capítulo 12

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Editado: 15/ 11/ 2021

[Himawari, Konoha, residencia Uzumaki]

Una semana y media, le tomo una semana y media volver a la normalidad, y desde entonces se ha ocupado de mis cuidados ya que mis ojos aun ahora no se han recuperado por completo y deben seguir guardando reposo; en mi último chequeo la calidad de mi vista es borrosa, así que la señorita Sakura recomendó guardar reposo por al menos otras dos semanas para que mi vista volviera a su punto normal, pero la verdad no es un problema ya que Shikadai se ha quedado cuidando de mí, de pronto me ayuda con todo y cada mañana viene por mí a la casa para luego llevarme a dar vueltas por Konoha, hasta me ha llevado con mi padre y ha tenido charlas con él.

—Hima, buenos días, traje fruta, buenos días señora Hinata ¿Va a ver a su esposo?

—Si, vamos pasa, esta es tu cada después de todo... Hima esta en la sala escuchando música.

— ¡Mamá! —sus pasos descienden con prisa por las escaleras —hoy voy a acompañarte, ey Shikadai, nos vemos amigo.

— ¡Adiós! —la puerta se cierra —Hola, ¿Cómo se encuentra la chica más linda de Konoha?

Dejando relucir mi sonrisa me pongo de pie estirando los brazos en dirección a su voz, escucho como da un paso al frente y mis manos pueden sentir la tela de su ropa... sin dudarlo deslizo mis manos por sus hombros hasta poder abrazarlo.

—Estoy bien, —me aparto — ¿Qué planes tienes hoy para mí?

—Mmm, pensaba en ver una película contigo y...

El toque de la puerta detiene sus palabras, él toma mi mano y me guía a la puerta mientras pide un momento.

—Y los invitados ya han llegado.

—Mmm por el olor... puedo intuir que viene choucho con unos dangos en mano, y la otra persona... um... no, no puedo adivinar quién es...

—Eso es porque solo nos hemos visto por corto tiempo, es normal que no me reconozcas.

— ¡Shinki! —Digo animada —tu voz, creo que es sorprendente, pero puedo distinguir a la gente por su voz... bueno, da igual, —tocando el brazo de Shikadai me hago aun lado —por favor pasen, mi casa es su casa ¡Ha! Y, estoy feliz de que ya se conozcan, deberían platicarme un poco sobre el cómo sucedió eso.

—Hablando de platicar cosas, —menciona Choucho —el tema de ver una película ¿No crees que es una recomendación algo cruel Shikadai? Ya sabes, por el tema de que Hima no puede ver...

—De hecho, ella fue la que sugirió esto la semana pasada.

—He visto casi todas las películas —expreso orgullosa —que me podrían decir, así que digamos que puedo adivinar las escenas de memoria... casi a la perfección, en fin... —extiendo mi mano consiguiendo tocar a mi amiga —además de Dangos, —me inclino olfateando — ¿Acaso es Ramen eso que tienen ahí?

—Comienzo a pensar, —ríe levemente abrazandome por el hombro —que tienes el olfato de los Inuzuka.

—El tío Kiba es increíble con su olfato, —informo a Shinki —aunque ya hace un tiempo que no viene...

—Me parece que se fue de viaje con la amante de los gatos, al menos eso escuché —menciona Shikadai — ¿No es así Choucho?

—Quiero suponer, eso oí yo también.

—De verdad lo hizo —tomo asiento entre Shikadai y choucho.

—Entonces, —menciona Shinki — ¿Qué película veremos?

—Ya qué a nuestra herida amiga le encanta el terror y la risa, puedo suponer que ira de algo así.

—Suena bien para mí.

Shikadai se levanta del sofá, seguro para ir por las películas que tengo en casa, yo me giro sujetando el brazo de Choucho.

—Entonces, mientras Shikadai esta con eso... ¿Pueden platicarme como fue que se comenzaron a hablar y todo eso?

— ¿Qué tiene eso de interesante? —menciona con diversión mi amiga —no paso nada fuera de lo común... al momento en qué te trajeron era obvio que tu mejor amiga debía ir para ver que estuvieras bien, pero... Shinki me detuvo en la puerta sin dudarlo, me explicó lo que ocurrió en el campo de batalla.

—Lo dicho, —le da la razón —Choucho estaba llorando mares, y casi me mata por no dejarla pasar a verte... —ríe levemente.

—Si, si... —menciona con vergüenza dando un suave suspiro —lo siento, estaba un poco alterada y me detuviste, a mí nadie me detiene.

— ¿Un poco? —ríe —activaste tu poder y me disté un pisotón tan grande que tuve que ir yo a la enfermería.

[Shikadai]

Volviendo la mirada puedo disfrutar del verla sonreír ampliamente, amo verla tan feliz, pero... de verdad lo lamento Hima, yo me siento pésimo de no haber cumplido mi promesa de protegerte, mirar las heridas graves que ahora tienen tus ojos me mata... y recordar las heridas que marcaban tu linda piel me hace enfadar sobre mis capacidades. Detengo mis pensamientos al sentir una lágrima rodar por mi mejilla, limpio mi rostro y sin más pongo la película; con una sonrisa en cara tomo el ramen de Hima y lo preparo para luego sentarme a su lado con el tazón en mis manos.

—Cuando me lo contaron yo también casi muero de risa, definitivamente debí haber visto tu cara en ese instante Shinki —río ampliamente.

—Qué malo eres... —cubre su boca evitando reír —pobre de su... —se inclina sobre mi hombro riendo un poco —pie...

—No me mires así, —Dice algo apenada hacia Shinki — ¡Te pedí disculpas! ¡No pienso volver a pedirlas!

—Sea como sea, así fue como nos conocimos, estuvimos esperando afuera de la sala hasta que ustedes se mejorarán, o al menos despertarán... —señala a choucho —ella estuvo llorando a mares, y créeme Shikadai, yo estaba preocupado.

— ¡Créele! No dejaba de mover su pie haciendo un maldito ruido que me ponía de los nervios, además sus manos... —toma las manos de Shinki —debiste verlas, no podía detenerse de moverlas, también... —se inclina hacia nosotros —creo que comenzó a llorar, él bajo la mirada de pronto y simplemente froto su rostro con fuerza, de verdad, toda la pintura se le esparció por todos lados, fue entonces... cuando tu dulce mami Hima, me pidió que fuera a revisar el cómo se encontraba.

— ¡Te dije que no lloré! ¡Era simplemente el sudor que entro en mis ojos! En fin... —continúa avergonzado —llego a mi lado para preguntarme el cómo estaba, recuerdo que tomó mis manos suavemente y las apretó un poco...

El silencio llena la sala y las miradas de ellos se encuentran entre una leve sonrisa; Hima aprieta mi pierna, su sonrisa es inmensa, pero me hace una señal de silencio para evitar que arruinemos el momento con una charla.

—Y... —prosigue Choucho apartando la vista —y entonces le comencé a dar ánimos como siempre suelo darlos.

— "Demasiado débil" —imita la voz de Choucho —eres un hombre, yo tengo derecho a llorar, tú no... es más, Shikadai esta en mejor estado que mi Hima ¡Deja de llorar chico torpe!

Ambos sonríen hacia el otro, y sin dudarlo yo dibujo una carita sonriente en la pierna de Hima con la yema de mi dedo, ella da un pequeño salto de sorpresa y al segundo se pega contra mi pecho con alegría. Esta es nuestra forma para que comprenda las emociones de las personas delante suyo.

— ¿Y después del hospital?

— ¿Después? Bueno... él me llevó a mi casa, platicamos un poco... y cada día íbamos a verte así que nos conocimos un poco más en cada encuentro.

—Y ahora nos llevamos muy bien, por cierto, mi padre me permitió quedarme en la villa mientras duré la recuperación de ambos, así que... podemos salir cuanto quieran.

—Yo ya salgo con él, pero, de hecho, ambos deberíamos pasar el tiempo con ustedes, digo... ¿Cómo es que Shikadai te lleva al bañ...?

— ¡Calla! —pide avergonzada y nerviosa — ¡Calla! Ya entendimos, cállate Choucho...

Mi cara calentarse en vergüenza. La verdad, el tema de llevarla a hacer sus necesidades... bueno, siempre le pido de favor a alguna señora. Dios ¿Por qué tuvo que decir eso?

—En fin, quedamos mañana, —expreso en un suspiro —ya afuera podemos decidir a donde ir.

—Se supone que ya están poniendo los juegos fuera de la villa ¿No? —cuestiona sonriente.

—Si, pude verlos cuando nos dirigíamos aquí, —observa a Choucho — ¿Qué es eso?

—Se supone que esas personas llegaron el día de la guerra, es un circo ambulante o algo así... —contesto a su pregunta —pero el señor Naruto los ha contratado para venir cada año en esta época, solo como... una pequeña distracción a la rutina.

—Los inventores de Konoha crearon juegos mecánicos para que además de la diversión con el circo se pasara un gran rato fuera, es como... una feria, además, las ganancias se dividen en partes iguales para el circo y la villa.

—Y su padre siempre nos da boletos y pases gratis —abraza a Hima por el hombro.

—Así que ir y pasar un gran rato no suena nada mal para nosotros —sonrío.

—Entonces, —toma mis manos y gira la cabeza hacia los chicos —mañana nos vemos en la gran puerta a las siete treinta, ya después podemos ir de juego en juego.

—Por mi esta bien, pero... creo que sería buena idea que te comieras ese ramen antes de que se enfríe.

— ¡Cierto! —revuelvo el contenido —el ramen... vamos, abre la boca.

Entre su leve risa Hima sigue mis instrucciones y al dirigir mi mirada hacia Shinki, puedo percatarme como mi primo descansa el brazo por encima del sofá, justo detrás del cuerpo de Choucho, pero sin decir palabra solo los dejo seguir viendo la película. Al terminar Hima se levanta con Choucho para ir a platicar a la cocina mientras yo levanto las envolturas de la sala junto a Shinki.

—Ya sé lo que vas a preguntar, y no... aun no somos nada.

—Pero si ni siquiera dije nada —río.

—Sé nota de más que Hima y tú quieren que ocurra algo entre nosotros, pero n estoy muy seguro... digo, tampoco es que ella crea en el amor a primera vista... —busca mi mirada con prisa — ¿O sí?

El color en sus mejillas lo have bajar la mirada con vergüenza, se deja caer en el sofá y cubre su rostro mientras inhala tratando de recuperar su siempre serio ser.

—Y ahora estoy diciendo cursilerías de niñas...

—Shinki, yo... —tomo asiento a su lado —con esas cursilerías de chicas logre acercarme a Hima, ya que... —froto mi nuca —bueno, al igual que tú, yo me enamoré a primera vista de esos hermosos ojos azules que ella tiene... —exhalo un suspiro —de verdad espero que mejoré pronto, extraño verla mirarme con entusiasmo... —confieso con algo de vergüenza.

— ¡Pero Hima es Hima! Por otro lado, Choucho... ella es un poco diferente a ella, sabes qué.... Creo que ya veré qué hacer con eso... bueno, —levantándose analiza el lugar —creo que ya acabamos aquí, así que... ¿Choucho, nos vamos?

—Si voy yendo, —sonriente guía a Hima —vamos, te dejo con tu cuidador...

Al tener su mano entre las mías puedo ver a Shinki darle sus cosas a Choucho, ellos salen luego de despedirse de ambos con un abrazo y pedirme que cuide bien de mi pareja. Al verlos marchase no dudo ni un minuto en abrazar a Hima por la espalda descansando mi mentón sobre su hombro, ella ríe levemente y al segundo se gira para abrazarse contra mi pecho.

— ¿Te parece si subimos a mi habitación?

—Si eso está bien por ti.

Al estar arriba me recuesto boca arriba mientras ella permanece sobre mi pecho con su habitual sonrisa, mientras yo la peino con mis dedos Hima parece relajarse, me inclino para besar su frente y al segundo obtengo su sonrisa.

—Estaba pensando, —comenta — ¿Ya has hablado con mi padre?

— ¿Crees que ya es momento de hacerlo?

—Pues... digamos que ahora estamos siendo observados por mi ventana, y no creo que sea choucho o alguien más...

Con total sorpresa vuelvo la mirada hacia la ventana, el pánico me llena al percatarme de qué ciertamente hay un clon en la ventana, pero apenas se percata de mi mirada el clon desaparece dejando una suave nube de Humo.

—Esta bien, creo que debería hablar con él, pero quizá deberíamos esperar a que llegue Boruto o tu mamá, no puedo simplemente dejarte sola.

—Esta bien, en fin... —suspira descansando su mejilla en mi pecho —me gusta estar así contigo, y el sonido de tu corazón me calma mucho... ha, por cierto, creo que Choucho se le quiere declarar a Shinki, pero ella piensa que él no la quiere...

—Si cómo no, Choucho es despistada justo ahora... sabes, cuando estábamos viendo la película mi primo hizo ese viejo truco de estirarse y pasar su brazo por detrás del cuerpo de Choucho...

— ¡Ow! —abatida sé queja —de verdad estoy odiando esta ceguera.

Nuestra risa se hizo presente. Las horas pasaban y entre el escuchar música terminamos recostados al lado del otro con el sueño sobre nuestro cuerpo. Mis pesados parpados comenzaron a ceder.

[Himawari, residencia Uzumaki]

El sonido de mi celular me hace levantarme algo adormilada, no... ese sonido no es de mi celular, es el celular de Shikadai. Abriendo de forma cuerda mis ojos puedo percatarme de la presencia de Shikadai a mi lado, esta de costado y me abraza contra su pecho, encantada me acurruco contra su cuerpo deslizando mi mano por su espalda hasta poder llegar a su bolsa trasera donde tiene su celular, lo tomo con cuidado... y contesto.

—Si ¿Quién habla?

—Hima, soy mamá, ¿Dónde está Shikadai?

—Um... —froto mis ojos —nos quedamos dormidos y él no ha despertado aún... ¿Qué paso?

—Bueno, creo que no podré volver esta noche, y Boruto... bueno ¿Cómo decirlo? Está ocupado, así que necesito que Shikadai se quede contigo.

—No deberías de preocuparte, aunque no se lo pidieras él se iba a quedar si veía que ustedes no regresaban.

—Oh, muy bien, eso esta muy bien, entonces... descansen, confío en ambos.

—Mamá, él es muy respetuoso y confiable, nunca me tocaría sin mi consentimiento.

—Cuídate, yo sé que así es él.

Colgando el teléfono vuelvo a meterlo en su bolsillo, sus ojos se abren y me sonríe juguetón entre su adormecimiento.

— ¿Acaso... intentas abusar de mí?

Mi risa sale al instante y me dejo caer sobre la cama mirándolo frotar sus ojos para despertar un poco.

—Para nada es eso, te respeto completamente... —vuelvo la vista a él —mi madre te llamó.

El miedo lo invade y se levanta enseguida de la cama para buscar su móvil entre las sabanas, su mirada viene sobre mí.

— ¿Qué te dijo?

—Que te quedes conmigo esta noche porque ella no podrá regresar, y Boruto tampoco puede volver.

— ¡Si! —grita entre un parpadeo inquieto —Bu... bueno, si, esta bien... —observa la hora en el reloj de pared —apenas son las ocho, así que bajaré a preparar algo de comida, y llamaré a Shinki... ¿Vienes conmigo?

—Estaba pensando en ducharme, —confieso algo apenada —no te preocupes, aunque no veo perfectamente puedo ver un poco las cosas, y sé donde están, además puedo gritarte si necesito algo... pero tendrás que subir por mi cuando acabe.

— ¡S... si! Um... trata de no mantener los ojos abiertos por mucho tiempo.

Con un asentimiento cierro mis ojos, su andar comienza y la puerta de mi habitación se cierra. Con total calma me encamino al ropero abriendo para sacar mi ropa, mi toalla, y demás cosas de baño... con cuidado y pegada a la pared sigo mi camino hacia la ducha; dejo mis cosas sobre el lavabo y comienzo a quitarme la ropa.

Lo normal es que mi madre me ayude para hacer esto, pero ellos exageran un poco, solo tengo un pequeño problema con mis ojos justo ahora, no soy incapaz de hacer este tipo de cosas, lo único que podría causarme problemas sería manejar el fuego en la cocina, pero siempre me puedo hacer un refrigerio frío. Con cuidado me adentro bajo la regadera y dejo caer el agua sobre mi cuerpo; me pregunto como hará Shikadai para bañarse si no tiene ropa aquí, al terminar de ducharme comienzo a secar mi cabello y a desenredarlo un poco para amarrarlo con una pinza.

Me adentro en la tina, esto me encanta, amo descansar con un baño refrescante luego de misiones pesadas, recuerdo... esa vez cuando fui con mi equipo a Suna, lo mejor... lo mejor. Comienzo a frotar mi cuerpo con mis manos; al termino de mi baño cubro mi cuerpo con una toalla mientras con mi otra mano seco mi cabello, salgo de la habitación y tomo asiento sobre mi cama para terminar de secar mi cabello con la secadora, una vez acabo me encamino a mis cajones para sacar mi ropa interior, me colocó un bóxer y seco bien mi cuerpo.

— ¿Disfrutas la vista?

Había escuchado el abrir de la puerta así que simplemente cubro mi pecho con la toalla.

—Necesito que busques mi sostén, es que... no puedo encontrarlo, oh y... mi pijama también.

—Si... si claro, pero... por favor cúbrete bien.

—Shikadai, en un futuro me verás así cada noche, —sonrío bromista —digo... si no tienes pensado separarte de mí, vas a hacerlo.

—Yo... hima, pero... tú lo has dicho, en un futuro, no ahora... —da un arreglo de voz —ya encontré tu pijama, pero no encuentro tu...

—Tal vez no hay limpios, bueno... tendremos que dejarlo así, seguro a mi madre se le olvido lavar la ropa, me pondré mi pijama.

—Pe... pero Hima, es solo una camisola de tirantes y tu short negro...

—No hay problema con que me ponga eso ¿O sí?

—No, claro que no, esta bien... cámbiate, yo... te espero en el pasillo.

Sin dudar de su palabra comienzo a cambiar mi ropa, y una vez ya estaba preparada salí al pasillo para tomar su brazo y dejarlo guiarme al primer piso. Comimos delicioso, y él tuvo que tomar la ropa de mi hermano para poder darse un baño. Yo creo que con esto posiblemente mi padre estará completamente seguro de él.

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