16. Eʟ ᴘᴀsᴀᴅᴏ

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Sus palabras me dejaron perpleja, habían lágrimas en sus ojos, ella era ruda, pero en realidad sólo se escondía tras su mal humor.

—Yo lo siento —susurré aún confundida.

Cuando sentimos miedo, lo primero que hacemos es callarnos, nos guardamos todo, eso está mal, creemos que llorar esta mal, que mostrar debilidad también y aunque sólo demuestra lo sensible y humano que podemos ser.

—Intente contarles a mis padres, pero ellos no me creían, ni siquiera me escuchaban, me lo guarde para mi, nadie me ayudó cuando lo necesitaba, ni mis padres quisieron oirme, yo sola tenía que salir de ese barco que se hundía, me alejé de todos, y me volví fría e insoportable... Diez años guardandome ese secreto solo para mí, ahora que se lo cuento a alguien más...me siento mejor —Madison dejó de mirar el cielo, para mirarme —¿Estas llorando?.

—¿Estoy llorando?

Toque mis mejillas, limpiando mis lágrimas.
No iba a cuestionar el hecho de que no denunció al miserable hombre que hizo tal barbaridad con una pequeña, ni la falta de interés de sus padres, ella quería liberarse de su silencio, no ser reprochada.

Miré al cielo y sonreí tristemente.

Realmente me di cuenta que no teníamos que guardar siempre nuestros sentimientos, podíamos hacer algo mejor, podíamos hablar, dejar ir ese barco lleno de miedo, inseguridades y culpabilidad.

—Vi morir a mi padre, la mayor parte del tiempo me culpé, aún sigo haciéndolo, esa noche me destrozó por completo —Madison me miró curiosa por saber más, por escucharme y claramente continué.

»Todo era perfecto, casi siempre lo era, ni yo misma entiendo como sucedió todo, siempre cuando estoy sola y pienso en ello mucho, trato de buscar respuestas, pero no las encuentro, es difícil ...antes todo era normal. No era de esas chicas que tenían muchos amigos, solo tenía un par, todo estaba bien o eso imaginaba, hasta que mis padres comenzaron a discutir por todo, cualquier cosa hacia que se gritaran por horas, me costaba mucho concentrarme en lo que hacía, no había clases en la que no me durmiera sobre mi pupitre. Había un grupo de chicas más grandes que yo comenzaron a molestarme, al principio solo me insultaban, solo eran groseras, tenía suficiente con mis padres como para prestarles atención, no me afectaba nada, luego comenzaron con los empujones, me seguían a todas partes solo para tirarme comida, un día las enfrenté y le dije a mi profesor de biología, las castigaron por dos semanas, fueron dos semanas en las que me dejaron en paz, luego de eso todo empeoró, los pocos amigos que tenía se alejaron de mi y los que no eran mis amigos creaban todo tipo de mentiras acerca de mi y mi familia, comenzaron a enviarme amenazas, me quitaban el dinero, hacían cualquier cosa para lastimarme, hasta el punto que me escondía... yo no les había hecho nada malo, nunca fui mala con nadie y no entendía porque me hostigaban tanto. Después del divorcio de mis padres me fui a vivir con mi papá, creo que lo quería más que a mi mamá, el día que murió intenté matarme, yo solo ya no quería sentir, no quería sentir toda esa tristeza, creía que todo se venía encima y que no podría con tal peso.

Aún podía sentir el aroma de mi padre, podía oler la tierra húmeda y escuchar como las gotas caían en el parabrisas.

Voy a cambiarte de colegio, no importa si ya estas por terminar, no voy soportar un día más de verte tristemi papá estaba enojado.

Mamá se enojara contigo.

Importas , no tu mamá... No vuelvas a intentar hacerte daño, si algún día te pasa algo yo me mueroasenti llorandoSabes necesitamos helado de chocolate, ¿quieres?

El olor a tierra húmeda y el sonido de las gotas de agua me calmaban.

Bien, no demoraremi padre salió del auto, y entró a la tienda.

Eran las 6 de la tarde pero aún a pesar de las nubes grises, seguía claro.

Mis ojos curiosos se interesaron por dos hombres con ropa oscura, parecían apurados y nerviosos, los observe hasta que se encontraron con mi padre, los tres parecían que discutían.

Abrí la puerta del carro y salí, uno de ellos sacó un arma y le disparo a mi padre, mi cuerpo estaba aterrado, congelado, no podía moverme y mi corazón latía apuradamente, observe cuando le volvieron a disparar y se volvió a escuchar la segunda bala, ambos hombres salieron corriendo y mucha gente comenzó a acercarse a mi padre, entendía lo que sucedía, acababa de ver como asesinaban a mi padre, cuando él solo quería comprarme un poco de helado para que me sienta mejor, había perdido lo mejor que podía tener, la persona que más me consintió, cuando me retaba siempre lo hacía de la mejor manera, la persona que me enseñó a andar en bicicleta, la que me enseñó a pescar. Todos los recuerdos llegaron fugaces a mi mente, solo quería que nada de esto hubiera pasado pero las personas no son eternas, los padres mucho menos.

—Papi, escuchame no te vayas, te necesito, no me dejes.

Me tire al suelo junto a él, puse mi cabeza en su pecho, pero sus latidos ya no estaban, se había ido, se había ido y me había dejado.

—Lo superé, sé que si, pero aún me pregunto ¿cuándo dejará de doler? ¿Cuándo podré recordarlo y sonreír en vez de llorar?

Hubo unos minutos de silencio, por parte de ambas. El cielo tenia una paleta de colores increíbles, el rosa, naranja y rojo lo hacían increíblemente hermoso.

—¡De razón que estamos gordas! —Madison dijo de una manera chistosa, como si hubiera descubierto la cura para todas las enfermedades.

—¿Porque?.

—Por tantos secretos que nos tragábamos... ahora me siento más liviana, me siento mas delgada ahora.

Reí, demasiado. Madison podia estar triste pero preferia olvidar todo y sonreír.

—Eres boba —dije aún riendo y limpiando mis lágrimas.

Entiendo porque nos llevamos tan bien, a pesar de el inconveniente de mi primer día de clases, creo que nuestra amistad no tiene que ver con nuestras personalidades, era de nuestro dolor, ambas habíamos estado en el mismo barco, ahora podía reconocer a una de mis tripulantes, creo que si nos hundimos, saldríamos nadando y pisando fuerte.

—Siento que ahora puedo llamarte Mads.

—Eso nunca —Mads me empujó a la piscina.

Caí como una caja llena de cadenas hasta tocar el fondo de la profunda piscina. El agua estaba más helada que el mismo. Me impulsé a la superficie.

—Voy a morir de frío —dije respirando fuerte.

Nadé hasta la orilla de la piscina y agarre a Madison, hundiendola conmigo.

—Ahora estamos a mano. —dije muerta de risa.

Mierda, mierda, mierda.

Toque los bolsillos de la chaqueta, encontrando mi celular.
Nadé rápidamente a la orilla, tratando de salvar mi celular, pero era muy tarde y ya no encendía.

Mi madre me matará.

—He conocido personas estúpidas pero tú eres la más estúpida de todas —dijo Madison muerta de la risa.

—Ay, mierda.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro