CAPÍTULO XIII

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

#Charny ♥ #Silence ❂

***
Al llegar a la parte de dormitorios, tenía que seguir caminando hasta llegar a mi oscuro, tétrico, solitario y pequeño cuarto, cuando me doy cuenta que Tony no me había soltado el brazo.

—Al diablo Barton y Coulson —comentó ante mi mirada interrogativa—. Ellos pueden dormir juntos si quisieran y nadie lo vería inapropiado.

Y, antes de soltarme u objetar nada, él ya había cerrado la puerta de su dormitorio, con seguro y ambos dentro.

—Claro, a ti nada te sorprende, ¿verdad? —cuestiono recostándome en la mitad de aquella cama individual.

—Qué bueno que me conoces —reconoció él, tomando su lugar a mi lado.

Ambos nos quedamos mirando fijamente, nuestros cuerpos estaban tan cerca, que apenas había espacio suficiente para no tocarnos.

— ¿Qué estamos haciendo? —dije en voz baja, como temiendo que alguien pudiera escucharnos, aunque sólo había ruido de motores y turbinas andando. Él se acercó aún más, pero no me tocó en ningún momento.

—No lo sé —dijo dubitativo. Hice un movimiento también quedando más cerca, ahora sí, rozando la piel de su mano—. ¿Qué haces, Charly? —me preguntó con curiosidad juntando sus cejas en duda, lo que me hizo dudar también y querer retroceder y, cuando alejé un poco mis manos, él las tomó con fuerza y las llevó hacia sus labios.

—No quiero irme —susurré, con tristeza. Pues tal vez si volvía a besarlo, volvería a desaparecer.

—No dejaré que te vayas —prometió y el siguiente movimiento lo hizo él.

Se acercó hasta encontrar mis labios, los cuales masajeaba con los suyos con tanta delicadeza como si fueran a romperse. No pude resistirme ante esa muestra de cariño. Tony Stark estaba besándome, pero esta vez se sentía diferente. Él juntó aún más su cuerpo al mío y temblé al sentir su presencia abriéndose paso en mí. Y sólo había soltado una de mis manos para poder acariciar mi rostro, enredar mi cabello suelto entre sus dedos.

Yo no quería dejar de besarlo, y me había dado cuenta que ya había nublado mis sentidos. No debía dejar que pasara esto, pero tampoco podía evitarlo. Y no quería.

Intercambió su mano para no soltar la mía mientras me acariciaba con la otra. Era como si supiera que me iría en cualquier momento y no quisiera dejarme ir. Justo como dijo.

—Tony... —susurré con los ojos cerrados, hice que soltara mi mano y él se colocó encima mío una vez que sintió mis brazos alrededor de su cuello. Ya sabía que no me iría a ningún lado. Me había aferrado a él.

—Odio este pijama de gatitos —dijo con voz baja, entrecortada.

Sonreí ante ese comentario sin apenas abrir un poco los ojos, estaba disfrutando al máximo ese momento. Él dejó mis labios y fue depositando besos húmedos desde mi quijada hasta llegar a mi cuello, justo debajo de la quijada. Ése era mi punto débil, y ahora él lo sabía. No pude evitar arquear la espalda y echar mi cabeza para atrás, dándole un mejor acceso a ese lugar.

Comenzó a levantar mi blusa de tirantes con su mano derecha, experta en construir trajes Mark y acostumbrada a golpes rudos con delincuentes y dioses, palpando sólo la suficiente piel de mi cintura hasta mi espalda, donde encontró la conexión de encaje, que hizo se soltara de un sólo movimiento de su índice y pulgar. Volví a suspirar y esta vez, él me acompañó.

—Este también lo odio —comentó refiriéndose a la tela que acababa de soltar. Dejé salir una pequeña carcajada en respuesta a su comentario.

— ¿Odias toda mi ropa? —cuestioné regresando a mi tarea de besarlo intensamente. Él se alejó un poco de mí, levantándose unos centímetros. Pude sentirme temblar ante su intensa y oscura mirada.

—Solo cuando no me deja tocarte —respondió y volvió a atacar mi cuello. Me escuché suspirar de placer y él sonrió respirando entrecortadamente—. Eso dejará marca.

***

Ya había dicho que no me gustaban las mañanas por tener que levantarme. Especialmente esta mañana, que me sentía tan cómoda, con un calor agradable que me impedía abrir los ojos, pero aun así lo hice. Y lo segundo que hice fue sonreír.

Tony aún dormía a mi lado, lucía su torso desnudo y emitiendo una brillante luz azul blancuzca. Esta vez su rostro no reflejaba desdén, ni curiosidad, ni estrés, ni burla, ni enojo. Sólo había serenidad en él. Recordé entonces sus besos, dulces y suaves y al mismo tiempo llenos de lujuria. Sólo él había logrado hacer eso: Hacerme sentir como una mujer deseada, amada. Pero, ¿qué pensaba él realmente? ¿Qué había sido para él?

Intenté mover mi mano, pero ésta estaba fuertemente sujeta a la suya. Teníamos nuestros dedos entrelazados, lo cual me sorprendió un poco. Tony no era de esa forma: dormir plácidamente al lado de una mujer por la que sólo sentía atracción física o sexual; él sólo obtenía lo que quería y desaparecía antes del amanecer y luego actuaba como si no importara. Yo lo sabía. Él lo sabía. Clint Barton lo sabía. Incluso mi madre lo sabía.

"¡Mi madre!"

Me levanté ofuscada quedando sentada en la cama. Haciendo que Tony se sobresaltara también. Por reflejo me cubrí con la sabana.

— ¡Ay, por Dios! Mi mamá no puede enterarse —dije asustada.

—Yo no voy a decirle —me aseguró sonriente, acercándose a mí y besando ruidosamente mi hombro.

Y antes de que pudiera responder a su sarcástico comentario, golpearon tres veces la puerta de la habitación.

— ¿Tony, estás despierto? ¿Puedo pasar? —la voz de Clint Barton sonó preocupada, regresé mi mirada hacia un Tony de aspecto divertido—. Charly no está en su habitación ni en el laboratorio —Tony bufó exasperado e inmediatamente me hizo pensar que era porque otro hombre preguntaba por mí, lo cual me sorprendió—. ¿La has visto?

Aparentemente al gran genio playboy se le hizo graciosa la situación: yo boquiabierta al ver la expresión triunfal de Tony cuando alguien más pregunta por la mujer que se encuentra despertando a su lado. Llevé mis manos hasta sus labios para evitar que dijera alguna tontería como: Durmió conmigo.

Tony abrió excesivamente sus ojos almendras brillantes al ver que ya no había sábana tapando mi cuerpo, inmediatamente sentí aquella vergüenza rojiza posada en mis mejillas, y el resto de mi rostro, y volví a tapar mi desnudez con la sábana. Tony sonrió y rápidamente depositó un suave beso en mis labios.

—Usa el baño —me pide en susurro—. Le diré que se vaya y que no moleste a mi mujer.

— ¡Tony...!

Calló mi reclamo silencioso con otro corto beso y se levantó de la cama, él sí había dormido con su bóxer puesto, "qué tramposo", pensé.

Desde el baño podía escuchar que Clint parecía bastante preocupado pues había explicado que me había buscado por bastantes lugares del helicarrier y no estaba por ningún lado. Me sentí culpable de inmediato. Hice preocupar a alguien mientras yo tonteaba con Tony Stark.

"Por qué fue un tonteo, ¿no? ¿Para ambos?"  


***

Domingo de Lectura C:

¿Qué tal el capi? ¿Les habría gustado algo diferente? ¿Que por fin pudieran haber dormido? :D Ojalá su madre no se entere...

En fin, si te ha gustado déjame saberlo con alguna muestra de cariño ------> Estreshitas  ★ ★ ★ o un comentario C:

Saludos cibernéticos ✌

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro