Dairiki46, aquí está el cap 14

Narrador Omnisciente

El estallido repentino de una fuerza destructiva de proporciones colosales, alcanzando los 600 metros en altura, sacudió el campo de batalla. En un instante, capturó la atención de Eren, cuyos sentidos estaban siempre alerta para cualquier amenaza. Pero este estallido no era uno común; dio origen a una criatura titánica de proporciones apocalípticas: el Titán Infernal Mega Colosal.

Con su estatura imponente de 600 metros, esta monstruosidad eclipsaba por completo a Eren, quien se encontraba con sus enemigos, Reiner, Ymir y Bertholdt en ese momento. Conscientes de la inminente peligrosidad, los tres aprovecharon el caos para alejarse rápidamente de la escena, dejando a Eren solo frente a la amenaza.

Eren, con una mezcla de valentía y desesperación, fijó su mirada en el Titán Infernal Mega Colosal. Sin titubear, exclamó con determinación: "¡Te voy a matar!", y se lanzó hacia su enemigo, sin importar que su propio tamaño era de tan solo 15 metros en comparación.

El Titán Infernal Mega Colosal, consciente de la amenaza que representaba Eren, respondió lanzando ráfagas de fuego en su dirección. Sin embargo, gracias al poder de la coordenada que Eren poseía, su cuerpo resistió los embates sin sufrir daños significativos. Aun así, la violencia del ataque lo sacudió, dejándolo momentáneamente aturdido y desorientado.

El Mega coloso titán aprovechó ese momento de vulnerabilidad y, con una fuerza descomunal, propinó una poderosa patada a Eren. El impacto fue devastador, lanzando al joven titán aéreo por los aires. Eren, despojado de cualquier control sobre su cuerpo, voló sin rumbo hasta finalmente estrellarse contra uno de los imponentes árboles de 80 metros de altura que se alzaban en el campo de batalla. El impacto fue brutal, dejando a Eren aturdido y desgarrado entre las ramas y hojas, incapaz de moverse por un momento.

Eren se encuentra en una situación desesperada. Su cuerpo gigantesco, de unos 15 metros de altura, se encuentra en la cima de un imponente árbol de 80 metros, tratando de mantener el equilibrio mientras el suelo tiembla bajo las pisadas del colosal enemigo.

El Titán Infernal Mega Colosal se acerca lentamente hacia Eren. A pesar de su tamaño impresionante, su enorme masa lo hace más lento y torpe en comparación con el ágil y veloz Titán de Ataque de Eren.

La mente de Eren está llena de pánico y desesperación. Sabe que no puede moverse en su posición actual y que está completamente vulnerable ante el inminente ataque del Titán Infernal Mega Colosal. "Mierda", se dice a sí mismo en un susurro, sintiendo cómo su corazón late con fuerza mientras el suelo retumba bajo los pasos amenazantes de su enemigo.

Justo cuando parecía que la derrota era inevitable, un repentino y potente golpe de viento azota al Titán Infernal Mega Colosal, logrando hacerlo retroceder unos cuantos pasos. Eren levanta la mirada y se sorprende al ver a su madre, Carla, en su propia forma de Titán Elemental de 15 metros, empuñando el poder del aire en sus manos.

Carla, con su cabello largo y oscuro ondeando al viento, utiliza su habilidad de manipulación del aire para propulsarse hacia el lugar donde se encuentra su hijo. Su rostro muestra una mezcla de alivio y determinación al ver a Eren vivo y luchando contra el enemigo. A pesar del cansancio y el dolor que siente en su cuerpo, sabe que debe enfrentar al Titán Infernal Mega Colosal para proteger a su hijo y a la humanidad.

Con cada movimiento grácil y poderoso, Carla se acerca rápidamente a Eren, creando ráfagas de viento que hacen vibrar las hojas de los árboles a su paso. Su mente está llena de pensamientos y emociones encontradas mientras se prepara para enfrentar al imponente enemigo. "Gracias a Dios está bien", piensa en un susurro, sintiendo cómo su corazón se llena de gratitud al ver a su hijo, a quien pensó que había perdido, frente a ella.

Una vez que se encuentra a pocos metros de distancia de Eren, Carla dirige su mirada hacia el Titán Infernal Mega Colosal. Sus ojos, llenos de determinación y valentía, se clavan en la mirada amenazante del enemigo. Sabe que la batalla será feroz y que la supervivencia de la humanidad está en juego, pero está dispuesta a enfrentar cualquier desafío con tal de proteger a su hijo y a todos aquellos a quienes ama.

La determinación en los ojos de Carla brilla intensamente mientras se prepara para enfrentarse al Titán Infernal Mega Colosal "No dejaré que toques a mi bebé", Su furia es palpable, y sus pensamientos están llenos de un único propósito: proteger a su amado hijo a toda costa.

Sin dudarlo ni un segundo, Carla se lanza hacia el imponente enemigo, utilizando su titán elemental para lanzar poderosas ráfagas de agua y viento. El agua se convierte en un torrente que cae sobre el cuerpo en llamas del Titán Infernal, apagando sus llamas y contrarrestando su poder destructivo. Las ráfagas de viento, por su parte, azotan al colosal enemigo, desestabilizándolo y dificultando sus movimientos.

Carla sabe que, para que el Titán Infernal Mega Colosal pueda volver a encender sus llamas y recuperar su letalidad, debe gastar una gran cantidad de energía. Con cada ráfaga de agua y viento que lanza, Carla está consciente de que está agotando las reservas de energía de su formidable oponente. La estrategia es clara en su mente: debilitar al Titán Infernal hasta el punto en que ya no pueda recuperarse.

Con cada embate, Carla se acerca más y más al Titán Infernal Mega Colosal. Su determinación y valentía no flaquean ni un instante. Cada golpe que asesta, cada ráfaga de agua y viento que lanza, está impulsada por el amor y el deseo de proteger a su hijo. "¡Debes morir ahora!" piensa con una determinación inquebrantable, consciente de que no puede permitir que ese Titán cause daño a Eren ni a nadie más.

La batalla es intensa y desgarradora. Carla continúa atacando con ferocidad, aprovechando cada oportunidad para debilitar al Titán Infernal. Su mente está enfocada únicamente en la victoria y en la seguridad de su hijo. No importa cuánto tiempo dure la batalla ni cuán descomunal sea el enemigo, Carla está dispuesta a darlo todo para asegurar que su bebé esté a salvo.

El rugido de la lucha se mezcla con el estruendo de los golpes y el choque de los elementos. Con cada ataque, Carla se acerca un poco más a su objetivo final: acabar con el Titán Infernal y proteger a Eren. Su determinación inquebrantable y su amor maternal la impulsan hacia adelante, sin importar el costo.

En el frenético enfrentamiento entre Carla, la Titán Elemental, y el imponente Titán Infernal Mega Colosal, la batalla alcanza un punto crítico. A pesar de la abrumadora diferencia en tamaño, con Carla midiendo apenas 15 metros en comparación a los descomunales 600 metros del Infernal Mega Colosal, la valiente Titán Elemental parece tener una ventaja estratégica y táctica sobre su formidable oponente.

Carla, con su ágil y veloz naturaleza elemental, se mueve con una destreza inigualable por el campo de batalla. Cada uno de sus movimientos parece estar imbuido con una gracia sobrenatural, permitiéndole esquivar los ataques del Titán Infernal Mega Colosal con facilidad. A medida que avanza, su presencia se vuelve más y más imponente, como si la misma naturaleza estuviera a su favor.

Sin embargo, la situación se torna aún más intensa cuando Mikasa, portando su propio Titán de la Oscuridad de 15 metros, se une al combate. Con una determinación férrea en sus ojos, Mikasa se posiciona al lado de Carla, mostrando una lealtad y camaradería inquebrantables. Su presencia añade una nueva capa de confianza a la Titán Elemental, quien asiente en agradecimiento.

"Señora Jaeger, juntas tenemos el control de esta situación", declara Mikasa con una voz llena de convicción. Su tono refleja una determinación inquebrantable, como si la victoria ya estuviera asegurada.

Carla, apreciando la valentía y el espíritu de lucha de su aliada, asiente con determinación. "Debemos debilitarlo aún más", responde Carla, instando a Mikasa a continuar atacando con todo su poder. La estrategia está clara: mantener la presión constante sobre el Titán Infernal Mega Colosal hasta que finalmente flaqueé.

Con sus habilidades combinadas, Carla y Mikasa se lanzan al ataque con una ferocidad sin igual. Sus movimientos coordinados y su astucia táctica les permiten abrumar al formidable Titán Infernal Mega Colosal. Cada golpe y cada embestida es ejecutada con precisión, causando estragos en la defensa del coloso.

Sin embargo, el Titán Infernal Mega Colosal, en un intento desesperado por sobrevivir, desata su último recurso: una violenta ráfaga de vapor abrasador. El calor se intensifica alrededor de Carla y Mikasa, envolviéndolas en una nube de vapor que alcanza temperaturas extremas. El impacto es devastador, lanzando a ambas titanes a volar por los aires, dejándolas gravemente heridas.

Eren que aún se encontraba en lo más alto de sus 80 metros de altura. Desde esa posición, pudo presenciar con horror cómo el Titán Infernal Mega Colosal, envuelto en un vapor infernal, lanzó a volar a Carla y Mikasa. La ira se apoderó de él, y se movió con determinación para saltar desde el enorme árbol en el que se encontraba.

"¡Me las vas a pagar!", exclamó Eren, su voz llena de rabia resonando en el aire. La furia impulsaba cada uno de sus movimientos. Su determinación era inquebrantable. Nadie, absolutamente nadie, se atrevería a tocar a su madre o a Mikasa sin enfrentar las consecuencias más terribles.

En ese momento, los recuerdos de los momentos compartidos con Carla y Mikasa inundaron la mente de Eren. Las risas, los momentos de apoyo mutuo, los lazos que habían forjado juntos. Eran esos momentos los que Eren no estaba dispuesto a dejar que terminaran, mucho menos a causa de un enemigo despiadado.

Eren apretó los puños con tanta fuerza que sus palmas se hicieron sangrar. El dolor físico pasaba desapercibido ante la intensidad de su determinación. "¡No dejaré que les sigas haciendo daño!", gritó con voz firme y potente, sus palabras resonando en el inmenso bosque colosal. Su espíritu se elevaba con cada palabra pronunciada, prometiendo venganza y protección a aquellos que amaba.

En ese momento, Eren se lanzó hacia el Titán Infernal Mega Colosal, con un único objetivo en mente: proteger a los suyos y asegurarse de que ningún enemigo vuelva a amenazar la felicidad que tanto le costó construir.

Eren, en su forma de Titán de Ataque, experimenta una transformación impresionante. Su tamaño se incrementa de los 15 metros habituales a unos descomunales 180 metros. Este nuevo ser es conocido como el Titán Fundador Debilitado, el príncipe de los titanes. Aunque posee solo una porción reducida del poder total del Titán Fundador, Eren utiliza de manera inconsciente una pequeña parte del poder completo de la coordenada.

Con determinación en sus ojos, Eren se acerca lentamente al imponente Titán Infernal Mega Colosal. Su voz resuena en el aire mientras declara con firmeza: "Te haré caer, maldito bastardo. Tu caída será Mega Colosal". La confianza en sí mismo y en el poder parcial del Fundador fluye a través de él, sin importarle que su adversario tenga una altura de 600 metros, tres veces mayor que la suya. Eren sabe que ahora es el Príncipe de los titanes y confía en su capacidad para enfrentar cualquier desafío.

Aunque consciente de que posee solo una fracción del poder total del Titán Fundador, Eren se impulsa hacia adelante sin temor ni vacilación. En lo más profundo de su ser, sabe que puede enfrentar al Titán Infernal Mega Colosal y hacerlo caer. No solo está decidido a proteger a quienes ama, sino también a demostrar que él, como el príncipe de los titanes, posee una fuerza y una determinación inquebrantables.

Con cada paso que da, Eren se prepara para el enfrentamiento épico que está por venir. Sabe que la batalla será difícil y desafiante, pero su confianza en su propio poder y en el poder parcial del Titán Fundador lo impulsa hacia adelante. Enfrentará al maldito bastardo con todo lo que tiene, dispuesto a hacer que su caída sea verdaderamente Mega Colosal

...

Erencio se convirtió en el príncipe de lo que más odia