Es tu madre

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Mi papá me agarra de la cabeza como si de una pelota se tratara y me pega a su cuerpo.

—Aquí no puedes correr por dónde quieras, Cabeza de lima.

—Pero papá es un aeropuerto, no me pasará nada —afirmo tratando de deshacerme de su agarre—. Papá, por favor, ya suéltame.

—¿Dónde conseguiré otra hija si te raptan? —intervine mamá.

—Mamá es un aeropuerto, no es un lugar donde abunden ese tipo de personas —hago una pausa—, tal vez haya una o dos personas así, pero muy lejos de aquí.

—Quiero que me digas lo mismo cuándo te secuestren —habla mi papá.

—¡Viste! Ahora eres tú el dramático.

Es verdad que hay regular gente a pesar que ronda un virus que según dicen puede ser mortal, pero la gente tiene un semblante tranquilo y que le importa muy poco el dichoso virus.

—Tú siempre serás nuestra dramática favorita —frunzo las cejas dirigiendo mi mirada hacia el frente—, a veces mi tío se pone pesado y no nos cae bien —bromea.

Mi papá se hace el ofendido y a la vez le sale una risa.

—Sebastián ya no habrá propina para ti —le sigue el juego—, debo hablar con tu papá para que te mandé a hacer servicio militar.

—No tío, ya es muy tarde, ya estoy en la universidad —lo abraza.

—¿Tus hermanos Sebas? —pregunta mamá abrazándolo.

—Se quedaron porque no terminaron de hacer su tarea y ya sabes cómo se pone mi mamá.

—Ni me lo digas —blanquea los ojos.

Sebastián nos ayuda llevando las maletas durante todo el camino hacia el aparcamiento de autos.

El cielo estuvo un poco apagado...

«¡Un poco! Si fuera así no me estaría entrometido ahora».

Bueno... Estuvo muy apagado y no hubo muchas nubes, según mi tío que no salió porque dijo que "estaba muy cansado como para bajar del auto" –flojo–, mencionó que todos los días son así y que es una suerte que el cielo esté todo bonito como las veces que fue a Canadá.

También me avisaron que en unos días juega la Juventus, pero no saben contra quién porque no prestaron atención a esa parte... Siento que me dará un dolor de cabeza por eso.

Ojalá que su entrenador dé una buena estrategia para ganar porque en el anterior partido quedaron empate con la Fiorentina. Ese día tuve que dormir a la fuerza.

Pero ya sé que está vez lo harán mejor sin equivocaciones ni nada por el estilo y ganarán.

—Ya llegamos.

—Wow, construyeron más —comento.

El año pasado su casa era de un piso, no obstante, era muy larga, bueno sigue siendo muy larga a pesar de que ya cuenta con dos pisos más.

—Sí —afirma Sebas—, pudieron terminar antes que pase esto del virus pero todavía falta pintar.

Sin comentarios...

—Mañana viene el señor —jadea mi tío cuando saca las maletas del maletero del auto— ¿Qué traen en estás maletas? ¿Bolsas de cemento?

—No, cuñado —responde mamá.

—Ustedes las mujeres si que exageran con esto de llevar lo necesario.

—Al menos yo no sigo esa regla —intervengo—, solo traigo algo para sobrevivir —me encojo de hombros.

—Esa es una sabía decisión prima —afirma mi primo sobándome la cabeza con sus nudillos.

—¡Eso duele!

—Sebastián —advierte su mamá abriendo la puerta.

—¡Ya, ya! —levanta las manos para luego ayudarnos a bajar las maletas.

Cris y Leo salen a ayudarnos también, están más grandes de como imaginaba. Y mi tía como reina de su casa se queda parada junto a la puerta, mi tía nunca cambiará sus mañas... Por algo es mi tía.

—Vamos, apúrense —alza la voz—, que para eso los he parido y cuidado.

—Sí, sargento —bromea Sebastián.

Mi tía se hace la indignada y le pega a mi primo.

—Soy tu madre, merezco más respeto jovencito.

—¡Papá! ¿No vas a hacer nada? —pregunta mientras trata de cubrir los golpes de mi tía.

Niega con cabeza mientras entra a la casa.

—Ni en mis peores sueños, es tu madre —comenta.

Mi primo resopla mientras esquiva los golpes de mi tía.

—Hermanita, deja de pegarles a tus hijos teniendo público —afirma mamá entrando a la casa y con sus manos ocupadas cargando unas maletas—, las demás personas pensarán qué los maltratas.

—Eso es lo que hace —dice entre dientes Cris.

—Hijo del demonio...

—Girasol, entra rápido —habla mi papá ingresando con las últimas maletas nuestras—, ya es muy tarde para que estés afuera.

Hago una mueca de disgusto mientras veo pasar una motocicleta por la acera con dos personas montadas... Wow.

Ya he venido unas tres veces a este país pero no me he tomado la delicadeza de observar todo como suelo hacer. Creo que por estas cosas mi papá me dice que no está muy de acuerdo con que salga mucho por aquí.

Es cierto que algunas casas no están del todo pintadas o terminadas... La pintura de las casas se está descascarando o sucias.

Cierro la puerta de golpe cuando pasa un auto con muy alto volumen con música y silban.

La primera impresión está vez no ha sido muy buena.

—Acostúmbrate Isis —Sebastián me pone su brazo sobre mi cabeza—. Mi mamá dice que ya está la comida.

Asiento mientras saco su brazo de mi cabeza.

Me dirijo hacia el comedor/cocina mientras que mi tío y papá se encuentran sentados hablando y esperando la comida.

«En casa se comporta muy diferente».

Mi tía ─su nombre es Roxana, me olvidé de mencionarlo─ me hace llevar algunos cubiertos mientras que mis primos llevan los platos y mi mamá ─¿Ya les había dicho su nombre? No lo recuerdo... Bueno se llama Silvana─ ayuda a servir.

Cada que vinimos mi papá es como un rey, cada que comemos juntos, todo llega a su sitio... Bueno la misma situación se repite con mi tío cuando viene mi papá. Supongo que ambos se aprovechan de la situación.

♡♡♡

—Venga, Isis, una película no te hará daño —insiste Sebastián jalándome del brazo—, solo es títere y ya.

—¡¿Eso no te parece suficiente?! Habla de asesinatos y hechizos —digo aterrorizada.

—Vamos Girasol, solo es un títere —se encoge de hombros mientras se sienta en el mueble.

—No.

—Sí... Es un títere, ni que fuera a salir de la pantalla y perseguirte todo la vida —se mofa mi tío.

—Si no quiere ver la película, déjenla.

—¡Eso! Apoyo lo que ha dicho mi tía Roxana —alzo la voz mientras Sebastián se ríe del número que estoy haciendo ahora.

—No me dejas de otra —murmura con una vil sonrisa...

Ahh...

¿Dónde comenzó todo?

Mi queridísimo tío después de comer propuso ver una película ─hasta ahí se escuchaba perfecto ese plan de una agradable tarde con la familia─, cuando dijo cual quería ver me retracte. Fui la primera en apoyar la idea y oponerme... Obviamente yo fui la única que se opuso a esa película.

Mi tía y mi mamá dijeron que no importa con tal que estén viendo películas todo lo que resta de la tarde, pero los hombres ─más en específico mi tío, mi papá y mi primo─ no me dejaron tranquila, a pesar que mi mamá estaba de acuerdo que me vaya a mi habitación y no ver la película de terror.

Como siempre los hombres van con todo por lo que quieren, por ejemplo, ahora que hace unos segundos mi querido primo me abrazó por detrás y me levantó.

¿Por qué los hombres deben ser así?

—Hay comida, a eso no puedes negarte —dice mientras me tira de culo al mueble.

Eso dolió, y duele más porque no tengo culo... Soy como la tabla del cero.

Todo número multiplicado por cero da cero... Esas son mis posibilidades que el culo me crezca ahora.

—Al fin podemos ver la película —resopla y rueda los ojos mi primo Cristóbal.

—No seas pesado con mi Girasol, Cris —mi papá le tira un cojín a la cara—. Tiene miedo de un títere, lo normal —se encoge de hombros.

Me cruzo de brazos indignada por la última parte que ha dicho, no le tengo miedo a ningún títere o payaso o película de terror, solo no es de mi total agrado ver este tipo de películas. Nada más.

—Móviles apagados y desde ahora nadie se puede parar —dice Leo mientras se sienta a mi lado con un tazón grande de palomitas y una botella mediana de gaseosa.

Mis primos si que son muy tragones.

Me codea levemente en el brazo, lo miro y me extiende su tazón y a la vez un papel.

"Puedes agarrar palomitas cuando quieras"

Asiento con una sonrisa y me acomodo mejor en el mueble que comparto con mis primos... Esto es definitivo, no me podré echar.

♡♡♡

Parpadeo rápidamente por el final... Mejor no opino...

—¡Carajo! —grito cuando me tiran al piso jalándome del tobillo— ¡Sebastián! Acabamos de ver una puta película de terror, no me hagas eso —suelto sin respirar.

—Girasol, tu vocabulario.

—Disculpa papá —murmuro—, no volverá a pasar.

Veo como asiente mientras sube las escaleras.

—Tu mamá me habló que hay un chico rondando por ahí...

¿Rondando? ¿Me están siguiendo? ¿Nos están acosando? ¿Ya llamaron a la policía para que se encargue del problema?

«Creo que estás exagerando un poquito... Nomás un poquito...».

—Tu primo no habla de forma literal —la voz de mi madre se abre paso.

—¿En serio pensaste que lo decía literalmente? —pregunta sorprendido junto a unas cuantas risas.

—Mmm, claro que no. Esas son tonterías —miento con una falsa sonrisa.

—Sigue intentando —rueda los ojos—. Bueno, cuéntame qué tal es, ¿Es guapo? ¿Es alto? ¿Inteligente? ¿Deportista? ¿Sabe tocar instrumentos? ¿Cocina? ¿Le gustan los animales? ¿Qué tal son sus gustos musicales? ¿Ya reforzaron la amistad con un beso en la boca? —¿Se puede reforzar la amistad de esa forma? Enarco una ceja y seguidamente parpadeo sorprendida— Bueno, la última pregunta respóndela si es que siguen siendo amigos.

Wow...

Me hace recordar a estas series donde existe la amiga que quiere saberlo todo sobre tu vida amorosa.

—Somos amigos y eso de "reforzar la amistad" —hago comillas con mis dedos— con un beso no existe en mi vocabulario.

«Y bien que querías besarlo, y hasta te preguntabas por qué no te besó cuando pudo».

Guarda silencio.

—Y no sé mucho de él, lo conocí días antes de que empiece esto del virus.

Suspira tirándose en el piso.

—Bueno... Al menos tengo parte de información importante —me guiña el ojo—. Esperaré el momento que me cuentes de tu galán llamado Elek —dibuja una sonrisa ladeada.

Gracias mamá por contarle eso.

—Bueno yo ya me voy a mi habitación —me pongo de pie arreglándome un poco el cabello—, que tengas buena noche Sebas.

—Igualmente prima —suspira— ¿Ya sabes cual es tu habitación?

Asiento.

—No me olvido de las cosas tan rápido —entrecierro los ojos mirándolo fijamente—. No me tomes el pelo tanto.

Contesto la llamada cuando mi teléfono empieza a sonar.

Oh, no, no, no.

Cierro los ojos y contesto con pesar.

Cereza no llamaste.

—Disculpa, es que andaba un poco ocupada Elek —sonrió con nerviosismo rogando desde mis adentros que mi primo no haya escuchado eso.

—¿Elek? —se incorpora rápidamente.

—¿Yo? —¿Cómo pudo escuchar eso?

Genial... Elek seguirá conociendo a mi familia.

«Y no son nada, ehh».

Shhh.

«Buena esa Limón».

Boto una bocanada de aire dándome valor para que Sebastián no se ponga como lo hizo cuando conoció en persona a Aitor.

—Elek, esa persona que escuchaste es Sebas, mi primo —lo fulmino con la mirada con una sonrisa—. Sebas, Elek está en línea, es mi compañero de colegio.

—Tiene un nombre muy fresco —comenta tapando con su manos el micrófono del móvil—, tiene un diez de diez como primera impresión —asiente satisfecho.

—Cereza?

—¿Cereza...? —ese fue el chismoso de mi primo indagando por nuestros apodos... Genial

Le quito el teléfono de sus manos.

—Dime, ¿Pasa algo? —me reincorporo a la conversación.

—Oh, nada, nada cereza —puedo escuchar como carraspea—. Si quieres llamas más tarde para que tengas tiempo de pasarla con tu familia.

—No tengo problema que hablemos ahora, tonto.

—¿Cereza y tonto? ¡Suena muy tierno! Sin ver al chico a tu lado, presiento que serán una gran pareja —grita mi primo con un pan en la boca.

—¡Sebastián, maldita sea, deja de gritar una vez en tu maldita vida! —okey...

«Sí que sus hermanos son muy cariñosos con él».

Mucho...

—Isis, solo veo tu oreja sucia —canturrea.

¿Por qué activa la cámara sin decirme antes? Ugh, bueno sin acciones así no será Elek.

—¿Qué pasa? —hago una mueca cuando abro la puerta de mi nueva alcoba.

—Te ves bien, cereza —enarco una ceja y él suspira—. He visto una telenovela hoy cuando estaba esperando tu mensaje, que claramente nunca mandaste —jeje—, y había una escena un tanto... Bonita y quería que la vieras —aww, que tierno—, pero no me llamabas y tenía que hacer otras cosas.

Ya me siento mal por haberlo olvidado.

—Lo siento —murmuro sacando las maletas de la cama para poner para dormir.

—No te lo estoy reprochando cereza, solo lo decía y ya, me gusta que pases tiempo con tu familia —se encoge de hombros mientras apoya toda su espalda en el espaldar de su silla—, como la escena ya no la tengo en la pantalla de mi computador... La recrearé —se ríe mientras que se pone de pie y hace un poco de espacio en su alcoba.

Dejo mi celular en un lugar estable y a la vez pongo mis maletas en otro lugar que no sea la cama.

—¡Ya! —grita para que lo mire—. Estaba así, parecía como si le fuera pedir matrimonio y... Isis ponte enfrente de la pantalla para que la recreación sea completa —pide—, y el chico sacó una cajita de su bolsillo trasero y la abrió, diciendo ¿Quieres estar conmigo?

Esta parte fue publicada el veinticinco de diciembre del año 2021. Siguiente fecha de publicación: primero de enero del próximo año (2022).

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro