Capítulo 58: Fragmentos...

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Cómo cuando matas a una personaje que a todos le caen bien, y haces llorar a todo mundo.

Zero: Súper, le moví el cerebro. Jpg

Cómo siempre gracias a todos por sus comentarios y apoyo, está vez no podrá responder comentario por lo corto que estoy de tiempo, pero tengo que hacer una mención hacía un lector que fue pionero en leer mis primeras historias.

black soul uzumaki.

Mi amigo, deseo que estés de diez donde sea que estés, no pudo perder a uno de mis lectores más longevos.

En fin, ya no alargó más, solo disfruten del capítulo.

Disculpen los errores ortográficos.

"hablar" personaje hablando.

"Hablar" personaje pensando.

"Hablar" nombres de las técnicas.

(Hablar) palabras del autor o aclaraciones.

############ Cambio de escenario o lugar. 

Capítulo 58: Fragmentos…

El estaba aquí.

Shouku separó su puño del escudo metálico, al ser empujando por una fuerza abrumadora, que lo hizo retroceder varios metros, arrastrando sus pies por el suelo, choco miradas con el recién llegado.

Uzumaki Naruto.

El shinobi estaba solo de pie, entre el Avatar y el guerrero definitivo.

El tiempo que había pasado desde la última vez que se vieron, fue como si solo hubiera sido ayer.

Aunque sus miradas ahora eran diferentes.

Naruto levanto una ceja, al ver cómo el Uzumaki mayor bajo la cabeza, y sus hombros empezaron a temblar.

“Ja… ja.. jajaja… ¡Jajajaja!” 

Su risa se podría escuchar en todo el campo de batalla, una risa escalofriante llena de alegría y a la vez furia, su risa duro lo que parecía ser varios minutos, hasta que por fin se fue calmando y volviera a levantar la mirada, mostrando sus ojos sombríos.

“Así que… aún vives” murmuró con sequedad, mirando a los ojos al shinobi, que se encogió de hombros.

“Aquí me tienes hermano” dijo con simpleza Naruto, que se mantuvo impasible ante la mirada de su pariente.

“Esa mirada…” riendo entre dientes, todo el cuerpo de Shouku parecía palpitar, el reconocía muy bien esa mirada, también esa aura que tenía, era una sorpresa que hizo que sus ojos se estrecharán, “El maestro tiene un nuevo favorito” 

“Temo que si” Respondió con frialdad el shinobi, que retrocedió unos pasos, para inclinarse hacia donde estaba su amigo caído.

Aún respiraba, eso fue un gran alivió.

Shouku se quedó mirando como su pariente limpiaba la sangre del rostro del Avatar, no pudo evitar chaquear su lengua con molestia al ver el subir y bajar del pecho del monje.

Tenía que haberlo matado.

Pero la euforia de la batalla lo había dejado cegado.

Negando con la cabeza, solo se centro en el recién llegado, moviendo sus extremidades hizo que todos sus huesos volverían a acomodarse y que cada daño lentamente se viera restaurado.

Con la capacidad de multiplicar tus propias células, regenerarlas, podía recuperarse de heridas que normalmente tardarían hasta meses, en cuestión de una hora.

Este era el poder de la iluminación.

Y ahora no era el único que tenía en el campo de batalla.

“Je… esto solo hace que todo sea más divertido” 

Viendo la sonrisa de su oponente, el shinobi de la hoja se levantó y se alejó del Avatar, para ponerse de nuevo entre el y el guerrero definitivo, que estaba entusiasmado por el comienzo del combate.

“…” el adolescente enterró sus pies en el suelo, y apretó el agarre en su escudo, cuando fue ensombrecido por la enorme silueta del guerrero definitivo, que tuvo un incremento de masa muscular monstruoso.

Sin embargó, no salió como el lo hubiera querido, el cuerpo del Uzumaki mayor, se atrofió y litros de sangre se derramaron de cada orificio de su rostro y herida abierta.

La mirada del guerrero se vio nublada, con pesadez termino cayendo de rodillas.

La batalla contra el Avatar, le dejo mas daño del que le hubiera gustado admitir.

“…” Naruto se mantuvo de pie solo mirando al guerrero, que luchaba por ponerse de pie, varios pensamientos vinieron a su mente, sabía lo que tenía que hacer.

Como si fuera un títere, Shouku controló su propio cuerpo, para ponerse de pie, su masa muscular se había caída, y volvió a su forma original, sus sentidos primarios se alertaron, al escuchar el sonido de pasos.

“¡¿A dónde vas?!” grito con furia el guerrero, al ver cómo el mocoso, le dio la espalda y camino hasta donde estaba el Avatar.

“La batalla termino” fue la simple respuesta de Naruto, que levantó con cuidado el cuerpo de su amigo, y dando un fuerte silbido, espero unos segundos hasta que del cielo bajara Appa.

El bisonte volador, apenas reconoció a Naruto, que saludo a la bestia con una sonrisa, dando un salto aterrizó en su espalda, para poner con cuidado a su amigo ahí.

“Yip yip amigo” 

El bisonte salió disparado hacia el cielo, dejando a Naruto solo con el guerrero definitivo, que moviéndose de forma Anti natural, hizo que sus huesos se acomodaran y sus órganos internos no fueran presionados.

Eso le daría algunos minutos de movilidad.

De pie, Shouku no se molestó en atacar a su hermano de clan, el sabía muy bien de que era capaz ahora, y en su estado, ganar sería imposible.

“Vamos” gruñó con frustración, arrastrando sus pies tomo posición de ataque, lo imposible nunca fue un impedimento para el, pelearía y ganaría, se negaba a caer sin haber cumplido su objetivo, “¡Ataca hermanito!” 

“No” Naruto tenía otros planes, que no incluían al guerrero definitivo.

“¿Por qué?” Cuestiono con rabia, pensando que el mocoso estaba teniendo lastima con el, eso era algo mucho peor que su estado.

“Porque tu cumpliste tu palabra” 

“…” 

“Me dejaste despedirte de mis amigos, lo que me dejó poder hacer que ellos vivieran, por eso yo te daré la misma oportunidad” 

“¿Es en serio? ¿Ahora los shinobis tienen un sentido de honor?” 

“Tal vez siempre lo tuvimos, somos humanos después de todo” 

Esas palabras hicieron que Shouku se riera entre dientes, parándose erguido, poco a poco se fue recuperando más y mas.

“Te vas a arrepentir, cuando nos volvamos a ver” 

“No lo sé, pero cuando ese momento llegué, daré mucha más pelea que antes” 

“Ya nos veremos hermani-“ 

Ambos Uzumakis se quedaron en shock de un momento a otro, los dos escucharon el sonido de un estallido, y en menos de un segundo después, lo siguiente en estallar fue el pecho de Shouku.

Que cayó como un saco de arena, por el hoyo en su pecho, justo del lado derecho, como si hubiera sido atravesado por un puño.

Naruto apenas pudo reaccionar y usar su escudo, todo su esqueleto vibró por el impacto de una bala contra su escudo.

“Allá está” 

El shinobi pudo localizar el origen de ese tiro bajo la guía de su inquilino.

Sacando un kunai, la giro y lanzándola, rompió la barrera del sonido, en un fuerte estruendo, que termino con el impacto del arma blanca contra el origen de ese disparo.

A ciento metros de distancia.

Siu grito de dolor, cuando las esquirlas salieron disparadas por la ruptura de su arma, que termino hecha pedazos, con trozos de metal en su brazo y rostro.

La general miro con puro odio a Naruto.

Tragando su odio, se subió al vehículo acorazada, para acelerar a fondo y alejarse de la zona.

“Maldita bruja” El no esperaba que esa mujer tuviera una arma, que aunque tomo por sorpresa al guerrero definitivo, lo dejo con una herida que sería mortal para…

Naruto se trago sus palabras, cuando vio como el guerrero definitivo se levantó y como si fuera una bestia, salió corriendo detrás de la persona que la había hecho esto, si no fuera por su sexto sentido, que hizo que se moviera solo un poco antes del impacto, evitando que su corazón fuera golpeado.

Evito la muerte.

No era algo que la general Siu podría hacer, si llegaba a ser atrapada por el guerrero definitivo.

“Bueno, ese ya es su problema” encogiéndose de hombros, Naruto no iba a detenerlo, esa mujer era el diablo, y pronto iría al lugar al que pertenece cuando su pariente lejano lo encuentre.

“¿Sabes que acabas dejar ir, a la persona que te rompió el culo dos veces? La tercera es la vencida mocoso tarado” 

“Oye, yo nunca pelearía con alguien en ese estado, sería cobarde de mi parte” 

“No, hubiera sido inteligente” 

“Bla, bla, bla, yo me haré cargo” 

“Claro que si, terminarás llorando como perra para que te ayude, siempre lo terminas haciendo” 

“Fue solo una vez” Murmuró entre dientes Naruto, que empezó a caminar hacia la dirección de la capital de la nación del fuego.

“¿Una? Yo diría más bien diez” 

“Ja ja ja, deja de provocarme y mejor ayúdame a encontrar a mis amigos” 

“¿De que me viste cara? ¿de sabueso?” 

“Ya enserio, ¿Por favor?” 

“Bha, bien” 

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“¡Piensa! ¡Piensa! ¡Piensa!” 

Sokka se estaba presionando así mismo, buscando cualquier forma de poder salir de esta situación todos juntos sanos y salvos, aunque ese escenario era muy poco probable, el señor del Fuego, solo necesitaba uno de ellos vivo, para intentar sacar información.

El nunca tomaría el riesgo, de atraparlos para usarlos de moneda de cambio con la resistencia, ese no era un método que la nación del fuego usaría, el no quería negociar, quería acabar con todos ellos, de una forma y otra.

“Mi voy a morir, me llevaré a cuántos pueda” Tohp estaba consiente de la situación, si van a tomar a alguien de prisionero, ese era Sokka, el más inteligente y vulnerable, era más que obvio que tirarían a matar a Katara y a ella.

Sacudiendo sus manos, hizo que los anillos en sus muñecas, se transformarán en lanzas.

“Peleamos juntos, caeremos juntos” Katara hizo que el agua a su alrededor se agitará, haciendo que pequeñas agujas de hielo se formarán a su alrededor.

Viendo que su hermana menor y la pequeña brabucona no pensaban en rendirse, el no podía hacer menos.

Apretando el agarre en su Boomerang, Sokka estaba listo para dar la señal y lanzarse al ataque.

El señor del Fuego.

El era la clave.

El era el objetivo.

Si lograban matarlo, crearían suficiente revuelta en la nación del fuego, un conflicto de quien tomaría el poder, le daría tiempo a la rebelión, para un siguiente ataque, antes del cometa de Sozin.

Sonaba como un buen plan.

Ozai negó con la cabeza, al ver cómo los mocosos iban a atacar, casi quería reírse por tal atrevimiento, o más bien movimiento desesperado.

Antes que cualquiera de los dos lados pudieran atacar, lo vieron, una enorme nube de polvo venir hacia ellos, la ventisca que los golpeó fue suficiente para dejar cegado a todos.

“Eso es…” Tohp lo escucho, pesadas pisadas de algo que venía directamente hacia ellos.

La maestra tierra no dudo, corriendo tomo a Katara y Sokka, golpeando sus pies contra el suelo, levanto un pilar de roca que la impulso, justo sobre la espalda de Appa, que cuando apenas sintió el peso de los adolescentes.

Despegó hacia el cielo, volando con todas sus fuerzas, alejándose de la tormenta de polvo, y llevándose al grupo de adolescentes con el.

“¡Deténgalos!” aún con la poca visibilidad que había, Ozai sabía lo que estaba sucediendo y de inmediato intento disparar fuego contra lo que creía era el bisonte volador.

Antes que pudiera siquiera disparar, una mano atrapó su muñeca.

Por primera vez en la historia, el pilar naranja y el señor del Fuego cruzaron miradas.

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“Hice lo mejor que pude, pero la bala perforó una de las válvulas de su corazón, temo decir que no puedo hacer nada” 

Azula y Zuko apenas habían escuchado al único doctor del barco, ella estaban mirando fijamente a la persona que estaba recostado en la cama de operaciones.

“Vamos… quiten esas caras” dijo con pesadez el viejo dragón del oeste, que se veía pálido y cansado, con vendas alrededor de su pecho, teñidas de sangre.

“Tío…” Zuko no sabía que decir, el dolor en su pecho y nudo en la garganta, “Te podremos llevar con la resistencia, seguro los maestros agua podrán curarte” 

“No, no lo creo príncipe Zuko” 

Ty Lee y Mai se quedaron al margen de todo en silencio, observando preocupadas las reacciones de los príncipes, zuko parecía al borde del llanto, mientras que Azula.

“…” tenía una mirada difícil de descifrar, tenía la cabeza baja y hombros temblorosos, tratando de contenerse, “Tu no…” 

“…” todos miraron a la princesa, que murmura palabras que ellos no podían entender.

“¡Tu no tenías que hacerlo!” 

Azula sentía el peso de la culpa, su tío lo empujó, se supone que ese disparo tenía que darle a ella, justo ahora cuando por fin había hecho algo bien, las cosas tuvieron que terminar así.

No era justo.

No lo era.

“¡No tenías porque salvarme!” grito con todas sus fuerzas, casi desgarrando su garganta, ella rompió en llanto.

“No tuve que hacerlo…” 

“…” Con lágrimas que desbordaban de sus ojos, Azula mirada confundida la sonrisa de su tío.

“… tu te salvaste, al ayudar a estas personas Azula, yo solo… hice lo que todo hombre haría… proteger lo que amamos” 

“…” 

“Ayúdenme… a salir de aquí…” 

Los adolescentes se exaltaron al ver cómo el dragón del oeste, se levantó lentamente de la cama, en su estado era un milagro que estuviera aún vivo, y aún así el tuvo la fuerza para ponerse de pie y avanzar varios pasos.

Hasta que sus piernas fallaron.

No llego a tocar el suelo, cuando unos brazos lo envolvieron y levantaron.

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Como si nunca hubiera existido, la tormenta de polvo se había termino y la ventisca se calmo, dejando que todo se pudiera ver de nuevo, y el señor del Fuego se quedó en shock ante la persona que tomo su muñeca.

Alrededor de ellos estaban la guardia real noqueados en el suelo, dejando solo a ellos dos de pie.

“Así que tú eres el padre de Azula y Zuko” dijo con si nada Naruto, que soltó al maestro fuego, que le dio una mirada mortal, “Pensé que serías más alto” 

“Y yo que tú estabas muerto” 

“Esa es una frase que hoy escucharé mucho” 

“No, si te mato ahora” el fuego quemo el traje del señor del fuego, que con sus brazos envueltos en llamas, estaba por enfrentarse al pilar Naranja.

“¿En serio lo vas a intentar?” la sonrisa del rostro del Uzumaki desapareció, con una expresión mortalmente sería, hizo que una presión pesada se sintiera en la atmósfera.

“…” gotas de sudor bajaron de la frente del señor del Fuego, el no era estúpido, sabía que no tenía oportunidad contra el, no sin el cometa Sozhin, al menos.

“Escucha, hoy la guerra tendrá un alto al fuego” Dijo con un rostro impasible.

Lo que dijo era uno pedido.

Ni una orden.

Era lo que iba a suceder.

Ozai apretó los dientes por tal atrevimiento, en su propio país.

¡Frente a su cara!

Había matado a personas por mucho menos.

Pero… este chico no era cualquier otra persona.

“¿Hasta cuándo?” cuestionó tragándose su orgullo, no llego hasta su trono siendo alguien impulsivo, no, sabía cuándo tenía que moverse, y ahora no era el momento.

“Hasta la llegada del cometa Sozhin” 

“…” estrechando su mirada, el maestro fuego miro con sospecha al shinobi, “¿En serio darás la oportunidad a la nación del fuego de volver a la guerra en el día en que más poderosos seremos?” 

“Si, porque se que es la única forma de que aceptes y no intentes nada estúpido” explicó cómo si fuera lo más lógico del mundo, sinceramente no quería un baño de sangre ahora, el no quería ser la persona que de fin esta guerra.

El no merecía ese reconocimiento, y no la quería.

Era algo que el Avatar y todos los que pelearon, mientras el no estuvo, ellos necesitaban de esto más que el.

“Desde hoy la guerra se detiene, todos los esclavos que tienen serán liberados, llama a todos los soldados que tienes en todo el mundo, qué vuelvan a tu país, y preparen, lo que tengan que preparar para cuando el día llegue, tengan una oportunidad” 

“Mocoso arrogante” escupió con rabia el señor del fuego ante tales palabras, lo que ahora pedía era que esconda con la cola entre las patas, para salir solo cuando más les convenga.

“Solo soy realista, depende de ti el aceptar el trato Ozai” 

“¿Y si me niego?” 

“Te matare aquí y ahora” 

“…” dando un largo suspiro, Ozai miro a su alrededor, la capital de su país estaba dañada, pero con el tiempo necesario volvería a ser grande, y más importante, estaría listo para el cometa que llegaría en ocho meses.

El pilar Naranja y el señor del Fuego, compartieron un apretón de manos, dando como sellado el trato de un alto al fuego, para una larga guerra, que tendría un final en exactamente ocho meses.

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“¡¿Qué fue eso?!” Sokka aún no creía lo rápido que había sido todo, en un momento estaban por ir contra el señor del Fuego, y ahora estaban encima de Appa, poniendo la mayor distancia posible de ellos y la nación del fuego.

“No lo sé” Toph estaba tan confundida como el guerrero de la tribu agua, ella solo reaccionó ante la situación, sin pensar en quien levantó esa tormenta de polvo, que los ayudo a escapar.

“Aang… ¿puedes escucharme?” 

Por su lado, Katara uso toda el agua y habilidades para empezar a curar de inmediato al monje, su estado era crítico.

Fracturas en sus huesos.

Desgarró en sus músculos.

Hematomas y sangrado interno.

Trabajando tan rápido como podía, ella empezó a curarlo, hacer que sus huesos se acomoden, que sus músculos sanen y de forma increíble, lograr que el recuperara la conciencia.

“Ten… de… nrte…” 

“No hables, tienes que ahorrar energía Aang” advirtió la chica, que seguía curándolo.

Sin embargó, el monje levanto como pudo una de sus manos, para señalar una dirección.

“Templo del norte… templo del norte” 

El Avatar repitió eso varias veces, con sus ojos perdidos y sangre que se seguía acumulando en su boca, lo siguió repitiendo cuántas veces sea necesario.

“Hay iremos…” 

“¿Qué?” Katara miro incrédula a su hermano mayor, que tomo las amarras y guío al bisonte volador, a la dirección que el monje había pedido, “¡El necesita atención médica!” 

“¿No puedes curarlo?” 

“Si-i, pero será más seguro volver a la resistencia, allá tene-“ 

“Katara… tu eres la mejor maestra agua que conozco, y seguro la mejor del mundo, ahora mismo tu eres la persona con quién más seguro estará Aang” dijo Sokka, que miro sobre su hombro la expresión de su hermana.

Que lentamente asintió con la cabeza, y volvió a trabajar.

“…” mientras las cosas seguían su curso, Toph se quedó sentada, con su cabeza en dirección a la nación del fuego, “¿Quién más está ella?” 

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Esto no era lo que tenía planeado.

El dolor en su rostro era insoportable, pero tenía que hacerlo si quería seguir viviendo.

Siu aceleró a fondo y forzó el motor a su máxima capacidad, huyendo del monstruo humano, que venía corriendo detrás de ella, con una expresión casi demoníaca.

“¡SIUUUU!” dando un poderoso saltó, Shouku superó al vehículo acorazada, y aterrizo frente a el, destrozando el suelo, arruinó el camino para la maestra fuego.

Que no dudo en apuntar contra el guerrero definitivo y atropellarlo.

Sacando un arma del asiento del pasajero, ella disparo a quemarropa al rostro de su antiguo amante, que aún en su estado, los disparos del arma no le afectaron.

Ella apretó los dientes, cuando el gigante empezó a golpear el capo del vehículo, arrancando las placas de metal y fue directo al motor.

Antes que pudiera destruirlo, casi cayó por el derrape del vehículo que finalmente llego hasta la capital de la nación del fuego.

Cortando las mangueras de combustible y trabando el volante, la general le dio una última mirada al guerrero y salto del vehículo en movimiento, dejo que siguiera avanzando hasta estrellarse contra uno de los tantos edificios del pueblo.

Eso no fue suficiente.

Disparados una flama tal delgada como sus dedos, Siu golpeó el vehículo que tenía Shouku atrapado entre los escombros, todo termino en la gran explosión, que hizo que la estructura se terminará derrumbando sobre el guerrero definitivo.

Ella no perdió el tiempo, con una de sus piernas rota, corrió tan rápido como pudo, respirando con pesadez y jadeando, sintió el sacudir de suelo, cuando el Uzumaki salió de entre sus escombros, y vino por ella.

Llegando hasta la fábrica, cerro cada puerta bajo llave detrás de ella, puertas metálicas que fueron destruidas y arrancadas por el guerrero definitivo.

“¡Sui!” con furia ciega, el gigante corrió detrás de la maestra fuego, que estaba por abrir una puerta más, antes que pudiera tocarla, recibió un demoledor golpe.

“¡Agh!” Ella pudo sentir como sus costillas se rompieron y su armadura se abollo por ese golpe, que hizo que terminar atravesando la puerta de madera.

Shouku gruño cuando varias bolas de fuego lo golpearon, tomando del suelo los trozos de la puerta, las lanzo contra el par de soldados que había en la habitación.

Ellos terminaron acribillados y colgando de las paredes, con su sangre tiñendo de rojo las paredes.

“…” bajando la mirada, el Uzumaki se quedó mirando, como la general se arrastraba por el suelo, tratando de alejarse de él, lentamente el se inclino para tomarla de su cuello y levantarla del suelo.

“Es... pe… ra” Siu quiso detenerlo, pero el la sacudió, dejado ver su rostro, ahora quemado por completo con quemaduras de tercer grado que se extendían por todo su rostro, fue algo desagradable de ver.

“…” apretando el agarre alrededor de su cuello, Shouku estaba apunto de romper el cuello de la maestra fuego.

Hasta que lo escucho.

Una respiración tranquila y pacifica, que se fue tornando más frenética, y se terminó convirtiendo en llanto, uno que se escuchó en toda la fábrica.

Moviéndose de forma rígida, el guerrero definitivo localizo la fuente de ese sonido, y algo dentro de el parecía alterarse.

Dejando caer a la maestra fuego, Shouku se acerco a la cuna que había en la esquina de la habitación, apenas la había notado, con pasos pesados llegó hasta ahí y cuando quitó las mantas que cubrían la cuna.

Ahí estaba.

Era tan pequeña, tan frágil, era…

El se quedo parado dónde estaba, viendo como la niña seguía llorando con fuerza, agitando sus pequeñas extremidades, tanto ruido la había despertado.

“Rojo…” el solo había visto ese color de cabello en una sola persona en todo el mundo, “Madre…” 

Miles de recuerdos inundaron su mente, la sensación de miles de besos y la calidez del abrazo de la mujer que le dio la vida.

El cuerpo del guerrero definitivo se sacudió, liberando vapor y sangre en todas direcciones, volviendo a la normalidad, cayó de rodillas ante la pequeña cuna.

“Ja…” en el suelo y con su cuello aún rojo, Siu vio todo con una sonrisa oscura, con su rostro tan horrible como su propia mente, ella empezó a reír, al ver al guerrero definitivo de rodillas ante la cuna, “¡Jajajajajajaja!” 

Aún con el dolor de su cuerpo y garganta, eso no detuvo a la maestra fuego, que seguía riendo de esa forma tan oscura y desquiciada.

Ella vio como el padre de su hija, la tomaba con cuidado entre sus manos, para calmarla y hacer que dejará de llorar.

Ella siempre tenía un plan, siempre iba a ganar.

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El sol se iba ocultando en el horizonte, dando por terminado a un día en el que había sucedido tantas cosas, tanto buenas como malas.

En una pequeña isla, en alguna parte del inmenso mar, en lo alto de la colina más alta, dónde había un solitario árbol de duraznos, de flores rosas que se agitaban ante la suave brisa.

“Ufff” un largo suspiro escapo entre los labios del viejo Dragón del oeste, que estaba sentado en el suelo, apoyando su espalda contra el árbol, “Ya no estoy hecho para estos viajes, mis viejos huesos no lo resisten…” 

Parados junto a el, estaban sus dos sobrinos, uno de cada lado, Zuko y Azula, izquierda y derecha respectivamente, mientras que Ty Lee y Mai mantenían su distancia en el globo aerostático en el que llegaron.

“No sé si les mencioné que mi color favorito es el naranja, no saben cuánto me gusta ver el cielo de ese color en el atardecer, es algo tan hermoso y efímero que pasa todos los días, es una pena que no muchos se molesten en verlo…” aún con la sangre que se acumulaba en su boca y bajaba de su pecho, el anciano mantenía esa sonrisa pacífica en su rostro.

“Tío…” Zuko se puso de rodillas ante su tío, tenía tanto que decir, tanto que nunca tuvo el valor de decir a la única persona que tanto lo había apoyado, “Yo…” 

“Tranquilo príncipe Zuko…”

“…” el solo toque de la mano del anciano en su cabeza, hizo que el príncipe sintiera su corazón desgarrarse, y sus ojos desbordaran de lágrimas.

“No hay nada que decir… hijo, no hay nada que decir…” murmuró con una pequeña sonrisa, mientras seguía acariciando con cuidado la cabeza del príncipe.

“…” asintiendo con la cabeza, el muchacho solo apoyó su frente contra el hombro de su tío, que envolvió uno de sus brazos alrededor de el, para acercarlo más y que se sentara a su lado.

“Azula…” 

“…” A la princesa le costaba mantener la compostura, estaba tan desmoronada como su hermano mayor, los dos sabían muy bien que es lo que iba a suceder, “¿Si?” 

“Has tenido una vida dura, como pocos… has cometido errores como muchos, a veces cayendo en el mismo pozo una y otra vez, por una obsesión que debes de olvidar” 

“…” 

“No eres perfecta, y nunca lo serás, habrá momentos en que dudes, en que falles, también habrá momentos de victoria, de felicidad, en que todo será perfecto por un momento maravilloso, y quiero que tú lo vivas, no como la princesa de la nación del fuego, no como la hija privilegiada de tu padre o la monstruo que crees que eres por tu madre…”

“…” 

“Tu eres Azula, una chica valiente, competitiva, tenaz, compasiva y ruda… pero esa es la persona que eres, y no importa lo que los demás piensen, solo importas tu… y el camino que elegirás para vivir una larga vida honrada y feliz” 

“…” Ella no pudo soportarlo, su cuerpo se sintió como plomo, como si se estuviera hundiendo en el suelo.

La chica trato de cubrir su rostro, para no dejar ver cómo las lágrimas bajaban de sus ojos.

Odiaba esto.

Odiaba verse débil.

Odiaba perder a la gente a su alrededor.

Azula levanto la cabeza cuando una mano tomo su hombro, y vio como su tío la arrastró hasta el, para al igual que su hermano mayor, envolverlo en un fuerte abrazo, que los dos devolvieron.

“Ustedes dos… son lo más cercano que tenía a una familia desde que mi hijo y esposa murieron… por eso… yo doy las gracias a los espíritus… a su padre… a su madre… por haberles dado la vida…” 

Ellos lo sintieron.

Cómo la poca fuerza en los brazos del anciano se fue.

El suave movimiento de su pecho al respirar paro.

Y finalmente, su corazón se detenía.

Ty Lee y Mai, tuvieron que escuchar los gritos y sollozos de los dos hermanos, que lloraban desconsoladamente sobre el cuerpo del hombre más sabio, más gentil, más noble y maravilloso que jamás hayan conocido.

El cuerpo de Iroh se mantuvo inmóvil, con sus ojos cerrados y una gran sonrisa que nadie le podría quitar.

Y como si el mismo mundo lo hubiera sentido.

Una fuerte corriente de aire hizo que todas las flores se desprendieran del árbol de duraznos, y bailarán alrededor de el.

Zuko y Azula lo vieron, como todos esos pétalos giraban alrededor de ellos, de su tío, para poco después alejarse e irse hacia el horizonte, dónde el sol se estaba ocultando, dejando que ese cielo naranja se viera más hermoso que nunca.

La historia del legendario dragón del oeste había llegado a su fin.

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¿Chan?

Lectores: ¡Chinga tu madre! ¡Mataste a Iroh!

Zero: ehhh si.

Lectores: ¡Al mejor personaje de Avatar! 

Zero: Ehhh si.

Lectores: ¡El viejo más canchero y buena honda del puto mundo de la animación!

Zero: Ehhh si.

Lectores: ¡Te vamos a romper el orto la que te remil parió conchudo de mierda! 

Zero: No me arrepiento de nada Pa, vengan de a uno que puedo contra todos.

Se agarran a putazo limpio como los machos que son

Josef (Broly): Ahora si mis amigos, voy a estar desconectado de Wattpad por unos cuantos días, ya que estaré de luto por un tiempo corto e indefinido. Como mencione en mi tablero de noticias, perdí a alguien muy especial y estoy tratando de no penar en eso.

Hasta la próxima.

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