Capítulo #35

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* NOTA DEL AUTOR *

Contenido +18 – Léanlo bajo su propio riesgo

Mientras Marco resistía la tremenda tentación de tener a una deslumbrante Jackie sobre su humanidad, Violeta y Tom se besaban de manera apasionada y desenfrenada. Aquel afrodisíaco ya los había afectado de forma brutal y lo que sentían en aquellos momentos era demasiado intenso. El plan original de la chica era solo debilitar la voluntad del foráneo y que cayera rendido ante sus encantos pero no midió las consecuencias al beber también de aquel frasco. La temperatura dentro de la habitación era tal que podría sentirse incluso fuera de la misma. Y no solo había besos entre ellos sino caricias tremendas, sobre todo de parte de Tom, quien recorría las curvas de la hermosa chica que tenía con él. Fue entonces que ella, en sus ansias de empezar, se colocó sobre Tom y empezó a desabotonar su camisa con cierto sentido de urgencia; al hacerlo se volcó sobre él para empezar a besar los pectorales del universitario e incluso a hacer algunos chupetones que empezaban a excitar a su "victima". Y por culpa de aquella excitación, Tom llevó sus manos directo al prominente y bien formado trasero de la chica para empezar a masajearlo y apretarlo causando que Violeta soltara algunos gemidos de placer.

Violeta: Aaahhh... Aaahhh... Sigue, no pares.

Nuevamente se besaron con lujuria y el juego de caricias iba en aumento tanto en cantidad como en intensidad. Fue entonces que Tom colocó a Violeta sobre la cama para ser el quien este encima. Fue ahí que empezó a besar el cuello de la chica con intensidad para después empezar a buscar la forma de quitarle aquel vestido rojo que enloquecía a los hombres, pero no encontraba algún cierre o parecido.

Violeta: ¿Quieres... que... me lo quite?

Tom: Sí... hazlo...

La chica de cabello oscuro y el foráneo se separaron para que ella empezara a quitarse la ropa. Poco a poco ella fue levantando aquella prenda que la hacía lucir espectacular; un instante después la chica estaba semidesnuda, ya que no estaba usando sostén debido a que deseaba lucir aquel impactante escote y solamente estaba usando una sexy prenda de encaje de del mismo color que su vestido para cubrir su intimidad. Al ver aquel bello cuerpo femenino delante de él, Tom sintió que su miembro despertó de forma brutal así como una sensación tremenda de continuar besando y acariciando a la chica. En su excitación, el foráneo empezó a quitarse la camisa y el pantalón para quedar únicamente con su bóxer de color negro; él buscaba quitárselo pero ella lo detuvo.

Violeta: Yo lo hago.

Tom: Esta bien.

Pero, en lugar de despojar de aquel pedazo de tela oscura del cuerpo del universitario, Violeta decidió meter sus manos para empezar a masturbarlo. Las manos de la chica estaban un tanto frías pero eso no impidió que Tom experimentara un enorme placer, el cual manifestaba con algunos gemidos que también hacían que Violeta se sintiera cada vez más cerca del éxtasis.

Tom: Ooohhh... Aaahhh... Sí... ¡SIIII!

Violeta: Lo tienes... muy duro...

La chica continuaba dando un placentero masaje al miembro del foráneo lo cual lo hacía temblar de la excitación y así duraron por unos minutos. Cuando ella soltó el miembro de Tom para dar paso al siguiente movimiento, Tom se sentó en la cama, sujetó a Violeta de la cintura y acercó el cuerpo de la chica a él para empezar a lamer sus pechos; esto causó que Violeta empezara a soltar varios gemidos que solo hacían el momento más candente.

Violeta: Ooohhh... ooohhh... no tan duro... Aaahhh... Aaahhh...

Ambos ya empezaban a sudar debido a lo calientes y excitados que estaban sus cuerpos; Tom continuaba lamiendo los pechos de Violeta mientras que una de sus manos fue directamente al interior de la lencería roja de la chica de cabello oscuro y empezó a acariciar su zona intima causando un impacto tremendo en ella que la excitó todavía más; estaba por estallar del placer que estaba sintiendo.

Violeta: Aaahhh... Tom... eres... genial... Mucho mejor... que otros...

Tom: ¿Otros dijiste?

Violeta: Sí... así es...

VIOLETA – RETROSPECTIVA

Nota: Violeta narra lo que viene a continuación.

V: Siempre fui una niña que estaba sola o que era marginada. Mis padres se la pasaban peleando mucho y por cosas banales mientras que yo solo me la pasaba escuchando sus gritos y temblando de miedo. Me costaba hacer amigos en la escuela porque era retraída y además se burlaban de mí por mi aspecto, ya que solo usaba ropa pasada de moda o vieja. Cuando cumplí los 10 años mis padres se pelearon a golpes y mi mamá terminó con un par de costillas rotas y la zona del ojo derecho inflamado; mi padre también me golpeo por meterme en la pelea y me dejó con la boca rota de la bofetada que me había dado. Al poco tiempo mi mamá le exigió el divorcio a mi padre, quien se lo negó de inmediato. Pasó cerca de 2 años y debido a los antecedentes de violencia de mi padre, se concretó el divorcio y quedé bajo la custodia de mi mamá; además ella recibió como compensación por las lesiones una fuerte suma de dinero. Las cosas se habían calmado un poco y traté de ser un respaldo para ella; pero todo a partir de ahí empeoro para mi, ya que mi madre decía que yo le recordaba físicamente a mi padre y por eso me decía seguido que me odiaba. Yo traté de estar con ella todo el tiempo que sufrió y me lo pagó de una forma bastante cruel. Ella trataba de compensar aquellos malos momentos pidiéndome perdón todo el tiempo y comprándome ropa bonita. Aún recuerdo que una vez me llevó a Galerías Mazatlán para comprarme algo para verme bien. Y fue ahí que vi un hermoso vestido de color morado del cual me enamoré de inmediato; le pedí ese y entramos a la tienda a comprarlo. Al mirarme al espejo me sentí hermosa por primera vez en mi vida; ahí tome la decisión de usar vestidos lo más posible para sentirme bien y con confianza.

Cuando tenía 14 años me tope con un chico que había ido de visita a mi escuela para ver a un maestro; era alto, guapo y parecía ser una buena persona. En el momento en nos cruzamos, el me saludó de manera casual y cortés. Y por culpa de mi inexperiencia con hombres me ilusioné un poco con él. Poco a poco empezamos a frecuentarnos, ya sea que él iba a buscarme a la escuela, por teléfono, mensaje o una que otra salida con algunos amigos suyos. Un día me dijo que se acercaba su cumpleaños y que estaba invitada a pasar un buen rato. Mi madre no quiso darme permiso para ir sola, ya que no confiaba en mí; pero yo estaba más que decidida a ir a esa fiesta. Me puse un vestido de color arena, me hice una cola de caballo en el cabello y me di a la fuga de mi casa para ir a ver a aquel chico que me tenía deslumbrada. Al llegar a su casa puede ver que había muchas personas y varias de ellas mayores de edad tomando tequila o vodka. Cuando él me vio me dijo que me veía muy bien, me tomó de la mano y me llevó al interior de su casa y disfrutar de aquella fiesta. Pasaron cerca de 2 horas y me estaba aburriendo ya que no conocía a nadie y no me animaba a hablar con otras personas; incluso me di el lujo de rechazar a un par de chicos que me invitaron a bailar. Fue entonces que mi amigo se acercó a mí con una botella de cerveza a medio llenar en su mano y me dijo que fuera a bailar con él; yo acepté gustosa. Unos minutos después, el me tomó de la mano y nos fuimos al segundo piso de su casa con rumbo a su habitación. Debido a mi inocencia no percibí que la situación era peligrosa. Ya estando ahí el dio un trago más a su cerveza mientras que se sentaba en su cama y yo solo permanecía de pie frente a él.

???: Oye... suelta tu cabello.

Violeta: ¿Por qué?

???: Porque me pareces más linda si lo traes suelto.

El me había halagado y eso me hizo sentir muy contenta por lo que me dijo. Le hice caso y solté mi cabello para que quedara suelto.

???: Lo sabía, así luces mucho mejor.

Violeta: De ¿De verdad lo crees? Muchas gracias.

???: Ahora ven, siéntate conmigo.

Accedí de inmediato y me senté a su lado. Fue ahí que todo cambió en mi mente para siempre: el dejó su cerveza en el suelo y me sujetó de tal modo que empezó a besarme. No lo podía creer, era mi primer beso y lo tenía con aquel chico que tan ilusionada me tenía; creí que me estaba demostrando que yo le gustaba y eso me gustaba mucho. Pero al cabo de un par de minutos empezó a acariciarme las piernas; extrañamente no me sentí incomoda sino todo lo contrario. El me decía entre besos que le parecía una chica linda. Poco a poco el razonamiento se fue perdiendo de su parte y empezó a buscar el modo de quitarme el vestido. Tomé su mano y lo conduje al cierre que tenía en la espalda; al momento en que bajo el cierre yo tomé la iniciativa y me quite la prenda dejándole aquel cuerpo del que no estaba orgullosa, ya que me consideraba poco atractiva mas no era así; supongo que mi autoestima estaba a la baja debido a todo lo que padecí con el divorcio de mis padres, el ser retraída y la poca confianza que tenía. Llevaba puesto un sostén y unas panties de color rosado claro. El, al verme así...

??? Wow... luces muy bella así.

Violeta: Me da... pena.

???: ¿Por qué te ocultas? Con lo hermosa que eres tendrías a muchos a tus pies.

Violeta: Es que... no se...

???: ¿Qué te parece si llevamos esto a otro nivel?

El empezó a quitarse la camisa morada que tenía puesta al igual que su pantalón de mezclilla negro para quedar solo con un bóxer de color azul marino; además pude ver que algo parecía querer sobresalir de aquella prenda. El me tomo de una mano y me acercó a él para empezar a besarme; era una sensación que me llenaba de alegría y a la vez de placer, un placer que no había sentido en mis 14 años. Poco a poco él fue acariciando todo mi cuerpo y cada caricia que sentía aumentaba la sensación placentera hasta que sentí un intruso en mi zona íntima: él había metido un dedo y empezó a tocarme. Empecé a sentirme tan bien que no deseaba que parara, incluso le dije que lo hiciera varias veces. Y decidió ir un poco más allá: introdujo su dedo en mi interior y me hizo gemir; eso le dio a entender que me gustaba lo que me hacía, lo cual era verdad. Y fue entonces que llegue a experimentar en ese momento mi primer orgasmo, ya que liberé algunos fluidos. Después de volverme loca con ese movimiento, sacó su mano para pasar a mi trasero y empezar a tocarlo. Yo me sentía un tanto temerosa pero decidí ignorar aquel sentimiento y empecé a seguirle el juego, ya que metí mi mano en su bóxer y sentí algo bastante grande y duro. El, al sentir mi mano, soltó un gemido que solo me hizo sentir más ganas de tocarlo; y eso fue precisamente lo que hice. Tan bien se sentía acariciar aquello que el también soltó fluidos.

???: Creo que ya estamos listos.

Violeta: ¿Cómo dices?

???: Tu tranquila, verás que te va a gustar todo esto.

Nos recostamos, nos quitamos el resto de las prendas que llevábamos y el nuevamente me dijo cosas hermosas sobre cómo me veía al natural. El tomó un condón que tenía debajo de su almohada sin que me diera cuenta y empezó a ponérselo para que, un minuto después, me colocara sobre él y me penetrara con algo de fuerza. La primera sensación de tener su miembro dentro de mí me causo algo de dolor pero cedió rápidamente y después todo era placer y locura. Me sentía tan bien que deseaba no detenerme. Al cabo de unos minutos el me dijo que ya era suficiente, pero algo paso conmigo.

Violeta: Un poco más... ¿Sí?

???: ¿Lo dices en serio?

Violeta: Sí. Quiero sentirte dentro de mí otra vez.

Me había gustado tanto aquella sensación de su miembro en mi interior que quería continuar por más tiempo. El me cumplió mi "pequeño e inocente" capricho y nuevamente tuvimos sexo por un rato más. Cada embestida que me daba me hacía sentir como si fuese al cielo, estaba extasiada. Nuestros cuerpos desnudos estaban sudando en extremo y me sentía demasiado bien. Cuando terminó, él se mostró agotado mientras que yo me sentía bastante bien; me prestó una toalla para limpiarme el sudor mientras él hacía lo propio, después nos vestimos y regresamos a la fiesta. Pero ya no era la misma chica, había sufrido una transformación.

Me creí las palabras de aquel chico y empecé a vestirme un poco menos recatada, me arreglé un poco el cabello y a usar algo de maquillaje sin caer en lo vulgar. Y dio resultado: despertaba ciertos deseos en los hombres y envidias en las mujeres, logré hacerme de algunas amigas y mi forma de ser se liberó de aquella pesadez. Pero en casa mi madre seguía tratándome mal porque le seguía recordando a mi padre, aunque decidí soportar aquello. Me encontré una vez a mi padre y nos fuimos a charlar un rato; el me dijo que le gustaba como me veía, que me había vuelto una mujer muy hermosa y sus palabras me dieron todavía más seguridad en mi misma, mi autoestima se elevó a niveles insospechados gracias a él. Mantuve en secreto aquel encuentro casual.

Pero en mi interior había un ímpetu muy fuerte hacia el sexo. Aquel chico se fue a estudiar al extranjero y no volví a saber de él, así que si en verdad deseaba continuar con aquella experiencia tan deliciosa debía ser capaz de tentar a algún otro. No tardé mucho en lograr mi cometido, ya que un chico de grado menor al mío me invitó a salir; y el lugar de ir a casa le pedí que nos fuéramos a un hotel ya que "no quería ver la cara de mi mamá". El accedió sin imaginar que terminaría devorado por mis irrefrenables deseos. Y así empecé a andar detrás de cada chico que me parecía atractivo o buscado por otras chicas para apropiarme de él y hacerlo mío a través del sexo. Cuando cumplí los 19 años ya había perdido la cuenta de a cuantos hombres me había llevado a la cama y mi apetito por el sexo continuaba sin ser saciado. Mi madre me descubrió teniendo sexo con un hombre 4 años mayor que yo y se horrorizó al vernos en la cama de su habitación; fue ahí que decidió enviarme lejos para "evitar problemas" y optó por mandarme a la Ciudad de México. Pero nada más al llegar, me topé con un suculento platillo que debía probar: un chico extranjero con un tono extraño de cabello y bastante atractivo. Y de paso, continuaba seduciendo hombres de manera tan fácil, ya sabía el impacto que causaba en ellos. Pero ahora...

Fin de la retrospectiva

Violeta: ... pero eso no importa. Solo... estamos tu... y yo... ahora... hazme tuya.

Tom: Lo haré...

Tom decidió introducir un par de dedos en la vagina de Violeta; ella al sentir que su interior era invadido comenzó a soltar gemidos más fuertes ya que le fascinaba aquella sensación. Tom permaneció lamiendo los pechos de la chica y moviendo sus dedos en su viscoso interior.

Violeta: Aaahhh... Aaahhh... No te detengas... Sigue... Sigue...

No fue sino hasta que la chica sintió que se venía un nuevo orgasmo que sacó los dedos del foráneo de su interior, ya que deseaba alcanzarlo de otra manera.

Violeta: Basta de juegos, hora de la verdad.

Tom: Te hare sentir como nunca.

Violeta: Eso quiero.

La chica se despojó de la última prenda que vestía y quedó desnuda ante Tom, quien ya no soportaba más la excitación; su miembro estaba por estallar y deseaba continuar con lo que venía. El se quitó el bóxer, tomó su camisa y sacó un condón que tenía listo para esa noche, ya que sus intenciones originales era pedirle a Janna hacer el amor. Tom rompió el envoltorio y se colocó aquella protección para después recostarse, colocar a Violeta encima de él y penetrarla. Al momento de hacerlo, la chica comenzaba a sentir aquel placer que tanto ansiaba.

Violeta: ¡Ooooohhhhh!

Tom: ¡Aaahhh! ¡Aaahhh! Eres... genial...

Violeta: ¡Más profundo! ¡Más! ¡Más!

El universitario aumentó las embestidas, lo que causaba que los pechos de la chica rebotaran de forma tal que hacía sentir a Tom mucho más excitado Ambos aprovechaban el tremendo ruido que había en el salón y soltaban gemidos y gritos de placer sin que los alcanzaran a escuchar. Con lo que no contaban era que el efecto del aquel afrodisíaco los agotaría rápidamente no sin antes...

Tom: Ya... ya... no puedo seguir...

Violeta: Solo... Aaahhh... un poco más... quiero sentirte... Aaahhh... más...

Un minuto después Violeta alcanzó primero el orgasmo, cosa que no había pasado desde hacia tiempo. Tom lo hizo unos segundos después. Ambos se separaron y quedaron rendidos. Y por culpa de la ausencia de Tom en la fiesta...

Janna: ¡Déjame en paz! ¡TOM! ¡STAR! ¡MARCO!

???: Eres mía...

Janna: ¡Ayúdenme!

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