No se si mi estomago comenzó a revolverse por los nervios de tener al Mr. Arrogante en mi clase, o si eran las nauseas que estaban provocando en mi, las sonrisas y coqueteos de casi todas las chicas; las únicas que no parecían morir por el chico nuevo éramos Angy y yo. Por que incluso Sydney estaba sonriéndole como boba.

-joven Winchester puede sentarse en el asiento vació que esta detrás de la señorita Miller.- el profesor señalo en mi dirección. Esto era broma, ¿cierto? –señorita Miller póngase de pie para que el joven ubique el sitio.

-despierta.

Me recrimino Sydney cuando noto que no me movía; seguía con la vista puesta en el.

Me puse de pie y el asintió hacia el profesor, se hacia el educado cuando realmente era un tipo muy grosero, agh que hipócrita, le sostuve la mirada ya que el tampoco la apartaba de mi era como un tipo de reto y era claro que yo no me daría por vencida.

-hola, globitos.

Dijo burlonamente al pasar justo a mi lado, sonreí con sarcasmo y me senté al mismo tiempo en que el lo hizo, gire un poco el rostro para verlo por encima del hombro, pero antes de responderle, sentí de nuevo el codo de mi amiga en mi costilla.

-¿Qué sucede?

Pregunte quizás un poco alto ya que ella sorprendida levanto una de sus cejas muy bien delineada y sonrió, se inclino un poco a mi como queriendo decirme un secreto, me acerque igual a ella para escucharla.

- ¿quien es ese chico, y por que lo conoces?

Cuestiono con una sonrisa y su mirada fija en mí esperando mi respuesta, respuesta que no llego por que la voz del profesor nos interrumpió con su típica pregunta de si queríamos compartir algo con la clase, ambas negamos y seguimos con la clase.

Cuando se escucho la campana nos pusimos todos de pie para guardar los libros que teníamos sobre las mesas, mis amigas se acercaron a mí para irnos juntas a la cafetería, siempre hacíamos eso, caminamos a la puerta entre risas cuando el profesor nos detuvo un poco molesto, era seguro que nos regañaría por interrumpir la clase hace un momento, pero lo que dijo me sorprendió demasiado.

-Señorita Miller como castigo deberá ayudar al joven Winchester con el recorrido de la escuela y para ponerse al día con nuestra clase.- Acomodo sus papeles en su portafolio y salio del aula dejándonos a mis amigas y a mi estancadas en el lugar.

¿Como podía sucederme a mi eso?

Entre tantas personas en la clase, ¿por que a mi?

¿Por que no Sydney?

Ósea se ve que a ella le gusta y también estaba hablando en ese momento, si no hubiera sido por su pregunta nunca hubiera pasado esto, pero como no existe un "hubiera" debo hacer de niñera con el Mr. Arrogante.

...

Un golpe en el brazo me hizo salir de mis pensamientos y brincar en mi asiento, en la cafetería, gire el rostro para ver en la dirección del golpe y logre ver a Sydney sentada a mi lado con una enorme sonrisa de esas que tienes cuando haces algo en extremo malvado y divertido

-¿Qué te ocurre? Pregunte con la mirada fija en ella y el ceño fruncido –y lo mas importante ¿Por qué me golpeaste?.- Añadí en tono un poco tosco por que de verdad me había dolido.

Te estamos hablando desde hace horas y tú no nos haces caso, ni siquiera has dado un bocado a tu comida, y eso es mucho decir, ¿verdad Angy?

Me gire ahora para ver a mi otra amiga que estaba enfrente de mi y se limito a asentir, ella era así, casi no decía nada, pero cuando lo hacia, cuidado, por que no tenias salvación. Baje la vista a mi plato y era cierto, desde que nos sentamos en nuestra mesa de la cafetería no había probado bocado alguno.

Y sabia por que era, era culpa de mi insufrible nuevo vecino.