26. Pʀᴇᴛᴇɴᴅɪᴇɴᴛᴇs.

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Madison Coleman.

-Mads, Mads. - Los sussurros y remezones, me levantaron, levanté mi pierna y la dejé caer en el piso, aplastando a Hate, mi pequeño perrito, al único que amaba mucho en esta familia. - Mads, hija, le pegaste a Hate.

-No me digas.

Mi madre, seguía remeziendo mi cuerpo, hoy en día, dormir era un pecado, un gran pecado, porque no mejor todos se mueren? Eso sí estaría más fácil para mí.

Me tire la almohada en mi cabeza, iba a seguir con mi vida, y en mi vida, solo dormía.

-Llegaras tarde al último viaje, conste Mads, que te lo dije.

DIABLOS EL VIAJE!!

Me levanté de la cama, tropezando con todo, puse mis manos en los hombros de mi santa y queridisima madre, que seguía observando toda la habitación.

Si, estaba un poco desordenado, había pasado casi toda la noche buscando el repelente para insectos, necesitaba ir conmigo, aquel repelente, no era fans de los insectos y era algo, que nadie sabía, ese era el motivo de no ir a campamentos, viajes y más cosas.

-Si, ya puedes irte. - saque a mi santa madre, de la habitación. Vi a Hate, moviendo su colita, de un lado al otro, lo agarre y lo besé. - Adiós a ti también. - lo saque de mi habitación.

Mire la hora del reloj de la pared, tenía menos de una hora para estar en la maldita escuela, fui al armario, en las montañas solía hacer frío, agarre un jeans negro, una chaqueta negra, una camisa de Pink Floyd y su icónico estampado, unas botas negras, cepille mi cabello, y me coloqué unas gafas negras, me miré en el espejo, hasta me temía a mí misma, con tan solo verme. Genial!

Como decía Arianna Grande.
I want it, I got it, I want it, I got it

Baje con mi maleta, solo llevaba lo necesario, no era de esas chicas, que llevaban como cinco maletas solo para dos días en las montañas.

-Que rápida, hija. - mi padre, me miró sobre el periódico. - según el clima, estará lloviendo todo el fin de semana, lleva un paraguas.

Vire mis ojos, mostrando desinterés, a quien le importa el clima a las 6 de la manaña, tal vez a muchos, pero a mi me valía exactamente una hectárea de mierda.

Agarre a Hate y lo besé.

-Pequeño, no dejes de te traten mal, si es posible muerde a la mugrosa de la vecina, también haz popó en sus plantas horribles, te quiero mucho.

Mi odio a la vecina, era tan grande, que llegaba hasta el infierno, la vecina no era tan agradable, no desde que mi pequeño perrito orinó en sus plantas, fue algo accidental, pero ella no entendió, y compró un gato, solo para que en cuanto vea a mi Hate, se el echara encima, desde aquel día, su gato y mi perro son enemigos, y mi odio hacia ella es tan grande, que en las madrugadas le tiro piedras al techo, solo para que no duerma.

Pero casi siempre, la que no duerme soy yo.

Despues de recomendarle a Hate, todo lo que puede hacer en mi ausencia, salí de mi casa con mi padre, que era menos estresante que mi madre.

-Recuerdo, cuando hacía estos viajes con mis amigos, era fabuloso, ir a las montañas y pescar mientras los mosquitos nos picaban, era adrenalina pura... Ah, aquellos tiempos.

Si, bueno, no sé quien es mas estresante, si papá o mamá, era una mierda muy difícil de elegir.

-Si, como sea, te veo mañana por la noche, cuida a Hate. - salí de la camioneta, e inmediatamente me arrepentí de ir, tantos alumnos, era estresante y desalentador.

Había profesores por todos lados, créanme, cuando digo por todos lados, los alumnos guardaban sus cosas en los buses, a lo lejos ví a la plástica de Harley, ella llevaba tres maletas, ella era un adefesio.

-Madison, tú bus escolar está allí. - el viejo Agapito señaló hacia el bus donde se encontraba Astrid y Lluvia, caminé empujando a todos, para llegar a ellas.

-Pensé que ya no vendrías. - dijo Astrid, ella estaba en pijama, se tomó muy en serio, esto de madrugar.

-Pueden subir, los tres últimos asientos. - dijo el conductor. -nos iremos en cinco minutos.

Las tres caminamos a los últimos asientos, que estaban juntos.

Me senté cerca de la ventana, astrid en medio y Lluvia al otro lado.
Astrid sacó de su bolso gomitas, nos ofreció a ambas, pero negamos.

-Más para mí.


Tomé mis auriculares y puse p!nk a todo volumen.


***

Después de siete largas  horas de viaje a las montañas, llegamos.
Eran casi las cuatro de la tarde y el clima era todo un caos, llovía, hacía mucho viento y estaba oscuro el día.

-Chicos, haremos esto rápido, será fácil, solo hagan grupo de tres y armen las carpas de camping, bajen con cuidado.

Casi todos bajaron del bus, muy apurados, resbalando, siendo grandes idiotas, y otros como nosotras, íbamos tranquilamente.

Encontramos un lugar espacioso y empezamos a armar la carpa.

-Yo me sentaré aquí, solo para ver como mierda hacen eso. - me senté en un tronco de árbol, que se había caído, al parecer.

Astrid y Lluvia querían matarme, sus miradas eran asesinas. Ya se les estaba pegando mis gestos, que buena maestra soy.

-Ven aquí, vaga.

Astrid caminó hasta llegar a mi, solo para llevarme con ella, hice resistencia, y de tanto esfuerzo Astrid se resbaló y cayó en un pequeño lodo.

Lluvia y yo, no parábamos de reirnos de ella. Astrid parecía sería, pero luego no se contuvo y empezó a reír.

-Pareces-Pareces un pequeño cerdito. - dijo Lluvia aún riendo. Mi estómago aún dolía a causa de mi risa.

-Esta bien, iré a cambiarme. - Astrid se levantó del charco, tomó su bolso.

-Tendrás que ir al lago, aquí no hay duchas privadas. - dijo Lluvia, esta vez más seria.

-Como sea, iré a cambiarme, tú. - me miró. - ayuda con la carpa.

Perdí de vista a Astrid, entre todas las carpas, pero lo divisé a él y estaba con otra chica, con su chica.

-Se le olvidó algo a Astrid, ya vuelvo. - dije y los seguí.

Marcus era un idiota que creía que por tener dinero era el más deseable de todo el mundo, lastima, que solo era deseable tal vez, en el infierno.
Me gustó durante un corto y limitado tiempo, solo fue un gusto, pero el creía que iba a pasar algo más y terminó a su novia, algo que no le pedí nunca.

Después de caminar por un buen tiempo, esperé detrás de un árbol, hasta que empezaron a besarse.

El idiota era un mentiroso.

Decidí irme, porque ya estaba anocheciendo y los odiosos mosquitos no dejaban de picarme, pero aplaste demás a una puta rama, haciendo mucho ruido, los dos idiotas escucharon.

-Alguien está ahí?. - la voz de la chica era nerviosa. - si es un profesor nos castiga, mejor, me voy, después esperas y te vas.

La chica pasó a mi lado, pero no me notó, idiotas.

-Qué haces aquí, Madison?.

QUE ME LLEVE EL DIABLO!!

-Buscaba a Astrid, que haces tú aquí?. - contraataque.

-Me fascina, cuando mientes. - Dijo el estúpido de Marcus, sonriente.

-No miento.

-Claro que sí.

-Los mentirosos se reconocen. - directo a la mierda, pedazo de mierda.

Intentó besarme, pero, lo evite, y me moví.

-Vamos, dijiste que no querías nada conmigo, no puedes culparme.

-No me gustan los idiotas como tú.

-Eso no dijiste la última vez que te vi.

-No sabía cómo rechazar a un egoísta como tú, eso es todo.

-Oh! Mads, parece que no eres la chica ruda, de los que todos hablan.

Ruda? Ruda mis nalgas.

Se acercó mas de lo que debía, casi rozando nuestras bocas, entonces levanté mi pierna y la estrellé en sus delicadas partes.

-Si, eso fue por decirle a tu estúpida novia, que fui yo la que te busque, tu y yo sabemos quien le ruega a quien. - dije muy segura, mientras veía como se retorcía en el lodo.

***

Estaba en la carpa con Lluvia y Astrid, comiendo golosinas y viendo un capítulo de Barbie: Life in the dreamhouse, si, Lluvia aún era infantil, aunque no podía culparla, evitabamos salir a la tonta reunión con fogota y cuentos estúpidos.

-Quisiera un novio como Ken. - dijo Astrid.

-Tenias al estúpido de Eric, eso no te bastaba?. - dije. - Antes me caía mal, era antisocial, y un poco creído, pero desde que fueron novios, dejó de ser un tonto, debo admitir que ya casi y me caía bien.

-Si, le gustabas mucho, aun no entiendo que pasó entre ustedes. - Lluvia comía palomitas, que hasta el momento sabía de donde mierda las había sacado.

Astrid estaba callada, viendo como Ken llegaba con barbie cada que tenía un problema.

-Si, parece que no le gustaba mucho. - su voz era casi inaudible.

La verdad que siempre me valia mierda el amor, porque sentía que era una tontería, pero, Astrid y Eric, hacían una linda y asquerosa pareja, ellos dos eran tontos de por si, aunque lo negaban, desde que supe lo de la muerte de su papá me sentí identificada con ella, aunque nuestros casos eran terriblemente diferentes, pero ambas habíamos sentido dolor, ambas eramos gruñonas, ella era mi persona, la otra mitad de mi limón, últimamente la veía estúpida, y me cuesta admitir que estaba sufriendo por un flacuchento desnutrido.

-Claro que le gustabas, le gustabas mucho, en receso cuando se despedía de ti, antes de irse me decía que te vigilará de cualquier pretendiente, además casi siempre lo veía, cuando guardaba fundas de gomitas en tu casillero.

-Woah! Que cursi.-dije asqueada, recibí una mala mirada de Lluvia.

-Además te tomaba fotos desprevenida, las guardaba en un álbum de fotos en su teléfono que decía "corazón".

-En que momento veías todo eso, vaya eres bien entrometida.- en qué momento veía todo eso?.

Lluvia se sentó, en la fina colchoneta de la carpa, solo para mirarme bien.

-No soy entrometida, solo, un poco curiosa y observadora, eso es todo. - miró a Astrid. - Solo tienes que hablar con él y dejar de evitarlo.

-Bueno, eso no es tan fácil, además parece que no vino al viaje. - Astrid ponía excusas.

-Yo lo vi, estaba sentado a las orillas del lago. - dije sin importancia.

-Después la entrometida soy yo!.- Lluvia se reía.

-No es mi culpa de que estaba a donde YO iba. Y que vas hacer, Astrid?

Se levantó animada y nerviosa.

-Voy a reclamarle el hecho de que me regalaba gomitas, mientras yo pensaba que yo misma las había comprado.

Estaba vestida, con un suéter de arcoiris de Lluvia, ya que ese le abrigaba más, que los que ella había traído, y una pijama de patitos, vaya combinación la de Astrid. Se puso las pantuflas, que de seguro con él lodo de la tierra pensarían más que un saco de mentiras, y ya tenía sueño y por eso decía mierdas.

-Iré a buscarlo. - ambas asentimos y la vimos salir, agarre la inmensa y suave colcha que traía Lluvia, quien era la que estaba bien preparada para acampar en las montañas.

Entre capítulos de Barbie, me quedé dormida como una roca, abrazando al peluche que traía Lluvia.

***

El sonido de la lluvia golpeando la carpa, me despertó, me encontraba malditamente sola, en la carpa, a oscuras, todo estaba en perfecto silencio, entre la oscuridad y las sábanas enredadas, buscaba mi celular, para ver la hora, encendí el celular.

00:03 am.

Lo siguiente que vi, fue un:

Bateria agotada.

Y el celular se apagó, al instante.

Los insectos no dejaban de hacer ruidos espeluznantes, estaba sola.
El silencio cada vez se ponía más intenso, cuando lo siguiente que escuché fue un disparo.

BANG!

Gritos.

BANG!

Más gritos.

QUE ME LLEVA EL DIABLO!!!!

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WOW!
HELLOOO, AMIGOS, ESTE FUE UN CAPÍTULO QUE ME PUSO MUY NERVIOSA, EN SERIO, MUY NERVIOSA, AHORA SI, SI NO QUIERES PERDERTE LOS ÚLTIMOS CAPÍTULOS, AGREGA ESTA HISTORIA A TU BIBLIOTECA PARÁ QUE TE LLEGUEN LAS NOTIFICACIONES EN CUÁNTO ACTUALICE , SI TE GUSTÓ DALE A LA 🌟 Y  COMENTA CUAL FUE TU PARTE FAVORITA, NO OLVIDES SEGUIRME.
See you next time, folks.

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