Cómo cuando llegamos a los…

Wey, era puro pedo.jpg

¡Nha! Tamos re loco, pensar que después de publicar el capítulo me fui a dar una vuelta para ver una película (si, por pelisplus) con unos amigos, y luego me fui a dormir ni bien llegué a casa.

Al otro día revise los comentarios y su puta madre, wow, wow, wow y wow, ¿Tanto quieren la continuación de esta historia?

¡Pues acá está!

Disculpen los errores ortográficos.

"hablar" personaje hablando.

"Hablar" personaje pensando.

"Hablar" nombres de las técnicas.

(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.

############ Cambio de escenario o lugar.

Capítulo 51: Romper las reglas

Las nubes de tormenta giraban en un torbellino, con relámpagos que iluminaban el cielo, con una suave lluvia que empezó a caer sobre los dos combatientes de la zona de batalla.

Que ante el ojo humano, solo eran borrones que se movían de un lado a otro a toda velocidad, por el campo de batalla, que se iba destrozando por el choque de ambos oponentes.

Con su cuerpo entero cubierto de rocas, Aang choco contra el guerrero definitivo, que con una fuerza superior, hizo retroceder al monje, que con su armadura de roca rota, tuvo que retroceder.

"¡No escaparas!" Shouku quería aplastar la cabeza del monje, con su mano a pocos centímetros de tocar su rostro, fue detenido cuando todas las gotas de lluvia pararon en el aire.

En una demostración que aterraría a quien lo viera, todas las gotas de lluvia se detuvieron en el aire, y en un estallido de velocidad se acumularon alrededor del guerrero definitivo, que fue consumido por una burbuja de agua, que creció hasta ser tan grande como una pequeña montaña.

Flotando sobre el gran domo de agua, Aang choco sus manos en un fuerte aplauso, que hizo que la burbuja de agua se empezará a encoger, a una presión que hizo que el suelo debajo de ellos se hundiera.

Con una presión que afectaría hasta al acero, el gigante marcado quedó inmovilizado unos segundos, sintiendo como sus pulmones estaban en un punto de explotar.

Con un brillo en sus ojos, dio un fuerte rugido expulsando el aire de sus pulmones, apretando sus puños, empezó a vibrar.

Todo su cuerpo comenzó a sacudirse de una forma anti natural, que termino en una explosión que hizo que la burbuja de agua estallara, y por la honda de choque, hizo que Aang fuera lanzada hacia atrás.

"…" Escupiendo una gran cantidad de agua, Shouku levantó la cabeza, chocando miradas con el legendario Avatar en todo su esplendor.

Que no se quedó quieto, el bajo en picada, girando como un torbellino, creando un tornado de magnitudes titánicas, que fue directo contra el guerrero, que vio en cámara lenta, como en el último segundo, las manos del monje tocaron el suelo, y sucedió.

Todo exploto.

Al guerrero le costó orientarse, en un momento estaba en el suelo, y ahora estaba en el aire, rodeado de trozos de tierra que volaron con el hacia el cielo.

No tuvo tiempo de orientación, cuando tuvo que cruzar sus brazos y bloquear un chorro de agua súper comprimido, que corto la carne de sus brazos, haciendo que la sangre salpicada.

Toneladas de agua comprimidas a solo un chorro de agua de cinco metros y pocos centímetros de ancho, todo eso solo dejo una herida superficial en el guerrero definitivo, que con una sonrisa oscura desapareció en un borrón de velocidad.

Aang extendió sus brazos e hizo que todas las rocas se estrellaran entre ellas, creando un denso muro, que detuvo el demoledor derechazo de Shouku, solo por un segundo.

Con cada musculo de su brazo, moviéndose y vibrando debajo de su pies, el tuvo un aumento de fuerza monstruoso que con solo empujar de nuevo, destruyo el muro, y se encontró con una sorpresa.

El rostro del guerrero fue iluminado por un tornado de fuego, que dio de lleno contra el.

El cuerpo de Aang, casi parecía ser consumido por las llamas, cuando choco sus puños y los apunto hacia al frente.

Desde lo más lejos, incluso en la capital de la nación del fuego, se vería la flama de fuego más grande y poderosa que jamás el mundo haya visto, siendo como una Tsunami de fuego que por un instante cubrió todo el cielo.

Como un escenario del fin del mundo, todo ese fuego cayó a la tierra, que ardió lo que parecía ser una eternidad, hasta que finalmente las llamas se detuvieron.

"…" Con sus puños humeantes y sudando por el intenso calor, Aang vio que el suelo, ahora parecía ser un mar de lava.

De entre tanto rojo, surgió una burbuja que se desgarró, para dejarlo ver a el, cubierto de sudor y con su cuerpo quemado, aún así no estaba lejos de ser quemaduras que no eran nada para el.

Dejando escapar un largo suspiro, Shouku lentamente se puso de pie, y se miro a su mismo, sus manos, las quemaduras no llegaban a ser más allá de primer grado.

"Maldito…" adolorido Shouku froto la carne quemada de sus brazos, aún cuando sus pies se hundían en el suelo calcinado al rojo vivo, seguía manteniendo su mirada fija en el Avatar.

Que le devolvió la mirada, con la misma intensidad.

"¡¿Es todo lo que tienes ?!" rugió con fuerza Shouku, que golpeó sus puños contra el suelo, haciendo que el suelo se sacudiera y toda la lava saliera disparada en todas direcciones, dejándolo solo a él en un gran cráter.

" No" fue el susurro de Aang, que por primera vez en todo el combate, todos esos sentimientos negativos desaparecieron, para dar lugar a la nada misma.

Elevándose a los cielos entre las nubes de tormenta, el se detuvo y miro hacia abajo, su expresión se volvió pacífica y su postura relajada, con movimientos delicados y tomando la postura perfecta, el se quedó completamente quieto.

Los relámpagos entre las nubes rugieron, bailando alrededor del Avatar, que giro sus manos, para apuntar uno de sus brazos hacia arriba y otro hacia donde estaba su oponente.

El brillo de los relámpagos se reflejaron en sus ojos del guerrero definitivo, que tenía una gran sonrisa salvaje, al ver todos los relámpagos en el cielo, parecían juntarse para que un rayo de proporciones titánicas golpeara la punta de los dedos del Avatar.

Brillando con más intensidad que el mismo sol, todo ese poder paso a través del monje, que ganó un brillo que solo se podría llamar celestial, cuando lanzo un ataque que solo podría atribuirle a una deidad.

No hubo ruido.

Todo solo fue un flash.

Disparando el rayo más grande de todos los tiempos, este dio a quemarropa contra el pecho del guerrero definitivo, que fue iluminado por un segundo, hasta que termino siendo envuelto por una explosión sónica que se escuchó en todo el continente.

Silencio.

Un segundo.

Un minuto.

Seguía habiendo un silencio sepulcral.

En lo alto del cielo, Aang bajo sus brazos, sus manos se encuentran ennegrecido, quemadas por hacer un ataque que solo con la ayuda de la experiencia de Miles de dobladores se podrían hacer.

Bajando poco a poco, el cuerpo del muchacho empezó a temblar, sacudirse por la presión de sobre esfuerzo, que hizo que la conexión con sus antepasados se rompiera.

Ese… había sido su mejor golpe.

Cientos de enseñanzas y experiencia de maestros agua y fuego, que le permitieron dar el ataque más poderoso que la humanidad haya visto, tal vez no tenía el poder destructivo de la Biju dama que tuvo Naruto en su forma demoniaca.

Pero, toda una tormenta eléctrica centrada en un solo punto, era algo que incluso un monstruo cómo su oponente, no podría tolerar.

"Je ... chico"

Aang abrió sus ojos en shock, incrédulo cuando escucho pasos venir entre al nube de polvo levantada por su ataque, que poco a poco se fue dispersando, dejando ver a un sonriente Shouku.

"Eres fuerte" el cuerpo del guerrero definitivo liberó una fuerte corriente de vapor, todo su cuerpo parecía latir, mientras la forma delgada de su cuerpo iba recuperando masa y volvía a la normalidad, "Pensar que tuve que usar mi forma diamante contigo, je ... "

Los brazos del guerrero cayeron con pesadez a su lado, aún con densidad de su cuerpo, no fue suficiente para un ataque que podría atravesar lo que sea en el planeta, menos a el.

Sus brazos quedaron entumecidos y quemados, la única razón que lo hizo pensar del porque no perdió los brazos, fue por la densidad de sus huesos y músculos, solo un poco más, y hubiera muerto.

Dejando escapar otro largo suspiro, que era puro vapor, miro sus manos, apenas tenía el poder de mover un poco sus dedos, lo suficiente para apretar sus manos en puños.

" No ..." Aang Cayo de rodillas con pesadez, la ONU Sentia pesos Encima Que Hizo Que Quedara con la Cabeza Contra el suelo, con lágrimas de frustracion Que Sabian amargas bronceado para el, lo habia dado Todo y Aún Así ... Aún Así.

El no caía.

Shouku se tropezó un poco cuando comenzó a caminar, había subestimado al Avatar, algo que no sucedería de nuevo.

Dando un último suspiro, hizo que los músculos y huesos se movieran bajo su piel, tardaría horas en poder reparar todo el daño, que sin duda lo dejaría agotado.

Con pasos pesados, el gigante se fue acercando al chico, con la intención de aplastar su cabeza en una mancha de sangre, aún podía ver el débil brillo en sus ojos.

La conexión con los demás Avatares seguían ahí, dándole fuerzas al último maestro aire, para que siguiera adelante.

Algo inútil.

Era el más fuerte.

Era el más rápido.

El… estaba encima de todos los demás.

Era algo que aprendió hace mucho tiempo, y que hasta ahora nadie le había dado un desafío que sea digno de su atención.

Hasta que estos dos aparecieron.

Uzumaki Naruto.

Aang.

Recordaría sus nombres, como las únicas personas que casi hicieron que el fuego de la diversión y pasión por combatir, casi se encendiera.

Solo casi.

"Tu y Naruto solo pelean en vano, sus muertes serán en vano" dijo con pesar, el ver cómo ellos daban sus vidas, por una razón tonta, "Ustedes tienen fe en estás personas, que han vivido en un mundo que a tenido que lidiar… tantos años, siglos, milenios en guerra, cuando por fin alguien tiene las bolas para hacer lo necesario para la paz, ustedes se meten en mi camino "

"Tu no-o tienes una solución ... es una locura"

"Por favor Avatar, ¿No estás cansado? De siempre tener que volver a la vida, solucionando problemas sin fin, que patético, tantas vidas y tan pocos logros, yo con la mía haré más que cualquiera de todos ustedes han hecho"

"No ... no te dejare"

El no podía caer, no así.

Aang uso todas sus fuerzas, toda la que le prestaban sus antepasados para poder ponerse de pie.

Sin embargó, termino cayendo contra el suelo, con su rostro hundiéndose en el suelo teñido de rojo por su propia sangre.

Shouku vio esto con pesar, levantando su pie, iba a pisar la cabeza del monje, no sin antes decirle unas últimas palabras.

"Ten una muerte sin sentido ... como la que el tuvo"

Todo fue cámara lenta para el último maestro aire, que vio el pie del gigante venir a su rostro.

" ¿Muerte sin sentido?" esas palabras hicieron que los ojos del adolescente brillaran con intensidad, abriendo su boca escupió una llamarada de fuego, que lo empujó fuera del camino de ese último golpe.

Shouku estrecho su mirada, y corrió a toda velocidad hacia el monje, tenía que matarlo, ahora.

Cuando estuvo a punto de tocarlo, a pocos centímetros de conectar el golpe con su único brazo útil, sintió como el mundo parecía congelarse por un segundo.

" ¿Esto ...?" Shouku se congelo dónde estaba, cuando una burbuja de aire lo cubrió y lo dejo flotando en el aire, sus ojos se abrieron al ver la mano del Avatar frente a su rostro.

"¡Su muerte ..." Aang hizo que la presión del aire sea insoportable para cualquier ser vivo, inmovilizando al guerrero definitivo, de inmediato corrió hacia el, para saltar y chocar la palma de su mano contra su rostro, "... no fue en vano ! "

El guerrero definitivo lo sentido, el aire que salía de sus pulmones, se deslizó por su pecho y hasta que finalmente salió de su boca.

Como un relámpago, la mano derecha del guerrero salió de la burbuja de aire, para chocar contra la cabeza del monje, que aún cuando recibió un duro golpe en su rostro, se negó a moverse.

En la palma de su mano, el monje seguía acumulando aire, quitándole todo a su oponente, que con la poca movilidad que tenía en su mano derecha, la puso sobre el rostro del último maestro aire y comenzó a aplicar presión, quiso romperle el cráneo , pero su fuerza de agarre no era lo suficientemente fuerte.

Haciendo un esfuerzo colosal, Aang sintió el agarre sobre su cabeza, los dedos del Uzumaki clavarse en su cráneo, a cada segundo su fuerza iba creciendo, haciendo que solo sea cuestión de tiempo hasta que junte la suficiente, para poder romper su cabeza.

"¡El murió por nosotros!"

Naruto peleo por ellos, derramó sangre por ellos, dio su vida por ellos.

Y ahora, aún cuando el no estaba, fue el la razón que los hizo seguir.

El estaba en los corazones de todos ellos.

Sokka.

Katara.

Toph.

Todos los soldados de la rebelión.

Cada persona que contaba la leyenda del pilar Naranja, el chico que lucho contra innumerables ejércitos, máquinas abominables, una nación cruel que mando al peor monstruo que jamás haya existido, para cazarlo.

El viviría en los corazones de todos ellos.

"¡El nos dio su voluntad! ¡Y yo no voy a fallar!"

Gritando con todas sus fuerzas, el Avatar puso todo lo que tenía, aún con la mano del guerrero, que estaba aplastando su cráneo, haciendo que sangre saliera de sus orejas, nariz y boca.

Shouku no estaba mejor que el Avatar, el sentido como sus pulmones estaban colapsando, la falta de oxígeno estaba haciendo que todo su cuerpo empezara a fallar, sin importar que tanto reforzará su cuerpo, cuánto más fuerte se hiciera en este momento.

Todo ser vivo Necesito aire.

Con los dos peleadores gritando con todas las fuerzas, llevándose a si mismos más allá de sus límites, con tal de poder al otro.

La batalla estaba llegando a su fin, y solo abría un ganador.

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La moral estaba por lo suelos.

Lo que alguna vez fue el anticipo sabor dulce de la victoria, se volvió en el trago amargo de realidad que hizo que todos ellos se despertarán.

Nunca había tenido una oportunidad.

Si, Ozai disfrutaba de las miradas de desesperación y desesperanza de todo el ejército rebelde.

El plan había sido simple.

Hacerlos creer que ellos son se escondieron en la mansión milenaria de la nación del fuego, hacer que sus propios agentes den informes falsos a los espías de los rebeldes, de las locaciones de los búnker.

Que fueron llenados hasta el tope de pólvora negra, con un mecanismo de encendido, para cualquier persona que abra la puerta.

Si, segura sus antepasados estarían molestos por destruir la mansión, un símbolo de la nación del fuego, que duró millas de años.

Sin embargo, eso no estaba ni cerca de compararse con el logro de tener todo el mundo en sus manos, erradicando lo último de la resistencia.

En el globo dirigible más grande y acorazado, el señor del Fuego le dio la señal a sus soldados, que tomaron sus posiciones.

Cargando armas de fuego, y movilizando innumerables barriles de pólvora negra.

"Fuego ..." con sus dedos encendidos en llamas, Ozai dio la señal, y el ataque no se hizo esperar.

En el suelo, Sokka fue el primero en darse cuenta del plan del señor del Fuego, y no le gustó nada.

Barriles en llamas empezaron a caer del cielo y poco después el estruendo de los disparos, se escucharon en toda la cuidad.

"¡Maestros tierra! ¡Escudos!"

"¡Maestros tierra! ¡Escudos!"

"¡Maestros tierra! ¡Escudos!"

El gritó fue repetido varias veces por los demás soldados, asegurándose que todos los maestros tierra de la rebelión escucharán el mensaje y de inmediato levantarán muros de roca, qué bloquearían los disparos.

Con los barriles no tuvieron tan suerte, desgraciadamente lo que estaban en la línea de fuego, quedaron envueltos por las explosiones de fuego, que los consumieron.

Toph gruño con esfuerzo, para poder levantar el muro de roca más grande que había hecho en su vida, y lo manipuló para poder darle forma de un domo.

Fue lo suficientemente grande para poder cubrir, a los soldados de la rebelión, que de inmediato corrieron para refugiarse de las explosiones y disparos.

El domo de roca levantado por la bandida ciega, apenas podía mantenerse por las explosiones de los barriles de pólvora.

"¡Sokka! ¡¿Qué hacemos ?!" Toph tuvo que levantar varias placas más de roca para reforzar el domo, varios tierra más la helpon a fortificar la coraza, que apenas parecía poder resistir la lluvia de fuego enemigo.

"…" Sokka miro en todas direcciones, buscando la más pequeña posibilidad que tenían para poder salir de esta situación.

Desgraciadamente la lluvia de disparos y explosiones, ya había alcanzado la retaguardia, haciendo que los submarinos que los trajeron terminaran explotando.

Estaban acorralados.

El enemigo tenía el cielo y mejor armamento.

"Maldición…" apretando sus puños hasta el punto de hacerlos sangrar, Sokka levantó la mirada, todos esos ojos, soldados, hombres y mujeres, maestros y no maestros.

Esperaban algo.

Su padre tenía la misma expresión.

El tampoco sabía que hacer.

Y viendo como el domo se estaba quebrando, tenían solo algunos minutos.

Dejando caer su arma con pesadez en el suelo, se puso de pie.

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De nuevo en lo alto del cielo, Ozai levantó una ceja, al ver cómo un túnel salió del tomo y se dirigió a la cuidad, no paso mucho para que el domo empezara a desbaratarse y caer a pedazos.

¿Un último intento de escape?

Tan predecible.

"Concentren todo el fuego en ellos, no escaparan" la orden el señor del fuego había sido clara, fueron repetidas por los demás soldados, que concentraron todo el fuego y cargas explosivas contra el túnel, que se seguía levantando a medida que iban avanzando.

Movilizando toda su fuerza aérea, la persecución comenzó y el fuego se centro solamente en el túnel, que apenas podía sostenerse, hasta que finalmente llegaron a punto muerto, cuando se toparon con la mansión en ruinas.

Y el túnel se desmoronó.

Y los ojos del señor del Fuego se ampliaron, cuando sentiste un rose en su mejilla, que dejó una herida que hizo que su sangre bajara.

Ozai no veía el resto de la rebelión, solo a tres mocosos, y uno de ellos se atrevió a usar la creación de su nación contra el.

"Baja"

"¿Señor?"

"Quiero que bajes"

Sabiamente ninguno de los soldados se atrevió a desobedecer a su señor del Fuego, que como ordeno, hizo que el globo empezara a descender, hasta aterrizar cerca de su mansión en ruinas, que eran consumidas por las llamas.

Con pasos pesados y lentos, Ozai bajo del globo, no sin antes que varios soldados salieran, apuntaran sus armas y puños contra las últimas tres personas que le hubiera gustado ver.

El sabía muy quienes eran.

Había escuchado de ellos y los problemas que le buscaron producir.

Katara, una maestra agua de la tribu del sur.

Sokka, un no doblador de la tribu del sur.

Toph Beinfong, hija de una de las familias más acaudaladas del reino tierra, y una de las maestras tierras más hábiles de los últimos tiempos, hasta el punto de hacer metal control.

"La primera y la última vez que nos veremos las caras" dijo con sequedad el maestro fuego, mirando como aún en la posición en la que estaban, ellos seguían dispuestos a pelear.

"…"

"…" Toph presintiendo lo que pensaba su amigo, hizo que las placas de metal de su traje cobrarán vida.

"…" Y por última Katara, hizo que lo último que quedara de agua en las bolsas, saliera y girará en anillos a su alrededor.

"..." Frunciendo el ceño, Ozai dio un largo suspiro de frustración, ya lo había comprendido todo, "Ellos huyeron" esa no fue una pregunta, fue solo una afirmación que hizo que su sangre hirviera, "Y ustedes son una distracción"

"Eres un genio, ¿Lo descubriste tú solo?" se burló Sokka, que aunque estaba sonriendo, sabía que la situación para ellos, era la peor.

"Por favor basta de burlas, tendrán que guardar fuerza cuando me tomé el tiempo para hablar con cada uno de ustedes, y ver qué tanta información pueden dar, y que tan útiles pueden ser" la sonrisa del señor del fuego era malévola, no necesidad a todos los mocosos, solo al chico.

Pero, ellos no tenían porque saberlo.

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El dolor en su rostro.

Fue un estímulo que la hizo moverse más de lo posible.

Rompiendo la caja en sus manos, levantó el peso del cargamento para ponerlo en uno de los vehículos acorazados individuales, y se subió en el.

Cada segundo y centímetro que avanzaba, era estar más cerca de su objetivo.

Con sus ojos brillando con intensidad, Siu dejo la capital de la nación del fuego, para dirigirse a la tormenta eléctrica al otro lado de la montaña.

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La media noche nunca fue la hora preferida de Aang.

El frío de la noche, la oscuridad, y silencio.

Muy diferente al día, el sol, la diversión y risas de todos sus amigos.

Ya nada sería igual.

Hace unas horas le dijeron la verdad.

El era el Avatar.

No era un ignorante, sabía muy bien quien era el Avatar, había escuchado las historias de los diferentes Avatares a lo largo de la historia de la humanidad, unos fueron más grandes que otros.

Y ahora el era uno de ellos.

Sentía…

" ¿Miedo?"

"..." Aang casi se cayó del techo donde estaba sentado, pero una mano tomo el cuello de su traje e hizo que volviera a la torre más alta del templo, "¡Maestro Gyatso!"

El viejo maestro aire saludo feliz a su mejor estudiante, con cuidado se sentó a su lado.

" Ufff, a pasado tiempo desde la última vez que estuve aquí, a veces olvidó que ya no soy joven" dijo con una sonrisa cansada.

" Creo que sí te quitas el bigote te verías más joven"

" ¿Y restarme estilo? No lo creo, el bigote hace a un hombre, el hombre"

" ¿Enserio?" tomando una bola de pelos, dejado por los lémures que solían anidar ahí, "¿Cómo me quedo?"

El viejo monje se rio entre dientes al ver el intento de bigote del chico, con solo tomo un poco de pelo de lemur, para ponérselo en la cara, con un movimiento de sus dedos, hizo que una corriente de aire sacará eso de su cara .

" Sabes, cada vez que te metías en problemas y tenías algo que te molestaba, venías aquí, así que dime, ¿Qué te molesta tanto?"

" Muchas cosas, no lo sé" murmuró en voz baja, aún tenía mucho que pensar, en todo lo que venía con esta revelación de ser el Avatar, "Tengo miedo de fracasar"

" No serías humano sino lo hicieras"

" Lo se, pero ... tendré que salir al mundo, no para divertirme, para entrenar y ser todo lo que las personas quieren de mi, al nuevo Avatar, yo no quiero esto, no quiero este destino"

" Aang, muchos estamos obligados a hacer cosas que no queremos, ya sea para ayudarnos a cumplir nuestros objetivos, o solo por un bien mayor ..."

"..."

" Piénsalo así, como puede ser un padre que tiene que trabajar todo el día en la tierra bajo el sol ardiente, el tal vez no quería eso para su vida, pero tiene que hacerlo para alimentar a sus hijos, cualquier padre será feliz si sus hijos duermen en una buena cama con el estómago lleno, aún cuando ese no allá sido el sueño de su vida "

El silencio fue largo entre ambos maestro, con el chico más joven, pensando en todo lo que escucho.

" ¿Lograste cumplir tu sueño maestro?"

" No"

" ¿Y aún así eres feliz?"

" Claro que si, ¿Por qué no lo sería? Tal vez no tengo lo que quise, pero soy feliz con ello, ser maestro de jóvenes como tú, guiarlos para ser grandes maestros aire, no, guiarlos para ser buenas personas"

"..."

" No te pido que abandones tus sueños y te conformes con lo que sea, solo te pido que vivas una gran vida a tu manera, aún cuando no es como lo que tenias planeado, que importa, solo vive cada día haciendo que sea mejor que el anterior, protege, ama, crece y diviértete, es todo lo que puedo pedirte "

"..."

" El mundo es enorme Aang, algún día tendrás el honor de conocerlo, con las personas que fuiste conociendo en tu camino, y no te mentiré, habrá momentos en tu vida que serán difíciles, hasta puedes perder grandes vínculos, porque el mundo es tan hermosa como cruel "

" No se, si estoy listo para eso maestro"

" Nadie lo está Aang, por eso solo puedo decirte una cosa, nunca te rindas, por las personas que has conocido y conocerás, siempre mantente de pie y avanza, aún así eso ... significa romper las reglas"

" ¿Romper las reglas?"

" Aang, no todo mundo piensa como nosotros, habrá personas que no respetan lo sagrado que puede ser la vida, y aunque duela decirlo, no podemos permitir perder a las personas que queremos, solo por nuestros ideales"

"..."

" Si llegará el caso, de que alguien atente contra las personas que me importan, yo rompería las reglas, aún cuando va contra todo lo que mi vida a significado, hay personas que no pararan, que no dejaran de hacer mal en el mundo, espero nunca tengas que hacerlo Aang, pero cuando el momento llegué, solo has lo que tú creas correcto "

El resto de la noche, fue solo silencio entre los dos maestros aire, que se quedaron en el techo un largo tiempo, contemplando las estrellas.

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" Maestro ... amigos ... Naruto" los ojos de Aang brillaron con la intensidad del sol, con venas que se marcaron en su frente y sangre filtrándose de su boca, por el dolor de su cráneo ser aplastado.

Shouku le devolvió la misma mirada al Avatar, aún cuando su cuerpo estaba siendo apretado por una presión que se podía comparar al punto más profundo del mar y el aire ser arrancado de sus pulmones.

Se negó a caer.

" Por ustedes ... yo ... ¡Voy a romper las reglas!"

El guerrero definitivo lo había sentido, como su garganta se abrió y aire a presión salió de su interior.

Con un grito desgarrador Aang separó su mano del rostro del guerrero, llevándose todo el oxigeno con el, en la palma de su mano.

Su cuerpo se sintió como roca, cuando se empezó a desplomar en el suelo, pensando que lo había logrado, que había ganado.

* Golpe *

El rostro de Aang se arrugó de dolor, cuando recibió un demoledor derechazo en su rostro, que hizo que sus ojos quedarán en blanco, y la sangre llenara su garganta.

Volando varios metros, el Avatar cayó con pesadez contra el suelo, permaneciendo inmóvil.

Shouku por su lado, vómito una gran cantidad de sangre, tosiendo y tomando grandes bocanadas de aire, de forma temblorosa se fue recuperando, tardando varios minutos, puso de pie y comenzó a avanzar hacia Aang.

Matarlo.

Ese era el pensamiento único que ocupaba la mente nublada del guerrero definitivo, que corrió para saltar y levantó su puño derecho, para dar el golpe final.

Cuando estaba a punto de estallar la cabeza del Avatar con su puño, lo sentimos.

Una suave ventisca que fue como una caricia a su rostro.

Los ojos del guerrero se abrieron, cuando su puño golpeó algo que cayó entre el y el Avatar, algo que hizo que el suelo bajo sus pies se sacudiera y el viento soplara con fuerza.

"…" Shouku se quedó en shock, mirando fijamente al recién llegado, que tenía una expresión de calma y paz en su rostro, y una mirada que hizo que el guerrero definitivo se quedará paralizado dónde estaba.

"Hermano ... ¿Quieres seguir dónde lo dejamos la última vez?"

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.

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Chan

Channnnnn

Channnnnnnnnn

Channnnnnnnnnnnnn

Listo, fin de la saga del sol negro, la primera saga que no tuvo ni una sola aparición de Naruto, (algo muy raro la verdad) pero, para mí quedó de diez.

El próximo capítulo, no hace falta decir de que va a ser.

Si, será de dónde carajo estuvo Naruto en todo este tiempo, y que corno hizo.

Hasta la próxima semana mi gente, les desea lo mejor a ustedes y sus familias, su amigo, su hermano, su papá, ¡ELZEROCRACK!