Capítulo 13

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cinco meses después...

El señor Bang Sihyuk llamó el día anterior, Jungkook ya lo estaba esperando dentro del local que pronto se convertiría en su centro de preparación como modelo.

—Vaya, estas instalaciones... son preciosas —emitió emocionado para luego ver a los jóvenes que pasaban a su alrededor— y la gente parece sacada de revista. 

El perro junto a él asintió sabiendo perfectamente que él les ganaba a todos esos humanos que no llegaban ni al uno por ciento de su belleza total.

—Si pasara mi dedo sobre la cara de cualquiera, ni una gota de grasa quedaría impregnada... es más, mi dedo ensuciaría sus pieles perfectas —continuó Jungkook hablando con el pequeño Yeontan.

—Jeon Jungkook, un gusto saludarte de nuevo, —emitió el señor Bang Sihyuk acercándose con una enorme sonrisa— sabía que tu carrera no podía terminarse cuando ni siquiera pudo comenzar.

—Buenos días señor Bang —respondió Jungkook levantándose de su asiento para lograr hacer la reverencia necesaria.

—Que estés aquí me da a entender que estás ansioso por saber sobre los cursos y la modalidad que tendremos contigo en esta sede de Estados Unidos.

—Sí, quiero saber más. Con suerte podré ser conocido.

—Yo soy esa suerte, —respondió de inmediato— Jeon Jungkook, tú solo debes esforzarte y si noto que lo haces entonces tu carrera se disparará.

—Seguro que eso le dice a todos los estudiantes.

—Normalmente los estudiantes interesados se quedan como zombies refrescando nuestras páginas de internet para lograr obtener su cupo de inscripciones —reveló sorprendiendo a Jungkook.

El joven en verdad había tenido suerte de encontrar a aquel señor hace unos años por fechas de San Valentín cuando su empresa aún no crecía, cuando aún tenía dos pequeñas sedes en Seúl y Busan respectivamente. 

Esa noche en la que le fue entregada a Jungkook la tarjeta con el número de su suerte, el señor Bang Sihyuk no pudo dormir esperando la llamada del chico para así lograr completar sus primeros veinte contratados. Saltó de emoción cuando obtuvo la llamada unos días después.

Ahora era Jungkook quien necesitaba del apoyo del mayor para lograr empezar su carrera. Y como si lo hubiera pedido explícitamente, la llamada del día anterior le salvó de ser uno más en la multitud de zombies.

—Y dígame, ¿sigue contratando modelos sin estudios para comerciales?

—Ya no hacemos eso —contestó negando con las manos— ahora mis sedes se encargan de formar modelos y dejarlos con un perfil impecable que les sirve para ingresar a cualquier trabajo que quieran. Aunque los que me impresionan tienen la oportunidad de trabajar con mis mejores contactos, ese podría ser tu caso.

Los ojos de Jungkook se iluminaron, los del egocéntrico Yeontan también. Ese perro ya se imaginaba siendo protagonista de miles de comerciales y desfilando en pasarelas.

—Y dígame, ¿cuál será el horario que llevaré?

—Estarás en nuestros cursos iniciales, hay como treinta estudiantes por clase.

"Será bueno convivir con más seres vivos además de un perro"

—Sin embargo, solo compartirás con ellos la clase de estética y belleza, que son cuarenta y cinco minutos al día, en la primera hora que es ocho de la mañana. Las demás serán clases exclusivas y van desde las nueve hasta la una que es tu almuerzo, regresas de tres a seis y media de la tarde.

—Y en cuanto a la pensión o matrícula...

—Es cortesía de la empresa, estuviste conmigo desde mis inicios. Es lo menos que puedo hacer, —el mayor había dejado sin palabras a Jungkook quien había comenzado a hacer reverencias mientras agradecía— mañana por la mañana acércate a recepción y solicita tu horario, hoy sígueme para que conozcas a los maestros y lleves tu primer día con normalidad.

—Gracias, señor Bang Sihyuk —Jungkook sintió cómo Yeontan rasguñaba un poco su pantalón a lo que suspiró antes de hablar— y de casualidad... usted... su empresa... por razones de la vida... ¿tiene cursos de modelaje para perros? 

El hombre mayor quedó confundido por la pregunta y luego bajó su vista hacia la bola de pulgas que tenía en frente.

—Lamento decir que no se nos cruzó esa idea por la cabeza —se sinceró aguantando las risas.

No había descripción que pudiera plasmar la indignación que estaba sintiendo Kim Yeontan en esos momentos.

—Sin embargo, podemos hacer que tu mascota aparezca en distintos comerciales. Sería un toque muy cómico.

—¿De verdad haría eso?

—Dentro de poco uno de mis amigos grabará un comercial y tu pequeño perro podría tener una aparición.

Las esperanzas de Yeontan de inmediato volvieron a su diminuto cuerpo, ya se imaginaba siendo protagonista de uno de esos comerciales de shampoo donde hacen que el cabello de las modelos brille como nunca mientras se ondea con el viento.

—El comercial es sobre un nuevo shampoo antipulgas y ácaros —reveló sonriente.

"Pulgas tienen los pelos de tu pepino" 

Pensó Yeontan bajándose de la silla sobre la que estaba sentado y encaminándose a la puerta de la recepción para poder salir. No perdería su dignidad por un tonto comercial barato.

—¿Me entendió? —cuestionó atónito, sin poder despegar sus ojos bien abiertos de la puerta por la que acababa de salir el perro.

—¿Entenderlo? Claro que no... sería imposible que un simple perrito logre entender lo que decimos... vamos, un perro que entienda humanos, ¿no suena tonto? —emitió Jungkook nervioso rascando su nuca.

Bien sabía que ese perro entendía perfectamente su idioma y además manejaba el inglés al revés y al derecho. 

—¿Entonces por qué salió?

—Seguramente quiere explorar, es muy curioso —replicó al instante— o quizá quiera hacer pipí.

—¿¡Pipí de perro en mi sede!? Jeon Jungkook, detén a ese can inmediatamente —suplicó el hombre aterrado por la idea, a lo que el joven accedió.

[...]

—A ver Amo Yeontan, modele para ver lo que aprendió de mi clase de hoy —propuso Jungkook mientras avanzaba rumbo a su habitación.

El perro se adelantó y se paró en dos patitas para luego comenzar a avanzar como podía, moviendo la cola.

El acto provocó risas en Jungkook quien no soportaba estar parado ni un minuto más. Reírse de su can, le alegró el momento.

—¡Eso Amo Yeontan! Estoy en presencia de un futuro supermodelo.

Luego de halagar al perro, pudo ingresar a su habitación seguido del can, ya dentro le sirvió su agua y comida correspondientes.

—Provecho —comentó al ver cómo el perro comenzaba a comer como si no hubiera un mañana.

Exhausto, Jungkook se tendió en su cama donde cerró los ojos por unos segundos hasta que la alarma de su teléfono sonó.

Siete de la tarde, hora de ingresar a sus cursos de inglés.

Si bien su nivel había mejorado considerablemente, aún no pasaba de básico. Necesitaba esas tres horas de clase al día.

Sabía que al terminar, sus ojos no podrían evitar cerrarse hasta el día siguiente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro