#11: Freakshow

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Podemos ver a un chico de cabello negro y ojos rojos junto a uno castaño, de aproximadamente 16 años. Ambos tenían vestimentas muy viejas, pues eran de los barrios bajos. Vendían unas pequeñas flores que un hombre les regalaba para venderlas.

No eran muchas, pero lograban sobrevivir con eso.

Terminaron de venderlas, guardaron todo el dinero y se fueron contentos a su casa.

Todo el barrio se veía mal, sin embargo, la gente de ahí siempre tenía una sonrisa.

Al verlos llegar los saludaron y les alegró saber que, por primera vez, lograron vender todas las flores.

La mujer que los cuidó desde niños se sintió muy orgullosa de ellos. Los tres se fueron a la casa y comieron.

Después de eso, los dos chicos salieron a jugar con los niños menores para cuidar que no fueran más allá de la salida del pueblo.

Y así era su rutina.

Sin embargo, todo cambió cuando tres hombres de ropas elegantes aparecieron por el pueblo.

Todos los miraron algo confundidos y asustados. Éstos se dirijieron a la casa de los dos chicos.

La mujer los miró desconfiada, le pidió a los niños que salieron y se quedó hablando a solas con ellos.

No fue sino hasta que cayó la noche que aquellos hombres se fueron.

(Una semana después)

Regresaban de vender flores.

Shun se sentía mal por no haber vendido mucho, pero Meiten le insistió en que no les fue tan mal.

Cuando estaban terminando de comer, escucharon mucho barullo afuera.

El pelinegro salió para ver, y en ese momento alguien se le abalanzó. Ambos terminaron en el suelo, la chica encima de él.

Era de piel clara y cabello blanco. Traía un vestido de color azul celeste que le llegaba arriba de las rodillas con una cinta en la cintura de color azul oscuro y unos zapatos de piso de color blanco con copos de nieve de adorno. Sus ojos estaban ocultos por una máscara como de porcelana blanca con detalles negros. A simple vista, parecía una muñeca viviente.

La chica se acercó mucho a Shun, quien estaba nervioso. El chico sintió una brisa helada salir de la boca de aquella mujer.

Meiten, en silencio, sujetó una escoba, y con todas sus fuerzas trató de darle a aquella intrusa. Pero al soltar el golpe, vio en cámara lenta cómo ella tomó impulso, brinco y se quedó en el techo como si de un lagarto se tratase.

Vio a ambos, y de un movimiento salió disparada de la casa, corriendo como si fuese gato. Todo el pueblo la vio irse con mucha confusión.

Esa misma noche, a eso de las 11:30, escucharon una pequeña explosión. Todos salieron a ver, y en ese momento, empezó la lluvia de balas.

La mujer tomó a ambos chicos de la muñeca y junto a unos cuatro hombres que también cuidaban de vez en cuando a los dos, se fueron de ahí.

Llegaron a una parte alejada del pueblo. Ella los hizo entrar en un sótano, entre todos pusieron un par de muebles pesados en la puerta para que no salieran, y se fueron

No saben cuánto tiempo pasó, pero los balazos se detuvieron.

Luego de un rato escucharon cómo quitaban los muebles. Estaban asustados.

Cuando la puerta se abrió, ambos se abrazaron rogando piedad. Al no tener respuesta abrieron los ojos lentamente y vieron a aquella mujer albina acompañada de dos hombres altos, de cabello blanco, uno con traje de color rojo y el otro de color azul, los cuales también tenían máscaras como de porcelana que sólo cubrían sus ojos.

La chica se acercó a ellos y se puso de cunclillas cerca de ellos. Les extendió su mano en seña de apoyo. Meiten sólo atinó a preguntar por su mamá; la mujer que siempre los cuidó.

(...)

(Un mes después)

Una gran cantidad de gente se reunió a las afueras de aquella gran carpa.

Se había anunciado la llegada de un circo, que llevaba por nombre "Menahem"*

Luego de horas de esperas, el circo abrió sus puertas.

(...)

La carpa estaba llena. Todos estaban ansiosos.

Finalmente salieron los presentadores. Dos sujetos albinos, uno con traje de maestro de ceremonias de color rojo y el otro de color azul, ambos con una máscara blanca que cubría sus ojos.

??? Y???: Arriba! Damas y caballeros! Verán cosas que sus ojos no podrán creer! Sean todos bienvenidos! A este espectáculo lleno de maravillas!

Al terminar la frase, cuatro columnas de fuego salieron detrás de ellos. Todos gritaron y se asombraron. Ambos sujetos se hicieron rápidamente a un lado, y cuando aquellas columnas se disparon, aparecieron tres hombres y una mujer. Vestían con ropas estilo árabe. Uno chico era albino, el otro rubio, el tercero castaño y la mujer también, los cuatro teniendo máscaras. Cada uno traía un bastón, y al golpearlo en el suelo la punta de estos se encendió en fuego, y comenzaron una hermosa danza.

Una vez acabado su acto, desaparecieron en medio de una esfera de fuego, y en su lugar había una mujer de pelo azul oscuro y un sujeto pelirrojo. Vestían de forma elegante, pero, sin lugar a dudas, su color de cabello era lo que más resaltaba.

Ésta misma levantó sus manos lentamente, y al hacerlo una pared de agua apareció delante de ellos. Luego, el pelirrojo levantó sus manos, y la pared se volvió de fuego, fuego violeta. Cuando se apagó, aparecieron otras cinco personas; dos hombres, uno alto, robusto y albino, el otro pequeño y castaño; y tres mujeres, una pelirroja y de piel clara, otra también pelirroja pero morena, y una rubia, y de igual forma, con máscaras.

Y ahora, los siete desaparecieron en columnas de diferentes colores, y reaparecían en diferentes lugares del escenario, todo esto mientras cantaban una canción algo extraña.

Así siguió el show. Cada acto era más raro y divertido que el anterior.

En un lugar alejado de la multitud estaban aquellos dos chicos, asombrados por todo lo que veían.

???: Les gusta?

Shun: Me encanta!

Meiten: A mí también! Es hermoso!

???: ... Ya veo.

...

Shun: Por cierto, cuál es tu nombre?

???: ...

Shun: P-perdón! No quería-

???: Isolde.

Shun: Eh?

???: ... Es lo que recuerdo... Me decían Isolde...

Shun: Y-ya veo...

Isolde: Aquí está.

Volteó, parecía ser el último acto de la noche.

Era una chica idéntica a Isolde, pero con la diferencia que su cabello era azul celeste.

La chica cruzó las manos, y empezó a salir un aire helado alrededor de ella. Shun vio cómo el piso se congelaba y la chica empezó a patinar en todo el escenario. Todos quedaron maravillados con su belleza.

Por antes de que terminara el acto, Isolde se llevó a los dos amigos de nuevo tras bambalinas.

Pasados veinte minutos, la chica los llevó a otro lado de la carpa. Se detuvo de golpe y se escondieron detrás de unas cajas. Les hizo señas de que guardan silencio.

Eran los dos sujetos albinos. Estaban hablando con una pareja que a simple vista se notaba que eran ricos.

Mujer: (sonriendo) Tienen gente realmente interesante.

???: Es verdad.

Mujer: Sí, sí... Este... Señores...

???: Dante

???: Vergil.

Mujer: Oh! Qué nombres tan lindos!

Hombre: Querida.

Mujer: Oh! Perdón. Una disculpa.

Dante: Y bueno, qué es lo que necesitan?

Mujer: Mire, me gustaría tener a un par de sus integrantes como sirvientes míos. No se preocupe, recibirán sus pagos correspondientes y-

Vergil: Lo siento, no.

...

Mujer: Disculpe?

Dante: Lo que escuchó. Declinamos su oferta señorita.

Mujer: Ustedes!

Hombre: C-cielo.

La hizo a un lado y conversó con ella, pero no parecía entrar en razón, así que sin más, empujó a Dante y se metió dentro de la carpa y empezó a avanzar. Los tres chicos la vieron caminando furiosa.

Llegó hasta donde todos estaban. Buscó con la mirada y encontró al pelirrojo y la niña de pelo celeste. A ambos los tomó de la muñeca, y cuando estaba por llevárselos, dos tipos apareciendo delante de ella, uno albino de pelo corto y otro de cabello negro, ambos con una capa y ropas negras, y máscaras blancas.

Mujer: Qué quieren?!

???: Qué hace usted aquí?

Mujer: Me los llevo!

???: No tiene derecho.

Mujer: Sabes quién soy?? SOY LA DUEÑA DE LA MEJOR COMPAÑÍA DE DULCES Y JUGUETES EN TODA LA CIUDAD! Y SI YO DIGO QUE ME LOS LLEVO ME LOS LLEVO!

El de cabello negro le puso su mano en el cuello y la levantó. La mujer se quedó sorprendida.

???: "V", tranquilo.

"V": Cállate Nero.

Dante: Basta, basta los dos.

Todos vieron a los dos.

Vergil: Creo que no sabe nada de nosotros señorita.

Terminando la frase, todos los demás se fueron rápidamente del lugar. Isolde tomó a ambos chicos de la muñeca y se fueron de ahí.

(...)

Isolde: El señor Dante me pidió que vieran.

Meiten: Ver?

Shun empezó a sentir náuseas.

Meiten: Shun?

Shun: Huele... A sangre.

Meiten: Eh?

Isolde: Si pasan esta prueba, se quedarán con nosotros.

Meiten: Prueba?

La chica entró en la tienda. Ellos dudaron unos segundos pero al final entraron.

La tienda era demasiado grande, y estaba algo oscura. Cuando se acostumbraron avanzaron, y al ver qué era esa "prueba" los dos se quedaron helados.

Eran Nero y "V" junto a una mujer rubia. Los tres estaban sentados, rodeando lo que parecía ser un cuerpo.

Los tres voltearon a ver a los visitantes. Aún tenían las máscaras puestas.

Meiten sintió asco y estaba a punto de vomitar pensando que aquel cuerpo era de esa mujer, pero en eso el pelinegro se acercó. Vio que no era una persona, sino un ternero.

Shun: Es un animal.

Meiten: Eh?

Shun: Lo que oíste. Así que tranquilo.

Meiten: P-pero...

Escuchó un gruñido aterrador por parte de la rubia, cosa que lo hizo correr a abrazar a Shun.

Isolde apareció detrás de ellos con un plato con carne. Se veía cocina.

Algo dudosos agarraron la comida, pero al probarla sus dudas se fueron y empezaron a comer de forma desesperada.

Isolde: Felicidades. Pasaron la primer prueba.

Ambos se atragantaron.

Isolde: Tranquilos. No será problema.

(Dos semanas después)

El circo era todo un éxito, pero ambos amigos tenían un par de dudas, pues se dieron cuenta que mucha gente rica se acercaba a Dante y Vergil para lo mismo que aquella mujer: llevarse a algunos del circo.

Pero no sólo no se los llevaban, sino que esas personas desaparecían sin dejar rastro alguno. No sabían qué ocultaba el circo. Hasta ahora.

Isolde les pidió seguirla.

Finalmente fueron a donde estaban las carpas de los demás participantes del circo, pero ahí fue cuando se dieron cuenta de la verdadera naturaleza del circo.

Ahora ya nadie tenía máscaras, excepto Isolde, pero eso era lo de menos. Todos habían cambiado de aspecto de una forma... Algo extraña.

El pelirrojo junto a la peliazul y los otros participantes de su acto tenían una cola que se asemejaba a la de una serpiente. Cada una del color de su cabello, además de unas garras. Su piel también parecía algo escamosa. No pudieron ver bien sus ojos, porque se escondieron en sus tiendas cuando sintieron que los estaban observando.

Meiten estaba asustado mientras Shun trataba de hacer memoria, creyendo que ellos había visto mal.

En el camino vieron a otros que parecían perros. La albina les dijo que eran lobos. Eran dos rubios. Ambos saludaron con mucha calma.

El castaña estaba que se desmaya mientras que el pelinegro juraba que todo fue porque necesitan lentes.

Cuernos, alas, garras, pieles escamosas, con pelaje o cualquier otra cosa anormal dentro de lo que se supone que debería ser la anatomía de un humano. Ambos chicos empezaban a desconfiar más de todo el circo.

Finalmente llegaron a la carpa donde dormían aquellos dos albino, que resultaron ser hermanos gemelos.

Entraron algo asustados, pero los vieron con la máscara, cosa que, por alguna razón, les dio calma.

Dante: Y? Cómo estuvo el paseo?

Meiten: Este...

Shun: M-muy bien, s-sólo que creo que necesitamos lentes.

Vergil: En serio? Por qué?

Shun: B-bueno... V-vimos que todos parecían... Raros... P-pero yo digo que fue cosa de nosotros... Verdad Meiten?

Meiten: S-sí...

Dante: No es necesario.

Shun: Perdón?

Vergil: No vieron mal.

...

Shun: E-entonces... Q-qué quieren de nosotros?!

Vergil: Nada...

...

Meiten: B-bueno, en ese caso nos vamos y-

Shun lo jaló a un lado.

Shun: Qué haces?

Meiten: No quiero estar aquí. Todos son aterradores.

Shun: No tenemos dónde ir.

Meiten: Sí tenemos! E-en el pueblo nos querían mucho y-y

Shun: Isolde lo dijo, el pueblo fue-

Meiten: Quiero ir con mamá! Quiero a mamá!

Y empezó a llorar. El pelinegro no sabía qué hacer.

Algo dentro de sí le dijo que volteara. Así lo hizo, y en ese momento Isolde se lanzó contra él. Terminaron en el suelo. Ella lo sujetó del cuello y sacó un cuchillo con el que le apuntó en un ojo. Meiten al ver aquello quiso ayudarlo, pero Dante le impidió el paso. Cuándo llegó ahí?

Isolde: Azul, rojo

Shun: Qué mierda?

Isolde: Blanco, negro.

Shun: "Voy a morir?"

Isolde: cuernos, halos.

Shun: "No quiero morir"

Isolde: Uno... No, los dos.

(...)

(Cuatro años después)

Nadie sabe cómo, ni cuándo, mucho menos por qué, pero el circo "Menahem" se volvió el más famoso en toda la región.

Magia, acrobacias con fuego, ilusionistas, arte con hielo, lo tenían todo, pero no era lo único que resaltaba. También existía un rumor de que, aquellos que intentaran ir más allá de la carpa, desaparecían sin rastro alguno. Algunos lo creían, otros no, sea cual sea, todos tenían algo en común: amaban el circo.

Pero esta noche fue especial, pues presentaron a dos nuevo integrantes, un chico de pelo verde con traje de mago y un chico albino con una vestimenta muy casual, ambos con las característica máscara de porcelana que todos los participantes de dicho lugar siempre portaban. Ellos eran los "magos" del circo. El peliverde podía crear la ilusión de tener dos brazos extra, y hacer que éstos se extendieron a su antojo, además de que, uno parecía estas hecho de fuego y otro de agua. Por otro lado, Meiten podía hacer la ilusión de crear una réplica de él más grande, además de parecer controlar "la luz". Sí, eran excepcionales.

Y esta noche, al igual que casi todas, un par de hombres extraños se acercaron a los dueños.

H. 1: Honestamente, me encantó todo su show señores.

Dante: Me alegro de ello.

H. 2: Les tenemos un trato.

Chasqueo los dedos y un hombre se acercó con un par de niños albinos como de seis años. Ambos miraron asustados a los dos mayores.

H. 1: Le damos a estos dos niños a cambio de la pelimorada, la que parecía volar y eso.

...

Vergil: Por aquí señores.

Ambos sonrieron de forma maliciosa mientras que los hijos estaban muy aterrados.

Los llevaron a un lugar que sólo unos pocos del circo tienen permitido entrar. Los dos sujetos sintieron que algo no iba bien.

Sin aviso alguno, Isolde salió de la nada apuñalado al sujeto que tenía a los dos niños. Los otros voltearon confundidos, y en ese momento sintieron cómo les atravesaron el pecho. Escupieron sangre, y lo último que vieron fue la cara de los niños aterrados.

La albina enseguida los abrazo.

Dante: Qué quieres hacer con ellos?

Vergil: ...

Dante: Pasa algo?

Vergil: Te diré la verdad. Hace tiempo que no he probado nada de sangre humana.

Isolde se llevó de inmediato a los dos niños. Los llevó con Shun y Meiten.

Shun: Hola pequeños. Cómo se llaman?

...

???: A-Alba...

???: S-Soire...

Shun: Qué lindos nombres.

Meiten: Qué pasó Isolde?

Isolde: Traficantes de personas.

...

Meiten: Ya veo, entonces estarán ocupados hasta tarde.

Isolde: Sí.

Alba: E-este... Qué nos harán?!

Shun: Tranquilo pequeño. Aquí todos somos como ustedes. Gente marginada y abandonada, pero que no es sirviente de nadie.

Por alguna razón, ambos se sintieron tranquilos al oír eso.

Soire: Oye... Esas cosas que tienes en la espalda...

Shun: Oh... Son alas.

Alba: Eh??

Soire: En serio?!

Shun: Sí.

...

Soire: Y-yo quiero unas!

Alba: Yo también!

Meiten: Tranquilos. Estoy seguro que tendrán unas.

Ambos niños sonrieron.

La albina sonrió, y se quitó la máscara, dejando ver qué la mitad de su cara era totalmente azul, haciendo que pareciera muerta, y que tenía dos alas, una rota y la otra arrancada casi de raíz.

Soire: Oh...

Alba: Por qué las tuyas están rotas?

Isolde: Bueno... Digamos que fue un accidente.

Soire: Oh...

Isolde: Por eso harán todo lo que les digamos, para que no se les vallan a romper las suyas, de acuerdo?

Ambos asintieron muy felices.

Meiten se llevó a los niños a conocer a los demás.

Shun: Isolde... En verdad... Los señores...

Isolde: El señor Dante te lo dijo no? Ellos son demonios. Y si bien pueden comer cualquier cosa que comen los humanos, lo que más les gusta es la sangre... En especial... La sangre de humanos.

Shun: Ya veo...

Isolde: Tranquilo. Lo hicieron por una buena razón.

Shun: Entiendo...

...

Shun: Amo este lugar. En especial porque ningún rico arrogante hijo de perra nos lo podrá quitar.

Isolde: (sonriendo) Cierto.

Shun: La verdad, me siento feliz de ser como ustedes.

Ambos sonrieron de oreja a oreja. Ellos estaban felices de ser diferentes, de no ser humanos, y se sentían orgullosos de ello.

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Se nota que me emocioné? xd xd xd

Les voy a decir la verdad. Desde hace tiempo tenía esta idea en la cabeza, y ahorita que acepté este reto tuve la chance de hacerlo xd xd.

Diría que quiero hacer una historia de esta temática, pero la verdad no se me ocurre una trama chida así que... Ahí muere xd

Espero que les haya gustado.

Nos vemos!

Se me cuidan!

Bye!

El vídeo lo hice yo xd xd.

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