—Gracias por aceptar el trabajo, Kim. De verdad necesitamos algo de ayuda por acá.

—No hay problema, de verdad necesito el dinero.

—Bien, entonces puedes comenzar paleando la nieve. Después de las últimas nevadas hay demasiada acumulada.

El señor Kim le entregó una pala a Jisoo.

Jisoo salió para comenzar, de verdad hacía frío, incluso con la chamarra azul color negra estaba usando, aún podía sentirlo.

Comenzó con la nieve recién caída, era más fácil de palear. Se hacía un poco más difícil a medida que pasaba el tiempo, pero podía con eso.

Al terminar, después de casi una hora y media paleando, Jisoo iba a avisarle al señor Kim que había terminado. Sin embargo, una chica de cabello castaño y piel algo morena llamó su atención.

La chica llevaba una chamarra de un tono rosado tan chillón que Jisoo podría decir que hacían a sus ojos arder.

La pelinegra dejó las distracciones y fue a la puerta de la gran casa de los Kim, pero vio que la chica también se acercó y sacó una llave con la cual abrió la puerta.

Ella debe ser la hija de los Kim.

—¡Hola! Disculpa no haberte saludado antes, soy Jennie. Tú debes ser la chica que mi papá contrató para ayudar en la casa, ¿verdad?

—Yo soy Kim Jisoo. Un placer conocerla, señorita Kim.

Estrecharon sus manos.

—Pasa, debes estar muriéndote de frío allá afuera.

Jisoo dio una pequeña reverencia y entró, allí pudo ver al señor Kim sentado en uno de los sillones, leyendo alguna noticia en su teléfono.

—¡Jennie! Por fin llegas, veo que ya conociste a Jisoo.

Jennie asintió con una sonrisa.

—He terminado con mi primer trabajo, señor Kim.

El señor Kim vio por la ventana, y sin duda Jisoo había hecho un buen trabajo, ahora se podría entrar a la casa sin atorarte en la nieve antes de poder tocar la puerta.