capítulo 17

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Editado: 15/ 11/ 2021

[Shikadai]

Una luz es la encargada de molestar mi sueño, abro un ojo a duras penas y puedo ver dos sombras frente a la cama, al parpadear para poder percibir mejor la imagen delante de mí, puedo ver a mis padres tomando fotos entre sus cuchicheos y risas; delante de mí Hima aún permanece dormida así que simplemente tomo la cobija para cubrirnos a ambos, puedo escuchar claramente la risa de mi madre y como cierran la puerta causando el remover de Hima... Al sentirla abrazarme con más fuerza solo puedo inclinarme sobre sus labios dándole un beso, y eso es suficiente para terminar de despertarla.

—Así que el beso del príncipe realmente funciona —bromeo.

—Mm, —frota su rostro divertida —Tonto. —abre los ojos analizando nuestro alrededor — ¿Por qué estamos bajo las sábanas?

Sin responder a su pregunta poso mi cuerpo sobre él de ella causando su sorpresa, sus ojos se encuentran con los míos y sin cuestionar mi actuar simplemente rodea mi cuello con sus brazos para mirarme directamente.

—Bésame Shikadai.

Es increíble lo linda que se puede ver aun cuando esta algo despeinada; mi sonrisa crece ante su petición y sin dudarlo me inclino sobre sus labios probando con suavidad su piel... nuestros ojos se encuentran al terminar nuestro beso y puedo tomar la oportunidad para admirar de cerca sus lindos ojos azules, por un segundo solo permanecemos de este modo hasta que la puerta es tocada, sin dudarlo me dejo caer en mi lado de la cama mientras ella se incorpora en la cama con prisa antes de que la puerta se abra.

—Hola, que gusto verla bien ¿Qué ocurre? —sonríe radiante.

—Querída. —sonríe apuntando escaleras abajo — ¿El helado de la nevera es tuyo?

—Oh, lo pedí para usted, sírvase lo que gusté por favor.

— ¡Genial! —cierra el puño con entusiasmo —Oh, cierto, en un rato más les hablará su padre así que bajan a cenar, además ya hemos hablado a tu casa... —señala entre el cerrar un poco de la puerta —así que te quedarás esta noche, Choucho ya nos trajo un cambio de ropa tuyo.

—Ha... si, muchas gracias.

Apenas mi madre cierra la puerta Hima me vuelve la mirada entrecerrando los ojos en una suave negativa que me cuestiona sobre lo que estaba ocurriendo mientras ella dormía, yo me encojo de hombros sin saber que decirle y al segundo comenzamos a reír para volver a recostarnos sobre el otro, esta vez ella cruza sus brazos sobre mi pecho recargando su mentón de ellos para mirarme.

—Así que... nuestro papá. ¿Cuándo planeas darme el anillo de compromiso? Ya deberíamos casarnos.

—Todo a su tiempo, —beso su frente —princesa.

Mis brazos la rodean con fuerza y ella simplemente ríe ateniendo a mi abrazo, ella es la primera en enderezarse con sus ánimos habituales.

—Levántate, voy a recoger tu cabello como siempre lo llevas.

—Voy, voy.

Le permito jugar con mi cabello sintiendo como deja las trenzas que hizo antes de dormir; apenas terminamos con mi cabello escuchamos el llamado de mi padre y rápidamente ella se sube a mi espalda pidiendo que la lleve de ese modo, yo no me rehusó y bajamos hasta la mesa entre risas... al bajarla puedo ver que Shinki no esta presente en casa, pero ella me gana a cuestionar a mis padres.

—Gracias por la comida. —toma asiento — ¿Y Shinki donde esta?

—Él dijo que comería en casa de Choucho.

—Así que por fin se los presentará a sus padres.

—Según mire... —sonríe inclinándose sobre la mesa —a Karui parece caerle muy bien, aunque Chouji... —dirige la mirada a mi padre.

—Choucho es su princesa, es muy claro que Shinki la tendrá difícil para poder estar a su lado, o a su altura... —dirige la mirada sobre mí —tú mejor que nadie debe saber eso Shikadai, además... —frota su nuca entre una risa avergonzada —yo también llegué a sufrirlo con tus hermanos Temari.

—Eso es verdad —dicen al unisonó ambas para luego reír.

Nosotros nos unimos a su risa y puedo ver con agrado como mi madre despeina un poco a Hima para después abrazarla con entusiasmo; damos gracias por la comida y al segundo iniciamos con la cena. Apenas acabamos papá y yo nos quedamos lavando los trastos sucios mientras mamá y Hima suben a darse un baño juntas.

— ¿De quién fue la idea de que se quedará a dormir?

—Sinceramente... —me mirada de reojo —ambos tuvimos la culpa, además, bueno... hay cierto problema en casa de Hinata y...

— ¿Ocurrió algo malo?

Mi preocupación sale a flote al instante causando la sonrisa complacida de mi padre, ellos serán mi futura familia así que claro que me preocupa lo que suceda con ellos, además la señorita Hinata es tan buena conmigo que solo quiero que este tranquila.

—Boruto... —exhala un suspiro —lo escuché por accidente cuando iba a dejar unos papeles para Sakura, al parecer Boruto y Sarada tuvieron relaciones sexuales... es obvio que Sakura estaría muy molesta, y justo es lo que ocurre, en este momento esta en casa de Hinata reprendiendo a Boruto mientras Hinata intenta calmarla.

—Hima me había dicho un poco de eso, pero solo es sexo... —pensativo vuelvo la mirada a mi padre — ¿A caso Sarada podría estar...?

—Eso es lo que quieren sabes, no creo que sea un asunto que afecte a Himawari, y Hinata tampoco piensa que sea de ese modo, pero... ella piensa que Hima terminará completamente enfadada con su hermano si se entera de lo que está ocurriendo, así que quiere evitar una pelea más... claro qué no la podemos mantener por unas semanas o meses aquí, pero nos pidió que al menos se quede con nosotros por esta noche.

—Muy bien papá, y sobre la foto...

— ¡Eso fue totalmente culpa de tu madre! —eleva las palmas en pedido de paz.

— ¡Ey! —suspiro mirándolo retroceder — ¡No huyas a ver la televisión! ¡Aún no hemos terminado de secar los paltos!

— ¡Shikadai! ¿¡Puedes subir!?

—Sube de una vez, —expresa entre el secar de su cabello con la toalla de baño —yo terminaré de lavar eso... —observa a mi padre — ¡Shikamaru, ven ahora mismo aquí!

Subo de inmediato, no sin antes volver la mirada a mi padre que apaga el televisor para levantarse con pereza e ir con mi madre, mi risa burlona sale mientras llego a la puerta de mi habitación; al abrir la puerta mi sonrisa se desvanece al ver nuevamente a Himawari con ese pijama sumamente corto, aunque... al menos esta vez si tiene un sostén. Cierro la puerta con prisa y relamiendo mis labios cubro mi boca para avanzar, ella permanece con la mirada baja sujetando su brazo contrarío con algo de pena... mi mirada se pierde un segundo en sus pechos que son presionados por la tensión de sus brazos... ¡No, no Shikadai! ¿¡En que demonios estas centrando la vista!?

— ¿Qué ocurre? —desvío la mirada al suelo.

—Choucho me mando este pijama, y... bueno... mi ropa... —señala con el mentón —solo mírala...

Ante mi se muestra una blusa de tirantes que parece ser muy ajustada, un short corto de color blanco y unos mayores transparentes con gatitos blancos. Niego al segundo.

— ¡Oh no! ¡Sobre mi cadáver usarás eso fuera de mi habitación! —avanzo al ropero —si no quieres usar ese pijama puedes simplemente utilizar una de mis camisas, y ropa... —asiento elevando el índice entre mi pensar —mañana mismo iré a una tienda para comprar ropa para ti, o... aunque sea cambiemos solo la blusa... una de mamá podrá quedarte perfecta si la amarramos un poco....

—Solo... —expresa avergonzada —dame una de tus camisas por favor.

Puedo sentir mi corazón latir con fuerza al ver su rostro sonrojado tratando de esconderse de mí, se ve tan linda actuando avergonzada que no puedo evitar sentirme... inhalando profundamente vuelvo hacia mi armario para tomar una camisa, aunque... al verla sobre su cuerpo me puedo percatar de que no es lo que esperaba... mi ropa, mi maldita ropa resalta mucho más sus pechos...

— ¡Dios, bien! —exhalo un suspiro —Apaguemos las luces de una vez y mejor hay que dormir de una vez.

—S...sí.

Sin dudarlo se mete en la cama y al verla acomodarse solo apago la luz para seguirla bajo las mantas, apenas estamos bajo el mismo edredón puedo sentirla venir a mi lado abrazándose a mi torso y descansando su rostro en mi pecho, puedo sentir... sus pechos contra mi cuerpo, simplemente... mi corazón no puede latir de forma más frenética que ahora mismo... sinceramente, ya le he dicho que no soy tan fuerte contra ella y nuevamente... parece que ella me esta poniendo a prueba, pero... pero no debo caer, será mejor que cierre los ojos e intente dormir de una vez. No mires abajo Shikadai, no mires abajo.

— ¿No... no te gusta ver mi cuerpo?

Abro los ojos de inmediato al escucharla decir eso... ¿Cómo si quiera se le ocurre decirme algo así? Yo ya no... estoy...

—Shikadai... —eleva su rostro sobre mi cara.

Tu pierna Hima... ¡Qué no toque en ese lugar tu pierna! Mi cuerpo esta tan tenso que un simple roce más y yo...

— ¡Eres muy linda! ¡Eres hermosa! Pero Sigo siendo un hombre así que... solo te pido que tengas cuidado... no quiero hacer algo que no quieras.

Me aparto un poco de su cuerpo intentando darle la espalda.

—Pero Shikadai... —me detiene —yo de verdad quiero hacerlo contigo.

—Aun no... —trago grueso —aun no podemos hacerlo, somos muy jóvenes y ni siquiera estamos casados...

Con cada palabra de su boca sentía mi cuerpo arden, así que apenas termino de hablar simplemente me levanto diciendo que necesito ir al baño por un segundo, ella me lo permite y me adentro al cuarto de baño tardando un poco de tiempo para... bueno, desahogarme... al entrar en la habitación puedo verla dándome la espalda, seguramente ya está dormida así que simplemente me meto a su lado para abrazarla por la cintura y besar su nuca... por fin puedo dormir.

Al despertar la mañana siguiente tomo un pedazo de papel y le dejo una nota avisándole que iré a su casa para traerle un cambio de ropa, lo dejo pegado en la luz de noche y luego de besar su mejilla salgo de mi habitación con una sudadera y un pantalón; al bajar puedo notar que mis padres siguen dormidos pues no hay nadie en la sala ni cocina, simplemente salgo dejando que pensamientos ajenos a las palabras de Hima llenen mi cabeza.

Me cuestiono como estará Boruto y todo el problema que tenía en manos, solo espero que Sarada no este embarazada, supongo qué... sinceramente ese es uno de mis temores a la hora de pensar en tener relaciones con Hima, no digo que no quiera hijos, pero somos muy jóvenes para pensar en ello... ellos debieron pensarlo mejor antes de ir sin las protecciones adecuadas, es decir, veamos como está la situación, al final se han peleado y ahora cada quién esta por su lado con... quizá un bebé en camino... No, justo por esa razón yo debo ser fuerte y esperar a convertirme en alguien capaz de proteger a dos personas, tenemos tiempo, debemos pensar las cosas juntos de una manera cuerda... tal vez cuando ella cumpla dieciocho podamos tener esta discusión, pero por el momento debo resistir la tentación que es ella.

Apenas paso por el pequeño parque al cuál Hima me trajo la primera vez, me detengo de golpe observando a Boruto columpiándose de manera triste... algo dudoso me acerco a él.

— ¿Puedo tomar el asiento a tu lado?

—Esta libre... —musita cabizbajo.

— ¿Qué ocurre? Tú definitivamente no eres de despertar temprano... —intento bromear.

— ¿Hima no te ha dicho nada?

—Solo me dijo que peleaste con Sarada.

— ¿Solo eso? —eleva un poco el rosto.

—También que eras un tonto...

—Y el más grande...

Una leve sonrisa se pinta en su rostro al decir aquello, después vuelve a agachar su mirada con desgana.

—La deje ir, ella... ella siempre me ha gustado, pero yo también era consciente de lo mucho que ella le gustaba a otros tipos... —suspira desanimado —quise que nadie se enterará de lo nuestro y ahora ni yo mismo entiendo el porque lo hice, simplemente debí pedirle que fuera mi novia desde un inicio... —frunce el rostro —debí tomar su mano cuando pude y escucharla mientras me lo permitía... besarla siempre como en esa noche, y... y ahora tal vez seré padre, pero ella esta molesta conmigo. —cubre su rostro con ambas manos —soy un idiota, un maldito idiota, un tremendo idiota.

Sus lágrimas fluyen de entre sus manos y yo simplemente cierro mis ojos para suspirar analizando la situación, lo siguiente que hago es tocar su espalda en apoyo.

— ¿Por qué me lo estás diciendo a mí? Tú deberías de tratar de decirle esto a ella, yo no creo que ella quiera que te rindas Boruto... Hima me contó lo que ocurrió con Mitsuki, y estoy seguro de que él no es tan despistado y sabe lo mucho que ella te quiere... sinceramente... —vuelvo a mecerme —una persona no puede cambiar sus sentimientos tan rápido, y menos si ella te ha querido desde hace bastante tiempo, así que... ¿Por qué no vas? En estos momentos ella necesita tu presencia a su lado para darle apoyo y fuerza, ella debe estar llorando.

— ¿Y como piensas que la encontraré? Su madre la debe de tener en su casa completamente encerrada, y además no creo que quiera... ni siquiera escucharme.

—Entonces simplemente grítalo. Si ella no te va a escuchar, que lo escuchen todos los demás... deja de lamentarte en tu soledad, si de verdad la quieres recuperar ve y busca la forma de poder tenerla de nuevo, haz algo.

Mis palabras parecen tocarlo pues de pronto sorbe su tristeza y elevando el rostro limpia sus lágrimas con su antebrazo para ponerse de pie, sorpresivamente me dirige una breve sonrisa y al segundo se marcha en una carrera; solo espero que esos dos estén bien en un futuro, no digo que no haya sido muy tonto de su parte hacer lo que hizo, pero Boruto jamás a sabido como demostrar su cariño hacia otras personas que no sean Hima y su madre.

Al llegar a la casa de Hima su madre me abre la puerta con una leve sonrisa, me toma del hombro invitándome a pasar y luego de explicarle el tema de la ropa enseguida me ayuda a buscar un cambio para su hija.

—Shikadai... —comienza entre el buscar en los cajones —necesito que protejas a mi hija, seguro... de seguro ya te has enterado, pero el problema con Boruot me ha traído este miedo al pecho... —guarda todo en una bolsa de papel —sé que tú no serías capaz de eso, de no tener cuidado, pero... —me entrega las cosas mirándome directamente —necesito oírlo de tu boca mientras me miras de frente.

—Sinceramente señorita Hinata. —tomo la bolsa —Prometo cuidar a su hija, y... —sonrío —no tengo planeado formar una familia hasta ser consciente de tener un trabajo estable y una edad un poco adecuada, necesito estar seguro de que puedo hacerme cargo de mi familia antes de pensar en formar una.

—Gracias. —aprieta mis manos agachando su rostro —de verdad te lo agradezco, y necesito pedirte un favor más... —eleva la mirada —por favor no dejes que ella vuelva esta noche a casa.

—Hu... si eso es lo que necesita, —doy un asentimiento —entonces yo intentaré hacerlo. Ahora debo irme.

Ella me guía al piso de abajo y me despide con una media sonrisa algo inquieta. Al llegar a casa puedo ver a Hima con una blusa de mi madre, ellas dos están en la cocina preparando el desayuno mientras mi padre ríe escuchándolas charlar desde el sofá de la sala mientras lee un periódico.

—Buenos días a todos. —sonrío obteniendo su atención y luego elevo la bolsa de papel hacia Hima —ya he traído tu ropa.

—Genial, muchas gracias. —viene enseguida tomando la bolsa —Entonces, —los mira —iré a cambiarme, enseguida bajo.

—Sabes pensé... —inicia al verme llegar a su lado —que Choucho le había traído un cambio de ropa ayer. Me pareció extraño que me pidiera una blusa al despertar, pero claro que no se la iba a negar, tenía... una camisa tuya —sonríe de forma pícara.

—Choucho le trajo ropa muy... reveladora, ni siquiera ella parecía cómoda al ver la ropa, y yo definitivamente no iba a permitir que saliera de ese modo... —exhalo un suspiro —así que decidí ir a traerle un cambio de ropa distinto, me ayudó su madre.

Mi madre me mira y comienza con una fuerte carcajada entre el palmear mi hombro — ¿Oíste eso Shikamaru? Nuestro hijo —sujeta su vientre entre su risa —tan celoso, cuidando lo que es suyo... —me rodea por los hombros.

—Iré a sentarme.

Entre el exhalar de un suspiro me aparto de su abrazo. Maldita sea, siempre olvido como es mamá a la hora de estas cosas, no debo decirle esas cosas nunca. Mi padre me mira con una sonrisa burlona apenas tomo asiento a su lado.

—No entiendo lo que te preocupa, Himawari es totalmente capaz de defenderse, además de que todos los hombres de la villa tienen un completo terror por su hermano y su padre. —ríe —Te lo aseguro, ellos se alejan de ella a toda costa, ni siquiera la quieren mirar por los clones que Naruto envía a lo largo de la villa.

— ¡Eso es cierto! —ríe entre el bajar las escaleras —Enseguida les traigo el desayuno... —acaricia mi hombro entre su pasar.

Mi padre dobla su periódico y lo deja en la mesa de al lado para señalarme la mesa del comedor; mamá y Hima se encargan de traer el desayuno para nosotros, huevo, pan tostado y jugo para nosotros, además del café para papá.

—Bien. —une sus palmas dedicándonos una sonrisa —A comer que se enfría.

Además de lo delicioso del desayuno de verdad me encanta comer con mis padres; al terminar con la comida Hima y yo subimos a mi habitación, ella se tira en la cama apenas entramos y yo simplemente le sonrío para comenzar a buscar mi cartera.

—Bien. ¿Dónde quieres ir? Tu mamá me permitió pasar todo el día contigo así que... podemos hacer lo que queramos.

—No lo sé... Mmm... —quizá solo debamos ir a dar una vuelta por algún lado, no tengo tantas ganas de salir.

— ¿Preferirías que nos quedáramos en casa a ver una película con mis padres? Ellos realmente están encantados con tu presencia.

—Eso... de verdad no suena mal... oye, —toquetea su labio con su índice —beso.

Entre una risa me acerco a ella hasta que soy capaz de besar sus labios, nos separamos casi al instante y simplemente nos sonreímos mientras ella musita sin apartar la mirada de mi...

—Te amo.

Un par de golpes fuertes llenan la puerta de entrada, el nombre de Hima es repetido con insistencia y ambos nos levantamos enseguida para bajar a revisar lo que ocurría, mi padre está en la puerta de entrada mirando con duda a Sarada que parece molesta e inquieta por entrar.

— ¡Necesito hablar contigo de inmediato!

Hima me mira algo preocupada y simplemente toca mi brazo suavemente para mostrándome una sonrisa, ella sale junto a Sarada y desde el interior de la casa puedo escuchar la voz de Choucho, llantos... Shinki entra en la casa mostrándose conflictuado e incómodo.

—Parece que Sarada esta muy confundida sobre Boruto, pero... esta segura de sentir algo por él, casi me dejan sordo, y me corrieron al instante.

—Cosas de chicas me supongo, bueno... —observo la puerta con preocupación —supongo que la esperare en la sala. ¿Quieres que veamos la televisión? Mamá y papá prefirieron subir a su habitación.

—Vamos...

Nos sentamos un buen rato frente al televisor y no fue hasta las dos de la tarde cuando Hima entró a la casa, ella exhaló un cansado suspiro y simplemente vino frente a mí para tomar asiento en mis piernas, yo le permito hacerlo y la abrazo sin dudarlo, se ve cansada.

—Pobre Mitsuki... —suspira —tendré que ir a verlo, después... creo que iré a casa, perdón Shikadai, pero no creo poder quedarme hoy contigo.

—No tengo problema con eso, puedes ir sin culpa.

—Antes de que te marches. —expresa sin apartar la vista del televisor — ¿Dónde se ha quedado Choucho?

—Decidió acompañar a Sarada hasta su casa.

— ¿Puedes decirle que me llame más tarde?

—Claro —levantándose dirige una sonrisa hacia ambos.

—Ve con cuidado —tomo su mano.

Ella sonríe con tranquilidad y después de dar un asentimiento se marcha mientras yo me quedo al lado de Shinki sin mirar realmente el televisor.

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