capítulo 15

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Editado: 15/ 11/ 2021

[Hima]

En dos días ellos pensaban mudarse para acá, al segundo de que fui avisada salí en una carrera rápida hacia la casa de los Nara en donde me encontré a Choucho vagando en las cercanías, no resistí a tomarla de los brazos y hacerla girar conmigo luciendo como dos lunáticas en la calle hasta que pude ser capaz de tocar la puerta del señor Shikamaru, él salió enseguida mientras Choucho me cuestionaba sobre lo que ocurría; apenas el padre de Shikadai salió no pude evitar arrojarme a su cuello dándole un fuerte abrazo que es bien recibido aunque con algunas dudas.

—Hee... —me baja entre una risa avergonzada —Hima ¿Qué pasa?

—Su esposa está embarazada, así que ellos vendrán a vivir ¡Con usted! —elevo las palmas uniéndolas al frente de mi rostro — ¡Permítame arreglar su casa para que ellos se sientan a gusto!

El cigarro se cae de su boca ante la sorpresa y yo me apresuro a entrar atrayendo su mirada, él eleva las manos manteniéndolas en tensión.

—Espe... espera ¿Qué?

—Shikadai me dijo que vivirían aquí hasta el parto de la señorita Temari.

Trato de avanzar en busca de las escobas, pero Choucho me detiene por el brazo dirigiéndome una dura mirada, ella señala con dureza al hombre detrás nuestro y yo observo curiosa al señor Shikamaru quién parece no saber nada de lo que digo. El celular del padre de Shikadai comienza a sonar y él deja de estar aturdido para acercarse y tomarlo... me mira y baja la mirada frunciendo el ceño.

—Dime... —exhala un suspiro cubriendo su frente — ¿¡Y sé te ocurrió decirle primero a tu novia y después al padre de tu hermano!?... ¿Cómo puedes ser tan descuidado Shikadai? —vuelve la mirada sobre mí y luego me da la espalda —tu madre tiene razón al decir que el amor vuelve idiotas a los hombres... ¿¡Cómo que justo como a mí!? ¡Recuerda que estás hablando con tu padre pequeño mocoso!... —avanza tres pasos — ¿Cuándo vienen?... si, esta bien... saluda a tu madre... adiós.

El señor Shikadai cuelga y al segundo se acerca a la mesa de centro de la sala para tomar su cajetilla de cigarros sacando uno y poniéndolo entre sus labios, sus manos buscan el encendedor entre sus prendas y luego de encontrarlo toma una chamarra de sobre el sofá para dirigirse a la puerta de salida, detiene su andar para mirarnos.

—Creo que identificaras rápidamente las habitaciones, pero si necesitas algo Choucho puede ayudarte con ello... —abre la puerta —volveré por la noche.

La puerta se cierra y antes de podernos decir cualquier cosa podemos escuchar un llanto proveniente del exterior de la casa, es la voz del padre de Choucho. Su mirada viene sobre mí y enseguida ambas caminamos hacia la cocina... yo avanzó de primera tomando la escoba del armario de limpieza.

— ¡Estoy tan feliz! —vuelvo la mirada sobre mi hombro para verla —Ayúdame un poco con la limpieza ¿Quieres?

—Estás... —sonríe dejando de arquear la ceja —completamente loca por él. —entre una risa avanza a mi lado — ¿Te ha embrujado o algo? —ríe negando —como sea, dame una escoba.

— ¡No es para nada algo así! —sonriendo inicio a barrer —Él es tan... bueno, se comporta tan... —elevo la vista —y cuando esta conmigo... —bajo la vista pegando la mejilla al mango de la escoba —es tan...

—Detén ese balbuceo por favor. —exhala un suspiro —Si sigues así no seré capaz de comprender absolutamente nada.

—Oh... —sostengo mi nuca con pena —lo siento, lo siento.

—Solo... —observa la habitación —cuéntame como fue que te sentiste la primera vez que lo viste.

—La primera vez que lo vi... —sonrío recargando la barbilla de la escoba —de verdad me sentía nerviosa, estaba muy nerviosa y lo vi saludarme desde el carruaje del tío Gaara, te juro que mis manos no podían transpirar más de lo que lo hacían... —río apenada —en cuanto llegaron no supe que hacer con respecto a él así que me dirigí a mi tío... —ladeo la cabeza en un asentimiento —aun así no podía parar de mirarlo, y cuando me dio aquella flor... —aprieto mis labios conteniendo un suspiro —ese realmente fue un lindo detalle, muy lindo... aunque él me dijo que solo la encontró en el camino, la verdad es que no podía evitar sonreír al verla, mi pecho estaba realmente inquieto en ese momento...

—Tu primer amor ¿Cierto?

—De hecho, así es. —arreglo mi cabello detrás de mi oreja entre un asentimiento —nunca antes me había fijado en nadie, siempre pensé que terminaría enamorada de Inojin como todas las chicas de la villa, pero... con todos aquellos rumores sobre él... —encogiendo los hombros sigo barriendo —la verdad me olvide por completo de él, además Shikadai es mi primera pareja aceptada por mi padre, tuve qué... —cubro mi boca —provocarlo un poco para que mi padre confiará por completo en él.

A mi lado puedo ver como mi amiga se congela, su mirada vuelve con total sorpresa... y al mostrarle mi sonrisa solo la veo venir tomando mi brazo para guiarme... o arrastrarme, al sofá de la sala.

—Cuéntame más sobre aquella provocación que mencionas.

Mi rostro arde en vergüenza, y es que aun cuando ella es mi mejor amiga no puedo evitar sentirme avergonzada de confesar algo así.

—Bueno... —sujeto mi brazo agachando un poco la mirada —la vez que nos quedamos solos en mi casa, yo pude darme cuenta que mi padre nos estaba espiando... fue de gran ayuda que en ese momento mamá olvidará lavar mi ropa... —elevo el rostro con pena manteniendo el mentón en alto —él me vio casi desnuda, aunque fuera solo la espalda, y de hecho... —sujeto mi oreja cubriendo un poco mi rostro —solo lo hizo por equivocación ya que lo detuve antes de salir pidiéndole... Que me ayudará con mi sostén.

— ¿¡Qué...!? —pone las manos sobre los cojines inclinándose hacia mi rostro — ¡Pero prosigue, prosigue!

—Resulto... —agacho la mirada entre mi nerviosa sonrisa —que no había sostenes así que le dije que solo me diera mi pijama... era de hecho, el pijama que tú me regalaste.

— ¡Por Buda! Recuerdo eso... —sonriendo se acomoda en el sofá —fue este año, yo rogué y rogué porque consiguieras un novio así que esa fue la razón por la cuál lo compré. —sonríe tomando mi mano —quería que la estrenarás con alguien especial, y bueno... —encoge los hombros complacida —así fue... —acerca su cuerpo —prosigue, prosigue.

—Bueno... cuando él me vio casi desnuda le dije que no tenía porque sentir pena ya que... pues, en un futuro podría verme de ese modo... —descanso las mejillas sobre mi palma —él se escuchaba nervioso, pero... —sonrío —me dijo que me cubriera, que talvez lo que dije sería verdad, pero... como dije, en el futuro. Luego me puse el pijama y bajé a comer a su lado.

—Ese pijama era la más sexy que encontré en la tienda... —asiente sorprendida —él realmente es fuerte.

—Lo sé. —sonrío recordando —Durante la misión de los Setsus...

—Sí, sí, te salvó. Claro que lo sé, pero no me refiero a es...

—Lo sé Choucho.

Una sensación extraña invade mi estomago resaltando la inseguridad sobre las palabras que quiero decirle. Aunque insegura de las palabras que estoy por decir, simplemente me limito a respirar profundamente... ella eleva las cejas sorprendida y algo preocupada, se acerca.

— ¿Qué hiciste?

—Bueno... él mal entendió una plática con Shinki sobre... ti, así que... Shikadai me llevó lejos de Shinki de inmediato, comenzamos una leve pelea y... entonces lo bese. —abrazo mi torso —Sus manos se aferraron a mi cintura mientras... —sonrío —me estaba cargando y podía sentir como su mano trataba de meterse bajo mi ropa, pero... él se detuvo —expreso algo abatida manteniendo mi sonrisa —dijo que no era el momento ni el lugar, así que yo...

— ¡Hima! —sonríe ampliamente mostrando una mirada pícara — ¿No me digas que no querías detener eso?

—El beso pudo haber sido algo brusco al inicio... —toco suavemente mis labios —pero luego fue dulce, y la forma en la cuál me tocaba... —muerdo levemente mi labio —sinceramente yo no quería...

— ¿Y entonces porque no lo continuaron el otro día? No, bueno... —niega apretando los ojos entre su pensar —olvide el estado en el cuál regresaron, pero... —me mira directamente —aun así, estuvo cuidando de ti por un buen rato, ambos estaban solos...

—Sabes... —comienzo más tranquila descansando mi espalda en el respaldo del sofá —cuando se enojó con Inojin pensé por un momento que debía estar muy enfadado conmigo por igual... así que lo detuvo en una calle solitaria y le pedí un beso.

— ¡Eres una perversa total! —ríe con ánimo mostrándose casi orgullosa —pobre de mi amigo, lo incitas demasiado...

— ¡Choucho! —grito con pena golpeando su brazo.

— ¡Ya! —eleva las palmas abiertas —cuéntame lo demás.

—Él me dijo que no lo tentará porque era muy débil ante mí... pero aun así quise seguir, así que... —suspiro recordando con deseo —él comenzó a besarme con... muchas ganas... —expreso orgullosa —sus manos... —poso las palmas en mi cintura —esa vez de verdad iban a viajar bajo mi blusa...

—Y de nuevo, mi pequeño ángel debió detenerse. —exhala un suspiro decaído —Es un idiota, aun cuando dice que es débil ante ti, yo veo que realmente es muy fuerte para mantenerse frío... —analiza mi cuerpo — ¡Digo, solo mírate! Si no fuera por tu padre y hermano, claramente serías la más deseada de todo Konoha.

— ¡No digas esas cosas Choucho! —cubro mi cuerpo con vergüenza — ¿Qué tiene mi cuerpo? Es... —bajo la mirada —como cualquier otro...

—De hecho... —inclina su rostro admirando entre mis brazos —tus pechos son muy grande... —eleva las palmas fingiendo tocarlos —y eres demasiado pequeña y adorable, una cualidad que muchos hombres persiguen, además... si no fuera por tu padre y hermano que son capaces de matar a alguien, te puedo asegurar que cualquier hombre te desearía en su cama.

— ¡Estás loca! Mejor... —me pongo de pie —terminemos de limpiar aquí...

Sea verdad o no, yo... en este preciso momento, el único hombre que deseo tenga esos pensamientos sobre mí en su cabeza es... Shikadai, solo... de verdad desearía crecer más rápido y así poder... creo que así podríamos hacerlo sin problemas.

— ¡Choucho, choucho!

Los golpes repetidos sobre la puerta nos hacen corren hacia la entrada, delante de nosotros se encuentra Sarada que nos analiza con prisa para después tomar a Choucho por los hombros y mirarla con suma seriedad.

—Simplemente ya no puedo soportarlo más ¡La otra noche lo hice con Boruto!

Dela sorpresa suelto la escoba de entre mis dedos mientras mis ojos se expandencon sorpresa y mi boca se abre; a mi lado puedo ver la mirada sorprendida deChoucho venir sobre mí.

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