Bonnie se paseaba por los amplios pasillos de blancas y vacias paredes.
Ahí no era para nada felíz, nunca lo fue, en realidad.
Suspiró al sentir las voces en su oído.

—¿Haz visto a aquel chico?¿Bon?—preguntó una voz que causaría escalofríos en cualquiera, pero Bonnie ya estaba acostumbrado.

—sí, creo que sufre de Síndrome de Pica—le respondió otra, más suave, pero igial de tenebrosa.

—¿Qué es el Síndrome de Pica?—Bonnie se metió en la conversación de Cosa Roja y Gato.

—Ese chico come cosas que no se deberían comer—dijo Gato, la voz suave, mientras se paseaba por entremedio de los pies del chico que caminaba, ronroneando.

—Sí, cosas como vidrio, papel, madera, hasta se podría comer tu zapato—Cosa roja flotaba al lado de su poseedor con una sonrisa siniestra en la cara.

—Vaya síndrome más raro—dijo Bonnie, al fin había llegado al lugar que quería.
Tocó la puerta y esperó pacientemente a que abrieran.

—Hola...—susurró un chico con bozal, algo confundido, era el primer paciente que venía a verlo.

—Soy Bonnie, ¿tú eres Bon no es así?—le preguntó mientras pasaba a la habitación sin permiso.
El peliaqua se confundió.

—sí...

—hablas raro—dijo mientras se sentaba y le sonreía, el ojiverde se sonrojó.

—Comí vidrio—respondió mientras se snetaba a su lado.

—Ví en tu ficha que te gustaba tocar guitarra ¿no es así?—dijo tranquilamente aún escuchandon los susurros de su mente.

—Amaba tocar la guitarra

—¡Yo también! Algún día tenemos que tocar juntos.

—Pero, aquí no se permiten esos objetos.

—Saldremos...¿verdad?—los ojos del pelimorado brillaron con sólo la idea de salir de aquel lugar.

—Te prometo que saldremos...Bonnie—Bon le sonrió sonrojado, ver el entusiasmo de aquel chico le hacia estremecer.

—¿Vamos dónde los demás? hoy ingresaron a dos chicos nuevos, y quieren que compartamos—el chico de ojos rojos se levantó de la cama y le estiró la mano al peliaqua.—A cosa roja le gustas...

¿Cosa Roja?—se preguntó mentalmente mientras aceptaba su invitacióny juntos salían donde los demás.

Al llegar ahí estaban los ya conocidos, Foxy y Chica, pero a sus lados estaban otros dos chicos, uno rubio y otro castaño.

Además, al lado de la enfermera, una chica de cabello rubio hablaba sin una pizca de alegría en su voz.

—¡Chicos!al fin llegan, quiero presentarles a los 3 chicos nuevos—exclamó Chica haciendo que todos se sentaran en un círculo.—Ellos son Golden—señaló al rubio—Freddy—al castaño—y Joy—señaló a la rubia—Desde hoy, ellos serán sus nuevos compañeros de actividades.

Bonnie los saludó sonrientes, pero a Cosa roja y a Gato no les gustó mucho el encuentro.
Bon sólo los observó a todos sin decir una palabra.
Derrepente sus ojos se llenaron de lágrimas.
Se acercó a la chica de cabello largo mientras todos los demás hablaban sobre algo, la abrazó con todas sus fuerzas.

—¡Joy!

—¡Bon!—ella había sido como una madre para él, pero no la volvió a ver cuando le diagnosticaron cáncer a la madre de la rubia.

—no lo puedo creer...—susurró—no sabes cuánto te extrañé.

—tranquilo pequeño, ahora estoy contigo...

—Chica, ¿puedo hacerte un pregunta?—dijo Bonnie haciendo que todas las miradas se dirigieran a él.—¿por qué el chico rubio de ayer no está aquí?—preguntó, haciendo que Chica tragara saliva.
Ella y el pelirrojo, quién era el único del grupo que sabía sobre su mejor amigo, se miraron.

—Verás Bonnie, él es peligroso para ustedes—le respondió con toda amabilidad.

—¿qué?¿por qué?¿qué tiene?—preguntó el castaño algo curioso, osea, tenían a un pirómano y a un esquizofrenico entre ellos ¿qué podía ser más peligroso?

—Bueno... Él pasó por muchas cosas, demasiadas y tiene una pequeña adicción con comer cosas que no deverían comerse.

—¿Cómo Bon?—preguntó Joy, al fin y al cabo, Bon no era tan peligroso.

—eh...no—respondió el pelirrojo—Springtrap come carne humana...