Reposteros desastrosos y desastres

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—Brownies

—¡Pizza!

—¡No quemen la casa! —pido con desespero.

—Bruno, con la pizza hay más probabilidades que quememos la casa.

—Pero siempre sabe bien, los brownies no.

Lo único que me importa en estos momentos es que la casa no quede en ruinas... Ya me imagino a mis papás regañándome por no cuidar bien de la casa... ¿Dónde dormiré? ¿Me lo perdonarán?

—Te reto a una competencia por el mejor postre.

—La pizza no es un postre, Bruno.

No... Quemaran la casa a la misma vez, quemaremos también las casas vecinas, ellos no son los culpables de los actos de estos desconsiderados y... ¿Nos harán la ley del hielo?

—¿Quién dice que haré una pizza clásica?

Miramos con obviedad a Bruno.

—Tienes abierta la receta en tu celular Pecas —comento.

Se ríe con nerviosismo bloqueando su celular.

—Ya no.

Aitor y yo nos reímos mientras niego con la cabeza.

—Pondré un poco de música.

—Bad Bunny, por favor Rayo de sol.

—No, pon Duki, Isis.

—Mi casa, mi música —dictamino.

—Tu casa no es...

Ugh, odio cuando Aitor tiene toda la razón en cosas como estas.

¿Por qué debe tener la razón en todo? Ugh. lo odio, lo odio, lo odio. ¿Por qué debes existir en mi vida Aitor? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

—Isis —me llama.

—Mhm.

—También te quiero Sol.

—No la llames así —se queja Bruno haciendo un puchero gracioso—, solo yo puedo, yo la bauticé de esa manera.

—Pondré Dua Lipa —cambio de tema— y como es propio de Spotify lo cambiará a su gusto.

Por eso nosotros aprovechamos Spotify, porque tenemos gustos de música algo distintos... El mío es pop en inglés, a Aitor le gustan los cantantes de Argentina ─algunos tienen buena música─ y por último a Bruno le gusta reggaetón y todos esos cantantes relacionados a Bad Bunny y Anuel AA.

—Aceptable —refunfuña Bruno.

¿Qué hará? Se mueve de un lado a otro y siempre está con las manos llenas de dulces.

¿No iba a hacer una pizza? ¿Por qué lleva a la cocina dulces como si fuera un postre? En Italia algunos lo ven como plato principal, no como un postre.

—¿Cuándo dejarás que la gente te lea con tanta facilidad Rayo de sol?

Me acerco a la encimera donde trabaja él.

—¿No ibas a hacer una pizza?

—Nunca dije que sería una clásica —me guiña el ojo.

Suspiro mientras que lo veo sacar unos utensilios de la alacena. Aitor sigue en su celular navegando, supongo que buscará una buena receta de como hacer brownies. Al final él sabe cómo cocinar porque ve muchos documentales de cocina.

—Lo tengo —murmura convencido.

—¿Qué tienes?

—La receta para hacer brownies, pero haciendo unos ajustes a mi paladar.

Niego con la cabeza mientras me echo en la encimera.

Solo espero comer algo que realmente sea rico... Que valga al menos todo el desastre que provocarán en casa. ¿O les estoy pidiendo mucho? ¿Los estoy subestimando? ¿O pienso lo correcto?

Mi móvil vuelve a sonar.

(16:30) *Número no identificado*: Hola Cereza.

¿Elek? ¿Cómo consiguió mi número? ¿Realmente es Elek? ¿Alguien lo ha suplantado? ¿Le di mi número en alguna oportunidad?

Holaa :D :(16:31)

(16:31) Tonto<3: Uy, ¿Y esa alegría? Hasta la puedo sentir, y eso que no estoy a tu lado:)

Cierro los ojos cuando me cae un poco de polvo blanco en la cara y en parte de mi cabello rubio.

—¿Y esa sonrisa Rayo de sol? —me pregunta Bruno mientras bate unos huevos en un bol plateado.

¿Los huevos no iban después de armar la mezcla de ingredientes secos? ¿En serio hará una pizza?

—Nada —puedo sentir como mis mejillas toman el color de siempre cuando estoy con él.

—Tu coloración en las mejillas no definen eso como nada —comenta Aitor mientras ahoga un grito porque casi le cae una bandeja de plata en la cabeza.

—En serio no es nada...

—¿Quién es... Tonto con una de estas uves de costado con un tres? —deja de batir los huevos y se rasca la cabeza— ¿Ya te has enamorado?

Aitor hace un sonoro bufido obteniendo nuestra total atención.

«¿Viste? Se ve más tierno con esa cola que lleva».

Sí, se ve menos él, es como si a todo él le pusieran más azúcar sin importar lo amargo que sea.

—Pitágoras..., el padre de las matemáticas estaría muy molesto con ustedes por referirse de esa manera tan soez de llamar a un signo matemático que va en medio de dos cantidades numéricas distintas diferenciándose cuál es mayor y menor por la punta y la boca —suelta casi sin dar un respiro.

—¿Pitágoras no era la fórmula esa de los triángulos?

—Ustedes dos son un caso —suspira—. Isis, ¿Por quién sonreías?

—Un meme sin importancia —meto mi mano en la bolsa de harina y le tiro un poco en la cara de Bruno—. Mi venganza Pecas.

Se hace el ofendido y me tira de nuevo harina a la cara.

—Van a gastar la harina y yo también necesito —refunfuña Aitor.

Ambos le tiramos harina a la cara, él detiene su caminata y forma una línea recta con sus labios.

—Con la comida no se juega —se molesta limpiándose la cara.

—La vida debe tener diversión, ¿no? —lo provoca Bruno tirándole más harina a la cara y a su cabello.

—Bruno, ¿Por qué solamente me debes tirar a mi la harina? Tienes a Isis enfrente tuyo, de seguro ella con gusto te sigue el juego.

Me hago un moño mientras veo los mensajes que me llegan al celular de la misma conversación de hace unos minutos.

(16:45) Tonto<3: ¿Cuándo piensas contestarme?

(16:50) Tonto<3: ¿Isis estás libre más tarde? Para una videollamada.

Tonto:p :(16:55)

(16:55) Tonto<3: Solo tuyo, mi Cereza. Te dejo que tengo que hacer una cosas por aquí, suerte en tu día Cerecita. Alégrame el día hasta el final.

¿A qué hora llamarás? :(16:56)

(16:56) Tonto<3: Tú sólo quédate atenta a tu móvil, hasta luego.

Levanto la mirada y me encuentro a Bruno de brazos cruzados con el delantal de mi madre –es de flores y colores pasteles, se ve muy gracioso con el–. Aitor solo me mira con obviedad y le debo decir lo que pasa al mismo tiempo que él derrite mantequilla a baño María.

—Estamos esperando tu nada Rayo de sol.

Dirijo mi mirada a otro punto en concreto para poder responderles de una buena vez.

—¿Se acuerdan de Elek? —ambos asienten— Pues de alguna manera consiguió mi número y me estaba escribiendo... También vino a mi casa y comimos junto a mis papás y hoy en la mañana me trajo para acá.

—Ese si es el amor de tu vida —bromea Bruno.

Ruedo los ojos esperando que Megamente me diga algo al respecto.

—Si ya conoce a tus papás, van en serio.

¿Eh? No, fue el mismo caso que cuando presenté a Bruno y a Aitor a mis padres, nada fuera de lo normal. Simple amigos. Con Elek no busco algo más allá de una amistad como la que tengo con mis mejores amigos.

A parte Elek me podría servir como máquina para hacer mis tareas porque Aitor ya no quiere ni hacerlas ni ayudarme.

«¿Amigos? Dejemos que eso lo decida el tiempo y no tú».

Solo amigos, si me concentro en una relación amorosa de seguro me desconcentro más de mis estudios y no habrá vuelta atrás para hacer servicio militar con los hijos de los colegas de mi papá.

Lo que menos quiero ver es a los hijos de los amigos de mi papá, no podría entablar una buena relación por el hecho que conocen a mi padre, y cuando él quiere da miedo.

Bruno me vuelve a tirar harina a la cara y agrega:

—Para que no sean tan notables tus mejillas rojas —se burla.

Me río mientras me limpio la cara.

—Isis tengo una duda. ¿Por qué te sonrojas cuando hablamos de él?

«Es una buena pregunta, siempre nos pasa lo mismo».

Pienso en la respuesta un rato...

No sé qué responder, siento que cualquier cosa me meterá en algún problema porque no quiero que nuestra cercanía se mal interprete de esa manera.

—No es nada Einstein, solo es algo que mi cuerpo hace sin que yo quiera —suelto una leve risa.

Asiente, pero algo me dice que no está convencido del todo con mi respuesta. A veces Aitor es un poco sobreprotector conmigo, es mi amigo ¿No? Es típico de amigos.

—Vale Piña.

—¿Hasta cuando me seguirás llamando así?

—Hasta cuando sea necesario —me dedica una cálida sonrisa antes de seguir batiendo ingredientes.

Aitor cuando me conoció me llamó Piña. Dice que siempre me muestro diferente con las personas que converso, al igual que hay diferentes tipos de piñas para cada ocasión y como mi cabello es amarillo al igual que la piña es la más acorde para mi.

Bruno me vuelve a tirar harina a la cara y respondo de la misma manera.

Me tira y yo le tiro más harina a la cara, y así sucesivamente.

—Cálmense —levanta la voz Aitor metiendo una bandeja de plata al horno.

—Isis empezó —miente.

—¡¿Qué?! Fuiste tú, no seas mentiroso Pecas.

Aitor no responde cuando a los tres nos llegan notificaciones a los móviles, las pantallas de estos se encienden dejando ver la notificación proveniente de Gmail.

Mi Gmail solo lo utilizo para el colegio.

¿Acaso tendremos más noticias del colegio en tan corto tiempo? El colegio no es mucho de mandar un aviso directo a los correos de los alumnos a menos que sea muy importante. Lo normal es que se publique en la primera plana del periódico cada vez que el director Tremblay hace o dice algo en relación a la institución y a nosotros, los alumnos, tendremos un beneficio o algo parecido.

Bruno se lava las manos, yo me limpio la cara y Aitor es el primero en desbloquear su móvil.

Se toma su tiempo para leer, de paso también se pone sus lentes porque Einstein es corto de vista.

—Diccionario Isis: Desastres en el colegio —suspira.

—¡¿Qué?! ¡¿Qué?! —decimos en unísono.

—El correo que acaban de mandar es del mismísimo director —wow, eso es nuevo—, dice que nos tomaremos una semana de descanso y ya no habrá clases semipresenciales —hace una pausa—, solo virtuales ahora, por eso piden una semana para que regulen y sigamos teniendo clases...

—En pocas palabras nos veremos todos los días por una videollamada y con casi todo el último grado.

—Sí —agrego—, además de que dejaremos de vernos presencialmente por un buen tiempo —me aclaro la garganta—, para tener los cuidados debidos para este nuevo virus porque dicen que es mortal.

Bruno suspira y agrega:

—Esta será nuestra última reunión juntos —dice con un poco de nostalgia mientras se lleva la mano al pecho como si le doliera el corazón—. Me duele el corazón solo pensar que ya no los veré.

—¿A qué hora se supone que estarán sus postres? Me muero de hambre y apúrense que ya quiero ver una peli.

—Mi Piña colada relájate —me abraza por la espalda—, ya va estar el mío. Es más, quiero un milkshake, anda hacerlo, quiero un milkshake estilo Isis —bromea.

Su fragancia corporal siempre ha sido ese suave, pero profundo aroma que cautiva a mis compañeras de grado.

Siempre me ha gustado su aroma, es muy peculiar. No es como el de Elek, es algo como una combinación de colonia varonil —a veces tiene toques a un aroma de un bebé— y el típico olor de centro médico. Es curioso, pero la única explicación que le encuentro es su padre porque la otra vez dijo que su papá es médico.

—¿Harás mi tarea por una semana? —bromeo mientras apoyo mi cabeza en su pecho.

—Te estoy pidiendo un milkshake para estos momentos, no que me los lleves a mi casa.

—Bien —mascullo—, haré el bendito milkshake y solo diré que si no me ves en la ceremonia de graduación de la preparatoria te sentirás culpable, lo aseguro.

Me da un beso en la cabeza y deshace el abrazo.

—Tienes a Elek, te aseguro que es un buen profesor.

Ruedo los ojos mientras me pongo de pie para dirigirme al refrigerador para poner en marcha el milkshake para los tres.

♡♡♡

—¡Cocina limpia! —grita Bruno.

—Ya está la sala.

Al final de terminar de ver nuestra última serie juntos de esta manera Bruno empezó a molestarnos.

La verdad fue que eso me dijo Aitor porque yo me quedé dormida como siempre y él me despertó diciendo que la sala estaba sucia por culpa de Bruno ─ahora todo es culpa de Bruno, él solo es un angelito de Dios, sí claro─, pero de igual manera él mismo se ofreció a limpiar.

(19:23) Tonto<3: ¿Y esa nueva foto?

¿Qué? ¿Tienes envidia que presumo a mis amigos y no a ti? :(19:25)

(19:25) Tonto<3: Para nada Cereza:)

Todavía me sigo preguntando cómo es que consiguió mi número, no recuerdo haberle dado en algún momento.

Levanto mi mirada al sentir una mano en mi cabeza.

—¿Tonto?

—¿Hay algo de malo en él? —suspiro.

—No, para nada —suspira Megamente—, solo no te ilusiones muy rápido Solecito —sonríe a boca cerrada

—Bueno... ¿Ya se van?

—Sí —asiente—, Bruno ya se fue porque decía que su mamá lo llamó con urgencia.

—¿Algo habrá pasado?

—No sé, pero ya después nos lo dirá.

Asiento y vuelvo a sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo.

Los abrazos de mis amigos siempre son muy cálidos y deseas quedarte de alguna manera en los brazos de él.

—Isis prométeme que sobrevivirás al nuevo desastre del mundo —bromea abrazándome.

Esta parte fue publicada el veinticinco de diciembre del año 2021. Siguiente fecha de publicación: primero de enero del próximo año (2022).

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