Prólogo. 1/?

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

•|Comentario antes comenzar|•

Antes de todo, quiero agradecer a Proxy_Adan sus libros me dieron la confianza de hacer este fanfic, la verdad es que llevo años queriendo hacer éste libro pero no tuve el valor de hacerlo hasta ahora.

Tenía miedo de dar cringe a la hora de escribir el fanfic de offenderman, no sabía si iba a captar su "Escencia" y temía que pudiera dar pena.

Sin nadamás que agregar, gracias Proxy_Adan, comencemos.

•|-|•

El día 5 de abril lo recuerdo con desdén, les había advertido sobre mi disgusto hacia el embarazo de mi madre pero nadie me tomaba enserio, de todos modos ¿Quién escucharía a una niña de 7 años? Su opinión no tendría valor alguno pues solo estaba celosa.

El embarazo de mi madre fue recibido con alegría todos se referían a él como un milagro, sin embargo para mí era una desgracia. Según los doctores ella no podría tener otro hijo ya que su cuerpo estaba muy débil desde que me tuvo a mí, pero aún así corrió el riesgo y se embarazó de nuevo.

Y como le habían advertido, el embarazo tuvo muchas complicaciones, mi madre termino en cama durante toda la segunda mitad del embarazo y cuando tuvo al bebé no pudo ir más mal, el bebé no respiraba, lograron reanimarla luego de 5 minutos exactos, mi madre lloraba de felicidad viendo como lograron salvar a su pequeña.

Llamaron a la bebé Milagros Victoria, ya se entiende el porqué ¿No?
Aborrecía a esa niña, me daba rabia verla, para mí no era más que una masa de carne y huesos de tonalidad violeta. No había nada que fuera más insignificante que eso

Nadie me tomaba enserio, solo decían que estaba celosa y que "ya se me pasaría", créanme, nunca dejé de odiarla.

Ya todo estaba hecho, solo tenía que soportar todo hasta que me fuera de esa casa. Los años pasaron y todos dejaban claro quien les importaba más, siempre tenía discusiones con mis padres respecto a mi hermana.

— ¡Mamá Victoria rompió mi taza! — Reclamé a gritos con mi madre, gritándole a todo pulmón.

— ¡Es solo una maldita taza! ¡Ya cállate! — Me contestaba harta mi madre, intentando hablar más fuerte que yo para asustarme.

— ¡Pero si fuera tu puta taza también harías lo mismo! — Continúe mis reclamos — ¡No sabes lo que me costó tenerla!

Mamá se acercó llena de rabia, dándome una cachetada que me hizo callarme del susto, la miré enfurecida sobándome la mejilla, comenzando a llorar por el dolor y la rabia

— ... — Me miró en silencio, viéndome llorar enfrente de ella — No metas a Victoria en tus idioteces, debiste guardarla para que no la tomara. — Me culpó manteniendo su tono enojado

La miro a los ojos, siento una presión en mi pecho que me obliga a temblar, no entiendo qué sea pero no es muy importante en el momento. Balbuceo miles de palabras mientras retomo mi postura con un sentimiento creciente de odio con tristeza, no puedo hablar a este punto, creo que estoy enojada pero le temo a mamá.
Mi cara expresa la mezcla de emociones que estoy pasando ahora y, me voy dando la vuelta para que no me vea alterada, puedo oír como ella me insulta a mis espaldas, pero sigo hasta llegar a mi cuarto y azotar la puerta para luego solo tirarme a la cama y tapar mi rostro con la almohada, mi respiración interrumpida por gruñidos es lo único que se oye en mi habitación.

Poco a poco lo único que se oirá serán mis llantos.

[°°°]

Mi odio no hizo más que crecer con el tiempo, quise mantener eso en secreto y ahogar mi rabia pero me era imposible no llorar de enojo o tristeza al escuchar las palabras de mis padres, era fastidioso que de lo único que se hablara en la casa fuera de mi hermana y de lo feliz que estaban con ella, no puedo evitar sentirme terrible cada vez que la mencionaban en la cena.

Todas las travesuras que me hizo, todos los regaños que me tragué debido a que me culpaba de sus desastres, todos mis logros totalmente opacados por una simple niña de primaria. Todo eso me hace temblar en furia, todo ese enojo hizo que un pequeño deseo oscuro dentro de mi creciera exponencialmente yo quería, necesitaba que esa niña muriera

Los meses pasaron y se acercaba cada vez más mi cumpleaños número 18, a este tiempo Victoria cumpliría 11 años dos semanas después de mi cumpleaños.

[•••]

— ¡Feliz cumpleaños! — Todos gritaron al unisono cuando apagué las velas, sonriendo como si fuera el mejor momento de sus vidas yo les contesté con una mueca imitando una sonrisa. Yo ya podía ver cómo mis padres tiraban mis cosas a la calle y me corrían de la casa mañana, estuvieron todo el mes hablando de lo que harían con mi cuarto apenas me fuera, entre ésto proponían una sala de estar y un cuarto de estudio.

Todos me felicitaron, diciendo las típicas frases vacías, "¡Ya eres toda una adulta!" "Cómo pasan los años, todavía recuerdo cuando tenías 9" Cosas como esa se escucharon toda la noche, por un momento me relajé y disfrute de la fiesta, bailando y gozando sin preocuparme por lo que mis padres hagan

En la madrugada casi todos se habían ido y solo quedábamos unos 5 o 6 personas conversando en la mesa, mis padres se sentaron cada uno a un lado mío y comenzaron a hablar de como yo iba a mudarme unos días después de el cumpleaños de mi hermana, estaba confundida, nunca habíamos hablado de eso ni siquiera lo habían mencionado.

— ¿Qué? — Fruncí el ceño al hacer la pregunta, ambos me miraron a la cara y sin vergüenza papá comentó

— Hemos decidido que te irás con el primo de tu madre. Hay una universidad cerca de allí, te quedarás con el por mientras estudias. — Lo dijo como si fuera obvio, y no fuera nada, quedé impactada por eso, no habíamos acordado nada.

Los miré con pánico mientras seguían conversando, parecia que no les importaba en absoluto

— ¿Y no pensaron en preguntarme primero? Ni siquiera me avisaron que tomaron esa decisión. — Me quejé en voz baja

— Lamentamos no haberte dicho antes, pero pensamos que era mejor decisión, universidades cerca, oportunidades de trabajo es perfecto — Explico con una sonrisa — ¿O todavía tienes miedo de irte? — se burló.

— No es que... Ni siquiera me avisaron — murmuré

Mis tíos asombrados de que a penas al cumplir la mayoría de edad me fuera de casa me comentaron que cerca de allí tenían una casa e iban a visitarla para cuidar de ella dos o tres veces al año quedándose un mes ahí, me ofrecieron quedarme ahí con la única condición de que lo mantuviera limpio, quise decir algo pero mamá tomó mi palabra y agregó

— Ya acordamos todo, se quedará con Francis, a menos claro que ella quiera cambiar lo planeado — Noté un poco de presión en lo último, cómo si quisiera obligarme a no aceptar lo de mi tía, me miro a los ojos y yo negué con la cabeza.

— Yo uh... Claro, no quiero ser molestia para Francis — Indecisa murmuraba, incomoda por la situación, sin embargo mamá me miró gruñendo por lo bajo haciéndome cambiar de opinión — No lo sé, no quiero arruinar los planes de papá y mamá y — Mi tía interrumpió

— No nena, no, no y no. No quiero que te quedes con Francis, el es un tipo muy... Problemático, me preocuparía mucho por ti si vas, y más ya que estás toda una señorita y estás muy linda — Siendo sincera, no sabía si sentirme asqueada o alegre de su preocupación

— Ay Marta, no hay que hablar así de la familia — Contestó ofendida mamá — no hay de que preocuparse, ya el cumplió los años en la prisión, hablé con el y me aseguró que no le haría nada malo.

— Sandra, no confío en el, se quedará en nuestra casa, no le cobraremos nada y podrá estar más tranquila sola. — Explicaba con seriedad — ¿Por qué insistes tanto en mandarla con el? No es seguro.

Mi mamá al final aceptó la propuesta de mi tía, yo no sabía que hacer en ese momento así que mientras todos charlaban yo me fui a dormir a mi cuarto.

[•••]

Los días transcurren, expresé el problema de que no me hayan avisado de nada y hayan planeado todo a mis espaldas, no hicieron nada para disculparse o por lo menos aceptarlo, parecían estar contentos y no le veían nada de malo a su "ayuda"

Dejé de intentar charlar con ellos respecto a eso después de una semana de haber sido ignorada, ya que cada vez que intentaba hacerlo siempre se iban con la escusa de estar ocupados organizando la fiesta de cumpleaños de Victoria, como si eso fuera algo más importante que el hecho que, de forma literal, hubieran tomado una decisión repentina sin siquiera haberme avisado.

[•••]

Dos días después del festejo del onceavo cumpleaños de mi hermana, volví a casa después de haberme ido con mis amigos unas dos o tres horas, encontrándome con la sorpresa de que mis cosas estaban ya empaquetadas, mis maletas hechas y afuera de la casa y mis padres hablando con mis tíos para que ayudarán a llevar mis cosas

Dos de mis amigos me felicitaron por hacerme independiente, mientras que yo intentaba contener las lágrimas, se ofrecieron a ayudarme a lo cual me negué pues sabía que mis padres se encargarían de todo. Se despidieron y se fueron cada uno por su camino.

— Mamá... ¿No creen que están yendo muy rápido con esto de la mudanza? — Murmuré viéndolos — Parece que me están echando de la casa

— Solo te estamos dando una ayudita, no te estamos corriendo — Sonó ofendida al contestarme

No contesté nada y me dí la vuelta para salir a caminar de nuevo, mientras ellos terminaban de hacer lo suyo. 

[...]

Me dirigía a la ciudad, adentrándome en las calles llenas de gente y tiendas, caminando en la vereda me encontré con un hombre singular, resaltando entre todos por su gran altura, todos parecían ignorarlo mientras el alzaba la mirada observando a la gente con una sonrisa, pasé por su lado saludando con la mano y éste me devolvió el saludo con respeto, mirándome curioso me detuvo un momento para hablarme

— Discúlpeme el comentario señorita — Flexionó sus piernas hasta quedar a mi altura  — Tiene cara de no haber tenido un buen día ¿Le ocurrió algo malo? — Preguntó sonriente

"¿Qué le importa a usted?" Dije en pensamientos, igualmente contestando con una sonrisa

— Si, no fue nada muy horrible pero fue algo malo si se podría decir así. — Escuchó atento, cómo si esperara que le contara qué sucedió — No es algo que pueda decirle a un desconocido en la calle, lo lamento.

Me disculpé dispuesta a seguir caminando hasta encontrar algo con que entretenerme

[...]

Minutos después encontré un restaurante en dónde también servian meriendas, por afuera del lugar miraba atenta a los precios intentando ver qué me alcanzaba, alejándome asustada y con hambre a por un helado de palito luego de ver que una taza de café me costaba 750 pesos.

Al final de la cuadra había una heladería que si se ajustaba a mi presupuesto, me compré un helado de bombón y me dirigí a casa por el mismo camino de antes viendo que el hombre ya no estaba, con cierto alivio seguí mi camino, por suerte era solo ir recto hasta llegar a mi casa.

[...]

Sentí un leve dolor de cabeza al sentarme en una banca de la zona, supuse que fue el helado que comía.
Ví al mismo hombre de antes charlar con otra mujer a pocos metros de mi, los observé un momento y luego caí en cuenta de que no tenía que importarme mucho eso así que lo ignoré terminando de comer el helado y me guardé el palito en mi bolsillo, levantándome y siguiendo mi camino, sintiendo como el dolor de cabeza se iba dejándome en paz.

Iba concentrada en el camino, no prestándole mucha atención a mi al rededor, ni siquiera cuando ví pasar al mismo hombre de antes por enfrente mío, solo me di cuenta de que él estaba cerca cuando la molestia en la cabeza volvió, haciéndome mirar a su dirección.
Estaba con la misma chica de antes, parecía que hablaban aunque no entendía nada de lo que decían se notaba que la chica estaba contenta viendo como el hombre sacaba algo de su abrigo y se lo entregaba, no ví que era, tampoco me importaba, ni sabía porqué me había quedado tanto tiempo mirándolos.

— Ahg... — Presioné mi frente, el dolor de cabeza se intensificó dejando de ser una molestia a ser algo más preocupante.

"Tal vez es fiebre" pensé tranquila, dejando de prestar atención a los dos de mi lado, siguiendo mi camino.

(Aclaro por si alguien se lo pregunta, el trayecto desde su casa hasta donde se encuentra ella es de 35-40 min. A pie)

[...]

Un grito llamó mi atención, siendo de una chica pensé lo peor, se escuchaba cerca de mi y eso me desagrada, no quiero ver que es, no era idiota pero tampoco malvada como para ignorarlo, así que me acerqué con susto a ver qué pasa, detrás de una pared de una casa en ruinas están ambos allí, no de la forma en la que me gustaría verlos

Sentí mi pecho hundirse mientras abría mis ojos asustada dando un suspiro por la sorpresa, era el mismo hombre de antes intentando abusar de la joven quien lo acompañaba minutos antes, ésta está luchando para que no le quitara la ropa, siendo que este intento fallara cuando el sujeto la golpeó contra un muro.
No tengo idea de cómo reaccionar, me quedo impactada manteniendo la mirada fija en el hombre, ahora prestando más atención a él se nota que no es humano, no tiene ojos, tiene lo que parece tentáculos y junto a todo esto ahora el detalle de que sea muy alto empeora todo. Doy unos pasos atrás sin quitar la vista, observando a la pobre mujer siendo abusada por esa cosa, y yo no reaccionando ante el miedo.

Salí corriendo cuando el hombre notó mi presencia al voltear y de casualidad verme observarlo, con una sonrisa amplia y burlona heló mi sangre.

Corría en dirección a mi casa, todos me miraban confundidos por mi prisa, me detuve al chocar con el borde de la vereda pues no ponía atención al camino de lo apurada que iba, caí de rodillas respirando profundo, no tenía un buen estado físico así que estaba agitada, varias personas se me acercaron a preguntarme que pasaba

No puedo hablar, estoy aterrorizada y las palabras se me cortaban y yo misma me interrumpía al hablar, haciendo que lo dicho por mí sea imposible de entender para los demás.
Segundos después logré calmarme un poco y hablé

— Ví a — Me detuve, tenía en claro que nadie me iba a creer si decía la verdad así que mentí para que por lo menos no me trataran de loca — Una chica ¡Estaban abusando de ella!

— ¿En dónde? — Sobresaltado un chico preguntó.

— En la casa abandonada en diagonal a la despensa Cacho — Expliqué aún agitada

Me pidieron que lo llevará allí, pues no eran de este barrio y no entendían — No, no, no ¡No quiero volver ahí! — Me hice bolita abrazando mis piernas, comenzando a llorar

Llamaron a la policía, esta llegaría en unos minutos, mientras tanto me estaban presionando para que los llevará allí, ignorando mi pánico a lo que ví.
Accedí temblorosa, caminando lento los guié hasta la podredumbre que era esa casa y señalé con el dedo al estar cerca, varios chicos entraron y dos se quedaron conmigo para acompañarme, la policía llegó al lugar unos 2 o 3 minutos después de que llegáramos allí, encontrando el cadáver de la pobre chica, sacaron a todos del lugar y me llevaron a mi para que les expliqué que ví.

[...]

Miraba a todos lados sintiéndome observada, estaba en un cuarto cerrado acompañada por dos policías quienes dulcemente intentaban hacerme hablar. Cerré los ojos, sintiendo esa molestia en la cabeza de nuevo, no queriendo tomarle importancia intentaba describir al "hombre" que ví en ese momento.
Dí un respingo cuando una voz gruesa me repetía la oración

"No lo digas, nadie te creerá" Repetía una y otra vez lo mismo, poniéndome nerviosa ante la mirada de las policías

— ¿Se encuentra bien? — Preguntó con preocupación una de las policías

— Sí, si... Cada vez que intento recordarlo me pongo nerviosa — Respondí con voz baja jugando con mis manos de los nervios

— Tranquila, si no puedes hacerlo puedes decirnos, entendemos que lo que viste fue asqueroso, tómate tu tiempo para pensarlo más tranquila ¿Si? — Respondió con una cálida sonrisa

— Tu nariz está sangrando… ¿Quieres un pañuelo? — Ofreció la otra chica, yo por mi parte asentí y toqué la sangre, nunca me había sangrado la nariz.

[...]

Luego de lograr calmarme describí al hombre como lo recordaba, salteando algunos detalles, como el de que no tenía ojos claro.
Estuve ahí una media hora, luego de explicar y contar lo que ví me dejaron ir con mi familia.

[•••]

Unos días después seguía con esa incomodidad de sentir que me observaban, se me dificulto bastante salir a la calle de nuevo, prefería quedarme en casa para no toparme de nuevo con él, no quería pasar por lo mismo que esa chica.

Me sentí algo enferma en esa semana, los fuertes dolores de cabeza eran comunes y el sangrado de mi nariz también, además de soñar con aquel ser hicieron que casi todos me recomendaran ir a un psicólogo.

No les hice caso.

•| Despedida |•

Pronto subiré la otra parte ^^

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro