Escrito: 15/11/ 2021

[Inicia el Hard, escenas sexuales a continuación, sigan con cuidado]

La electricidad recorre mi cuerpo cuándo siento su mano desnuda posarse sobre mi pectoral y deslizarse, en una suave y algo pausada caricia, hacia mis hombros y mi espalda. Abrimos los ojos en un jadeo deseoso y mientras nuestras miradas se encuentras comienzo a negar...

—Espero que esto no sea una alucinación, porque sinceramente sería horrible despertar luego de este sueño maravilloso.

Ella ríe y acaricia mi mejilla causándome una inmensa relajación; recargo mi rostro de su mano y al abrir mis ojos puedo verla manteniendo una pequeña y linda sonrisa, sus ojos analizan los míos con cuidado.

—No es un sueño, jamás había soñado algo tan... perfecto como esto.

Perdido en la intensidad de la situación dejo caer mi cuerpo sobre el de ella hasta descansar mi rostro contra su pecho, ella suspira y puedo oír perfectamente el latir algo inquieto de su corazón, sus palabras retumban en mis oídos.

—Te amo Shikadai, de verdad te amo tanto.

Elevo la mirada. Ella quiere... ella quiere que sigamos con la luna de miel, ella siempre ha deseado con ansias este momento; algo que aprendí de Hima es que... aun cuando parezca que no le toma importancia a esto de tener relaciones sexuales, para ella es algo importante, y ella esta segura de hacerlo conmigo en este preciso momento, no, ella ha estado segura de hacerlo conmigo desde mucho antes.

Mis labios viajan nuevamente sobre los suyos y puedo sentir sus manos subiendo por mi nuca, sus dedos se cuelan entre mi peinado y la intensidad nos devora mientras mi mano se aferra con fuerza a su suave cintura; puedo sentir la tela del vestido rozar con mi piel mientras mis piernas se abren paso entre las suyas... puedo verla entregada, deseosa, llena de ansias... me enderezo para quitarme el saco y ella aprieta sus labios entre el mirarme. No puedo evitar sonreír, y entonces ella se endereza sobre sus antebrazos, su mirada sube a mis ojos y su mano sigue desabotonando mi camisa, la veo enderezarse aun más hasta quedar sentada en la cama sin cerrar sus piernas a mí... la abertura de su vestido me permite observar sus medias transparentes y la liga de encaje sobre su muslo.

—Oye... —susurra sin mirarme —de verdad quiero que esto... —sube la mirada sobre mis ojos —sea especial, sin nervios, no tienes que probarme nada, simplemente... —desliza sus manos desde mis hombros, bajando por mis brazos para sacarme la camisa —dejemos que nuestros cuerpos fluyan con naturalidad. ¿Sí? Tócame como te plazca, que yo planeó hacer lo mismo contigo.

La electricidad recorre por completo mi cuerpo cuando su susurro, confesión o pedimento, termina en sus labios calientes sobre mi clavícula; sus manos se posan en mi vientre, y cierro mis ojos permitiendo que sus labios continúen dibujando mi piel. Cuando el éxtasis de sus manos y labios sobre mí terminan por encenderme, no me apeno al sentir su lengua sobre mis pezones, simplemente m enciendo... tomo sus muñecas y de golpe la tumbo sobre la cama manteniendo sus manos sujetas por encima de su cabello, ella sonríe.

— ¿Te molesta que sea algo brusco?

—Para nada, creo que... me gusta verte ser algo brusco.

Trago grueso y mientras mi corazón se acelera mis labios descienden a la abertura de sus pechos mientras mantengo sus manos sujetas con una sola de las mías; mi mano derecha desciende sobre la liga de su pierna y sube por su muslo obteniendo un leve quejido de sus labios y la contracción de su cuerpo; puedo sentir sus bragas y dejo caer mi frente entre sus pechos mientras mi mirada desciende mirando como la tela del vestido cae sobre su cintura dejándome ver sus piernas y el paraíso entre ellas.

—No tienes que contenerte Shikadai, ya estamos... casados.

Respiro pesadamente mientras el calor me invade, y entonces, hago subir mi mano por su cintura, mi mirada asciende para encontrarme con ella y mientras me acerco a sus labios mi rodilla avanza suavemente contra su entrepierna haciéndola contener su respiración y cerrar los ojos entre el morder de su labio inferior; al obtener su mirada unimos nuestros labios y mi mano llega al lugar que siempre quise tocar... ella gime entre nuestros labios mientras mi mano se desliza sobre su seno. Suelto su mano para sostener su rostro, nuestros labios danzan, mi mano juega con su seno y mi en mi rodilla... en mi rodilla puedo sentir su calor, su desesperación... la humedad de su cuerpo.

— ¡Ah! —suspira mordiendo sus labios —Shika... ¡Mm! —gira el rostro mientras dientes se clavan suavemente en su cuello — ¡Ah! —mi lengua recorre su yugular y ella inclina la cabeza permitiendo que mis labios la invadan en besos y mordidas —Eso es... tan... tan bueno...

Su cuerpo se altera, sus suspiros suben de tono mientras mis manos bajan los tirantes de su vestido... cuando su espalda se curvea decido hacer viajar mis manos a su espalda para bajar el cierre de su prenda, ella me lo permite y apenas me alejo un poco ella se incorpora con la respiración agitada para sacarse el vestido por su cuenta. Delante de mí se encuentra un ángel con una lencería preciosa, un pequeño vestido transparente deja a la vista su piel, el encaje sobre sus pechos aun me permite mirar a sus pezones erectos... la linda y pequeña braga que apenas y cubre su vulva... mis ojos suben a los suyos y ante su mirada decido obedecer. Descanso mi espalda con el respaldo de la cama y ella se sube con una lentitud mortal, las sabanas crujen y la cama rechina cuando su cuerpo descansa sobre mi regazo.

— ¿Te gusta? —posa sus manos sobre los tirantes —Lo escogí especialmente para ti, ¿Qué parte te gusta... más? —desciende sus manos hacia su vientre.

—Las bragas.... —sonrío atrapado en su ilusión —me encantan... —inclino mi cuerpo a su cuello mientras mis manos se deslizan por sus piernas hacia las pequeñas bragas —se ven tan fáciles de quitar.

— ¡Mm! —deja caer su mentón sobre mi hombro —Pruébalo —susurra.

Mi corazón late acelerado y mi mano dibuja su cintura con la yema de mis dedos mientras beso su hombro, su cuerpo se estremece y sus manos se aferran a mí para cuando mis manos se cierran sobre sus glúteos, ella jadea en mi cuello y bajo suavemente las finas líneas de su braga... mi mano se adentra sobre su vientre, descendiendo hacia su vagina con algo de inquietud, puedo sentir el calor de su parte y como su piel se separa ante la entrada de mis dedos, puedo acariciar su piel... sentir su clítoris que la hace estremecer con el simple roce de mi dedo, mi mano se concentra en ese punto y ella gime... se estremece y se separa de mi cuerpo aferrándose a mi hombro entre el morder de su labio inferior y cerrar los ojos elevando el rostro al techo, jadeando al cielo.

— ¡Mngh! ¡Shikadai! —jadea —ese punto... no... dios... —trata de contenerse apartando mi mano —deja... deja... me vuelvo... me vuelo loca...

Detengo mis dedos que ya habían tocado toda su vulva hasta acariciar la entrada a su vagina. Yo la admiro vuelta un desastre y suavemente introduzco mi dedo en su vagina, ella gime levemente y frunce el rostro con levedad, parece dolerle un poco, y por ello sigo con cuidado... la dejo un segundo para que se sienta cómoda, y cuando su mirada sube a mis ojos, sé que es momento de continuar. Nuestros labios se unen mientras me muevo suavemente en su interior...

Los juegos previos dan final y ella se encuentra recostada llena de placer y desesperación. Su mano atrae la mía pidiéndome que continue, y yo le obedezco. Levanto el pequeño vestido de tela transparente y mientras beso su vientre hago salir a sus bragas, puedo verlas mojadas, ella esta... ella esta lista para lo que sigue. Tragando grueso desabrocho mi pantalón y me lo saco por completo para quedar en calzoncillos, ella no me quita la mirada de encima.

—Ya... ya voy, —sujeto mi miembro masturbándome un poco —solo dame un segundo... —trago grueso —No sé porque... pero estoy algo nervioso, aunque sé que no debo estarlo.

—Esta bien. —sonríe —Esperare lo que necesites, si quieres que yo haga algo para relajarte... —endereza su cuerpo levemente.

—No te preocupes —sonrío —yo... —suspiro —estoy bien.

Subo a la cama y mirando donde nuestros cuerpos se unirán... su mano viene a mi rostro.

—Yo quiero hacerlo, pero si no te sientes listo...

—Estoy listo Hima. Lo estoy, yo también quiero... —acerco mi miembro a su entrada —quiero hacerlo...

Un leve dolor nos invade al momento en que nuestros cuerpos se unen, es... nuestra primera vez. Luego de un momento podemos estar más a gusto con la unión y mis caderas comienzan a moverse contra ella, Hima me muestra su gozo, me deja ver por completo todo lo que es ella, y yo le permito ver lo que soy... me inclino sobre su espalda y nuestras caderas buscan la contraría con deseo.

Para cuando terminamos caemos exhausto sobre el colchón, ambos respiramos de manera agitada, y de un momento a otro sonreímos al techo... nos miramos, y nuestras sonrisas crecen convirtiéndose en una suave risa, ella gira hacia mí y yo me giro hacia ella.

—Fue genial.

—Tú fuiste genial —acaricio su rostro acomodando sus cabellos.

—Tú hiciste todo el trabajo —ríe posando su mano en mi pecho.

Nuestras risas siguen mientras nuestras frentes se unen. Sea lo que sea que nos deparé el futuro, sinceramente... sé que al lado de ella podre sobrellevarlo.

Fin.