Capítulo 54: Superar lo insuperable.

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¿Cómo están gente?, espero que bien que aquí les traigo un nuevo capitulo de Una Llegada Inesperada. Por cierto, me di cuenta de algo y que fue un gran error, por lo que los que leyeron el capitulo reciente de Un Chapulín en un Mundo de Héroes, recordaran que les habían dicho sobre un tema muy importante.

Bueno, déjenme decirles que se los diré ahora mismo.

Pero antes, quiero avisarles, que no he recibido noticias de nuestro querido amigo y creador de este fic, elzerocrack sobre su estado de salud y eso me preocupa un poco.

Pero se perfectamente que preocuparme no sirve de nada, por lo que me mantengo tranquilo y espero noticias suyas sobre como va su estado.

Así que recuerden, hay que apoyar a nuestro querido pana para que se recupere.

Ahora si, a lo que importa.

Bueno, en el fic del Chapulín en Boku no Hero, en el ultimo capitulo actualizado hace poco, quería poner una propuesta.

La propuesta era... sobre si quieren que haga algo parecido pero a la vez diferente a Ronin.

¿De que hablo?

Pues hacer un leyendo de Un Sennin Entre Héroes.

Solo que en vez de eso, seria mejor dicho "Viendo Un Sennin Entre Héroes".

Así que la pregunta del día.

¿Quieren que haga "Viendo Un Sennin Entre Héroes"?

Si

No

Díganme su respuesta.

Ahora si, continuemos.

Disculpen los errores ortográficos.

"hablar" personaje hablando.

"Hablar" personaje pensando.

"Hablar" nombres de las técnicas.

(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.

############ Cambio de escenario o lugar.

Capítulo 54: Superar lo insuperable.

Seis meses.

Todo ese tiempo empleado en un solo objetivo, que se sentía tan lejano como el primer día.

El choque de la carne contra la roca, hizo que se escuchara en el silencio bosque, que era testigo del adolescente, que desde el amanecer hasta el atardecer, seguía haciendo lo mismo una y otra vez.

Golpeando, golpeando y golpeando ese muro, que se había vuelto rojo por su sangre.

Con vendas que llegaba hasta sus ante brazos, Naruto flexión los músculos de sus brazos, usando toda la fuerza que tenía, para dar un poderoso golpe contra el muro de roca, que como siempre seguía sin tener un rasguño.

El no se rendiría.

Pero... estaba frustrado.

Por seis meses, entreno su cuerpo más de lo que jamás lo había hecho en toda su vida, despertando antes que salga el sol, entrenaba horas queriendo tener la mejor condición física, para poder romper esa barrera que le impedía llegar a dónde deseaba.

Con nieve que caí sobre su cuerpo al descubierto, siguió dando más y más golpes, dando un golpe más fuerte que el anterior, haciendo que las palmas de sus manos ardieran, y sus huesos se rompieran.

Una persona normal, ya tendría sus manos rotas.

Este tipo de entrenamiento sería considerado como una mucho para muchos, y Naruto también lo creía, y aún cuando desde el segundo mes había perdido la sensibilidad de sus manos.

Eso no le importo, podría perder hasta los brazos, si eso le permitía pelear al nivel de Shouku, no duraría en hacerlo.

Dando un último golpe, Naruto dejó la marca de sangre de la palma de su mano en la roca una vez mas, y aún así, cuando dio el golpe más fuerte que dio desde que empezó su entrenamiento.

Nada.

La roca seguía intacta y su mano derecha quedó destrozada.

Con pesadez Naruto cayó de rodillas, y dio un largo suspiro, la fría sensación de la nieve a sus pies, y la que seguía cayéndole encima, era una sensación tan desoladora.

"¿Por qué?" miro fijamente la marca de sangre en la roca, de la inmensa montaña que se elevaba sobre el, haciéndolo sentir tan pequeño y débil.

La frustración hizo que Naruto golpeara su cabeza contra la pared de roca, lastimándose a si misma en una búsqueda inútil de alcanzar lo inalcanzable.

"No puedes hacerlo"

El adolescente ladeo la cabeza, para ver al guardia del templo.

El estaba sentado encima de una roca, con su confiable bastón de madera apoyado en su hombro, su mirada era desinteresada y vaga, viendo como los copos de nieve caían desde el cielo.

Naruto ni siquiera se había dando cuenta que estaba ahí.

"¿Qué?" el adolescente se puso de pie, agotado y respirando con pesadez, el frío estaba haciendo que capa respiró quemara sus pulmones.

"Dije que no puedes hacerlo" sin dejar de mirar el cielo, el guerrero se encogió de hombros, "Muchos lo han intentado, pasando hasta décadas y aún así no lo lograron, todos ellos estuvieron más cerca de lograr romper sus límites en el principio, que tú ahora"

"¿Qué?" Naruto frunció en ceño, apretando sus puños, haciendo que la sangre de sus manos goteara por la nieve, "¡Yo he hecho lo que tú me pediste! ¡Lo he dado todo y no me eh rendido!"

"¿Y crees que eso es suficiente?" se burló el guardia del templo, que bajo la mirada y golpeo su bastón contra la nieve, haciendo que una fuerte corriente de aire hiciera que los copos de nieve dejaran de caer por un momento.

"..." Naruto no sabía que responder a algo como eso, lo había dado todo en estos meses, sentía como si no hubiera avanzando, porque era así, no había avanzado nada.

"El crecer, el fortalecerse, el alcanzar un poder que está más allá de tu imaginación, no depende de solo lo que tu hagas por los demás, sino lo que tu quieres" dando un suspiro de resignación, el se puso de pie y se dio la vuelta, para empezar a alejarse, "Solo estoy gastando mis palabras, solo ríndete y siéntate a esperar recuperar tu chakra"

"¡Espera!" Naruto corrió detrás del sujeto, negándose a aceptarlo, "¡Yo en verdad lo estoy intentando! ¡Lo estoy dando todo de mi!"

"Pues no es suficiente" el no se molestó en mirarlo y siguió avanzando entre los árboles, yendo directo a su templo, "No te sientas mal, en los últimos quinientos años, solo uno lo logró"

"Shouku"

"Si, el chico... ja, rebosaba de determinación, fortalecida con dolor y odio, es algo que a ti te falta"

"¿Dolor y odio?" eso iba en contra lo que de supone debía de ser, desde las enseñanzas de Iruka del como debía actuar un shinobi, hasta lo que le enseño Jiraiya.

Esas fueron las dos cosas que hicieron que Sasuke. tomara un camino que arruinó su vida.

Lejos de su hogar.

De sus amigos.

De todo lo que alguna vez le importo, sacrificándolo todo.

Y Naruto... no quería tomar ese camino.

"¿Cómo un humano es capaz de ir más allá? Odió, irá, dolor, miedo, todas esas emociones son las puertas bajo llave, que solo se abren y dejan liberar nuestro verdadero potencial, pero tú temes el hacerlo, haciendo que todo esto sea inútil"

"..."

Naruto cayó con pesadez contra el suelo, sus rodillas y manos se hundieron en la nieve, apretando sus puños, solo pudo cerrar los ojos, y escuchar al guardián del templo de los guerreros irse, dejándolo solo en la bosque.

El no podía hacerlo.

La tormenta de nieve fue tomando fuerza, haciendo que el bosque sea azotado por una tormenta de nieve, que cubrió todo de blanco.

Y el no se había movido de dónde estaba.

¿A dónde ir?

¿Qué hacer?

¿Por qué no solo morir?

Cubierto de nieve, el chico parpadeo cuando algo cálido toco su frente, haciendo que levantara la mirada, para ver a Malú, que con una sonrisa suave, le tendió una cálida taza de té.

"Sígueme"

Tomando la taza entre sus manos, Naruto siguió a la chica, que lo guío hasta donde estaba pastando su bisonte, que extrañamente no se quejo cuando ambos se subieron, y emprendieron un viaje.

Eso no había sido lo único extraño, la maestra aire no había dicho una palabra en todo el viaje, solo seguía con una expresión vacía y sombría que estaba preocupando al Uzumaki.

Que se quedó en silencio por lo que pareció ser horas, hasta que llegaron a un lugar que hizo que parpadeara dos veces.

Un templo aire.

El templo aire del Este.

Que estaba cubierto de nieve, vacío, un panorama muy triste que hizo que todo fuera muy gris.

Aterrizando en el corazón del templo, los dos adolescentes bajaron.

"Yo crecí aquí" dijo en voz alta Malú, que hizo que una fuerte corriente de aire, dispersara toda la nieve a su alrededor, y los dos subieran hasta una de las torres.

Naruto miro como la chica rascó un poco la capa de mugre de la pared, dejando ver una inscripción.

'Malú estuvo aquí'

La mirada de la niña era de nostalgia, al mirar el lugar.

"Odio este lugar"

"..." Naruto no había esperado esa respuesta, por parte de la chica que tenía ahora una mirada de desprecio y resentimiento, que le era difícil de entender el porque.

"..." Ella noto la mirada del chico ninja, y con un suspiro de resignación siguió, "Nací aquí, nunca conocí a mis padres, aunque eso no me importaba, lo que si me importaba, era todo esto"

"¿Esto?"

"Vivir bajo una filosofía y estilo de vida, que no me dejaba disfrutar mi propia vida, tu no tienes ideas de lo que es vivir una vida, a la que nunca encajaste"

"..."

"Ropa, costumbres, que decir y que no, y el como debería de actuar, y si actuaba como yo era en verdad... decían que había algo mal conmigo"

"..." Naruto no se resistió cuando un remolino de viento los levantó a los dos, para bajarlos suavemente al bosque a los pies de la montaña, dónde aterrizaron hasta árbol más grande del lugar.

"Nunca fui feliz un solo día de mi vida" Malú se adentro hasta donde estaba el árbol, que tenía una apertura por la que ellos pasaron.

Naruto se quedó en shock, al ver un esqueleto apoyado en el árbol, que vestía las mismas ropas típicas de los maestros aire, el único detalle que hizo que le interesó, fue las pulseras coloridas en sus muñecas, las mismas que Malú usaba.

"..." el chico miro el cuerpo y luego lentamente ladeó la cabeza, para mirar a una sombría Malú, que tiró de las mangas de su traje, mostrando sus pulseras, muchas dudas vinieron a su mente, y la más clara hizo que casi retrocediera horrorizado, "¿Tu... estás muerta?"

"Si" fue la respuesta fría de la maestra aire, que seguía mirando fijamente el esqueleto envuelto de flores y plantas.

Naruto retrocedió, sin saber que pensar o decir, pero el sonido de las ramas quebrarse hizo que se diera vuelta y lo viera.

Extraños seres, como ninguno otro que había visto en su vida, escondidos entre las sombras del bosque, mirando curiosos al único ser humano que había en ese remoto lugar.

"La nación del fuego vino de la nada, y al igual que los demás cuatro templos aire, masacraron a todos, yo intente escapar, pero no llegue lejos" explicó Malú, que volteo para mirar al Uzumaki, que aún trataba de procesar todo lo que estaba sucediendo, "Fui herida y terminé cayendo aquí, para morir... pero... yo no quería morir todavía, no quería"

"No entiendo" el no podía creerlo, el estaba viendo sus huesos a solo unos metros, se supone que ella tenía que estar muerta y aquí estaba, perfectamente bien.

"Los espíritus del bosque me encontraron, y me dieron una segunda oportunidad, convirtiéndome en uno de ellos, pero como sabes, nada en la vida es gratis, mucho menos en la muerte, a cambio de ser uno como ellos, solo puedo ser vista y escuchada por personas que han visto la muerte de cara y sobrevivido, tu eres uno de ellos"

"..."

"La segunda condición... jamás podría tocar a otro ser humano, si lo hago... el trato se romperá y yo desaparece, e ir hacia... no lo sé"

Ni ella misma sabía que había más allá de la muerte, solo sabía que lo último que sintió antes de morir era frío y dolor.

¿Había un cielo?

¿Había un infierno?

¿Qué había más allá de todo lo que conocía?

"..." Naruto tardo varios segundos en procesar toda la información, fue algo inesperado para el, haciendo que se sintiera tan desorientado, dando un profundo respiro, miro a la maestra aire a los ojos, "¿Por qué? ¿Por qué me dices esto?"

"Para que no cometas un error, para que te des cuenta de que todo lo que has hecho es suficiente"

"¿Qué?"

"¡Ya lo diste todo Naruto!" grito de forma sorpresiva, "Eh viajado los últimos meses, entre los pueblos y todos hablan del gran sacrificio del pilar Naranja, el chico que les devolvió la esperanza y la determinación de pelear, con tu sacrificio tu has cambiado el mundo, ahora depende de ello el pelear"

"..."

"No tienes porque hacer lo que mundo quiera Naruto, alguna vez... te has preguntado a ti mismo, ¿Qué es lo que quiero? ¿Qué es lo que en verdad deseo? ¿puedo ser feliz?"

"Yo..."

Naruto sintió una expresión presión en su interior.

¿Por qué dudaba?

El siempre tuvo su sueño, sus metas claras.

Ser Hokage.

Ser un gran ninja.

Ser reconocido y admirado por el pueblo que siempre lo rechazó.

Eso era lo que quería.

Es eso lo que lo haría feliz.

¿Eso lo haría feliz?

Al ver el rostro que tenía el chico, Malú se acerco a el, y con un pedazo de rama ella tocó su pecho, e hizo que lo mirara a los ojos.

"Dime Uzumaki Naruto... ¿En verdad tienes que sacrificarte siempre por los demás? ¿Tan poca vale tu propia felicidad comparada con el de los demás? Que siempre tienes que dar hasta tu vida, por la de ellos, acaso tú... ¿No te amas a ti misma?"

Como si hubiera sido el golpe, más fuerte que jamás le hayan dado en su vida, Naruto miro con incredulidad a la chica.

Una pregunta tan simple.

¿Te amas a ti mismo?

¿Por qué no podía responder una pregunta tan simple?

Naruto bajo la mirada y miro sus manos, con el máximo cuidado que pudo, se quitó las vendas que envolvían sus manos, y sintió el peso del mundo caer sobre sus hombros.

¿Estas eran sus manos?

Sus dedos estaba morados y resecos, sus palmas llenas de moretones y piel roja por la sangre, la sensibilidad de sus manos era tan pobre, que podrían derramar agua hirviendo sobre sus manos, y apenas lo sentiría.

¿El se había hecho esto?

¿Qué tan lejos estaba dispuesto a ir?

¿Acaso no había sido suficiente?

¿Cuándo se es suficiente?

Ya casi, había perdido sus manos, y no había logrado nada.

Y si allá afuera, Aang y los demás estaban dando una verdadera batalla a la nación del fuego, y si ellos estaban más cerca de ganar de lo que el jamás estuvo.

Aang podría pelear contra Shouku, el podría hasta ganar.

Toph, Katara, Sokka, ellos seguro llegarían hasta el corazón de la nación del fuego, ellos podrían derrocar al señor del fuego, traer paz.

Confiaba en ellos.

Y el... estaba roto.

Naruto no sentía que podría hacer la diferencia, sin chakra, sin sus habilidades, sin fuerza, sin nada.

Solo sería un estorbo para ellos, que tendrían que cuidarlo y pelear al mismo tiempo.

Y si solo... ¿Continuaba?

Y si Malú tenía razón.

Y si el ya lo había dado todo.

Ya hizo todo lo que tenía que hacer, más de una vez casi muere por este mundo, un mundo en el que había estado solo unos pocos años, y ya lo apreciaba y amaba más que en el mundo que nació.

¿Qué es lo que quiero?

El solo quería ir junto a Toph.

Aang.

Katara.

Sokka.

Appa y Momo.

Estar con ellos y abrazarlos con todas sus fuerzas, para volver a ser felices como lo fueron antes.

Lentamente Naruto se puso de pie, y sin levantar la mirada, solo camino hasta el templo, tanto Malú como el subieron al bisonte volador, y no dijeron una sola palabra, hasta que volvieran a su hogar temporal.

El regreso de vuelta, había sido demasiado silencioso.

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La noche había caído y Malú no había escuchado una sola palabra del Uzumaki, que ni bien llego al campamento donde ellos dos dormían, lo vio derrumbarse contra su cama improvisada y en toda la tarde no mostro signo de querer levantarse.

Ella no pudo evitar sentir sueño también, sabía que tenía que quedarse despierta para vigilarlo y ver qué sería la siguiente cosa que haría, sí aceptaría el consejo que le dio y buscaría una nueva vida, o una estupidez.

Tenía miedo de que hiciera lo segundo.

Y apenas abrió los ojos, se dio cuenta que sus miedos estaban en lo correcto.

"¡Naruto!" apenas salió del campamento gritó su nombre, y casi fue empujada de nuevo a ella, por la fuente ventisca de la tormenta de nieve, que hizo que se le helaran hasta sus huesos, aún así eso no lo detuvo, para volver a levantarse y salir de nuevo.

"¡Naruto!"

Con la nieve llegando a sus rodillas, empezó a correr como pudo, usando aire control para contrarrestar la fuerte ventisca.

"¡Naruto!"

Todo lo que veía era blanco, y lo que parecía ser huellas, que se estaban borrando demasiado rápido, no tuvo más opción que correr, ya sabía a dónde iba.

"¡Naruto!"

Gritó hasta el punto en que le dolió la garganta, moviéndose con habilidad entre los árboles y sobre la nieve, por fin lo encontró.

La tormenta era la peor vista en años, nieve que caía sin cesar, fuertes vientos que arrastrarían hasta a un adulto, y un frío muy por debajo de cero que mataría a cualquier persona en cuestión de poco tiempo.

Y aún así, ahí estaba el.

*Golpe*

*Golpe*

*Golpe*

"¡Naruto!" Malú corrió hasta estar junto a el, el solo sonido de la palma de sus manos chocando contra la roca, el como los huesos se rompían, la sangre que salpicaba.

"..." con su mirada oscurecida por su cabello, Naruto siguió golpeando el muro de roca, un golpe más fuerte que el anterior, que hacía que los huesos de sus brazos y hombros se empezaran a fisurar.

"¡Naruto! ¡Detente!" Ella no podía tocarlo, y tenía miedo de usar el viento, era demasiado fuerte y un mal movimiento podría mandarlo a volar y terminar matándolo.

Pero no tenía opción, cuando ella estaba a punto de desapartarlo del muro de roca, un bastón de madero golpeó sus manos.

"Déjalo" el guardián del templo de los guerreros detuvo a la chica, y volvió a apoyar su bastón contra su hombro, para seguir viendo como el Uzumaki seguía manchando la montaña con su sangre.

"¿Qué?" Malú le dio una mirada incrédula al sujeto, ni siquiera sabía que estaba aquí presente, "¡Se va a arruinar la vida! ¡Si sigue con esto no solo perderá sus brazos! ¡Morirá!"

"Mi trabajo es hacer que las personas rompan sus límites y que se arreglen a si mismos, no evitar que se rompan y mueran en el intento"

"¡Estás enfermo!" Ella miro con asco al hombre, que ni siquiera se molestó en mirarla, sabiendo que el la detendría si usaba sus poderes, tuvo que pensar en otra cosa.

*Golpe*

*Golpe*

*Golpe*

Naruto ya no sentía sus manos.

Ni sus pies.

Sus pulmones ardían por cada respiro que daba.

Casi podía sentir, el como sus ojos se estaban congelando.

Nada de esto lo detendría, tendría que seguir y seguir, lograr lo imposible, sin importar que tanto duela.

Tenía que...

La palma derecha de Naruto se detuvo a mitad de camino, parando a sólo centímetros de golpear el rostro Malú, que se había puesto entre el y la montaña.

"No seas estúpido" gruño con furia, viendo el estado demacrado del Uzumaki, que parecía que en cualquier momento caería, "¡Quiérete un poco y date cuenta que lo estás haciendo es solo destrozarte a ti misma! ¡Yo diste todo lo que podías darle a este mundo! ¡No vivas una vida luchando por los demás! ¡Vive una que valga la pena vivir!"

Malú se quedó quieta, apenas podía ver el rostro del shinobi por la intensa tormenta de nieve, ella rogaba internamente para que el chico pare, que deje de dañarse a si misma en una búsqueda que ella consideraba inútil.

"Tu me preguntaste... ¿Qué es lo que quiero?" pregunto en voz baja, para que solo ella pudiera escucharla.

"..."

"Quiero estar con ellos... ser feliz con ellos... y nunca volver a perder ante nadie, que intenté hacerles daño" con pesadez, Naruto bajo su mano derecha, arrastrando sus pies por la nieve, camino solo un poco, dejando a Malú sola de pie, mientras el continuaba golpeando la montaña.

"¿Por qué? ¿Por qué te haces esto?" cuestionó sin poder entenderlo la maestra aire, que tenía que seguir viendo como el chico seguía manchando las rocas con su sangre.

"Porque quiero hacerlo..."

Esa es la respuesta que el tuvo que dar al principio, eso era lo que su corazón le decía.

Lucha.

Fortalécete.

Nunca pares.

Hazlo por ellos.

La imagen de todos las personas que había conocido en este mundo vino a su mente, haciendo que tuviera que sonreír.

No pararía.

Shouku.

Alguien tenía que pararlo.

Alguien debía de hacerlo.

Alguien tenía que... matarlo.

El había hecho demasiado daño.

Tantas personas, tantas vidas.

El como el intento hacer daño a las personas que más amaba ahora.

"El crecer, el fortalecerse, el alcanzar un poder que está más allá de tu imaginación, no depende de solo lo que tu hagas por los demás, sino lo que tu quieres... Solo estoy gastando mis palabras, solo ríndete y siéntate a esperar recuperar tu chakra"

"Lo que yo quiero..." apretando sus manos en puños, haciendo que sangre a chorros cayera sobre la nieve, los golpes del Uzumaki se volvieron frenéticos.

"Pues no es suficiente"

"No es suficiente"

Todos podían escuchar claramente el estremecedor sonido, de sus nudillos romperse al impactar contra la montaña, que seguía inamovible ante el pequeño ser que intentaba destrozarlo.

"¿Cómo un humano es capaz de ir más allá? Odió, irá, dolor, miedo, todas esas emociones son las puertas bajo llave, que solo se abren y dejan liberar nuestro verdadero potencial, pero tú temes el hacerlo, haciendo que todo esto sea inútil"

"Odio..."

La imagen de Shouku, Sasuke y varias personas más, se quemaban en su mente, que aunque el mismo dijera que no los odiaba.

"Ira..."

En lo más profundo de su ser, lo sentía.

"¡Tus compañeros arriesgaron sus vidas por ti! ¡Por salvarte!"

"Eso no me importa..."

"¡No importa si tengo que romperte todos los huesos! ¡Voy a evitar que hagas una estupidez!"

"¡Tu has estado solo desde el principio! ¡Cómo piensas que puedes entenderme!"

"Porque somos amigos"

"¿Por qué me uniría a alguien como tú?"

"Porque una de las enseñanzas del Clan Uzumaki... es que siempre estés del lado de tu familia... hermano..."

"¡¿Quieres jugar al pacífico ahora?! ¡¿No tienes idea de lo que ellos nos hicieron?! ¡¿Cuántos hombres, mujeres y niños fueron asesinados por nada?! ¡El como la aldea que tanto valoras! ¡No hicieron nada! ¡Nada para evitar que nuestra gente fuera exterminada!"

"¿Le eres leal a Konoha? ¡¿Acaso no sientes el peso de la muerte de todo nuestro pueblo?!"

"Miedo..."

"Pero-o no hice nada malo, ¿Por qué tengo que irme?"

"Porque somos muchos niños y el tenerte aquí es un desperdicio de comida y cama, tienes media hora para irte"

"¡Pero no sé adónde ir! ¡Que hacer!"

"No es mi problema, ahora vete de mi orfanato"

Esa había sido la primera vez que tuvo que dormir en la calle, solo era un niño de cinco que no sabía que hacer, bajo la mala mirada de todo mundo.

Nunca había tenido tanto miedo, el estar solo y sin nadie a su lado.

Tuvo que dormir en un sucio callejón sobre cartón y periódicos por días.

Hambre, frío y suciedad.

Hasta que fue encontrado por los Anbu, que lo llevaron hasta el Hokage, que le dio un lugar propio para vivir.

El sintió todo eso a lo largo de su vida, pero también más, mucho más.

"Cariño..."

"Oye niño, ¿Qué haces bajo la lluvia? Entra, entra, ¡Ayame trae algunas toallas para nuestro pequeño cliente! Dime niño, ¿Alguna vez has probado ramen?"

"Amabilidad"

"Sabes, creo que fue suficiente por hoy, ya están limpias las caras de los Hokages, ¿Qué te parece si te invito a un ramen?"

"Amor"

Azula...

*Golpe*

Tanto Malú como Yen fueron golpeados por una honda de presión, que fue suficiente para empujar a la maestra aire a la distancia, mientras que el guardián del templo de los guerreros seguía en su lugar, mirando todo con una pequeña sonrisa.

Las nubes de tormenta, los copos de nieve, incluso la que estaba en el suelo, todo salió volando como si una gran explosión se hubiera desatado a los pies de la montaña.

O lo que quedaba de la montaña.

Naruto se quedó de pie como una estatua varios segundos, hasta que empezó a temblar, todos los músculos de su cuerpo latieron al mismo tiempo, antes que pudiera desplomarse contra el suelo.

Unas manos lo tomaron.

"Niño... en verdad me sorprendiste"

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.

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Chan

Channnnnn

Channnnnnnnnn

Channnnnnnnnnnnnn

¿Qué les parece?

Déjenme en los comentarios que les pareció, como siempre les deseo la mejor de la suerte y salud a ustedes y sus familias, recuerden como siempre, mientras más comentarios, más rápido será la publicación del siguiente capítulo.

Y tú tienen alguna pregunta o idea, no duden en darla, después de todo nunca está de más algo de ayuda

Sin más CHAAAAAAUUUUUUUUU y que les vaya bien.

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