destruirle nuevamente la cabeza aunque sabía que eso no duraría mucho, debía apurarse. Corrió hasta la cola de la bestia y le clavo los dedos con todas sus fuerzas. Tensando sus poderosos músculos comenzó a girar en el lugar y haciendo girar a la enorme serpiente con él, llegó a parecer la hélice de un helicóptero. Thor usaba toda su fuerza aunque la serpiente quería escapar, pero él no la dejaría. Una vez que considero que el impulso era suficiente, arrojó a la terrible serpiente hacia los cielos con toda su fuerza y esta se perdió en el firmamento.

—Ya esta. —Thor se golpeo las palmas entre ellas—. Así se solucionan las cosas.

—Fue una solución… interesante.

—Gran Thor, debe venir rápido. —dijo una voz extraña.

—¿Quién demonios habla en mi cabeza? —Thor se golpeo con cuidado el oído.

—Es el anciano. Debo llevarte con él y rápido antes de que alguien más descubra que estamos aquí.

—Oh, créeme que ya todos deben saberlo. —Thor alzó su martillo y convoco cientos de rayos que golpearon en él, mientras los truenos resonaban—. ¡Yahveh, maricón! ¡Voy a arrancarte la cabeza de los hombros!

Yahveh observaba atentamente lo que en Midgard había ocurrido. En esos momentos, sentía un frío muy humano recorrerle la espalda. En esos momentos, Yahveh sentía lo que era el verdadero terror.

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