"¿Hay algo mal?" La de azabaches cabellos reconforta a la pecosa la cual solloza trás su ruptura; en los asientos dorados se recuestan, con una Heather estirada y raramente brindando de su consuelo a Courtney la cual se limpia sus lágrimas para que no la vean vulnerable por el tema de Duncan y Gwen. "¿Hay... Algo que pueda hacer para ayudarte?"

"No. Pensé por un momento que podrías ayudarme pero..." La morena dudó en sus palabras que conforme continuaban; agobian a la de manipuladora naturaleza. Aunque ella solo poseía un secreto recóndito... "No puedo pedirte eso. Simplemente no puedo preguntarte." Finalizó decidida así, antes de ser agarrada por el mentón.

"¿Por qué no puedes preguntarme?" Apretó su fusión de respiraciones, así aferrada más con su ceño fruncido por la eterna soledad de la castaña. "¿¡A quién quieres que mate!?" Cuando se percató de que soltó sus riendas; parpadeó, achinando sus párpados ante la babélica fémina. "Oh."

"Mira, yo... Realmente me gustas." Expresa sus pensamientos antes de percibir cómo las mejillas morochas de su contrincante comparten el ardor por la vergüenza; siendo contagiada por ese gesto en homenaje a la memoria de su oración. "MHM." aclaró su garganta intentando reparar su error. "Realmente me gustaría ayudarte-"

Ahí es cuando la de prendas moradas no acepta más demoras; con sus labios cediendo a la tentación de rozar con los belfos rosáceos, los cuales corresponden gustosos en medio de esa escena comprometedora dónde su tristeza se esfumó con la sola presencia de aquella de nívea tez.

Se apegaron más por ese beso de intenciones cándidas; con sus orbes clausurados a todo otro escenario que buscara irrumpir en ese amoroso encadenar. La palma de Heather acariciaba el lóbulo del ángel tan afectado por esos inútiles, así protegiéndola con su manto de serafín.

Aunque una incógnita exclusiva trazaba la nube de ambas.

¿Ahora qué?