Capítulo 49: Siempre pudiste elegir...

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Estamos al final de la saga del sol negro.

Solo tres capítulos más, este y los próximos dos.

¿Qué pasará?

Ni puta idea, tengo problemas para dormir y las clases presenciales han vuelto con todo, se terminó la joda gente, es hora de ponerse las pilas.

En fin, solo disfruten del capítulo.

Disculpen los errores ortográficos.

"hablar" personaje hablando.

"Hablar" personaje pensando.

"Hablar" nombres de las técnicas.

(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.

############ Cambio de escenario o lugar.

Capítulo 49: Siempre pudiste elegir…

El tiempo se acabó, el día de sol negro llegaría el día de mañana, y la nación del fuego se estaba alistando, en una de los días, en que más vulnerables estaban.

Azula ignoro los preparativos, y le dio los dos pergaminos a uno de los tantos mensajeros, que, al ver monedas de oro entre los pergaminos, asintió con la cabeza y salió corriendo de inmediato, a uno de los tantos vehículos para movilizarse que había para ellos.

Frente a la mansión, la chica cruzó sus manos detrás de su espalda, mirando curiosa la luna llena que se podía ver aún de día, en solo un día esa luna cubriría uno de los mayores aliados de los maestros fuego.

El sol.

Concentrándose en el ahora, la princesa dio un suave suspiro, mañana sería un gran día.

Flash back:

Había pasado meses desde la última vez que vino a visitar a su tío, sabía que Zuko, venía a visitarlo regularmente de vez en cuando, para traerle desde regalos o hasta sólo hablar con él.

Tratar de hacerse sentir consigo mismo.

Ella solo quería hablar.

Entrando a la habitación, cerró la puerta detrás de ella, había mandado a los soldados que vigilaban que tomarán un descanso, bueno, mejor dicho, los obligó a irse con una amenaza que hizo que se fueran de inmediato, bajo la orden de que nadie molestará por al menos media hora.

"Hola tío"

"…"

"Quiero saberlo tío… tus registros decían que eras uno de los soldados más fuertes y feroces que se haya visto en siglos, tenías el respeto, poder, influencia… lo tenías todo"

"…"

La atmósfera era tan lúgubre y pesada en la pequeña celda, entre tantas cosas que habían pasado, era la primera vez en mucho tiempo, que Azula hablo con honestidad, haciendo una pregunta, de la que quería una respuesta.

"¿Ella fue tan especial para ti?"

"Ella y mi hijo lo fueron todo Azula" hablando por primera vez en mucho tiempo, Iroh levanto la cabeza, "No voy a mentirte, no fui siempre el hombre que vez ahora, alguna vez fui tan despreciable como cualquier otro soldado de nuestra nación, ahora mismo solo soy un anciano patético"

"¿…?"

"Cuando tu abuelo murió, ya sabía que mi hermano fue el culpable, pero en ese momento todo era tan irrelevante para mí, perdí a mi hijo, ya había perdido a la mujer que amaba, estaba tan centrado en mi propio dolor, que fui inconsciente de lo que sucedía a mi alrededor"

"No fue tu culpa"

"Pude haber matado a Ozai, pude haber protegido a tu madre, pude haber estado a tu lado Azula… pude haber hecho mucho más…"

"…"

"El tiempo fue pasando para mí, fui conociendo personas, grandes personas que alguna vez fueron mis enemigos, que se volvieron mis aliados… no, mis amigos" Iroh saco con cuidado de una de sus mangas, una pieza de su juego de mesa favorito, que tenía el dibujo de un loto blanco en el, "En ellos siempre se puede confiar"

"…" la palabra 'amigos' hizo que Azula pensara de inmediato en Ty Lee y Mai, hace tanto tiempo que no las veía, más de un año.

"La vida nunca fue fácil Azula, lo sé mejor que nadie, puedes equivocarte, puedes lastimar personas, y cuando ves todo el daño que hiciste, solo te quedan dos opciones, seguir sin mirar atrás o…"

"¿O?"

"Hacer lo que debiste hacer desde el principio, lo correcto"

"…" Azula se quedó un largo tiempo mirando el suelo, varios pensamientos pasaban por su mente, recordando todo lo que vivió los últimos años.

"Has lo que yo no pude hacer Azula, sé que tú puedes hacer más"

"…"

"Yo…"

"…"

"Después de todo lo que he hecho, los errores que he cometido, la gente que e lastimado, tu crees…" la voz de la chica se fue quebrando, sus memorias de las peores cosas que ha hecho en su vida, quemaban sus ojos, que desbordaban de lágrimas, "¿Crees que alguien como yo puede ser como tú?"

"No"

"…" Azula sintió su corazón hacerse pedazos, golpeando su cabeza contra los barrotes de metal, apretó sus manos por los barrotes, con sus manos encendidas en llamas, el fuego empezó a quemarla, y eso no le importaba.

Sin embargó, el fuego se apagó cuando sintió unas manos tomar las suyas, lentamente ella levantó la cabeza, sus ojos nublados de lágrimas se encontraron con la mirada suave y gentil de Iroh.

"Tú puedes ser mejor Azula… solo tienes que querer serlo"

Fin de flash back:

Avanzando hacia la mansión del señor del fuego, Azula abrió las grandes puertas para caminar por los largos pasillos, tenía que hablar con su hermano mayor.

#########################

El día llegó, el día en que todas las fuerzas se reunirían para el ataque que habían esperado tanto tiempo, la triple alianza estaba reunida.

Mientras todos los soldados se iban alistando, maestros agua, maestros tierra y no maestros, había una reunión en otra parte de la isla.

Sokka, Katara, Toph y finalmente el último integrante que estuvo ausente por más de un año.

Aang.

"Ah pasado tiempo…"

Los dos hermanos de la tribu agua notaron la diferencia de antes y el ahora, ya no vestía ese traje infantil de antes, sino un traje de monje, uno que dejaba ver un aumento de masa muscular.

El extrañamente ahora tenía cabello, oscuro que no llegaba más allá de su cuello, y una banda blanca alrededor de su frente, que cubría la marca de flecha que lo distinguía como un maestro aire.

"¡Aang!" Katara fue la primera en correr y envolver sus brazos alrededor del monje, abrazándola con todas sus fuerzas, ella no recibió el abrazo con el mismo entusiasmo, el solo se quedó de pie.

Aunque Sokka y Toph estaban feliz por su llegada, estaban lejos de correr hacia el para abrazarlo, ya no eran los adolescentes de antes, cuando se conocieron.

"Es bueno verlos a todos" Aang se soltó del abrazo de la maestra agua y miro a sus amigos, todos podían escuchar el movimiento de los soldados y barcos en la costa.

Cada segundo, cada minuto que pasaba, hacía que el día del sol negro se acercará.

"Espero que te hayas vuelto fuerte Aang" Toph se cruzó de brazos, levantando su cabeza dejo ver sus ojos blancos, que estaban fijos en el rostro del último maestro aire, "Y tengas el valor, de hacer lo que se tiene que hacer"

"Lo tengo" Aang le devolvió la misma expresión intensa a la maestra tierra, apretando el agarre en su bastón, dejo escapar un suave suspiro, "Yo me haré cargo de él"

"¿Qué?" Katara se sentía perdida, "¿Tu? Pero… pensé que todos nosotros te ayudaríamos, necesitas de nuestra ayuda para enfrentar ese monstruo"

"Yo haré esto solo" las palabras del monje fueron claras y firmes, "No podré pelear y protegerlos al mismo tiempo"

"¡¿Qué?!" obviamente esas palabras no le gustaron nada a Katara, que miro con furia al monje, "¡¿Qué se supone que significa eso?! ¡No eres el único que puede pelear! ¡No eres el único que quiero hacer justicia por Naruto!"

"Ya no quiero perder a otro amigo"

Esa sola respuesta hizo que Katara guardara silencio, aunque seguía viéndose enojada, no podía refutarlo, entre todos los presentes, tal vez solo el Avatar tenía una pequeña oportunidad contra Shouku.

"Sea lo que sea que suceda mañana, solo quiero decir… que estoy dando gracias a los espíritus por haber sido ustedes las personas que me encontraron en ese iceberg, nunca olvidaré las aventuras que tuvimos"

Está vez, Aang fue el envolvió en un fuerte abrazo a Katara, que sentía el picor de las lágrimas en sus ojos, negándose a llorar, devolvió el abrazo.

Este podría ser la última vez que estaban todos juntos.

#########################

El silencio era tenso entre ambos hermanos, los dos príncipes de la nación del fuego, que estaban parados frente en una habitación vacía.

La hermana menor tenía la mirada fija en la pequeña coronilla que tenía Zuko en sus manos, el le dijo todo lo que descubrió con su tío, toda la historia de su linaje, que hizo que el príncipe marcado tuviera su propia revelación, que lo hizo pensar en todo lo que sucedía a su alrededor.

Azula entendería si él se sentía confundido, ella lo estaba hace tiempo, pero más que nunca estaba segura de las decisiones que se tomaría, ella ya no dudaría, haría lo que siempre tuvo que haber hecho.

Lo correcto.

Pero…

"¿Estás conmigo?"

Zuko se quedó un largo tiempo mirando la mano que le extendía su mano derecha, ella le dijo todo lo que haría, todo podría ser usado en su contra si su hermano mayor seguía siendo fiel a su padre, haciendo que desgraciadamente una batalla entre hermanos se desatara.

Esta vez no sería así.

El príncipe marcado tomo con fuerza la mano de su hermana menor, los dos chocaron miradas y se acercaron para abrazarse con fuerza.

La madre de ambos, le hubiera gustado ver esto.

La unión definitiva entre ambos hermanos.

Que tomarían su propio camino.

#########################

Al otro lado del continente, en una vieja casa que parecía caerse a pedazos, estaba el, el guerrero definitivo, Shouku que estaba de pie ante tres rocas que tenía una inscripción.

Towha.

Nuzume Uzumaki.

Mizuru Uzumaki.

Su padre.

Su madre…

Su hermana menor…

Las personas que más apreciaba y amaba en el mundo, solo eran cadáveres que se pudrían bajo tierra, todo a causa de un ciclo sin fin de guerra y conflicto.

Él le daría fin a todo.

Haría del mundo, el lugar en que las personas no vuelvan a morir en guerras sin sentido.

Los dobladores.

Las armas creadas por ellos.

Nada de eso era una amenaza para el, cuando todo sea destruido, surgiría el mundo que juro que una vez abría.

Dando un largo suspiro, el guerrero definitivo se dejó caer de rodillas, para acariciar con cuidado el nombre de su madre en la piedra.

"Madre... ¿Tú me amarías sabiendo en lo que me he convertido?" pensó con pesar, pasando sus dedos por la roca.

"¡Una madre nunca deja de amar a sus hijos! ¡Recuérdalo mi hijo cabeza dura!"

Ella fue una gran mujer.

Poniéndose de pie, el entro a la viaja casa, tantos recuerdos y momentos, todo eso ya no significaba nada, cuando solo quedaba el.

Shouku llego hasta una parte marcada de la casa, mordiendo su pulgar, hizo que sangre goteara y tocará el suelo, que se iluminó con sellos que se extendieron por todo el suelo.

La misma realidad parecía distorsionarse, cuando una escalera se ropa solida apareció en el suelo.

El gigante marcado, bajo lentamente, no tuvo que preocuparse por la luz, varias antorchas se encendieron ante su presencia, dejando ver un extenso pasillo que no parecía tener fin.

Todo era una ilusión.

Llegando hasta una pared, que parecía haber aparecido de la nada, está se levantó, dejando ver lo que tantos sellos y genjutsu protegía.

Un enorme pergamino, y otra cosa, que ahora para Shouku no era relevante.

Centrándose en el pergamino, el guerrero lo tomo con cuidado.

Esto lo era todo, todo el conocimiento de su madre, la hija de una de las hermanas de la gran Mito Uzumaki.

Dejando el pergamino en su lugar, el no se sintió listo para usar este conocimiento, no cuando aún este mundo seguía siendo un caos, el tiempo llegaría, pero por ahora.

Debía de quedar escondido.

#########################

El día había llegado.

Azula se quedó mirando el sol empezar a elevarse entre las montañas, el amanecer de un nuevo día estaba aquí, el plan de la nación del fuego para evitar su caída había empezado, y más importante, su plan estaba en marcha.

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La tensión se podía sentir en el aire, esperando en la última Isla que pisaría antes de llegar a su destino, la nación del fuego, aun cuando ya habían repasado el plan tantas veces, todos sabían lo que tenía que hacer, y aun así sentía en esa presión en su pecho.

Ese temor de perder.

De fallar.

Cualquier soldado podría temer al fracaso, como también el haber desperdiciado su vida en una causa que nunca tuvo futuro.

Ellos estaban ahí, viendo como el sol se asomaba en el horizonte, todos los barcos estaban cargados, los soldados listos, todos ellos traído de diferentes lugares, diferentes pueblos, todos unidos contra un enemigo en común.

La atmósfera era pesada y densa, nadie podía sonreír.

Hakoda miro un segundo su casco y a sus soldados, la moral estaba baja y solo podía confiar en una persona, que diría las palabras que todos necesitaban escuchar.

"Sokka"

"¿Si padre?"

"Quiero que me hagas un favor"

"¿Cuál?"

"Di lo que todos necesitamos escuchar"

Sokka sintió el puño de su padre golpear su pecho suavemente, y apunto hacia la plataforma elevada del suelo, que habían usado para explicar el plan.

"¿Yo?" obviamente la adolescente se sintió muy presionado, el tener que hablar frente a todas esas personas, "No puedo…"

Probablemente más de la mitad de ellos moriría este día,

¿Qué podría decirles a estas personas para levantar la moral, sabiendo la cruda verdad de la batalla que les esperaba?

"Tú puedes hijo, creo en ti"

Siendo alentado por su padre, Sokka dio un profundo respiro y se encaminó hacia la plataforma, llamando la atención de todos los soldados que estaban ahí, te dejaron lo que estaban haciendo para mirarlo.

Viendo todos los ojos que estaban sobre el adolescente de la tribu agua, que cerró sus ojos y suspiro una vez más.

"Soy Sokka de la tribu agua del norte…" su voz era fuerte y clara, para que todo el mundo logrará escucharlo.

Entre la multitud estaban Toph, Katara, Suki y Aang, que al igual que todos los demás, se quedaron en silencio para escuchar.

"Hace dos años solo era un pescador, que se preocupada por traer la comida para la tribu, y en su tiempo libre jugaba a ser soldado, soñando que algún día estaría… aquí"

"…"

"Yo soñaba con ser como mi padre, ser como ustedes, grandes guerreros que no temen a nada, que siempre lo darán todo en la batalla, luchando por lo creían, yo los admiró"

"…"

"Como también admiró al chico más valiente que conocí en mi vida, no era inteligente, ni mucho menos el guerrero perfecto que todos queremos ser… el solo era un buen chico, uno que dio la vida por una causa… ¡La causa por lo que nosotros estamos luchando ahora!"

Los soldados sintieron sus corazones palpitar por ese último grito.

"¡La causa por la que tantas personas han muerto! ¡Uzumaki Naruto era su nombre!"

"…"

"¡El peleo hasta el final! ¡negándose a caer de rodillas! ¡aún si tenía todo un ejército ante el! ¡Aun cuando tenía miedo jamás retrocedió! ¡Él fue la persona más valiente que he conocido! ¡La persona que yo deseo algún día ser! ¡que ustedes deben aspirar a ser!"

"¡Si!" fue le gritó colectivo de todos los soldados, que habían escucho la leyenda del pilar Naranja, aquel niño que murió, junto a todos esos soldados de Ba sing se, con tal de hacer tiempo y salvar a tantas personas.

Aun cuando sabían que no tenían oportunidad, ellos se quedaron, prevalecieron, y lucharon hasta el final.

"¡Quiero que recuerden porque ellos murieron! ¡Por dar fin a una guerra ha durado más de cien años! ¡Hermanos y hermanas! ¡Para mí será un honor pelear con ustedes! ¡En la batalla que dará fin a tantos años de tiranía, de muerte, de odio y sufrimiento! ¡Vayamos a la batalla para ganar! ¡Por aquellos que no están entre nosotros! Hagamos… que su sacrificio no sea en vano"

El ejército entero rugió con euforia, mientras corrían hacían los barcos, una gran batalla los esperaba.

#########################

En la capital del fuego, todo era silencio, nada en las calles, nadie fuera de sus casas, todo era un silencio sepulcral, mientras en lo alto del cielo, la luna empezó a moverse lentamente, cubriendo el sol.

Y no era lo único que estaba en el cielo.

Un globo que estaba más allá de las nubes, se movió en el cielo, con un puñado de personas a bordo.

Equipo de infiltración comandado por Sokka.

Sokka tenía una mascarilla improvisada, que le permitía poder respirar aun estando tan alto en el cielo, el junto a otros no maestros vieron como el sol estaba siendo eclipsado, era hora.

Todos los hombres y mujeres a bordo, siguieron a su capitán que no lo pensó y corrió hasta el borde del globo para saltar, y bajar en picada hacia su objetivo, el centro de control del muelle de la cuidad.

Los soldados que vigilaban, estaban demasiado concentrados mirando el horizonte marino y entre las montañas para darse cuenta que encima de ellos, estaba bajando el enemigo en paracaídas, ni bien ellos lograron tocar el suelo se empezaron a movilizar.

Sokka dio la señal.

"¡Ahhgg!"

"¡Ghhff!"

"¡No-o es-¡"

No hubo piedad por parte del equipo de infiltración, qué fueron derribando a los soldados que fueron tomados por sorpresa por la espalda, y apuñalados en el cuello, su muerte había sido rápida e indolora.

"¡El enemigo!" desgraciadamente uno había logrado darse cuenta, y sacando una pistola le disparo a uno de los no maestros, que cayó con pesadez cuando recibió un disparo a quemarropa en el pecho.

De mediato Sokka saco su rifle y con una precisión extraordinaria, disparo y perforó el cráneo del soldado.

Corriendo hasta el centro de control, el adolescente de la tribu agua, abrió las compuertas submarinas que permitía entrar los barcos al muelle, y sacando de su mochila un tubo, lo apunto hacia arriba y una bengala azul iluminó el oscuro cielo.

La primera etapa estaba completa.

Varios submarinos salieron del agua, encallando en el muelle, las puertas de abrieron para dejar ver a todos los soldados que corrieron hacia su objetivo, la mansión del señor del Fuego.

Sokka salió de la cabina del control de mando, al ver a la distancia, varios vehículos acorazados venían hacia ellos, con cientos de soldados armados con arma de fuego detrás de ellos.

La invasión había comenzado.

#########################

Todos los esclavos de la fábrica estaban siendo reunidos, apilados en una enorme y oscura habitación a la que fueron obligados a entrar, el miedo creció cuando vieron a varios soldados en las escaleras, con sus armas en manos.

"Espero se sientan cómodos" toda la atención cayó en una sonriente Siu, que estaba en la cima de las escaleras junto a los demás soldados, "La nación del fuego está agradecida con ustedes, sin su duro trabajó no hubiéramos logrado nuestros planes, así que no teman"

La gente empezó a gritar horrorizada, cuando de los aspersores del techo, salió líquido que los baño a todos, el temor creció cuando se dieron cuenta que lo que le habían rociado era alcohol.

Se empezaron a mover de forma frenética, chocando unos contra otros, en un intento desesperado de incluso trepar las paredes, para huir.

"Vamos~ vamos~" Siu se deleitaba viendo el temor y miedo en estás personas, el como el ser humano en sus últimos momentos mostraban su verdadera faceta, "¿No es esto lo querían? ¿Un buen descanso? Pues yo les voy a dar uno… eterno"

La mano de la general se encendió en llamas doradas.

Algunos esclavos empezaron a rogar, en un intento inútil de evitar ser quedamos vivos, otros…

"Todo estará bien…" una madre no pudo hacer más, que abrazar a sus hijos, ellos se arrodillaron junto a su madre, para abrazarla con todas sus fuerzas, "Todo estará bien" llorando, ella solo abrazo a sus hijos.

La resignación, fue un trago tan amargo como dulce.

Muchos se calmaron, y se miraron entre ellos, la poca familia que aún le quedaba, se aferraron a ellos, diciendo cuando lo amaban, incluso si algunos no se conocían, se apoyaron.

Nadie estaba solo.

"Patético" el ver la muestra de afecto hizo que Siu mirara todo con asco, negando con la cabeza, iba a disparar la bola de fuego.

Pero en el último segundo, una mano tomo su muñeca.

Siu no pudo evitar recibir un duro golpe en la cara, que la hizo caer contra el suelo, levantando la mirada, se encontró con una sombría Azula, que fue rodeada por los soldados, que apuntaron sus armas contra ella.

"¡Mocosa!" La general se levantó más que enojada, esto era oficialmente un acto de traición contra su nación, contra ella, "¿Te atreves a levantarme la mano? ¡Defendiendo a esas basuras!"

"…" Azula levanto lentamente la cabeza, dejando ver la mirada penetrante que tenía, "La única basura aquí, eres tu tía, tu y padre"

"Esa mirada… te pareces tanto a la maldita de tu madre, tener lastima por ellos, eso te hace débil, tan malditamente débil…" escupió con odió la general.

"Decirme que me parezco a madre… es lo mejor que me has dicho en toda la vida Tía"

"¡Te voy a matar!" Siu le dio una dura patada en el estómago a su sobrina, y la tomo del cabello para que la mirada a los ojos, "¿En verdad pensaste que podrías hacer algo? Estas sola Azula"

"Yo… no estoy sola"

"¡Agghh!" Uno de los soldados grito cuando una cuchilla fue lanzada a su rostro, reventando uno de sus ojos.

Y no fue el único, varias cuchilladas más volaron y dieron contra los soldados, que se encontraron en la puerta a quien los había lanzado.

Una sonriente Mai, que los saludo desde la puerta, y apunto hacia arriba.

Los soldados no pudieron ver a Ty Lee moverse entre las vigas del techo, cuando ella cayó entre ellos, no tuvieron tiempo de disparar, cuando fueron inmovilizados por golpes a presión.

Siu apretó sus dientes, y cuando iba a disparar una bola de fuego hacia los esclavos, una mano se interpuso sobre su rostro.

El grito de la general fue de pura agonía, cuando su rostro fue quemado en llamas azules, retrocediendo hizo que el fuego evitará que Ty Lee llegará a ella y la inmovilizara.

Azula solo se quedó mirando, como su tía huía, algo dentro de ella hizo que quisiera disparar un relámpago a quemarropa en su espalda, pero lo haría, no se rebajaría a su nivel, no, tampoco tenía el tiempo para ella.

Azula no lo pensó, y corrió hasta saltar por el barandal, y caer con pesadez entre los esclavos, que aún con lo que vieron, la miraron con temor, y retrocedieron.

Poniéndose de pie, Azula se dirigió a la única puerta, que abrió de una dura patada, dándose la vuelta miro a cada una de las personas que fueron forzadas a venir aquí, sacados de sus hogares y familias.

"¡Salgan de aquí! ¡Ahora!"

#########################

Shouku camino a paso lento hacía la dirección de la capital de la nación del fuego, dónde seguro estarían todos reunidos, peleando unos contra otros, en una batalla que al final del día, no tendría sentido.

Porque el ganaría.

El guerrero definitivo detuvo su paso, cuando vio en el cielo, un punto que se hacía más grande a cada segundo.

"¿Oh?" una sonrisa peligrosa creció en el rostro del guerrero, al saber exactamente quién era el que estaba viniendo en picado hacia el, apenas parpadeo cuando el suelo se sacudió ante el aterrizaje del Avatar.

Despejando el pueblo con un movimiento de su bastón, Aang se levantó, quedando frente a frente con el gigante marcado, que seguía con esa sonrisa que hacía que el maestro aire se molestara.

Shouku no tuvo que preguntar cómo fue que lo encontró, podía ver a los animales que acompañaban al último maestro aire, que seguro tenían memorizado su aroma.

"El legendario Avatar, la última piedra en mi camino, esperaba tener que matarte al final, pero haces que esto sea más sencillo"

"…" Aang no dijo una sola palabra, su miraba solo reflejaba odio y resentimiento, dos tipos de emociones que un maestro aire no debía de tener, pero este hombre, no, este monstruo, hizo que supiera el que sentía sentir el verdadero odio.

"Vamos… ¿Por qué esa mirada?" se burló Shouku, que hizo que todos los músculos debajo de su piel empezaran a moverse bajo, palpitando y fortaleciéndose, "¿Me odias?"

"Si"

"Si, se lo que se siente" dejando de sonreír, el guerrero definitivo empezó a caminar hacia el avatar con pasos pesados, que fueron tomando velocidad.

Aang dio un suave suspiro, y giro el bastón en sus manos, haciendo frente al enemigo más poderoso que jamás se enfrentaría en su vida.

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Chan

Channnnnn

Channnnnnnnnn

Channnnnnnnnnnnnn

¿Qué les parece?

Déjenme en los comentarios que les pareció, como siempre les deseo la mejor de la suerte y salud a ustedes y sus familias, recuerden como siempre, mientras más comentarios, más rápido será la publicación del siguiente capítulo.

Y tú tienen alguna pregunta o idea, no duden en darla, después de todo nunca está de más algo de ayuda.

Por cierto en unas horas se publica nuevo capítulo.

Sin más CHAAAAAAUUUUUUUUU y que les vaya bien.

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