Prólogo 2/-

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Créditos a la portada LeiaMoon5 muchas gracias por la portada ✨

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Unos días después seguía con esa incomodidad de sentir que me observaban, se me dificulto bastante salir a la calle de nuevo, prefería quedarme en casa para no toparme de nuevo con él, no quería pasar por lo mismo que esa chica.

Me sentí algo enferma en esa semana, los fuertes dolores de cabeza eran comunes y el sangrado de mi nariz también, además de soñar con aquel ser hicieron que casi todos me recomendaran ir a un psicólogo.

No les hice caso.

[•••] ← En la noche, de madrugada.

Recostada en mi cama, durmiendo plácida estaba yo, tapada hasta el cuello solo dejando ver mi cabeza. Un ruido me despertó, no era muy fuerte y yo estaba medio dormida así que cerré los ojos para dormir de nuevo cuando entonces sonó otra vez, en esta ocasión más fuerte que antes, unos golpecitos en mi ventana era el ruido que interrumpía mi sueño.

Abrí un poco los ojos, dirigiendo mi vista a la ventana, no podía ver nada a través de ella porque es de madera y no tenía ningún tipo de agujero, solo esperaba que ese ruido se detuviera con tan solo mirarlo.

No lo hizo, es más, los golpes se hacían más fuertes conforme pasaban los segundos, me estaba empezando a preocupar, ¿quién golpearía mi ventana en medio de la noche? Nadie.
Los golpes solo fueron aumentando en intensidad, en ese entonces yo ya estaba bien despierta y asustada, mirando fijo a la ventana mientras abría tanto los ojos que parecía que se me iban a salir

Me paré, yendo a la dirección contraria de la ventana, caminé lento hacia la puerta y estaba dispuesta a llamar a mis padres preguntándome qué tan fuerte tenían que dormir como para no escuchar eso.
Grande fue mi sorpresa y desgracia al escuchar como en la puerta también sonaban esos golpecitos de antes, que también se hacían más fuertes cada vez

Sea lo que sea cualquier cosa que esté haciendo esto, te odio.

Estaba dudando en sí abrir la puerta o hacerme bolita y llorar hasta que se detuviera, opte por sentarme y rezar por lo mejor. Los golpes seguían aumentando su intensidad hasta el punto de que pareciese que estuvieran pateando la ventana, para ese entonces yo estaba hecha bolita en la cama, observando fijamente la ventana, aunque me preocupaba más la puerta, ésta no tiene seguro ni llave, además qué es vieja y podría caerse en cualquier momento

Viendo que los golpes no parecían querer detenerse, me armé de valor y busqué con la mirada algo que pudiese portar como arma.
Tiré las flores de mi florero y armada con el me acerqué a la puerta, sintiendo un escalofrío recorrer todo mi cuerpo al escuchar como los golpes se detuvieron justo cuando bajé la manija, todo quedó en un silencio aterrador y sospechoso.

De inmediato solté la manija y los golpes comenzaron de nuevo, confundida tomé la manija y la bajé de nuevo, los golpes se detuvieron, repetí la misma acción unas dos veces más, y en cada una de las veces los golpes se detenían cada vez que intentaba abrir la puerta.

— ¿Qué mierda? — Murmuré una pregunta, frunciendo el ceño estando incrédula a lo que pasaba

Finalmente abrí la puerta, y nada, los golpes ya no se escuchaban y no parecía haber nadie por aquí. Fuí a la cocina para buscar una mejor arma para revisar la casa, tomando un cuchillo y recorriendo el lugar atenta a cualquier señal de algún intruso.

La sala de estar, nada, comedor, estaba vacío, al igual que el cuarto de mis padres, el de mi hermana, el baño y el resto de la casa.
Habiendo revisado todo y asegurándome de que no haya intrusos me calmé, expulsando de un suspiro todo el aire guardado en el pecho. Dejando el cuchillo en su lugar me iba a descansar, caminando tranquila entré y con algo de desconfianza cerré la puerta esperando no escuchar esos golpes, agradeciendo en voz baja que haya acabado.

Me volteo fijando mi vista al florero, lo dejé en la cocina, y tiré las flores al suelo, pero allí se encontraba ahora en mi mesita de noche con todas las flores dentro, con una extra resaltando con un rosa fuerte en el centro.

Mis pies se tensan, luego mis piernas pasan por lo mismo al igual que el resto de mi cuerpo. La sensación culmina en mi pecho, eché un suspiro sin creerme lo que miraba.
Me quedo enfrente del florero, paralizada por el miedo que me generó la flor distinta a las que se encuentran ahí.

Siento que algo se encuentra detrás de mí, su presencia es innegable. Volteo rogando en mi interior no ver nada, pero no, allí yace parado detrás de mí con una sonrisa, estaba el ente intruso en mi cuarto ampliando su sonrisa observando en silencio mi horror.

Respiro con la boca abierta retrocediendo unos pasos para agrandar la distancia entre nosotros, él no hacia nada más que mirarme.
Sentí esa característica molestia en mi cabeza, solo que ahora tomó otro significado, siempre la sentía como un pequeño dolor pero ahora llegó como una punzada en mi cabeza. Ahora entiendo que indica que anda cerca.

Me mantuve en silencio, continuando mi retroceso me iba a la puerta sin dejar de ver al ente cuya mirada silenciosa hace añicos mi valentía.

Llegué a la puerta, sin darme la vuelta la abrí bajando la manija echándome a correr en cuanto la abrí, yendo por el cuchillo que de forma tan idiota había dejado, llegué a la cocina y agarre el cuchillo volteando mi brazo y luego mi cuerpo, amenazando con apuñalar a lo primero que vea.

Caminé lento a la salida de la casa, miraba por momentos la entrada de mi cuarto, el ente parecía quedarse en solo en ese lugar. Dispuesta a llamar a la policía cuando lograra salir busqué la llave bajando la guardia por unos segundos hasta encontrarla, destrabe la puerta y la abrí dando un paso afuera. Escuché un fuerte pisotón detrás de mi, me voltee apuntando el cuchillo a la dirección del sonido, ví entrar a esa cosa al cuarto de mis padres

Mordí mi labio, tenía en claro que no podría hacerle frente, así que sería estúpido ir a amenazarlo con un pequeño cuchillo, suspiré y avancé afirmando mi agarre al cuchillo, iba abrir la puerta de mis padres.

Aspiré una gran cantidad de aire, hinchando mi pecho tomé la manija y me desperté de repente en mi cuarto, abriendo los ojos de par en par sintiendo algo mojado en mi cabeza, con mi cuerpo aún adormecido pase mi mano por la zona húmeda para luego verla y limpiarme por la ropa

Parecía ser agua, no me inmute en prender la luz para revisar bien, no pensé demasiado en eso puesto que acababa de despertarme y no pensaba bien las cosas. Me acomodé en la cama, poniéndome en posición fetal, y ahí lo sentí, mi nuca punza con fuerza como si tuviera un lápiz de acero rasgando los músculos de mi cabeza..

Apreté mi mano en la zona que me provocaba dolor, ésta acción empeoró todo, con el ardor abrumando mis sentidos me levanté y veloz corrí al baño de la casa, ahí estaba el único espejo que tenemos en casa.

Al entrar lo primero que hice fue verme en el espejo, viendo como la sangre chorreaba de la parte de atrás de mi cabeza, entré en pánico, salí del baño a toda prisa corriendo al cuarto de mis padres. Sostuve la manija abriendo la puerta de par en par dando un portazo. Sentí algo caliente rodear mi cintura por unos segundos mientras abría la puerta, no era mi prioridad en el momento así que entré de un salto al cuarto

Avancé unos pasos antes de darme cuenta de que me encontraba de nuevo en mi cuarto. Confundida pero aún asustada me fuí dando media vuelta. Encontré la puerta de su habitación abierta, dí un salto para entrar rápido, choqué con la pared de mi cuarto al hacerlo.

Está vez me detuve a pensar que sucedía, no quería perder tiempo puesto que me estaba desangrando pero tampoco entendía lo que pasaba.

"Será que... ¿Será que ésto es culpa de esa cosa?" Pensé culpando a la criatura de antes.

No quería perder más tiempo así que de nuevo, y ésta vez con un poco más calma me dirigí al cuarto de mis padres, probando una teoría que tenía avancé unos pasos por la puerta para que de forma automática aparecer en mi cuarto.

Suspiré apoyando mi cuerpo en la pared, me empezaba a sentir mareada, no sabía si era por la grabe perdida de sangre o la extrañeza del asunto. Tambaleante caminé al comedor, sintiendo mi cuerpo pesa más de lo normal, arrastrando los pies busqué mi celular encontrando éste en la mesa, lo tomé y lo encendí, apreté el botón de llamada de emergencia y llamé a la policía, no me sabía el número de la ambulancia así que esa era mi única opción si no quería desmayarme.

Apoyé mi pecho en la mesa, lentamente mi cuerpo se iba adormeciendo y la vista se me oscurecía.
El celular se trabó, dejando de funcionar solo quedando en una pantalla negra, toqué varias veces el botón de encendido para intentar hacerlo funcionar pero no lo hizo. Con un último esfuerzo tomé aire y grité

— ¡Pa...! — Ni siquiera pude terminar, sentí como algo suave rodeaba mi cuello y sin poder ver que era o siquiera reaccionar ante eso me azotó con fuerza en la mesa, haciendo que lleve mi frente primero.

[...]

Desperté en mi cama, con un dolor de cabeza horrible, ese dolor es acompañado por uno igual de intenso en mi garganta y un mareo horrible. Me enderecé en la cama con lentitud, tosiendo mientras intento adivinar la hora.

Bajo los pies de la cama, al tocar el suelo con los dedos me da un escalofrío, demonios el suelo está helado.

El dolor en mi garganta no era por sed, eso me angustia. Por la misma razón fui a buscar un espejo en el cual verme, caminé a un ritmo lento, arrastrando los pies limitada por el dolor llegué al baño para mirarme en el espejo en el que apenas si podía alcanzarme a ver.

Posé mi mano por mi cuello, tocando con varios dedos la marca que lo rodeaba en un resaltante aro violeta de tono oscuro.
Puse mi rostro de perfil para ver la parte trasera de mi cabeza, sangre seca endureció mi cabello.

No logro recordar qué pasó antes de despertarme, era claro que las heridas no se habían hecho solas y de ninguna manera pude haberlas hecho yo misma.

[...]

Camino por el comedor luego de haber salido del baño.
De verdad, no hay palabras para describir mi estado en éste momento.

El dolor en mi cabeza me distraía de pensar en lo sucedido, quiero recordar qué pasó más mi cerebro no me lo permite, es como si bloqueara el momento, las imágenes que daba son difusas y sin sentido.

Debo de avisarles a mis padres de esto, eso es seguro.
Mi cuerpo está adormilado, mi vista se encuentra cansada y nublada, tal vez esté mareada por la sangre o mi cuerpo ya ha tenido suficiente de todo esto.

Deslizo mis pies dando pisotones para acercarme más rápido a la habitación de mis padres.

Veo una mancha de sangre en la mesa, es pequeña pero basta para hacerme sentir rara ya que era claro que yo no había pasado por ahí antes y si lo hubiera hecho la sangre no estaría porque la de mi cabeza está seca. La mancha parece estar ahí para algo.

Al pasear por la casa y notar más manchas de sangre y cosas movidas pequeños escalofríos recorren mi cuerpo, me hacen pensar que están allí para hacerme recordar algo o poder aún, para advertirme de algo que pasó o pasará. Finalmente cedí ante la curiosidad y me acerqué a mirar el lugar con más detalle antes de darle el aviso a mis padres, lo más común y fácil de encontrar son manchas de sangre o algún fluido, pero mirando mejor se pueden ver algunas marcas de rasguños o golpes en algunos muebles.

Caminé más alterada por culpa de lo que había visto, en mi cuerpo invade el pánico pero prefiero mantenerme serena hasta poder ser ayudada por papá y mamá. Me posé enfrente de su puerta, en silencio, la observo quieta en mi lugar mientras en mi mente se encienden mil alarmas, advirtiéndome de la puerta. Queriendo que no la abra.

Mi mano tiembla al acercarla a la manija, mi cuerpo se niega a abrirla por más que quiera hacerlo, retrocedo unos pasos aún en silencio. Mi expresión ceñida se clava en la puerta, si de por sí es estúpido no poder abrir una, lo es mucho más que me dé miedo abrirla. ¿Por qué me atemoriza una puerta?

Los segundos pasan, sigo mirando la puerta sin entender nada de lo que pasa. El dolor de mi frente me molesta una vez más, cerré los ojos en consecuencia.

Ví la puerta una última vez antes de suspirar y dejar que mi cuerpo se debilite hasta caer en el suelo, agotado por todo lo que sucedió y yo no puedo recordar.
Quedo en el suelo frente al cuarto de mis padres, jamás había estado tan cansada por algo.

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