Visiting The Underground

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—Hace mucho tiempo, dos razas convivían en la superficie terrestre: HUMANOS y MONSTRUOS. Un día, la guerra estalló entre las dos razas. Tras una larga batalla, los humanos salieron victo--...

— ¡Sí, sí, ya, todos conocemos esa historia!

— ¿Qué...? ¡Pero...!

—¡¡Tsss!! ¿No ves que yo también debo relatar mi historia?

— ¡Eh, eso no...!

—ES MI CUMPLEAÑOS, ASÍ QUE TE CALLAS, Y ESCUCHAS.

—Gr... Está bien...

—Bueno, pues... ¡Empecemos!

***

— ¡Maldita sea! ¡Ya me he vuelto a perder!

Una joven chica de pelo ondulado y castaño caminaba entre los altos árboles del Monte Ebott. Vestía una camiseta morada con dos franjas rosas y unos shorts azules. Se encontraba claramente extraviada.

—Mira que hay que ser... —Le dio una patada a una piedrecilla y se cruzó de brazos con el ceño fruncido— ¡Si la tonta de Gemma no hubiera salido corriendo! Que mala hermana tengoooo...

Siguió quejándose un rato más de la estúpida de su hermana mayor, del hambre que tenía y de cuanto le dolían las piernas. Y tan distraída iba que no fue capaz de ver el agujero que se extendía ante ella.

Por lo que se acercó demasiado y cayó.

—¡¡¡KYAAAAAAAAAAA!!! —comenzó a chillar mientras caía. Cerró con fuerza los ojos, lista para el golpe, cuando algo amortiguó la caída. Abrió un ojo y lo clavó en la cama de flores doradas que se encontraba bajo ella— ¿Khé? Esto me recuerda a... algo.

Se levantó y se sacudió la ropa, quejándose nuevamente, aunque dando gracias a la vez por no haber muerto. Alzó la mirada y tuvo que entrecerrar los ojos por el chorro de luz que caía sobre ella.

—Parece que he caído desde muy alto... —murmuró. Entonces dio un pisotón— ¡Corcho! ¿Y ahora qué hago yo para salir...? —Volvió a mirar las flores y se rascó la barbilla— A lo mejor, si Flowey me ayudara... Heh, buena esa, [T/N], todos sabemos que Flowey no exis--.

— ¡Howdy!

[T/N] abrió como platos los ojos y sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sonrió forzadamente y se dio la vuelta.

—La madre del cordero... —dejó escapar.

Ante ella se encontraba una florecilla de pétalos amarillos que la MIRABA con sus pequeños OJOS negros. Tenía su BOCA torcida en una agradable sonrisa.

Sí, queridos, una flor con MIRADA, OJOS Y BOCA.

WOW.

—Pareces perdida, ¿te puedo ayudar? ¡Soy yo, Flowey la flor! —dijo con su vocecilla aguda.

—Ehm... [T/N] miró en todas direcciones— ¿Esto es una broma? ¿Cámaras ocultas, tal vez?

Flowey alzó una ceja. Sí, también tenía cejas.

— ¿Ein? Oye, chica, creo que...

— ¡Ya sé! —lo interrumpió la chica, chasqueando los dedos— ¡Esto es cosa tuya, ¿eh Gemma?! Vamos, no cuela, yo...

— ¡Oye!

— ¡FLOWEY, CÁLLATE, LEÑE!

—M I R A, M E E S T Á S H A R T A N D O, N I Ñ A.

—Yap, claro... ¿La salida dónde es, Gemmuchi?

— ¡¿Pero quién es Gemmuchi?! —La flor parecía a punto de ponerse a llorar— ¡Dios, estoy ya cansado de esto! —De repente, un corazón rojo se materializó frente a [T/N], sobresaltándola— NO ES BUENA IDEA METERSE CONMIGO, NIÑA. EN ESTE MUNDO ES ASESINAR O SER ASESINA--.

—KYAAAAAAA. TORIEEEEEEEL. —[T/N] se protegió la cara con las manos— AYÚDAME ANTES DE QUE ESTA ASQUEROSA PLANTA ME LANCÉ SUS SEMILLAS AMISTOSAS...

—¿Hum? ¿Así que sabes de qué va esto...? —Flowey esbozó una sonrisa siniestra y comenzó a reír, de forma aún más siniestra— ENTONCES, SERÁ MEJOR QUE ACABE YA CONTIGO...

Lo que parecían ser unas semillas blancas aparecieron alrededor de [T/N], acorralándola completamente. Empezaban a acercarse peligrosamente, pero ella permaneció quieta, casi tranquila.

Y ¡BOOM!, una bola de fuego apareció y se cargó a la flor.

No, en serio.

Salió volando con los ojos muy abiertos.

—Oh, ¡qué terrible criatura!

Y ahí apareció Toriel, una mujer-cabra vestida con una túnica morada y que miraba a [T/N] con empatía y cariño.

—Yo soy Toriel, mi niña, la cuidadora de las ruinas.

—¡Yay, mami Tori me salvó!

—Vamos, ven conmigo...

Toriel le tendió una mano a [T/N]. Ella la miró algo indecisa. No le hacía especialmente gracia tener que agarrar la pata de una cabra desconocida, pero como ya sabía cómo iba todo aquello, terminó aceptando.

Además, ¿quién no iba a confiar de algo tan peludito?

***

[T/N] salió de las ruinas silbando. Le había costado un día entero convencer a Toriel de que la dejara ir, incluso había tenido que luchar contra ella. Pero Tori al final la había dejado en paz, había aceptado que debía continuar su viaje y le había dado indicaciones para salir del Underground.

Claro que nuestra querida protagonista es pésima con el inglés, así que Toriel le había tenido que explicar que eso significaba "Subsuelo" in spanish.

Llevaba caminando unos tres minutos por la nueva zona en la que se había encontrado al abandonar las ruinas, una especie de bosque completamente nevado, cuando escuchó unos pasos a sus espaldas.

Se giró emocionada, sabiendo de quién se trataba.

La figura frente a ella le tendió una mano que ella aceptó con entusiasmo.

PBBBBBBBBBBT.

Un sonido parecido al de un pedo rompió el silencio del bosque.

—heh, el típico truco del cojín pedorro en la mano... es muy bueno, ¿eh?.

Se trataba de nada menos que un esqueleto de huesos gordos vestido con una chaqueta azul y unas pantuflas rosas. Miraba a [T/N] con su sonrisa permanente y con sus pupilas blancas.

—yo soy sans, sans el esqueleto. se supone que debería capturarte pero... no me va mucho eso. en cambio mi hermano papyrus es un AFICIONADO a capturar humanos. eh, ¿me harías un favor? podrías, no sé, presentarte a él para ponerle feliz. tranqui, no es un tipo peligroso...

[T/N] iba a responder que no, porque sabía todo lo que se liaría entonces. Pero era tarde, él la había empezado a empujar hacia delante. Llegaron a un lugar no muy lejos en el que se encontraban un puesto de lo que parecía ser comida para... perros, y una lámpara algo destrozada.

—hey, aquí viene. escóndete tras esa lámpara.

[T/N] se encogió de hombros y obedeció a Sans. Raramente, la lámpara tenía la forma exacta para ocultar todo su cuerpo.

"Pos como en el juego..." pensó ella.

Yyyyyyy de la nada apareció Papyrus corriendo. Se trataba de un esqueleto alto vestido con una bufanda roja y lo que parecían ser unos calzoncillos azules, con una botas naranjas y medias negras. Parecía un disfraz de súper-héroe, según creyó [T/N].

"Pfff, ojalá Gemma estuviera aquí. Es MU' fan de Pap...".

—¡SANS! ¿POR QUÉ NO ESTÁS RECALIBRANDO TUS PUZZLES, LAZYBONES!

[T/N] pensó un momento. Ajá, según había aprendido de su hermana, "lazy" significaba "vago", y "bones" significaba "huesos".

—Ya lo pillo... —susurró.

—es que estaba aquí, parado junto a esa lámpara tan "cool". ¿por qué no le echas un vistazo?

—¡NO, MALDITA SEA! —Papyrus comenzó a dar fuertes pisotones a la nieve con los puños cerrados— ¡¡POR LO MENOS PODRÍAS ESTAR TRABAJANDO EN TU PUESTO!!

—oh, vamos, no te pongas así. ya hice una tonelada de trabajo. una esquele-tonelada.

—¡¡¡NGHAAAAA!!!

—cálmate, hermano. ¿por qué no te acercas a esa lámpara? te ayudará.

—¡¡NO QUIERO!! ¿¡Y SI UN HUMANO APARECE!? ¡TENGO QUE TENER MIS PUZZLES PREPARADOS!

Y salió corriendo a una gran velocidad.

[T/N] salió de su escondite. Sans le dio las gracias y le dijo que podía continuar. Pero que probablemente volvería a cruzarse con su hermano.

***

—¡Y AQUÍ ESTAMOS, EN NUESTRA CITA!

[T/N] se dio una palmada en la frente. ¿Cómo había podido pasar de estar resolviendo los puzzles de Papyrus y de luchar contra él a tener una cita en su casa?

Aguantó un largo rato haciendo y recibiendo cumplidos. Hasta que tal vez se pasó un poco, y Papyrus se lo tomó como otra cosa...

—NUNCA PENSÉ QUE LLEGARÍA A REVELAR TUS VERDADEROS SENTIMIENTOS, HUMANA... —dijo formando una pose heroica— ¡LO SIENTO HUMANA, PERO YO NO PUEDO SENTIR LO MISMO! ES NORMAL QUE ESTÉS TAAAN ENAMORADA DE ALGUIEN TAN GENIAL COMO YO, YO TAMBIÉN LO ESTARÍA, PERO, ¡NO TE PREOCUPES! —Posó una de sus esqueléticas manos sobre su hombro y la miró con lo que parecía ser compasión— ¡TE AYUDARÉ A ENCONTRAR A ALGUIEN TAN GENIAL COMO YO! BUENO, NO, ESO NO ES CIERTO... ¡PERO AL SEGUNDO MEJOR! Y POR FAVOR NO LLORES PORQUE NO TE BESÉ, PERO ES QUE NO TENGO LABIOS...

—Hum, eh... —[T/N] carraspeó y fingió sentirse derrotada— ¡Oh, no, rechazada! ¡Qué tristeza más... ¿triste?!

La chica actuó un poco más y luego le dijo a Papyrus que debía marcharse. Así que salió de la casa de los esqueletos hermanos, siendo despedida por ambos.

Cruzó todo el pueblo de Snowdin (que, por si no se sabía, también estaba nevado) y llegó a un paisaje negro y azulado a la vez, lleno de manantiales y flores celestes que brillaban.

—Esto debe de ser Waterfall —dedujo [T/N], mirándolo todo a su alrededor—. Poooor lo que pronto encontraré a mi querida amiga Undyne que intentará matarme unas... ¿muchas veces? Fue Gemma quien se pasó esta parte del juego, no me acuerdo...

Exactamente, tuvo que huir de Undyne unas cinco veces. Se trataba de una mujer-pez vestida con una pesada armadura y armada con afiladas lanzas azules que podía invocar a su antojo.

Bueno, [T/N] salió viva casi todas aquellas veces gracias a un monstruito amarillo sin brazos que a veces la ayudaba a salir de apuros. Las demás fueron pura chiripa.

Y llegó la hora de luchar cara a cara con la sirena. Vale, no era una sirena, era como una mujer con escamas azules y parche, pero, ¿cómo la iba a llamar sino?

Mientras Undyne le lanzaba ataques, decidió llamarla "señorita Arenque". ¿No era el arenque un pescado azul?

Ba dum tssss.

Y bueh, tras una aburrida batalla en la que [T/N] no hizo otra cosa que defenderse (pues si atacaba y derrotaba a sus enemigos podía conseguir un final malo, y nadie quería eso), la chica consiguió salir por patas, perseguida por la enorme señorita Arenque.

Entonces, llegó a Hotland, una tierra calurosa (no, ¿en serio?) formada por lava, tierra agrietada y cosas de por el estilo.

Y como todos sabemos, esa clase de lugar, con climas tan extremos, no es nada saludable para un pobre pescado.

Y menos si viste una súper-dúper-ultra pesada armadura.

Pues bien, que aquí nuestra amiga la Arenque cayó desmayada nada más llegar a Hotland. [T/N] sintió pena y se acercó a un dispensador de agua cercano, el cual realmente no pintaba nada allí, y llenó un vaso con agua fresca. Se acercó al cuerpo de Undyne y le echó todo el agua en la cara, ahí a lo bestia.

Undyne se incorporó y se fue, sin decir nada.

—Al menos sigue viva —suspiró [T/N].

Y PUF, mágicamente el vaso se evaporó. Claro, por allí no había papeleras, y la chica no iba a cargar con el trozo de plástico todo su viaje. Podría haberlo tirado al suelo como una rebelde sin causa, pero por desgracia, Gemma la había educado demasiado bien.

—¡Maldita seas Gemma, y tus historias sobre como destruiremos el mundo al tirar cosas al suelo! ¡Maldita seaaaaas!

Entonces recibió una llamada de Papyrus, que le decía que podían quedar los dos con Undyne, ya que eran buenos amigos. Claramente, [T/N] aceptó y acabó haciendo buenas migas con la señorita Arenque.

Volvió a Hotland, lista para continuar la aventura.

Tras caminar un poquito más, quejándose del calor que hacía (claro, si no se queja, no es [T/N]), hasta que llegó a la entrada de un laboratorio. Como ya dijimos, [T/N] es una rebelde sin causa (bueno, no lo dije, ¡pero dije algo parecido!), así que entró al laboratorio sin llamar siquiera.

¿Cómo sabemos qué era un laboratorio? Muy simple amigos, porque sobre su puerta se podía leer en letras casi tan grandes como [T/N]: LABORATORIO.

[T/N] entró silbando la banda sonora de Undertale. No le daba miedo qué el edificio se encontrara casi completamente oscuro, ya que sabía perfectamente con qué se iba a encontrar.

Una criatura parecida a un lagarto amarillo de tamaño humano, con gafas y bata de científico apareció por una de las puertas. Miró a [T/N] unos instantes, y se llevó las manos a la cara.

—OH. MY. GOD.

Era, claramente, Alphys, la científica real.

—¡¡No tuve tiempo para prepararme, cachis!! —empezó a decir.

Charlaron un rato. Alphys le dijo que, aunque trabajara para el rey, era una tipa buena. Le contó que el rey Asgore necesitaba su alma (sí, el corazón ese que aparecía cuando entraba en combate) para poder abrir la barrera, un hechizo invocado por los humanos que los mantenía en el Subsuelo.

Entonces también apareció Mettaton un robot cuadrado diseñado por Alphys para entretener a los monstruos y también para destruir humanos.

Sip, dos cosas muy compatibles.

La pobre [T/N] tuvo que participar en un concurso de preguntas imposibles formuladas por Mettaton, hasta que él se dio cuenta de que Alphys le estaba chivando las respuestas.

Lo más gracioso es que [T/N] no se había dado cuenta de ellos, por lo que lo había respondido todo mal y ahora se encontraba muy débil.

Ella debía continuar con su aventura, así que se despidió de Alphys, quien le dio un teléfono para poder llamarla de vez en cuando. Siguió su camino por Hotland , encontrándose más de una vez con Mettaton, quien le hizo participar en "Cocinando con un Robot Asesino", desactivar innumerables bombas con formas de libros, pelotas y perros (ajá, perros), presenciar cómo le cantaba con un ridículo vestid azul y varias cosas tan mortales como esas. Al final tuvo que luchar cara a cara con él, acabando por agotar sus pilas. Alphys apareció entonces, diciendo que estaba muy cerca del final de su viaje. Entonces, miró al suelo y dijo:

—Yo... debo decirte algo antes de que te vayas... —Se dio la vuelta con lágrimas en sus ojos y abrió la boca para hablar, pero [T/N] la interrumpió.

—Yap, tranquila, sé qué para regresar a la superficie debo derrotar a Asgore. Todo bien, no te preocupes.

Y se montó en el ascensor que daba al palacio del rey.

Al salir de la máquina, se encontró en una ciudad completamente gris. Al llegar al palacio de Asgore, se enteró de varias cosas y algunos monstruos que aprecieron de la nada le contaron la historia de Asriel (¿Os dais cuenta? Si juntáis Toriel y Asgore, ¡sale Asriel! Aquí hay temaaaaa...), el hijo del rey, quien se encontró con un humano caído de la superficie. Se hicieron amigos y tal, pero el humano murió, y luego otros humanos se cargaron al pobre Asriel pensando que él lo había asesinado... Vamos, un lío.

Cuando se encontró con Asgore, le pareció uno de los momentos más incómodos que había vivido en todo su vida. Ninguno de los dos quería luchar, pero Asgore debía. Así que le dijo:

—Humana, fue un placer conocerte... —Y sacó una súper lanza de a saber dónde.

Pero BOOM de nuevo. ¡Toriel la salvó! No sabemos de dónde salió exactamente, pero logró convencer a su ex marido de que no matara a la inocente [T/N]. Entonces aparecieron todos sus amigos (Sans, Papyrus, Alphys y los demás) y le felicitaron y tal. Y de repente, ¡Flowey apareció! Los atrapó a todos con su magia y se acercó a [T/N] con un cuchillo.

—¡¡Yo gobernaré este mundo!! —rió— ¡¡Idiota, ahora te mataré MIL VECES!!

Empezó a clavarle el cuchillo a [T/N] repetidas veces, quitándole puntos de vida. Pero entonces, Toriel le dio una palmetada y le tiró el arma.

(Aviso Underpants (?))

—No... toques a la niña... —murmuró.

Pero, ¡Flowey tenía otro cuchillo! Toriel volvió a tirárselo. Y pasó otra vez. Y otra.

¡¡Qué emoción!!

Un montón de monstruos más aparecieron.

—¿¡Quién está tocando a la niña!? —gritó uno de ellos.

Todas las manos apuntaron a la flor.

Los monstruos comenzaron a pegarle a Flowey, que no entendía nada. Los monstruos gritaban cosas "¡Deja en paz a la niña!", "¡No toques a la niña!".

Toriel, entonces, dándose cuenta del poder que había obtenido, señaló a Asgore y dijo:

—¡Él está tocando a la niña!

—¿Qué? —Asgore miró a su ex mujer con horror— ¡¡No!!

—¿¡Tú estás tocando a la niña!?

Todos los monstruos fueron ahora a por el pobre Asgore, que no sabía qué hacer.

Pero por desgracia, Flowey ahora estaba libre. Bastante enfadado, miró a sus enemigos y gritó:

—¡¡¡¡YA BASTA!!!!

Y, ¡¡¡BOOOM NUEVAMENTE!!!

La florecilla había adoptado la forma de un niño-cabra con una camiseta verde de rayas amarillas de mirada tímida y cariñosa.

—Hola... —dijo con timidez— Soy yo, tu mejor amigo... —¡¡Y de repente el niño cabra se convirtió en un hombre cabra con pinta de malo!!— ¡ASRIEL DREEMURR!

Ahí comenzaron unos ataques muy fuertes por parte de Asriel. Pero, aunque mató como veinte veces a [T/N], ella siempre se rehusaba a morir y resucitaba o algo así.

Asriel les había borrado las memorias a los amigos de [T/N], quien tuvo que apañárselas para hacerlas regresar. Tuvo que contarle chistes malos a Sans, llamar a Toriel mamá... Bueno, muchas cosas aburridas.

Y como tras salvarlos a todos aún no estaba satisfecha decidió salvar a alguien más.

Se puso delante de Asriel con los brazos en jarras y sonrió.

— ¿¡Qué haces!? —preguntó él.

—Te salvo —respondió [T/N].

— ¿Qué?

—Teeee salvo.

— ¡No!

—Sí.

Asriel miró mal a [T/N] y comenzó a llorar. Volvió a su forma de niño cabra y se disculpó.

—Vale, te perdono. ¡Pero devuélveme a mis amigos! —exigió [T/N].

—Ah sí, tus amigos... —Asriel comenzó a rebuscar en el bolsillo de su pantalón y sacó a una enorme bola formada por todos los monstruos. La lanzó con fuerza contra la barrera, la cual se hizo añicos— Lo siento mucho... Entenderé qué quieras matarme y eso...

— ¡Calla y dame un abrazo! —exclamó [T/N] envolviendo a Asriel entre sus brazos— Ea ea...

Entonces Asriel tuvo que marcharse, pues le costaba mantener esa forma tan adorable. [T/N] se reunió con sus amigos y todos salieron a la superficie.

Se hallaban ante la hermosa puesta de sol.

—EH, SANS... ¿QUÉ ES ESA BOLA BRILLANTE A LO LEJOS?

—eso es el sol, amigo mío.

—¿ESO ES EL SOL? ¡¡LUCHEMOS CONTRA ÉL!!

Y salió corriendo seguido de Alphys y Undyne.

Sans se encogió de hombros y se despidió del resto, diciendo que volví al Subsuelo. Entonces, Toriel miró de mala forma a Asgore, quien algo incómodo, salió corriendo hacia donde se habían ido Papyrus y los demás.

—¡Eh, chicos, esperadme!

Toriel suspiró y miró a [T/N].

—¿Y ahora qué harás, mi niña?

Tras casi media hora reflexionando, [T/N] sonrió y respondió:

—¡¡Me quedo con mamá!! —y abrazó a Toriel, que empezó a llorar.

***

—¡¡¡Y FIN!!! Uf, que larga se me ha hecho... Bueno, al final no me quedé con Tori, porque recordé que yo ya tenía madre de verdad, así que la pobre se quedó chafá. Pero es buena amiga mía, ¡como el resto!

—Pf, esa historia la iba a contar yo, ¡pero el personaje no se llamaba [T/N]! Se llamaba Frisk, y...

—¡No, no quiero oírlo, nooooo!

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