Capítulo #42

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Al mismo tiempo que ocurrían los eventos en la facultad de Psicología, un enorme grupo de personas vestidas de negro irrumpieron violentamente en las instalaciones de otras facultades para llamar la atención de las autoridades y dieran con los asesinos de 5 estudiantes; varios de ellos solo querían causar destrozos, otros solo buscaban vengarse de algunos otros o intimidar por simple placer. Pero había 2 sujetos que tenían objetivos particulares: continuar donde se habían quedado varias semanas atrás en una fiesta.

Uno de ellos escuchó por accidente lo que los porros estaban planeando hacer y le llamó la atención. Cuando lo vieron, lo identificaron rápidamente y se abalanzaron en su contra; pero este sujeto, al decir que le interesaba "ayudarles" calmó el ímpetu de aquellos sujetos y lo dejaron participar. En su mente recreaba algunas escenas, sobre todo 3 en particular: aquella donde estaba por consumar su "demostración de amor" hacia una hermosa chica de cabello dorado y ojos azules, aquella donde un sujeto de cabello castaño lo golpeaba con agresividad y una que ocurrió posteriormente con su primo.

Varias semanas antes, en la habitación de Roy

Roy: ¿Qué cosa? ¿Cómo se te ocurre hacer tal cosa?

Raúl: Y lo peor fue que no pude terminar por culpa de ese imbécil.

Roy: No me refiero a eso. Atacaste a Star; por poco y la violas.

Raúl: Y debiste ver su cara.

La expresión de Raúl no mostraba arrepentimiento alguno ante aquella atrocidad cometida hacia la novia de Marco, cosa que decepcionó a su primo. Y para mostrar aquel sentimiento, Roy lanzó un golpe hacia su primo rompiéndole la boca.

Raúl: ¿Qué te pasa? ¿No querías que le diera una lección a ese maldito?

Roy: ¿Y crees que con lo que hiciste lo conseguiste? Lo que hiciste es asqueroso y despreciable. Hubiera sido mejor que lo golpearas o algo parecido, pero intentar violar a Star...

Raúl: Y faltó poco para hacerla mía.

En ese momento, Claudia, quien escuchó toda la plática, entró a la habitación de Roy.

Claudia: No puedo creer lo que estás diciendo. Ahora entiendo mejor.

Roy: ¿A qué te refieres?

Claudia: Star no fue a la facultad toda una semana y cuando regresó se le notaba nerviosa y hasta temerosa. Seguro fue por tu culpa, Raúl.

Raúl: No te metas donde no te llaman, Claudia. Este es mi asunto.

Claudia: Y tu, Roy... ¿Estabas al tanto de que iba a hacer algo?

Roy: Sí, pero no creí que fuera a hacer esto.

Claudia: Los dos son un par de idiotas. Mejor me largo de aquí, me dan asco.

Roy: Pero Claudia...

Claudia: Más te vale no acercarte a mí, Raúl. Y Roy, tú y yo terminamos; no puedo creer que lo hayas motivado a hacerle algo malo a Star y a su novio.

Roy: ¡Tú viste lo que me hizo en la fiesta de fin de año! ¡No iba a dejar que se saliera con la suya!

Claudia: Lo único que hicieron Tom y Marco fue detener a Cristian y herir tu patético orgullo. Vaya que fui bastante estúpida.

La chica se fue del lugar dejando a Roy bastante molesto. Y como no deseaba aceptar su culpa en la situación...

Roy: Lárgate de aquí.

Raul: ¿Qué?

Roy: Mira lo que pasó por tu idiotez. No quiero que te acerques a mí por nada del mundo.

Raul: Pero...

Roy: ¡Largo de aquí!

En el presente

Al llegar el día, se presentó vestido de negro tal cual le habían dicho. Y al llegar las 8 de la mañana le llegó un mensaje donde le decían que todo comenzaba. El sujeto pidió permiso para salir al baño; pero en lugar de eso fue al punto donde se estaba reuniendo otros vestidos igual a él. Y ya estando juntos, cerca de 30 personas comenzaron a ir de salón en salón atacando a los profesores sin importar edad y género, así como amedrentar a los estudiantes. Algunos porros permanecieron en los salones hasta que llegaban sus "compañeros" para ayudarlos.

Y cuando los de negro llegaron a la clase donde estaba Gustavo...

???: ¡Muy bien, hijos de perra! ¡Si gritan, aquí se mueren!

Rápidamente sometieron a todos los estudiantes y comenzaron a llevarlos hacia el edificio donde estaban los auditorios de la facultad y retenerlos ahí. Y en un momento donde no estaba pensando bien...

Gustavo: Espera, espera. Déjenme ayudar.

???: ¿Ayudar? ¿Al menos sabes porque lo estamos haciendo?

Gustavo: Por los que asesinaron en la facultad de Filosofía.

???: Esta bien, pero si haces alguna pendejada te partimos la madre.

Gustavo: No va a pasar.

El miserable sujeto tuvo buena fortuna y logró aliarse con los porros. Le dieron un pasamontañas y comenzó a ayudar a capturar a los alumnos en otra parte de la facultad. Y cuando llegó al salón donde estaba Janna...

Gustavo: (Perfecto, aprovechare esta oportunidad y continuaré)

???: ¡Orale, cabrones! ¡Como hagan alguna pendejada, aquí los mato! ¡Entreguen los pinches teléfonos! ¡RÁPIDO!

Janna: (¿Ya llegaron? Pero si Rectoría está lejos de aquí)

Un sujeto se negó a entregar su teléfono ya que en él tenía parte de una investigación importante; y por no hacerlo lo golpearon con un bate de béisbol hiriéndolo de gravedad.

???: ¡Les dije que sin pendejadas! ¿Vieron lo que les va a pasar si se quieren hacer los héroes? ¡LOS PINCHES TELÉFONOS!

Después de ver ese crudo acto de violencia, todos cooperaron incluida Janna, quien apagó su teléfono antes de entregarlo. Luego les ordenaron salir con rumbo a los auditorios sin tratar de escapar porque les iba a ir peor. Fue ahí que Gustavo vio a Janna y se colocó detrás de ella. Pero, al salir del salón, un sujeto se acercó a la chica para decirle algunas palabras.

???: Tiempo sin verte, amor mío.

Janna: (No puede ser, solo esto me faltaba)

La mirada de Janna mostraba temor y no solo por la situación sino porque identificó la voz de inmediato: se trataba del porro líder de Odontología, Cristian. El sujeto, con cierto aire de grandeza, se despojó del pasamontañas que estaba usando para proteger su identidad y nuevamente le habló a la pelinegra.

Cristian: ¿Cómo has estado? Te has puesto más hermosa desde la última vez que nos vimos.

Janna: ... Déjame, imbécil.

Cristian: Y sigues igual de valiente, eso me encanta de ti. Oye tú, llévala al salón 4 del primer piso y no la dejes ir. Te veré en unos minutos, mi querida Janna.

Janna: ...

Resulta que la persona que recibió esa orden era Gustavo, quien se molestó de inmediato al escuchar la forma en que le hablaban a Janna, pero, de alguna forma, se mantuvo sereno y "acató" la orden.

Janna: (Solo esperare estar sola con este idiota y me liberaré)

Cristian: Y para que no se escape, toma.

El porro le arrojó a Cristian una soga para que atara a Janna. De inmediato se llevó a la chica al salón que le habían dicho. Y estando ahí, el sujeto fingió un poco la voz para no ser descubierto cuando le habló a la chica.

Gustavo: Entra.

Janna: (Bien, solo a esperar el momento)

Y ya estando ahí dentro, el sujeto se quitó la protección que llevaba para que Janna lo pudiera ver. Y cuando lo tuvo de frente, la chica tuvo un golpe de recuerdo y comenzó a caminar hacia atrás por culpa del miedo.

Gustavo: Hola Janna.

Janna: ¿Qué? Estas... estas... ¿estás con los porros?

Gustavo: Digamos que me uní para salvarme... y salvarte. Y ahora que estamos solos de nuevo...

Janna: ¡No! ¡Aléjate de mí! ¡Ayúdenme!

El sujeto cerró la puerta con seguro y lanzó una mirada pérfida y lujuriosa hacia la pelinegra, quien estaba temblando totalmente. Gustavo empezó a caminar rápidamente hacia Janna y se lanzó hacia ella con un deseo tremendo de continuar donde fue interrumpido por aquella mujer en el hotel en Toluca.

Gustavo: Ahora sí... serás toda mía.

Janna: ¡Maldito!

La pelinegra, en un acto impulsivo, le dio una patada en la zona genital a Gustavo y lo dejo hincado por un instante; y pensando que se quedaría inmóvil, la chica trató de escapar para luego ser sujetada de una mano y detenida. Fue ahí que el sujeto jaló con agresividad a Janna y la derribó lastimándola de un hombro.

Janna: ¡Mi hombro!

Gustavo: Lo siento, pero no creas que te iba a dejar ir sin antes terminar aquello.

Janna: ¡No!

Nuevamente el sujeto se colocó encima de Janna, pero en el momento en que iba a colocar una mano sobre el cuerpo de la chica, se escuchó como alguien trataba de abrir la puerta sacando de concentración al sujeto por un par de segundos.

Gustavo: Olvidé que puse el seguro, no podrá entrar sea quien sea.

Pero en eso se equivocó totalmente, ya que se escucho un golpe fuerte que venía del otro lado de la puerta; luego la puerta se abrió sin problemas. El que entró era Cristian, quien llevaba un tubo de metal bastante grande y pesado. Al ver que lo habían interrumpido, Gustavo se levantó y empezó a reclamarle a Cristian.

Gustavo: ¿Por qué me interrumpes?

Cristian: Te dije que la amarraras para que no escapara... y resulta que estas encima de mi diosa para hacer una auténtica pendejada.

Gustavo: Así es, ella es mi mujer.

Cristian: ¿Y quién lo decidió?

Gustavo: Ella es mía y de nadie más. ¡Ahora verás que soy el más indicado para ella y no tu ni ese extranjero!

Entonces Cristian, quien ya estaba a una corta distancia de Janna y Gustavo, llevó rápidamente la mano que tenía libre al bolsillo de su pantalón y sacó una navaja estilo militar y se la clavó en el cuello a Gustavo; fue ahí que el porro le dijo lo que serían las últimas palabras que escucharía.

Cristian: Un pobre diablo como tú no vale la pena; ella es y será solo para mí.

Cristian había clavado la navaja en la yugular de Gustavo y, cuando la sacó, un tremendo chorro de sangre salió disparado de la garganta del sujeto para que, un par de segundos después, cayera al suelo y terminara por desangrarse. Después de eso, fue a ayudar a Janna a ponerse de pie. La chica estaba aterrorizada por la escena.

Cristian: ¿Te hizo algo, amor mío?

Janna: ...No. Y deja de llamarme así; tengo novio y se llama Tom. Además, no tenías por que hacer algo... así de cruel.

Cristian: Todo aquel que te ponga la mano encima correrá la misma suerte; y eso va también para Tom... y su molesto amigo.

Janna: ¿Qué tiene que ver Marco?

Cristian: A él lo mataré con mis propias manos. Después de lo que me hicieron en la fiesta, fui ridiculizado por mis compañeros y eso no se puede quedar así. Por cierto, no deben tardar en traer a tu amiga.

Janna: ¡Deja en paz a Star!

Cristian: Lo haré si aceptas dejar a Tom y ser solo para mí.

Janna: ...

Cristian: Descuida, no le haré daño a la güera. Mejor te llevo al auditorio yo mismo.

Fue ahí que el porro se llevó a Janna y dejó el cuerpo de Gustavo tirado cerca de un charco de sangre.

Mientras tanto, los porros continuaban sacando de los salones y laboratorios de la facultad a estudiantes y profesores por igual intimidándolos y atacándolos. Cuando llegaron al salón de Star la escena se repitió una vez más pero nadie se resistió. Con tal evitar algún problema, todos hicieron caso y terminaron por ser conducidos a uno de los 3 auditorios de la escuela. La rubia, quien sentía algo de miedo, trató de mantenerse tranquila mientras mandaba sus pensamientos hacia sus amigos y a su novio.

Star: (Por favor, que todos estén bien)

Cuando llegó al auditorio, el más grande de los tres que hay en la facultad, empezó a buscar a su amiga pero no había señales de ella; también miraba para asegurarse de que Raúl o Gustavo no la estuvieran acechando. Había personas que estaban heridas de la cabeza por culpa de los golpes que habían recibido por resistirse a los porros, por lo que fue a ver si podía darles algún tipo de atención junto con otros compañeros; en eso entabló conversación con algunos de ellos.

Star: ¿Que le ocurrió?

???: Lo golpearon con un tubo.

???: Llegaron de repente al salón y luego algunos compañeros del salón que iban vestidos de negro los empezaron a ayudar.

Star: (Entonces ya estaban dentro) ¿Alguien tiene un teléfono?

???: Se lo quitaron a todos.

Star: ¿Cuántos de ellos nos están vigilando?

En eso un compañero de un grado superior comenzó a contarlos de forma discreta al igual que una chica que conoce a Star desde primer semestre.

???: Hay 10 en la puerta.

???: Y 5 que están rondando entre nosotros.

Star: Nosotros somos más, deberíamos ser capaces de ir sobre ellos.

???: 3 de ellos llevan pistola; los demás tienen tubos o palos.

Fue ahí que otro grupo de porros llegó al lugar llevando más personas para encerrarlas. Star miro para ver si su amiga por fin aparecía; y así fue pero también vio que estaba siendo sujetada con agresividad por Cristian.

Cristian: Te vas a quedar aquí. Y más vale que no hagas alguna estupidez porque si lo haces...

Janna: ...

Cristian: Ahora voy a ir a ver cómo van todo en Economía y Derecho.

Janna: ¿Qué? ¿Quieres decir que...?

Cristian: Sí, yo organicé todo esto. Una de las chicas que murieron era hermana de un buen amigo que está en Psicología y ni la policía ni el imbécil del Rector han hecho algo por encontrar a quienes la mataron. Y no solo es eso: tampoco han resuelto los casos de violación en las preparatorias y solaparon a los maestros que cometieron esos delitos. Si ellos no piensan hacer algo, nosotros haremos justicia por propia mano y de paso les enseñaremos como se hace.

Janna: ¿Y para eso se portan como terroristas?

Cristian: Me halagas, preciosa.

Fue entonces que el sujeto, quien aún tenía sujeta a la pelinegra, trató de darle un beso a Janna; la chica respondió escupiéndole en la cara para después recibir una cachetada.

Cristian: Mejor vete con los demás. Y más vale que pienses en lo que me acabas de hacer.

Janna: ...

Después de eso, Star, quien se mantuvo observando a la distancia, se acercó para ir con su amiga. Al ver que la rubia se acercaba a ella, la pelinegra dio unos pasos y recibió con un abrazo a su amiga.

Star: Que bueno es verte.

Janna: ...

Star: ¿Estás bien?

Janna: Gustavo...

Star: ¿Qué? ¿Ahora que hizo?

Janna: ... Cristian lo mató.

Cuando escucho aquellas palabras, Star quedo impactada; en algún momento habían dicho que se merecía un castigo por lo que le hizo a Janna pero jamás se imaginó uno tan terrible. Janna estaba temblando y se refugió en los brazos de Star para después soltar algunas lágrimas.

Janna: Y pensé... que también... me iba a matar.

Star: Ven, vayamos a otro lado.

Ambas amigas se fueron al lugar donde estaban ayudando a sus otros compañeros. Con el paso de los minutos, la pelinegra le contó lo que había pasado y los que alcanzaron a escucharla quedaron más que asustados. Star trató de mantenerse serena, ya que si caía en estado de pánico las esperanzas de algún eventual escape o supervivencia se podrían perder. Varios minutos después todos lograron calmarse y fue ahí que Star nuevamente comenzó a hacer un plan.

Star: Entiendo que todos tienen miedo, yo también lo tengo; pero si nos quedamos aquí y dejamos que se salgan con la suya, varios compañeros de aquí y otras facultades terminarán peor.

???: ¿Y lo de su petición? Si los de Rectoría y la policía no hacen algo...

Janna: Me parece más una excusa para hacer destrozos; ya saben que la policía se tarda con este tipo de casos.

Star: Es verdad; y siempre hay otras formas de llamar la atención.

???: Siguen siendo los mismos 20 pero ya no veo a los que llevaban las armas de fuego.

Janna: Seguro se fueron con Cristian.

Star: De acuerdo, hay que llamar la atención de algunos de ellos para después, entre todos, desarmarlos.

???: Pero solo somos 10.

Janna: Divide y vencerás.

Star: Buena idea.

Mientras continuaban planeando seguían atendiendo a aquellos que llegaban lastimados. Y cuando entró un último grupo de compañeros ejecutaron su plan. Star empezó a gritar para que los porros se acercaran a ella y sus compañeros.

Star: ¡Oigan! ¡Necesitamos ayuda!

???: ¡¿Qué quieres?!

Star: ¡Tiene una fractura en su brazo! ¿Tienen algo que podamos usar para entablillar?

???: A ver...

Cuando 4 de los sujetos vestidos de negro se acercaron, los compañeros de Star se lanzaron encima de ellos. Al ver este acto, algunos otros de los que estaban prisioneros comenzaron a lanzarse contra los que tenían cerca desatando algo similar a una pelea en un partido de beisbol. Uno de los que resguardaba la puerta estaba por escapar para avisar a sus "amigos" pero Janna y otras 6 compañeras lo frenaron en seco y le dieron una verdadera golpiza hasta que lo dejaron desmayado. Pasados algunos minutos, Star y Janna comenzaron a hablar con todos.

Star: ¡Escuchen todos! Debemos tener cuidado a partir de ahora, no sabemos cuántos más están rondando la facultad o si vendrán más a apoyarlos.

???: Pero ahora somos muchos, podemos con ellos.

Janna: Algunos de ellos llevaban pistola; si uno trae algo así, no quiero imaginar lo que pueden traer otros.

Star: Por eso mismo debemos tener cuidado. ¿Quién tiene amigos o familiares en otras facultades?

Varios comenzaron a levantar la mano para responder a la pregunta de la rubia; y apelando a esa situación logró convencer a aquellos que deseaban salir para escapar o combatir a los porros de no hacerlo para resguardar sus propias vidas y no poner a los demás en riesgo.

Star: Lo primero que debemos hacer es salir de este lugar y sacar a los de los otros 2 auditorios; después de eso...

Janna: ... hay que recuperar nuestra escuela.

Star: Pero no hagan la locura de ir solos; recuerden que hay personas que los esperan, personas que los quieren. Si vamos a hacer esto, protéjanse entre ustedes.

Janna: Será una pelea que recordaremos durante mucho tiempo... y la vamos a ganar.

???: ¿Y si llega la policía?

Star: Pidan ayuda, no se queden callados o pueden ser tomados por porros.

Janna: Si encuentran un teléfono que sirva, llamen rápido a la policía.

Star: (Marco, espero que estés bien)

Janna: (Tom, resiste).

Después de tomar aquellos objetos que estaban siendo usados como armas, un nutrido grupo de más de 300 alumnos salieron con rumbo a los otros auditorios para ayudar a sus compañeros. Al ver que se acercaba una marea humana, un grupo de 100 porros salieron a enfrentarlos; fue en ese instante que todos empezaron a pelear como si se tratase de la pelea de sus vidas. Después de unos 10 minutos de batalla campal, los que estaba prisioneros lograron someter a la mayoría de los porros; el problema fue que algunos de ellos lograron huir.

Star: ¡Ahora hay que sacar a los demás!

De inmediato irrumpieron en el segundo auditorio y acabaron con los pocos porros que ahí estaban logrando salvar a los otros prisioneros. De inmediato fueron a revisar si había heridos o lastimados; Janna y otros tantos más estaban organizando grupos para que se llevaran a los heridos o los que no podían moverse al primer auditorio para que los pudieran revisar. Star comenzó a pedir ayuda a los demás para ir por lo que podrían estar en el tercer auditorio; varios se unieron y, tomando las cosas que habían dejado los de negro, fueron al auxilio del resto de los prisioneros con un resultado similar. Y habiendo reunido a cerca de 900 compañeros decidieron ir a recuperar el edificio de la facultad, con todo y que podrían salir heridos o incluso muertos. Había algunos rostros que se mostraban temerosos, por lo que la rubia trató de calmarlos.

Star: Nadie está obligado a ir, pero de verdad necesitaremos a los más posibles si en verdad deseamos ayudar a nuestros compañeros, a nuestros amigos... a nuestra escuela.

Janna: Ya somos más que antes y yo sé que entre todos podemos salir adelante.

Star: No debemos dejar que el miedo nos domine, hay que enfrentarlo y superarlo. ¡Nosotros podemos!

En el auditorio se quedaron cerca de 500 personas, entre aquellos que cuidaban y los que estaban heridos, lastimados o inconscientes mientras que el resto, que eran cerca de 400, comenzaron a avanzar hacia la facultad; Star y Janna iban en ese grupo.

En otras facultades las cosas estaban mucho peor, yaque hubo quienes se resistieron a los porros; hubo algunos que terminaron conheridas o lesiones graves y no se les podía atender; en otros casos se abusó dela violencia y resultaron algunos muertos. Las cosas en el edificio de Rectoríano se veían bien, ya que se empezaban a reunir más porros que venían de las escuelaspreparatorias y hasta de otras universidades mostrando solidaridad con su causa;la policía se veía rebasada y el apoyo que habían solicitado no era elsuficiente. La situación era cada vez peor en los terrenos de CiudadUniversitaria.

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