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—Maaaaaarcooooooo.

Star comenzó a tirar del brazo del castaño, que gruñía bajo las sábanas.

—Qué haces... —preguntó vagamente justo antes de caer de cara al suelo— ¡Star!

El chico se incorporó y se frotó la dolorida nariz. Alzó la mirada, encontrándose con una Star resplandeciente. Sonreía abiertamente, dando saltos en el sitio con las manos a la altura del pecho.

—¿Sabes qué día es hoy? —dijo entusiasmada.

—Eh... —Marco se volvió a su calendario, que señalaba el día 23 de marzo. Según recordaba, ya había pasado abril— No.

Con ayuda de Star, se puso en pie. Esta pasó un par de páginas del calendario y señaló un día cualquiera de mayo.

—¡Es el cumpleaños de Jaaaackieeee! —canturreó.

Marco rodó los ojos y se tiró a la cama de nuevo.

—Me da igual.

Star dejó de saltar y bajó los brazos, con los ojos entornados.

—Venga ya, Marco, llámala aunque sea.

Con cuidado, se sentó a los pies de la cama, cruzada de brazos.

—No tengo ganas Star. Jackie y yo ya no hablamos.

—¡TÚ ya no le hablas! ¡Te llama todos los días por teléfono!

Como si se tratara del destino, el característico tono de llamada del móvil de Marco comenzó a sonar. Star sonrió de nuevo, se puso en pie de un salto y señaló el aparato.

—¡Es ella! ¡Responde!

—No quiero. Déjame.

Pero ella no se rindió y volvió a tirar de su brazo.

—Marrrrrrcoooooooooooooooooooooo Díaaaaaaz.

—Star...

—Marco...

—Star...

—Maaaarcoo.

—¡STAR!

La aludida se separó de Marco, sorprendida. El móvil dejó de sonar.

Los dos chicos se miraron. Marco vio entonces las lágrimas que empezaban a formarse en los ojos de la princesa, y fue rápidamente a abrazarla.

—Lo siento, Star... Es sólo que no quiero estar con nadie que no seas tú.

—Ni siquiera estás conmigo ahora —renegó ella.

—Pues entonces no quiero estar nunca más con nadie.

Star suspiró, se deshizo del abrazo de Marco y frunció el ceño.

—Me dijiste que estarías así sólo un tiempo. Han pasado dos meses.

—Deja que lo disfrute sólo un poco más, por favor.

—¿Sólo un poco más? ¿Cuánto es eso?

Marco la besó con suavidad unos instantes, reconciliándose con ella.

—Sólo un poco más. Te lo prometo.

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