A las seis de la tarde salí con el auto para recoger a mis amigos, Ellen vivía con sus liberales padres, sus dos adorables hermanos gemelos de cuatro y su hermana mayor que los visitaba ocasionalmente en cuanto a Sam vivía con sus padres y sus cuatro hermanas, era todo un caos.

—¿Segura que vas por buen camino? —preguntó Sam cuestionándome.

—Es la dirección —conteste irritada.

—Yo creo que ya te pasaste —sugirió Ellen mirando el teléfono.

Han llegado a su destino dijo la voz del teléfono.

—Les dije que sabía llegar —exclamé con una sonrisa.

Todos nos quedamos impactados al ver la casa de Camren.

—Segura que esa es su casa —dijo Sam confundido.

—Oh por favor no es tan grande —conteste mirándola.

—Tess es como si pusieras nuestras casas juntas —dramatizo Ellen.

—Ya cállense ahí viene —dije nerviosa.

Él salió de esa gran puerta con cara de odiar la vida como ya era común en él, entró al coche.

—Hola —saludó confundido ante nuestras miradas.

—¿De verdad vives ahí? —preguntó Ellen apresurándose.

—No solo entre ahí por unos minutos y luego salí para que pensaran que es mi casa —contestó él de una manera creíble.

—En serio —exclamé sorprendida.

Él solo puso los ojos en blanco —Debí quedarme en casa —susurro irritado.

—Muy tarde —dije arrancando antes de que se arrepintiera, aunque estaba segura de que ya lo hacía.

Pasamos el camino escuchando música hasta antes de llegar al hotel.

—Bien yo le dije a mi mamá que estoy en tu casa, tu mamá piensa que estás en la mía —dije repasando el plan —Sam se supone que está con Liam.

—¿Tus padre aún piensan que son amigos? —preguntó Ellen interrumpiéndome.

—Si bueno... hay cosas que no se dicen —respondió él apenado.

—Bien y tu que les dijiste a tus padres —dije mirando a Camren.

—Que estaría en una fiesta —contestó él arqueando la ceja— ustedes se complican la vida siempre.

—Si —dijimos al unísono.

El hotel era el perfecto lugar para los adolescentes, por una bajo precio podías consumir una cantidad ilimitada de alcohol, el hotel era básicamente nueve pisos de alcohol, drogas y un sin fin de problemas pero valía la pena.

—Bien entremos —anime sonriendo.

El lugar era todo un caos como siempre, apenas eran las 7:30 y ya habían chicos tirados en el suelo de tan ebrios que estaban.

—Listo para emborracharte —exclamé tomando las cervezas.

—Eso creo —dijo Camren mirando a toda la gente.

—Pues salud —grite para empezar.

Las horas pasaron una tras otra, perdí a los chicos después de la cuarta cerveza pero para la sexta encontré a Camren sentado en uno de los sillones con una cerveza en mano.

—¿Que haces aquí? —pregunté sentándome a su lado.

—Lo mismo me pregunto —contestó dando un sorbo a la cerveza— podemos irnos.

—Oh vamos no seas aburrido, vamos a bailar —ofrecí emocionada.

—Que tan ebria estás para pensar que bailaría contigo —atacó mirándome con un poco de asco.

—Muy ebria —conteste tomándolo de la mano para sacarlo a bailar.

Fuimos a una de las habitaciones para bailar, sin embargo los gritos en la otra sala nos distrajeron.

Fuimos donde todos y ahí estaba Sam peleando con sus tres ex amigos.

—Suéltame no iré contigo —gritó Sam molesto.

—Solo hablemos —gruñó Liam frustrado.

—No hablaré con ninguno de ustedes idiotas —dejo en claro.

—Solo cálmate —pidió Aiden tomándolo del brazo.

—Déjalo en paz idiota —grite lanzándole una botella a la cabeza, para su suerte no le di.

—Tu no te metas perra —dijo Ethan enojado.

—Oh no te tengo miedo —confronte, Aiden se acercó parecía que iba a explotar de ira.

—Deberías hacerlo muñeca —ordenó tomándome con fuerza del brazo.

—Aléjate de ella —dijo Camren empujándolo.

—Te crees tan rudo, abre los ojos niño de papi no estás en el Tate, aquí no hay quien te proteja —exclamó Aiden, ambos estaban muy cerca.

—Entonces golpéame y veamos qué pasa el lunes por la mañana —amenazo Cam sonriendo.

Él se dio vuelta y con un gesto se llevó a sus amigos, quede muy asombrada con su actitud.

Si hubiera sido otro le hubiera roto la cara en ese momento, pero estaba tan aterrado por perder su beca para su universidad que literalmente Camren era intocable.

Sam llegó conmigo con los ojos llorosos.

—No te muevas —le dije a Camren.

Salí con Sam a la parte trasera del hotel donde casi no había nadie, él empezó a vomitar.

Le tendí un poco de papel que traía en el pantalón y terminó por recargarse en mi hombro.

—¿Quieres hablar de eso? —pregunté no muy segura.

—Sabes me quede pensando en el reporte de Antoni —contestó él serio.

—En serio hablaremos del proyecto ahora —exclamé confundida.

—Ellos son mis impactos —dijo él omitiendo lo que le dije— ya no soy virgen.

—Esto es una clase de broma —exclamé molesta.

—Tesla cállate o no te contaré —gruño enojado.

—Lo siento prosigue —susurre avergonzada.

—La virginidad era algo importante para mi, pero sólo Liam lo sabía y esa noche... la noche que todo se arruinó ellos hicieron un plan... Ethan me emborracho, Aiden contrato a una prostituta y Liam no hizo nada para detenerlos —explicó cansado.

—Y pasó... —dije asustada.

—Ellos dijeron que si no lo hacía no podrían ser mis amigos, que no podían ser amigos de un virgen —contó llorando— lo hice y cuando termine nunca me había sentido tan mal en mi vida... al día siguiente hablé con Liam y lo único que me dijo fue "deja de comportarte como mujer".

—Que idiota —dije ante su comentario.

—Liam era mi mejor amigo en la vida y por eso me cuesta tanto perdonarlo —expresó bajando la vista.

—Por eso no se lo has dicho a tus padres —comente entendiéndolo.

—Decirlo lo hace real —contestó llorando más— y no quiero que sea real por que aún lo quiero.... sé que me necesita por que yo lo necesito pero perdonarlo significa que tengo que perdonarlos a ellos... no estoy listo para eso.

—No estás listo para ser el de antes —comprendí.

—No quiero serlo —confesó llorando.

—Entonces no lo seas —dije— tal vez no sepa mucho de esto pero te dire algo que si sé.

—¿Qué? —preguntó confundido.

—Hay que volver a dentro y emborracharnos hasta morir —respondí feliz.

—Tienes toda la razón —dijo sonriendo.

Entramos a seguir bebiendo pero de eso ya no me acuerdo.

Desperté con un terrible dolor de cabeza, la luz estaba sobre mi, no sabía que había pasado, traté de levantarme pero una fuerza me impidió hacerlo, fue entonces cuando me di cuenta que no estaba en mi cama.

—Oh mierda —susurre al verlo dormido a mi lado — ¿Qué hice? —me pregunté confundida.

Había despertado en la cama de Camren con él a mi lado y lo peor es que no sabía si había hecho cosas con él.