capítulo 13

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Editada: 15/11/ 2021

[Shikadai, casa Uzumaki]

Cuando desperté eran las siete de la mañana y bajé a la cocina para preparar unos hotcakes y dos tazas de té. No ha pasado mucho tiempo y puedo escuchar el rechinar de las escaleras así que me apresuro para ir a ayudarla, con delicadeza sujeto su mano, ella ríe con vergüenza y me permite guiarla.

—Ya está el desayuno... ¿Lo pongo en la mesa?

—No, ya que no esta mamá podemos desayunar mirando la televisión.

—Bueno, toma asiento que voy a traerlo... —avanzó —preparé un poco de té, y una pequeña torre de Hotcakes.

—Genial, adoro los hotcakes.

Sé que tiene una linda e inocente cara, pero ella puede llegar a ser muy malvada, anoche... tampoco es que no me diera cuenta, dios, estaba más claro que el agua, ella me quería hacer caer en la tentación... ¡Y vaya tentación! ¡Pero no! No caí, así que todo se encuentra bien justo ahora... solo estamos desayunando como novios normales, ella me da de comer en la boca y yo le doy a ella del mismo modo, ambos riendo por el programa en televisión.

Me quiero casar con ella, definitivamente me quiero casar con ella, si... quiero hacerlo, quiero que esto dure para siempre, jamás mire de frente a la vida, siempre me concentré únicamente en el ahora, pero en este preciso momento, deseo que ella sea mi futuro, la amo y no quiero soltarla, nunca.

—Shikadai, me aprietas muy fuerte... —sorprendida gira levemente entre mis brazos —o... oye ¿Estás bien?

— ¿Qué? —sonrío con confusión —Claro que estoy bien... ¿Por qué no lo estaría?

—Porque tus ojos lloran... —sujeta mi rostro — ¿Qué tienes?

—Es qué... —sujeto su mano —por primera vez... conocí algo que me hizo querer seguir caminando al frente.

— ¿De qué hablas? —sube sus pies al sofá para estar de frente a mí.

—De qué quiero una vida a tu lado.

La sorpresa la hace retroceder un centímetro y yo me acerco enseguida hasta poder besar sus labios... mi sonrisa crece y se desvanece con nuestra nueva unión; en un suspiro decido besar su mejilla, su frente, su mentón y finalmente sus manos. Ella sonríe enternecida y perdida en la sorpresa de mis acciones... pero me detengo al ver el humedecer de sus vendajes, una lágrima logra fluir hasta su sonrisa y mi mano se apresura para detener su avance.

—Lo lamento, pero de verdad te amo demasiado.

—Aun debes hablar con mi padre —comenta divertida —pero yo siempre te diré que sí.

Mi sonrisa aliviada surca mi rostro y veo en la obligación de alejarme un poco al escuchar la exclamación de una llegada desde la entrada, la aparto con cuidado y tomo los tratos sucios de la mesa para dirigirnos a la cocina, ella se sujeta a mi brazo permitiendo que la guie. Al llegar a la cocina su madre y ella inician una plática mientras yo me ocupo de la limpieza.

—Oh, cierto... —gira la mirada hacia mí —Shikadai, mi marido me pidió que fueras a verlo más tarde.

—Ha... ¡Si, iré enseguida!

Entre mi nerviosismo seco mis manos con un trapo y simplemente avanzo hacia Hima para besar su mejilla en despedida y luego despedirme de la señora Hinata con una leve reverencia. En mi camino hacia la torre Hokage puedo ver a Boruto saliendo de la casa de Sarada; igual que todos me llegó a cuestionar sobre su relación, pero sé que aun cuando se los preguntamos ellos siempre niegan cualquier cosa entre ellos diciendo que se odian desde bastante tiempo atrás. En fin, al llegar me encuentro primero con mi padre, él me sujeta del hombro guiándome por los pasillos.

—Naruto te estaba esperando, te deseo suerte... —sonríe divertido y luego vuelve sobre su seriedad —y tu madre dice que en cuanto Hima este recuperada debes volver.

—Papá... —comento inquieto —lo que sucede es que yo no...

—Shikadai. —gira hacia mí mirándome de frente —Sabes muy bien que tienes que hablar de eso con tu madre, yo puedo darme cuenta fácilmente de lo que quieres, pero ella no lo hace... —suspira sujetando su nuca entre el desviar de su mirada por el pasillo —o no lo quiere hacer, además ya sabes cuanto se preocupa por ti y no te ha visto desde el incidente ya que tuvo que irse junto a Gaara por responsabilidad... —vuelve la mirada sobre mí —dile a tú madre. Pero sabes que es muy necesario que vayas, —frunce el rostro con incomodidad —ya sabes como se pone y no quiero tener problemas con ella.

—Bien... —avanzo con las manos en los bolsillos.

—No olvides tocar antes de entrar.

Suspirando por lo bajo solo rasco mi nuca y sigo mi camino hasta la oficina. Al tocar la puerta recibo su voz de inmediato y me adentro mostrando mis respetos en una leve reverencia, aunque... él esta mirando por la espalda y ni siquiera parece intentar mirarme. En un intento de llamar su atención doy un arreglo de voz mientras juego con mis manos sudorosas frotándolas contra la tela de mis pantalones.

— ¿Necesitaba algo señor?

—De hecho, —suspira agachando la mirada —solo quería preguntarte algo.

—Si claro, dígame.

— ¿Cuánto tiempo piensas seguir estando con Hima? —vuelve la mirada de reojo —Entiendes lo que trato de decir ¿No? —gira para verme de frente —viven en aldeas distintas y gran parte del año te quedas en Suna, y aunque ahora se pueden enviar mails y llamarse... —desliza la mano sobre su escritorio avanzando hacia mí — ¿Qué les asegura que estarán mucho tiempo juntos? —detiene su andar delante de mí, su mirada es seria y directa — ¿Qué pasaría si en unas semanas se cansan de la relación y se dejan?... —exhala un suspiro elevando la mirada sobre un estante —sinceramente yo no estoy seguro de que su relación vaya...

—Me mudaré a la casa de mi padre —expreso con prisa agachando la mirada —su hija... —elevo la mirada —es lo mejor que me ha pasado y no podría dejarla nunca, —inhalo profundamente tratando de tranquilizarme —la respetó, y le prometo que voy a cuidarla ¡Yo me ocuparé de arreglar el problema de la distancia, por favor confíe en mí! Si es necesario... —agacho la mirada —voy a rogarle a mi madre para que me permita mudarme aquí, yo... me quiero casar con su hija.

La sorpresa me llena al mirar algunas lágrimas aterrizar sobre el suelo, apenado me apresuro a limpiar mi rostro tratando de mantener la calma y con las lágrimas contenidas pongo presión en mis puños y mandíbula, solo... es seguro que él me golpeará después de todo lo que he... sorprendido, elevo la mirada sobre la mano que se posa en mi hombro y al verlo puedo ver una confiada sonrisa sobre su rostro, él muestra una completa confianza y aun así sus ojos se cristalizan.

—Confió en que arreglarás eso, y... —traga grueso poniendo fuerza en su agarre —te confío a mi hija Shikadai, así que espero cuides de mi pequeña... —frota nariz soltando mi hombro —deberías llevarla esta noche a la feria, y... —sonríe apenado —no le digas a nadie que lloré, solo es sudor —avanza hacia su escritorio — ¡Sudor!

—S... sí señor.

Aun entre mi confusión por su llanto solo puedo encontrarme completamente feliz de saber que tengo la bendición de su padre, él me ha confiado a su preciada hija, y si ahora mismo logro convencer a mi madre de que me deje vivir aquí yo podre... en algún momento Hima y yo podremos estar juntos y posiblemente tener una familia. Salía tan malditamente feliz que ni siquiera me percaté de cuando las bolas de fuego cayeron; Boruto está a mi lado mirando con sorpresa lo que ocurrió y casi termina con mi vida... de no ser porque él logro empujarme lejos del peligro yo...

— ¡Hombre! —levanta el cuerpo con rapidez —Joder... —me mira y analiza las bolas de fuego — ¿Quién hizo eso?

— ¡Boruto ahí viene otra... —me pongo en pie tomando su brazo —muévete!

Nuestra carrera da inicio admirando como más y más proyectiles descienden por todos lados, algunos ninjas hacen frente mientras otros tratan de evacuar a los civiles, tanto Boruto como yo comenzamos a ayudar con la evacuación mientras otros ninjas avanzan en dirección a los culpables del ataque. Entre nuestro movimiento rápido las rocas seguían cayendo y Boruto decide detenerse entre su enfado para destruir unas rocas con el rassengan y comenzar a incorporarse en la defensa; puedo ver al señor Naruto salir de la torre y comenzar con la destrucción de las rocas ayudando a la evacuación.

Un rato después todo se detuvo, la información final fue algo decepcionante y sorprenderte, sucede que los atacantes eran unos simples ladrones, pero... tenían catapultas... ¿Qué clases de ladrones serían? Ahora mismo podría explicarlo el Hokage.

—Esos ladrones —expresa enfurecido volviendo la mirada sobre mi padre —debemos tener más cuidado, ¿Dónde se encontraban los guardias?

—Lo siento papá —interrumpe la conversación —debo irme de una vez porque se me hace tarde.

—Yo también lo lamento, —doy una reverencia —espero pronto puedan encontrar a los culpables.

—Vayan con cuidado —pide para volver a su conversación

Sin poder escuchar más me pongo en dirección a la casa. Al llegar veo salir a Shinki de la ducha entre el quitarme los zapatos, me adentro sin más mirándolo secar su cabello y me dejo caer al sofá.

— ¿No deberías estar alistándote ya? Es decir... —encoge los hombros —a menos que quieras que Choucho y yo pasemos por Hima.

—Ya estoy yendo... —suspiro —solo estoy un poco cansado, déjame descansar un segundo.

—Por cierto —saca té frío de la nevera —tu madre llamó.

— ¿Y qué le dijiste?

—Que habías sido llamado por el Hokage, así que ella me dijo entre gritos... —bebe un sorbo grande —que para la ora deberías recordar cargar tu celular.

—Lo olvide por completo. —enderezándome le pido de su bebida —además... —bebo un trago —ni siquiera recordé llevar mi cargador.

—Sabes, —toma asiento a mi lado —creo que le diré a Choucho esta noche si es que quiere ser mi novia.

—Excelente. —sonrío —yo tengo que decirle a mi madre que viviré aquí.

— ¿De qué hablas? —gira la mirada frunciendo el ceño con duda.

—El señor Naruto me dijo que no estaba muy seguro de una relación a distancia con Hima, así que... si me quedo —sonrío ante el pensamiento —talvez en un futuro ella y yo tengamos una linda familia.

—Espera... —niega sujetando mi hombro — ¿Qué?

—Ella es la primera persona que me hace pensar en mi futuro Shinki.

—Si, ya lo he notado... —gira sobre el sofá para mirarme de frente —bien sí, —suspira —bueno, está bien que quieras estar a su lado, pero por otro lado... dejar a tu madre sola en la villa...

—Lo sé, lo sé, pero... ¡Agh! —me levanto con dirección a la ducha —necesito un baño. De verdad no quisiera dejar a ninguna de las dos, pero no puedo llevarme a Hima... y mi madre se rehúsa a venir aquí... —exhalo un suspiro revolviendo mi cabello —así que, aunque no quiera dejar a ninguna de las dos... es imposible.

Cerrando la puerta de baño abro la llave dejando llenar la ducha mientras me quito la ropa y comienzo a lavar mi cabello enjuagando mi cuerpo. Necesito pensar cuidadosamente las cosas, al menos... ¿Cómo le diré a mi madre mi decisión? "Lo siento, pero quiero un futuro en Konoha cerca de Hima, la chica que amo" si claro... como si ella fuera a recibir bien esas palabras, pero lo digo muy enserio, de verdad tengo que lograr vivir aquí porque si no es así el señor Naruto se rehusará a darme la mano de su hija. Hima... ¿Por qué esto está siendo tan difícil? De verdad te amo demasiado, pero mi madre siempre será mi madre.

Agh, esto de verdad me hace enojar, el no saber cómo proceder siempre me hace enojar de sobre manera, y mi padre no piensa ayudarme por el profundo miedo que le tiene a mi madre. Metiéndome a la tina me hundo por un momento recordando a Hima, su radiante sonrisa y su dulce mirada... la forma en que sus labios se mueven la pronunciar un Te quiero mientras se mantiene dedicándome una hermosa sonrisa. Salgo por falta de aire y comienzo a ducharme enserio para salir cuanto antes. Al terminar mi ducha salgo para cambiarme y al bajar puedo ver que Choucho ya se encuentra sentada en la sala, esta junto a Shinki en el sofá hablando de quién sabe qué cosas.

— ¿Nos vamos? —les cuestiono sin sonreír.

—Te ves igual de triste que cuando no conocías a Hima —expresa entre un suspiro levantándose.

—No estaba triste, —suspiro mirándola con molestia —simplemente soy serio, ¿Bien?

—Tiene que vivir aquí para poder estar con Hima —confiesa mi primo.

—Pero si pueden enviarse mensajes y llamar, admeás —palmea mi hombro —vienes muy a menudo por aquí.

—Él quiere un futuro con Hima, —confiesa cerrando la puerta —y el Hokage...

— ¡Muy bien, cierren la maldita boca! ¡Demonios! —giro de frente a ellos — ¡Deberían darse cuenta de que ambos se gustan y dejar de meterse en lo que no les importa!

El rostro de choucho pierde su brillo y confianza usual, sin decir palabra sale corriendo a lo que Shinki me mira con enfado y suelta un golpe en una farola para después ponerse en marcha tras ella; suspirando me pongo en cuclillas sintiéndome la peor persona del maldito mundo, entre mi desesperación jalo un poco mi cabello logrando que mi liga se rompa y entre mi enfado solo la tomo del suelo y me levanto arrojándola a un cesto de basura mientras sigo mi camino hacia la casa de Hima. Toco a su puerta. La señora Hinata abre mirándome con preocupación.

—Shikadai, —toca mi brazo —querido... ¿Estás bien?

— ¿Hima ya está lista? —agacho la mirada lo más que puedo.

—Si, si claro... —vuelve a analizar mi rostro —iré a ayudarla a bajar.

Inhalo profundamente en un intento de tragarme mi rabia, y al abrir los ojos puedo verla venir bajando, tiene su cabello atado en una trenza sobre su hombro y luce un pantalón negro ajustado junto a unas botas largas que cubren sus pantorrillas, también tiene una blusa blanca de manga media con un escote mínimo y parte de los hombros descubiertos.

—Te vez hermosa —confieso con sinceridad.

—Gracias, en estos momentos... —toca la venda sobre sus ojos con algo de pena —no puedo decir lo mismo, pero de seguro tú también luces muy apuesto.

—Bueno... —tomo su mano guiándola fuera de la entrada —nos vemos señora, —doy una reverencia —la traeré temprano.

—Adiós mamá —menea la mano en despedida.

Apenas su madre entra en la casa me acerco sobre su mejilla depositando un suave beso que la hace sonrojar, luego de eso continuamos nuestro camino.

— ¿Dónde están Shinki y Choucho?

—Verás... no te quiero mentir, —suspiro —estoy un poco confundido y molesto, y yo... de verdad me alteré, no pensé las cosas y les dije... que ambos se gustaban... Choucho salió corriendo y Shinki fue detrás de ella.

— ¿Por qué estabas alterado? Cuéntame lo que ocurrió... ¿Acaso... mi padre te hizo enojar? O pudo haber sido algo más... —detiene sus pasos —deberíamos sentarnos un momento, así podrás contarme.

Sus manos tocan mi pecho y suben con cuidado y algo de duda hasta tomar mis mejillas, ella me acaricia el rostro mientras una suave sonrisa se dibuja sobre su cara; mis emociones me ganan y para cuando me doy cuenta ya estoy llorando sobre su hombro mientras la aprisiono entre mis brazos... solo me limito a abrazarla lo más fuerte que puedo, no quiero soltarla nunca, nunca... sus manos están acariciando mi espalda.

—Cuéntame lo que ocurrió.

—Tu padre me dio permiso de estar contigo siempre y cuando... tengamos una relación fija.

— ¿Y qué tiene eso de malo? —me aleja por los hombros.

—Necesito mantenerme en la villa ya que piensa que tal no funcione nuestra relación a distancia.

—No... —toma mis manos —no te preocupes, estoy segura de que tú y yo lo haremos funcionar... ¡Oye! —sacude mis manos con fuerza —mírame, no tienes por qué dejar tu aldea, todo estará bien Shikadai, todo va a estar bien. —sonríe —podemos vernos cuando vengas a la villa, nos mandaremos mensajes cada mañana y tarde, y te llamaré por la noche, todo... —acaricia mis manos con sus pulgares —va a estar bien, tú y yo estaremos juntos y seguiremos de ese modo hasta que podamos casarnos.

—Hima...

— ¡Así que aquí estaban! —posa las manos en su cadera.

Exhaló un suspiro —Has arruinado mi declaración, pero al final... —toma la mano de Choucho —ya estamos juntos, así que todo esta bien entre nosotros... ¿Vamos a ir a la feria o qué?

—Si, nosotros ya estamos saliendo, así que... —suelta la mano de Shinki avanzando a nosotros —veamos... déjame limpiarte las lágrimas de la cara Hima, y nos podemos ir enseguida.

—Es seguro que Hima ya te despejo la mente —comenta con seguridad —por cierto, Hima ¿Hasta cuándo te quitarás la venda? Porque la verdad... —toma la mano de Choucho —no me quiero ir pronto.

—Veo que ya hablas más —comento con diversión.

—Falta una semana más Shinki, y... —se acerca tocando mi camisa —además, este chico y yo tenemos una plática pendiente.

—Ya escuché, ya escuché.

— ¡Bien, pues hay que ir de una vez! —expresa Choucho con rapidez.

En un suspiro sujeto su hombro —Lamento lo que hice Choucho.

—A veces soy... —observa a Hima —un poco molesta, así que deja de preocuparte por tonterías.

Su sonrisa crece con sinceridad; al momento abrazo a Hima por los hombros y nos ponemos en camino hacia la feria. Al llegar podemos ver luces por todos lados y no puedo evitar sentirme mal porque Hima no es capaz de mirar tal cosa hermosa, pero ella aun así sonríe y me pide que vayamos por algunos dangos y otros dulces; los chicos van de aquí para allá por las prisas de Choucho mientras nosotros nos tomamos nuestro momento buscando lugares donde sentarnos de vez en cuando, su mano permanece unida a la mía en todo momento. Entre nuestra diversión sigo dándole palomitas a Hima en la boca, pero mi mirada capta a Choucho que viene en una carrera jalando a Shinki por el brazo.

— ¡Subamos a un juego! —exige con una amplia sonrisa —la rueda de la fortuna estaría perfecta para todos.

—Vamos rápido —pide Shinki entre su risa.

Al vernos dudar de su propuesta ambos regresan para tomarnos de las manos obligándonos a ir con ellos, nuestra risa sale y yo vuelvo a tomar su mano entre nuestro correr. Ella se ve hermosa. De pronto se detienen y ambos chocamos contra ellos.

—Ey, hermosa Hima —sonríe jugador — ¿Cómo van tus ojos?

— ¡Inojin! —toma su mano al sentirse ser soltada — ¡Ya nos toca subir, anda!

—Ve tu sola —se suelta de su agarre —me quedaré con mis amigos.

Con todo su ego de jugador se acerca para rodearla por los hombros, ella se estremece apenada por la unión y se limita a apretar mi mano, la furia me invade en un segundo y sin dudarlo lo empujo por el pecho quitando su brazo de los hombros de mi novia.

—Lo siento amigo mío, —sonrío —pero soy muy celoso y no me gusta que toquen a mi novia sin mi permiso... —rodeo a Hima por la cintura —por si no lo sabias, esta chica tan hermosa como la vez... es mi novia, así que aléjate de ella.

—Es por tu bien —comenta Shinki sujetándolo por el hombro —te lo aseguro, no lo has visto enojado aún.

—Y sinceramente. —lo toma por el cuello de la camisa dirigiendo su mirada más amenazadora —te he dicho que no toques a mi amiga maldito jugador... —suelta el agarre con brusquedad — ¿No estabas con alguien? No es que te esté corriendo de aquí, pero creo que tu novia estorba el funcionamiento del juego.

Él ríe —No es mi novia —vuelve la mirada sobre mi primo —y no, no lo he visto enfadado... —me mira —y claro que no estaba al tanto de que eran pareja, oh Hima... —niega apenado —pudiste haberme elegido a mi como tu novio, te lo aseguro, soy mejor que ese tipo, pero bueno... —encoge los hombros sin importancia —no creo que nos vemos después así que... adiós.

El enfado me lleno en un segundo, pero antes de poder lanzarme a golpearlo puedo sentir como Hima se aferra a mi brazo deteniéndome, Shinki suspira negando y pidiéndome calma. Ese idiota... siempre se ha creído la gran cosa, es por eso mismo que nuestro grupo comenzó a separarse, al final de todo este encuentro decidimos irnos a otro juego. Nos subimos como a cinco juegos y luego comimos un poco de ramen, ahora mismo los chicos han vuelto a separarse de nosotros.

—Oye Shikadai —gira su rostro hacia mí — ¿Podrías traerme una soda?

—Claro que sí, enseguida vuelvo.

Ella sonríe divertida y al llegar a la fila de las bebidas puedo desanimarme por completo, hay una inmensa fila frente a mí. Desde que hablé con Hima todos los problemas sobre nuestra relación terminaron, en el fondo sabía que lograríamos llevar nuestra relación hasta poder llegar al día de nuestra boda, sé qué... a su lado todo sería perfecto; al tener la soda puedo regresar al lado de Hima, pero mi sonrisa se borra al ver que ella no se encuentra en el lugar donde la deje, la furia me llena sin dudarlo y lo tomo por el cuello de la camisa apartándolo de ella para darle un buen puñetazo, mis golpes siguen cayendo sobre su cara y Hima solo grita por mí intentando sujetarme.

Boruto de pronto me sostiene con fuerza y me aparta del maldito que se queda descansando en el suelo, pero no creo que su calma dure mucho.

— ¿¡Qué te pasa Shikadai!? —observa al imbécil en el suelo — ¿¡Te has vuelto loco hombre!?

— ¡Ese idiota se aprovechó de que Hima estaba sola y la beso!

Entre su confusión Hima cubre sus labios aterrada por lo que acabo de decir, Sarada no duda en avanzar a su lado tratando de calmarla mientras Boruto me arroja al suelo y se lanza contra Inojin, las quejas del rubio siguen saliendo y Boruto no para de golpearlo, no veo razón para detener esa paliza así que solo me pongo de pie limpiando la tierra de mi ropa para avanzar a Hima sujetando su rostro y abrazándola contra mí.

—Lo lamento tanto Shikadai, de verdad lo lamento —expresa totalmente arrepentida —él solo me beso de repente sin decir nada, pensé que eras tú y por eso se lo permití... lo siento, lo siento.

—Ya basta, tranquila... —suspiro acariciando su cabello —no fue tu culpa así que quédate tranquila, él fue quién se aprovecho de la situación... —sujeto sus mejillas limpiando sus lágrimas con cuidado —vamos, deja de llorar y vayamos juntos por tu soda ya que la solté cuando paso todo... esto... —rodeo sus hombros —vamos, anda.

Sarada nos mira y simplemente nos pide andar con cuidado. Después de ir por su soda decidimos que ha llegado el momento de volver a su casa, avanzamos por la calle solitaria, ella va en silencio tanto como yo.

—Shikadai... ¿Crees que podrías besarme?

Mis pasos se detienen al escuchar tal pregunta, Hima hace lo mismo, por un momento solo baja el rostro y al segundo se gira en mi dirección comenzando a desatar la venda en sus ojos... aun entre mi duda sobre su curación le permito abrir sus hermosos ojos azules, ella me analiza un segundo y se acerca sujetándose de mis hombros para atraerme... sus brazos me rodean el cuello y ella se acerca manteniendo sus ojos abiertos hasta el ultimo momento en el cual nuestros labios se unen en un beso; entre mis nervios trago grueso y sujeto firmemente su cintura atrayendo nuevamente sus labios contra los míos, en un jadeo hago unir nuestras frente y la miro directamente a los ojos.

—No me tientes, no soy tan fuerte contra ti.

—Yo lo sé —sonríe.

Al escucharla decir eso puedo sentir una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, sin dudarlo me lanzó sobre sus labios con tales ganas; mis pensamientos mientras la tengo entre mis brazos son los mismos de siempre, nadie más podrá tocarla porque Hima es únicamente mía y de nadie más... mi hima, mi bebé, mi princesa, mi primer y único amor. Nuestras respiraciones comienzan a agitarse y el beso no se detiene ni por la falta de aire que llega a recorrernos; sus manos se deslizan por mi cuello causando un increíble y placentero escalofrío, mi mano izquierda se aferra a su cintura y la derecha se adentra bajo su ropa mientras nuestros labios siguen danzando con intensidad. Me separo de su cuerpo completamente agitado, ella se acerca jadeante y yo me inclino dejando que nuestras frentes se unan y nuestras respiraciones choquen inquietas por nuestro acercamiento; sus labios intentan venir sobre los míos, pero mi corazón late extremadamente rápidoñ

—Te... —sonrío —llevaré a casa, —sujeto su mentón entre mi índice y pulgar —chica perversa.

Ella ríe cubriendo sus labios —Oye, sinceramente ya veo muy bien, pero... —posa su mano en mi pecho —deseo que tú y Shinki se queden por al menos... —eleva el rostro contra mí —la semana que viene.

—Tienes una cara tan inocente, —inclino el rostro hacia ella —pero vaya que tienes grandes mañas...

=Boruto Uzumaki=

- ¡Oye! Golpee demasiado al idiota de Inojin...

-Así que ahora estamos en el hospital con Shinki y Choucho, solo es para que no te preocupes por ellos, además avísales a sus padres.

=Shikadai Nara=

- ¿Y a la madre de Inojin que le digo?

=Boruto Uzumaki=

-Qué su hijo hizo una estupidez, que me hizo enojar y por ello le partí la cara.

=Shikadai Nara=

-Esta bien, entonces supongo que mañana te veo.

=Boruto Uzumaki=

-Cuenta con eso amigo.

Al llegar a cerca de casa hago justamente lo que Boruto me ha pedido hacer, a la madre de Inojin no le pareció importar mucho el que golpearán a su hijo aún cuando le dije que Inojin estaba en el hospital, el señor Chouji dijo que estaba bien con que su hija llegará más tarde mientras Shinki la acompañara y la señora Karui dio la misma respuesta. Al entrar a casa puedo ver a mi padre viendo televisión, me senté a su lado y le conté todo lo que paso, su única pregunta era sobre el tema de mi mudanza... firme a mi palabra le digo que soy capaz de mantener una relación a distancia así que la idea de la mudanza queda descartada, lo siguiente... fue decirme que mi madre está enferma.

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