CAPÍTULO IX

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

#Charny ♡❣

***

Tony Stark revisó por quinta vez el pulso de Charlotte en su muñeca. Latía con tranquilidad, dormía con tranquilidad. Y, sin embargo, él estaba perdiendo los nervios, más frustrado que cualquier otro día.

Se impacientó cuando la vio removerse sobre la cama, cerrar sus ojos con fuerza y arrugar su nariz respingada, como cuando tienes que despertar de una buena siesta. Tony sonrió en una mueca, resoplando. "Toda una niña", pensó.

—Despierta —le dijo en voz baja, presionándola del hombro, ella dejó de moverse y a relajar su expresión.

—Tengo sueño —respondió con voz pastosa, cansina.

Al genio se le removió algo en su interior, era la primera vez que sentía curiosidad, ternura y compasión por una mujer. "Sí. Una mujer."

—Está bien. Duerme —se rindió con un suspiro.

— ¿Dónde vas a dormir, Anthony Edward Stark? —le sorprendió ser llamado con su nombre completo, como un tierno regaño.

—Por culpa de alguien tendré que dormir en una silla —comenta, sacando una de las dos almohadas de la cama.

—No puedes hacer eso —vuelve a susurrar en forma de regaño. Él sonríe divertido—. Estás acostumbrado a grandes lujos.

Él quedó en silencio, parecía que ella le conocía bien. Pero creía que, si comenzaba a preguntar, ella desaparecería de nuevo. "Desaparecer."

— ¿Quieres que cambiemos lugares? — cuestionó con sorna, palpando la silla. En efecto, sería muy doloroso despertar por la mañana en ese lugar.

—Puedes dormir en... la cama —sugirió con un largo bostezo, y luego agregó—: No ocupo mucho espacio.

Mientras ella se recorría a un lado de la cama aún con los ojos cerrados, Stark la miró confuso. Inconscientemente caminó hacia la cama, acomodó su almohada al lado de la de ella, y la miró inclinado.

No podía creer lo que le había dicho, ni lo que estaba a punto de hacer, ni que no podía dejar de mirarla. Era como un imán, y él sabía mucho de atracción magnética. Si no le atrajera la muchacha, él se habría encargado de mandarla a un cuarto profundo de la fortaleza con extrema vigilancia. Pero él no quería hacer eso, él quería vigilarla personalmente, verla, observarla. Y mientras sacaba esa conclusión, ya estaba recostado en su propio lado de aquella cama individual, con un brazo a modo de apoyo en su cabeza, y volvió a observarla.

Aquellas facciones de su rostro, le daban un toque inocente y culpable al mismo tiempo. Y eso lo mataba. Ver esos labios entreabiertos recordándole que estuvieron junto a los suyos cada vez que los miraba. Y qué decir de sus pestañas, aquellas que adornaban en una gran curva a sus ojos. Esos ojos miel, tan iguales a los suyos.

Detuvo ese mar de pensamientos cuando Charlotte abrió los ojos y lo miró intensamente. Le sonrió un poco en cuanto pudo enfocar a su compañero de cama y volvió a sus sueños.

El hombre no podía dejar de mirarla, sentía curiosidad por toda ella. Llevó su mano derecha hasta el rostro de la mujer y, sin apenas tocarlo, recorrió su contorno y le acomodó el fleco detrás de su oreja. Ella tembló en ese instante. Se dio cuenta entonces que tenía ambas manos entre sus piernas a modo de cobijo y él sonrió con serenidad. Cubrió a la muchacha y a sí mismo con aquella prenda hasta sus hombros. Estuvo contento hasta que ella relajó sus gestos, disfrutando y agradeciendo el calor que el hombre le proporcionaba.

—JARVIS, asegura la entrada —pidió antes de cerrar los ojos.

Por la mañana, ambos seguían dormidos. Se sentían tan a gusto que ninguno tenía intenciones de abrir sus ojos. Sin embargo, Stark sabía que tenía quehaceres antes de encontrar a Loki y el teseracto, por lo que fue el primero en abrir los ojos.

Se sorprendió al encontrarse en una postura bastante comprometedora con Charlotte Hendricks, a quién abrazaba con su brazo por detrás del cuello y ella a él recargada en su hombro, escondida en la curva de su cuello. Estaba atónito, nunca había hecho eso luego de solo un rose de labios, pasar la noche con una mujer y sólo dormir. Así no era él. ¿Qué le había hecho esa mujer? Hace unos días no confiaba para nada en ella y, ahora, dormía plácidamente a su lado. No quería despertarla, no quería siquiera moverse para poder contemplarla así un momento más, seguir sintiendo sus pechos encima de sí, la forma incluso de su brasier, sus piernas contorneadas a un costado de las suyas también, sus pies entre los suyos.

¡Dios! Él era un hombre conocedor de mujeres, de cómo complacerlas. Y ella era una hermosa mujer joven e inteligente, y tenía esa aura misteriosa que no había visto en nadie más, y cuando se volvió a restregar en su cuerpo, involuntariamente él reaccionó ante ese estímulo. No pudo evitarlo.

Y cuando ella se removió encima suyo, él volvió a cerrar los ojos fingiendo dormir.

***

Lo que más odiaba de dormir, era despertar. Estaba tan a gusto que no quería que mi cerebro quisiera que me levantara. Pero, aun así, abrí los ojos.

Lo primero que vi fue una pared gris metálico enfrente. Llevé mi mano izquierda a limpiar mis ojos y, cuando quise usar la otra mano, algo estaba estorbándome. Entonces levanté la mirada y quedé pasmada.

Tony Stark dormía conmigo, junto a mí, casi debajo de mí. "¿Qué demonios hice anoche?"

De inmediato me levanté intentando moverlo lo menos posible para que no se diera cuenta de mi estúpido atrevimiento. "En todo caso, ¿por qué está él durmiendo en la misma cama que yo?" . Suspiré de alivio cuando nos vi completamente vestidos.

Me senté en la cama para abrochar mis tenis cuando él comenzó a desperezarse.

—Buenos días —saludó con una sonrisa encantadora. "Eso debía funcionarle todo el tiempo."

— ¿Por qué durmió en mi cama, señor Stark? —cuestioné un tanto molesta y avergonzada.

— ¿Disculpa? Esta es mi cama, fuiste tú quien quiso que compartiéramos —respondió, también abrochando sus zapatos—. Además, lo disfrutaste —aseguró orgulloso.

Sentía mi rostro arder. No podía decir ninguna palabra para defenderme. Y él lo sabía. Sonrió victorioso y entró al baño para asearse un poco y salió con el rostro húmedo y gotas de agua cayendo por su cabello alborotado.

—Y, después de este gran paso entre nosotros —presumió con un tono jocoso—, sólo dime Tony.

Revolvió entre sus cajones y sacó una toalla pequeña y me la entregó.

—Anda, ve a asearte —me ordena empujándome al baño—, te espero aquí.

No podía creer que me tratara de este modo. Él ya lucía su pose de macho alfa y dueño de cualquiera a su alrededor. Estaba presumiendo que había caído a sus pies. Y lo peor es que estaba haciendo exactamente eso con cada palabra que salía de sus labios. Deseaba que se callara de una vez y que siguiera hablándome por el resto de nuestras vidas.

—Por cierto —dijo de nuevo cuando estuve a punto de cerrar la puerta del cuarto de baño, miré hacia él—, qué buen par —señala con la mirada hacia mi camisa.

Bajé la vista hacia mi pecho, "¿enserio?".

—Apuesto que son ce —pronuncia con delicadeza, como saboreando la letra de la copa.

Azoto la puerta azorada. Me sentía furiosa por su comportamiento y al mismo tiempo acalorada. Claro, por la forma en que dormimos, era posible que se diera cuenta de ese detalle, o que estuviéramos tan cerca que incluso pudo haber visto la etiqueta en mi ropa interior.  


***

Final del cap 9. Si te ha gustado, vota y comenta εїз
La lectura es gratis ஐﻬ

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro