Tweedledum & Tweedledee

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Los fines de semana siempre solíamos dormir hasta tarde, despertar y pedir algo de desayunar para estar casi todo el día en cama mirando películas y cojiendo si la ocasión se presentaba que casi siempre era así...

Hoy no porque a mi novio le pareció una grandiosa idea ser partícipe de una reunión social a la que no quería ir.

—Vamos, llegaremos tarde —me apresuró Ander acariciando mi mejilla.

Desperté para verle, no lo voy a negar esta guapo mi novio, no más que yo claro pero tiene su encanto, me encantaba aquella cicatriz que tenía en el cuello a causa del accidente que lo había dejado en silla de ruedas, aquella que él siempre trataba de ocultar.

Me quedé ahí un momento acariciandola.

—Me haces coquillas —evito que continuara apartando mi mano.

Lo jalé a mí para envolverlo en mis brazos sin soltarlo besando su frente bajando por su mejilla labios y hasta llegar a su cicatriz, era mi trabajo hacer que amara aquellas imperfecciones de su cuerpo que odia

—Quieres que tengamos sexo —le propuse.

—Sabes que si, pero ya vamos tarde así que andando —se escabulló— no tratarás de posponerlo con sexo.

Bufé irritado para quedarme acostado por un momento.

—Ve tu —me queje— quien hace una parillada tan temprano

—Es a las tres de la tarde solo que somos unos flojos y ya son las dos —negó pasándose a la silla— prepararé la ducha —me guiñó

Al menos una bañadita juntos me subió el poco ánimo que tenía, al salir de bañarnos ahí estaba él hurgando entre mi ropa

—Eso te quedará enorme —me burlé.

—No es para mi es para ti ponte eso —ordenó— ¿no tiene ropa con otra escala de colores que no sea oscura?

—Claramente no —bufé mirando la ropa— te estás esforzando demasiado no crees

—Tu te estás esforzando muy poco —contra atacó— ahora apúrate que tenemos que pasar por un postre, no llegaremos con las manos vacías

Bufé para tirarme en la cama, nuestro perro se subió a ella para acabar sobre mi, era igual de encimoso que su dueño.

—¿Tu que opinas Luffy? —le dije al perro acariciando su pelaje rubio

El golden solo movió su colita como siempre, terminé por cambiarnos para ir a comprar un pastel del restaurante de mamá para llevarlo.

—Quita esa cara —ordenó con molestia

—Es la única que tengo —negué— y así te encanta

—No lo voy a negar —me guiñó— pero en serio, intenta pasarlo bien.

—Las cosas que hago porque te amo —acepté

—Pues si tanto me amaras haríamos una orgía...

Levante el dedo medio a modo de respuesta, mientras íbamos llegando las casas se iban haciendo más grandes hasta que llegamos a esa casa tan enorme.

—Niños ricos tenían que ser —bufó con molestia— igualitos a ti.

No puedo decir que mi familia era rica, papá y mamá no les gustaban las cosas ostentosas sin embargo nunca me faltó nada, incluso aquellos caprichos que quería siempre me los dieron, claro sin abusar pues papá no quería a un niño mimado... no le salió

—Si quieres podemos irnos...

—Cállate león —me regañó— mueve ese culito que tienes.

Bajamos del coche para llegar a la entrada... muchas escaleras.

—¡Cas! —saludaron los gemelos al unísono.

—Gemelos —saludé nada emocionado

—Ander muchas gracias por traerlo —agradeció Tara abrazándolo

—No hay de que, fue todo un placer —me miró burlón.

—Venga entren, ya están preparando todo —asintió Ty

Claro ellos no lo veían, pero esas escaleras a la entrada iban a ser todo un problema

—¿No tienen otra entrada? —pregunte mirando las escaleras tan empinadas

—Oh no —negó Tara recayendo en lo qué pasaba— lo sentimos.

—Está bien —asintió Andy que ya estaba acostumbrado— venga guapo haz ejercicio.

Me acerqué para cargarlo mientras Tara ayudaba con el pastel y su gemelo con la silla, me estaba volviendo viejo porque al subir tremendas escaleras estaba más que agotado.

—Ya estás viejito —se burló Andy besando mis labios.

—Y tu más gordo —me defendí.

—Ni modo —sonrió burlón— aún así me vas a seguir cargando. 

La verdad es que no, el cabron tenía tremendo metabolismo sin importar lo que tragara, además de eso sus piernas eran simples patitas de pollo.

—Son tan lindos juntos —sonrió la chica.

Su casa era enorme, habían miles de fotos de los gemelos por toda la casa, papá solía tener la casa igual...

Llegamos al patio donde ya estaba la rubia con su pequeño rubio, el niño corrió emocionado al ver a mi novio.

—Hola —saludó— tú eres el del otro día.

—Ah si tú eres el que me chocó no es así —dijo extendiéndole el puño— vienes a pagar el golpe

—Soy un niño no tengo dinero —dijo riendo.

Andy era muy bueno con los niños, tal vez porque internamente era uno y se notó cuando el niño no soltó a mi novio en todo el día hasta que su mamá le dio un respiro a Andy

Al parecer su idea de los gemelos de una parillada es que sus chefs cocinarán todo mientras nos servían aperitivos y tragos.

—¿Sus padres son de la mafia? —preguntó Andy viendo la inmensidad de la casa, ambos tenían descendencia italiana por eso la idea de Ander de la mafia

—¿Qué? ¡No! —dijo Tyler riendo— son dueños de una cadena de casinos.

—Si son de la mafia —me susurró Andy seguro.

—¿Qué es una mafia? —preguntó el hijo de Amber

Y claro yo me llevé tremenda carota de la madre, como si fuera mi culpa las pendejadas que dice Ander

—Por qué no vas a jugar con la pelota —lo distrajo su madre dándole la bolsa de juguetes que traía

El niño salió corriendo y riendo por ahí

—¿Y tu que estudias Ander? Cas no nos cuenta mucho de ti —pregunto la melliza irritada mirándome

—La verdad es que no nos cuenta mucho —añadió Tyler arqueando la ceja

—Muy digno de él —me miró burlón— estoy estudiando derecho.

—¿En donde estudias? —indago la rubia con curiosidad

—Harvard —contesté orgulloso de mi chico

Claro llovieron los halagos que bien se merecía pero me irritaba porque le subían más el ego al cabron.

La plática fluía más por ellos que por mi, yo me limitaba a escuchar y asegurarme que Andy no se acabara la botana.

—La comida está lista —informó uno de los trabajadores

—Que bueno ya tenía hambre —señaló Ander

—Yo también —se le unió el pequeño rubio.

Mientras íbamos a la mesa una de las ruedas de Andy se atoró por el pasto.

—Una mano león —me pidió al no poder desatorarse él solito

—¿León? —preguntó Amber confundida— no sabía que tenías otro nombre

—No lo tengo solo le gusta burlarse de mi nombre —afirme mientras lo ayudaba

—Aslan por el león de Narnia —explicó Andy— se me quedó la costumbre, y como no le gusta su nombre mejor león.

Una risita burlona salió de ella

—Te pusieron Aslan en honor a un león —dijo con una risita irónica

—No, fue por el personaje de un manga —corregí liberándolo por fin

—Bueno eso no es mejor —se burló.

Ander le tiró tremenda mirada que solía hacer cuando alguien lo molestaba, que ciertamente eran muchas personas

—Te podemos llamar león entonces —se interpuso Tara viendo la situación

—A la mierda que no —me negué

—Mierda —repitió el pequeño rubio que iba en los brazos de su mamá.

Se llevó el regaño de su madre claramente, proseguimos a comer un gran banquete que admito no estaba mal, después de tener una madre chef bueno... cualquier comida no podía saber tan bien.

—¿Por qué eligieron enfermería? —preguntó Andy después de tragarse mi peso en comida, si mi peso porque el suyo era poco.

—Papá dijo que podíamos estudiar lo que quisiéramos —asintio Tara— sabíamos que queríamos estudiar algo dentro del ámbito de la salud

—Y medicina era muy larga —complemento Ty— así que escogimos enfermería, mucho mejor.

—¿Y tu? —le preguntó a la rubia que le estaba dando de comer a su hijo.

—Bueno yo... no lo sé —negó sin más.

—¿Que hay de ti Ander? —me preguntó Tara incluyéndome en la conversación

—Me gusta apuñalar a las personas con agujas —dije sin más lo que les provocó risa.

—Siguiendo los pasos de tu abuela no es así —mencionó Amber con desdén

—Tuve buena influencia—asentí

Siguieron platicando hasta que la noche empezó a caer pero algo me decía que Andy no estaba del todo bien, era experto en ocultar todo hasta que era demasiado para él.

Me acerqué a él para besar su frente y confirmar mi teoría, tenía fiebre... apesar de que las fiebres nunca eran tan fuertes a nadie le gusta tener fiebre de un momento a otro

—Deberíamos ir a casa —le susurré— tienes algo de fiebre

—Estoy bien —asintió tomando mi mano.

—Me duele la cabeza así que usare tu fiebre para irnos te parece —afirmé lo que no era del todo mentira había estado teniendo dolores de cabeza constantes, estrés le dicen

Ander solo asintió, estaba ligeramente sonrojado y sabía que no estaba bien del todo.

—Será mejor que nos vayamos —me despedí— es tarde y ya me cansé de ustedes

—Le duele la cabeza —me disculpo usándome a mi de excusa— pero gracias por invitarnos

—Oh gracias por venir —agradeció Tara acercándose a mi novio para abrazarlo y despedirse

—Creo que yo también me voy —aprovecho Amber con su hijo en brazos cayéndose de sueño— despídete Maxi

—Adiós Ander —se despidió el niño para volver a dormirse en los brazos de su madre.

Nos despedimos para pasar al segundo obstáculo... bajar las escaleras, me quedé mirándolas por un momento.

—Y si te empujo, llegas más rápido —señale

Mi moreno solo me dio una ligera sonrisa, si que se sentía mal.

Lo cargué para bajar las escaleras y ayudarle a entrar al coche cosa que suele hacer por el mismo, una vez en el coche saqué el botiquín para buscar el medicamento, él buen botiquín iba a donde nosotros fuéramos.

Con un paracetamol para cada uno nos fuimos a casa, al llegar preparé un baño en la tina para los dos, después de una extensa revisión para ver qué no fuera una úlcera por presión y un buen baño terminamos acostados en la cama.

—37 grados, estás libre de fiebre —me calmé tomando el termómetro

—¿Cómo va el dolor de cabeza? —preguntó acomodándose en mi

—Mejor —asentí

—Perfecto entonces podemos...

—No tendremos sexo —advertí— necesitas descansar.

—Aguafiestas —bufó

Negué mientras jugaba con su cabello, aunque me gustaba corto admito que largo no estaba mal, me gustaba enredar mis dedos en el.

—Aslan —me llamó— tu papá escogió un bonito nombre para ti.

Me quedé pensando por un momento.

—Sabias que tu nombre significa hombre que actúa con valentía o luchador... mi nombre solo significa león en turco —me reí

—Tal vez no tenga un significado tan claro, pero el significado que le dio tu padre es lo que importa, no creo que sea una tontería —mencionó

Al parecer no le había gustado el comentario que había hecho Amber en la comida

—Tienes razón —asentí

—Así que... porque no lo usas —me miró.

—Porque no me gusta —señale— solo me hace recordar el motivo por el que mi padre me lo puso y ese... ese no es tan bonito.

Andy se quedó pensando por un momento, el personaje de Aslan era un chico que había sufrido violencia de todo tipo al igual que mi padre, mi padre solo me había puesto así para asegurarse que ningún Aslan volviera a sufrir lo mismo, era su recordatorio de que podía hacerlo mejor

—¿Cómo te llamaba tu padre? — me preguntó.

—Mi niño, mi príncipe... a veces bebé pero ese no me gustaba tanto —conté evadiendo un poco ese nombre

—Me refiero a tu nombre —negó riendo

—Ash —pronuncie un nombre que no decía en mucho tiempo

—Ash... me gusta —sonrió— yo...

—No, no puedes llamarme así —negué— solo mi padre podía

—Bien, entonces me quedó con leoncito —me besó

Un nombre significa mucho... un nombre elegido por alguien que amas, significa mucho más por eso nunca me cansaría de escuchar mi nombre salir de su boca


¿Ya son amigos? Yo digo que si pero el león les podrá decir que no 🤷🏽‍♀️

Me encanta que hagan amigos, ya era hora de ampliar su círculo 👌🏽

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