R+18, Hard

Rubén

¿Dónde? ¿Dónde estoy?

Cuando la conciencia volvió en mí abrí los ojos notando un lugar que desconocía.

Divagué con la mirada no reconociendo el lugar donde estaba.

— ¿Qué hago aquí? —me revolví dándome cuenta que estaba recostado en un cama que no era mía.

¡Qué!

Me senté rápidamente sintiendo un fuerte dolor en mi espalda baja.

¿Qué había pasado?

Noté la desnudez de mi torso y preocupado miré debajo de la sábana que me cubría, calmándome al ver que llevaba puesto el boxer.

Suspiré, pero esto no me cuadraba.

Entonces, procesando la situación atiné a voltear notando el vacío que había en la cama.

— Yo-Yo... ¿Qué hice? —la desesperación volvió en mí.

— ¡Rubén! —oí una voz que reconocía.  — ¿Ya despertaste? —profesor Harding.

— Ehh... ¿Qué hago? —y raudo busqué mis ropas en aquella desconocida habitación.

— Rubén... —oí pasos acercándose, pero no encontraba nada. — Rub... —al oír el sonido de la puerta abriéndose solo atiné a lanzarme a la cama y cubrirme con la sábana. — Eh. —llevaba pantalón y su torso desnudo, pero su cara de confusión me avergonzaba más. — Te traje ropa limpia. —enseñó las ropas dobladas que llevaba en manos.

—Eh... Gracias. —agaché la mirada, no podía verlo a los ojos.

No con el pensamiento que tenía sobre lo que podía haber pasado.

— Rubén. —alcé a mirada notando que estaba al lado de la cama y sentándose en el espacio vacío que había en ella.

Me moría de vergüenza.

— Lo siento. —dije al instante. — No recuerdo lo que ha pasado ayer. —suspiré.

Temblaba lleno de miedo, no quería pensar que había hecho eso con él, no quería perder mi virginidad en ese tipo de situaciones.

— Rubén... —quería llorar. — Tranquilízate. —su mano se enredaba con mis cabellos jugando con ellos. — Si piensas que hicimos eso. —pausó. — No lo hicimos. —su voz sonaba decepcionada.

— ¿Qué? —aun era virgen. — ¿En serio? —sentí como una gran calma me invadía.

—Sí. —se acomodó en la cama. — Pero me hubiera gustado que al menos nos hubiéramos dado un beso. —y el calor en mis mejillas se intensificó.

— Ehh... Un beso. —me sentía demasiado cohibido para ser yo, pero por alguna razón sentía que le debía al menos eso por cuidar de mí. — Vale. —no tan decidido acepté el trato del cual me arrepentiría después.

— Gracias Rubén. —su rostro se fue acercando al mío y por reacción cerré los ojos, estaba muy nervioso por dar mi primer beso. Patético, pero era cierto.

Siempre soñaba que ese momento sería con Lucas, de alguna rara manera en la que me terminara aceptando.

Pero no, estaba en un lugar desconocido, semidesnudo sobre una cama con un hombre 10 años mayor que yo que era mi profesor. Me maldecía internamente por ser tan descuidado.

— Rubén. —su aliento tan cerca de mis labios. — Relájate, por favor. —sentí como una de sus manos tomaba mi cuello atrayéndome hacia él. — No quiero sentir como si hiciera algo malo. —joder, que me lo ponía difícil.

No sabía de donde había sacado valor para tal impulso, pero entre nervios me acerqué yo sellando sus labios con los míos. Muy tosco e inexperto, pero lo había hecho.

Entonces su mano bajó por mi espalda desnuda y sintiendo su frío tacto, abrí los labios para suspirar, momento que fue aprovechado por Ian y movió sus labios junto con los míos.

Él me guiaba, me sentía inútil a su lado. Mi experiencia era nula a comparación de los movimientos que me daban sus labios, suaves y cálidos. 

Me gustaba sentir esto. Sus labios eran rápidos y calientes, tenía la necesidad de respirar hondamente a cada segundo por la falta  de oxígeno que se iba vaciando de mis pulmones.

Y separándonos unos segundos suficientes para tomar aire, me besó nuevamente intenso y efusivo, creí que era todo, pero luego un contacto húmedo y cálido con mis labios se hizo paso entre ellos ingresando a mi boca, buscando mi lengua y jugando con ella.

El calor era sofocante, sus manos se paseaban de arriba a abajo en mis espalda mientras yo solo podía tocar su pecho desnudo.

Quería más de esta sensación nueva, quería que siguiera tocándome.

Sus manos siguieron bajando hasta jugar con el elástico del boxer, mi cuerpo respondía contrayéndose y restregándose contra su tacto.

Poco a poco me fue recostando en aquella cama, sus manos pasaron a mi pecho y una de ellas pellizcó uno de mis pezones haciéndome sentir un espasmo recorriendo todo mi cuerpo.

Gemí, como nunca pensé hacerlo. Y él siguió paseando su otra mano por mi muslo llevándola lentamente hacia mi culo y apretándolo.

Me gustaba mucho todo esto, pero no era él con quien quería hacerlo.

Apegó su cuerpo con el mío mientras seguía tocando en aquellos puntos que me excitaban. Sus labios fueron a mi cuello atacándolo con deseo y vehemencia.

Se sentía tan bien, no podía detenerlo.

— Ian... —respiraba lentamente. 

— No puedo parar... Rubén. —sus besos fueron bajando hasta que sus labios tomaron prisionero al pezón que quedaba libre y lo succionó.

— ¡Ah! Ahh... —esto era grandioso. — Ian... Ah... —mis gemidos eran más fuertes cada vez.

Permaneció atendiendo a mis pezones hasta ponerlos duros y su otra mano se movía hasta tomar la erección que llevaba dentro del boxer.

— Rubén... Déjame hacerte mío. —hablaba mientras seguía jugando con mi pezón.

— ¡Eh! —no, yo no quería eso, se suponía que todo esto sería con Lucas. Sí, era un masoquista, pero Lucas era quien yo quería. — No puedo. —al instante el detuvo sus acciones y se separó de mí.

— Lo siento, Rubén. —dijo mientras se sentaba y yo copié. — Creo que me excedí, perdóname por esto. —suspiró. — Soy tu profesor y aun así te estaba haciendo estas cosas. —me sentí mal al ver su rostro como lamentaba el hecho, pero notándolo a él también me percaté de que en su pantalón su erección se marcaba demasiado. — Mejor me iré para que puedas cambiarte e ir a casa. —él se puso de pie y tratando de irse lo tomé del brazo.

— Ian. —hablé mirando al suelo. — Tengo que ayudarte con eso. —y señalé con punto ciego aquella erección suya. 

— Esto. —indicó mientras trataba de verlo. — No te sientas responsable, no tienes la culpa. —intentó soltarse, pero aferré mi agarra a su muñeca.

— No. —hablé firme y mirándolo a los ojos. — Esto es lo mínimo que puedo hacer por ti.—tenía que hacer esto, el me había sacado de ese lugar en el mejor momento y había cuidado de mí, aparte la erección fue por mí.

— Rubén, en serio no tienes porqué hacer est... —me puse de pie y lo miré fijamente para segundos después atrapar sus labios con los míos y besarlo a mi antojo, como podía.

Sus manos no tardaron en posicionarse alrededor de mi cintura y acercando nuestros cuerpos, mientras yo pasaba mis brazos alrededor de su cuello intensificando el beso.

No era que mi profesor me gustara, peor esto se lo debía y se lo pagaría de esta manera quisiera o no.

Cuando pude introducir mi lengua, después de varios intentos, en su boca; pude sentir como su erección golpeaba contra mi pelvis haciendo que mi respiración pesara cada vez más.

— Rub... —sus palabras se acortaron cuando besándolo bajé por su cuello,su clavícula, su pecho lamiendo sus pezones y bajando por su definido abdomen, me arrodillé frente a él.

Tenía su pantalón frente a mí, algo totalmente nuevo para mí. 

Desabroché este y descendiendo la cremallera, cayeron dejándome una vista de su boxer algo húmedo por el pre semen que se notaba.

Besé sobre estos, sintiendo como aquella humedad aumentaba. Seguí con ello hasta sentir como se agrandaba más, entonces tomando el elástico del boxer, lo bajé liberando su gran miembro.

Joder, esto era tan placentero de ver.

Teniéndolo en frente de mí, lo tomé con ambas manos masajeándolo, subiendo y bajando y acerqué mis labios a la punta para lamerla, se veía tan deliciosa, entonces la metí en mi boca.

Metiéndola y sacándola, estuve así mientras oí como su respiración se agitaba, intenté mirarlo, pero pronto sentí su mano en mi cabeza que apretando mis cabellos la empujaba más hacia su miembro.

Más fuerte y rápido, mantenía el ritmo de su mano y mi boca, mientras colaba mis manos hacia sus testículos para tocarlos a mi antojo.

Sentía que la erección que se me había vuelto a formar estaba cerca del clímax y llevando una mano a mi miembro, lo saqué del boxer y comencé a masturbarme.

Sentía demasiado calor, mi boca seguía succionando su miembro raudamente al igual que mi mano masturbaba el mío. Era todo tan intenso, tan ardiente, tan deleitoso.

No podía más, no aguantaba.

El orgasmo había llegado a su punto más alto, el clímax.

Yo me había corrido, al igual que él, pero lo hizo en mi boca y mientras sacaba su miembro, traté de deshacerme de aquel líquido tragándolo.

— Rubén... Eso no era necesario. —su respiración pausada después de aquello se notaba.

— Me gusta beberlo. —su rostro era de asombro, pero después lo calmó.

— Ven, recuéstate conmigo. —me indicaba aquella cama en la que se encontraba.

Me puse de pie y caminé hacia la cama, obedeciendo a su pedido.

— Tengo una pregunta. —hablé estando a su lado.

— Dime. —sus brazos me rodearon, atrayéndome hacia su cuerpo.

— ¿Qué pasó ayer? —eso era lo que me preocupaba a este punto.

— Verás, digamos que o el barman echó un poco más del alcohol necesario a tu bebida, o que no soportas bien el alcohol. —soltó una pequeña risa.

— ¿Qué hice? —si no habíamos follado,  entonces cual era el motivo del dolor en mi trasero.

— Muchas cosas. —rió. — Te subiste a la barra y cuando llegaron más personas al bar, te pusiste a gritar muchas cosas sin sentido. —besó mi frente. — Y después te caíste de culo. —la risa fue más fuerte esta vez.

— Ahora todo tiene sentido. —susurré bajo.

— ¿Dijiste algo? —su sonrisa había vuelto. 

Me dejaba más tranquilo.

— Nada, mejor descansemos. —me recosté más cómodo en su pecho cubriéndonos con las sábanas. 

— Sí, gracias por lo de hoy. —su voz sonaba tan relajada. — Te amo, Rubén. —y al escuchar esas palabras solo traté de dormir rápidamente.

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa ^^

ESTO ES MUY HARD *-*

Está largo de por sí xD

Les agradezco mucho a los que siguen este fic, aunque tenga pocos capítulos c:

Lo aprecio mucho ❤

Ya lleva más de 1.6k lecturas y 228 votos :D

Espero que les haya gustado :3

SPAM: See You Again en el Vínculo Externo

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