Parque de diversiones

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Y ahí estábamos entrando al parque de diversiones, con las bendis junto a nosotros, que familia feliz ni que nada.

—Okay repitamos cuáles son las reglas —ordene una vez más.

—No alejarnos demasiado, si nos perdemos nos quedamos donde estamos y ni decir nada de su relación —citó mi hermano.

—Chico listo —asentí besando al frente de mi hermano —diviértanse.

Entramos al parque donde ya nos estaba esperando Xim, para mi sorpresa estaba ahí mi héroe con Klaus.

—Perra —salude.

—Mejor amigo —me abrazó con fuerza— así es, seguro que te duele león —murmuró riendo.

—Claro me deja sin dormir por las noches —bufó el blanquito rodando los ojos.

—Que quede claro que yo soy la primera en orden de importancia —señaló la morena besando mi mejilla.

—Hay mucho de mí para todos —afirme abrazándola.

León me presiono el hombro, ya iba a empezar de celoso.

—Si, si todos lo quieren —afirmó Dani— podemos ir ya —insistió el menor.

—Claro que si encanto —sonrió Xim atrayéndolo para abrazarlo— vamos.

Cuando era pequeño me encantaba venir a los parques, Soso siempre se subía conmigo a todos los  juegos... a los que me permitían porque era muy chaparro a esa edad.

Ahora no me podía subir a muchos pero me gustaba venir.

—Ya deja de tragar —dijo león quitándome mi segundo hot dog con chili.

—Oye —me quejé molesto.

Mi hermano se burló de mi, no se había querido subir a ningún juego todavía, apesar de que fuera un bebé siempre estaba al tanto de mi.

Que regulará mi temperatura bien, que llegara al baño a tiempo o simplemente estuviera cómodo...

—Dani vamos al Batman —dijo Cam llegando tomándolo de la mano.

—Estoy bien así —se negó sujetándose de mi silla.

—Anda enano ve —insistí— no seas chillon.

—No soy chillon —bufó.

—Si lo eres —apoyó Cam— vamos yo te cuido.

A mi hermano no le quedó de otra más que ir tras su amigo.

—Te subes conmigo —le dijo Xim tomandole la mano a mi león.

—No yo...

—Venga no seas chillon —insistió.

—Pero Ander... —me miró confundido

—Yo te lo cuido —dijo mi perra sentándose en mis piernas.

El león me miró sin saber qué hacer así que solo asentí.

—Tranquilo estoy bien con mi perra —le abracé— yo aprovecho a terminarme mi hotdog.

La morena no le dió opción más que ir con ella.

—Dulzura nos traes refresco —le pidió Klaus a Santi.

—Lo que quieran mis príncipes —asintio para ir.

—Vaya que lo tienes domado —me burlé

—Así es —me guiño para sentarse frente a mi— más importante cuando me ibas a contar de su relación.

—Pues nunca la verdad, es un secreto y así se debe quedar —amenacé— por el bien de todos.

—Drama —sonrió el rubio— me encanta.

Negué riendo para verle.

—Y tu, cuando me ibas a decir que nos cojimos al mismo hombre... es más cuando se conocieron —dije confundido

—En el Pride, cuando huía de tu hermana —asintió— luego un día fue a uno de mis shows y se dió la plática, una cosa llegó a otra y bueno terminamos siendo novios.

—Me alegra de que estes feliz con él —asenti— te lo mereces perra.

—Tu también, y lo entiendo —dijo tomando mi mano— estas en una posición difícil pero el corazón es el que manda no es así

Asentí... creo que era lo que necesitaba escuchar... alguien que me dijera que no estaba mal.

Abracé al chico con fuerza, mi amigo me respondió al abrazo entusiasmado.

—Era un abrazo rápido ya suéltame —me quejé después de un par de minutos.

—No lo creo —dijo divertido.

—Me puedo unir —murmuró Santi llegando con los refrescos.

—Oh claro que si héroe —acepté uniéndolo.

Nos pusimos a chismosear como las víboras que somos, después de un rato llegaron los demás, sin mi león por una extraña razón.

—¿No le falta uno? —pregunté riendo.

—Cas no se sentía bien —contestó Xim apenada.

—El león dijo a ese no porque me vomito y eso pasó —explicó mi hermano abrazándome — y yo estoy a nada de hacerlo.

Negué para darle algo de refresco.

—Se fue a comprar una nueva playera, ahorita viene —dijo ella.

Negué divertido, Xim me abrazó por la espalda.

—Encontré un juego apto para ti, vamos —pidió emocionada.

—Si son las tacitas paso —negué— son muy salvajes para mi.

Ella negó para llevarme, no contaba con que era una montaña rusa.

—Am mejor si quiero las tacitas —dije nervioso.

—Muy tarde —se negó riendo.

La chica me ayudó a subirme, el cinturón de seguridad apretaba fuerte del pecho lo que me daba más miedo.

—Si muero vienes conmigo —dije tomando su mano.

La chica negó riendo para apretar mi mano.

—Hay algo que debo decirte —mencionó cuando nos estaban subiendo.

—En realidad yo también —murmuré nervioso.

—Empieza tu —dijo mientras el carrito iba subiendo más.

—Bueno yo... la verdad es que... no te enojes pero... Estoy saliendo con Aslan —confesé lo ultimo viéndose opacado por el grito de todos incluyendo el mío por el carrito que caía de esos ochenta metros de altura a 120 km por hora.

Esa cosa dió varias vueltas, estoy seguro que me desmayé por un segundo y claramente Soso habría desaprobado esta acción pero ni modo la queso.

Esa cosa tal vez duro un minuto pero había sido eterno para mi.

Cuando el carrito se detuvo estaba algo mareado.

—No te escuché que querías decirme —dijo riendo.

—Que voy a vomitar —me quejé.

—Aguanta si —pidió nerviosa mirando a todos lados.

Me bajé del juego en una combinación de nervios y nauseas, la morena sobo mi espalda hasta que se me fueron las náuseas.

—¿Que me ibas a decir? —pregunté confundido.

—Cierto yo... le confesé mi amor a Cas —contó emocionada.

—Y... ¿El que te dijo? —pregunté con un nudo en la garganta.

—Ah no dijo nada en realidad así que lo besé —contó— y luego se giró para vomitar.

—Que asco —dije fingiendo y ahogando los celos— y luego...

—Ah nada me dijo que iría a cambiarse y entré en pánico así que huí contigo —afirmó— y no estoy lista para volver así que a las tacitas.

—Oh no... me niego —dije aferrándome a un tubo.

—Vamos Ander —ordenó.

Mi conciencia terminó haciendo que me subiera a miles de juegos

Volvimos después de una hora, el león traía una playera de Batman mientras mi hermanito parecía que se había ganado todos los puestos de feria.

—Resulta que soy bueno en esto Andy —contó emocionado.

—Y con dinero ilimitado como no —me burlé mirando a Cam quien se limitó a reír— yo me quedo con este, Gracias —dijo robándome un león de peluche para abrazarlo.

El leoncito solo me vió de reojo para bajar la vista y sonreír.

—¿Cómo... te sientes? —preguntó la morena adelantándose.

—Mejor —asintió.

Mi hermano llegó para abrazarme.

—Te subes conmigo al de agua —pidió.

—Lo siento enano ya fueron muchos juegos para mi, además sabes que no debo mojarme —le recordé.

Mi hermano hizo puchero como el bebé adolescente que es.

—Porque no vas con Cami y te acompaño después a la rueda de la fortuna —insistí.

Mi hermano aceptó llevándose a Xim, todos se fueron dejándonos solos a los dos.

—Entonces un trío...

El blanquito me lanzó lo primero que encontró.

—Que agresivo —me queje— todavía que me eres infiel.

—Ahora dilo sin llorar —arqueo la ceja.

Le lancé el peluche molesto.

El chico bufó para sentarse a mi lado, ya empezaba a oscurecer y la rueda de la fortuna se llenaba de luces, era una gran vista

Aslan me tendió el peluche al que abracé.

—¿Que fue lo qué pasó? —bufé cansado.

—Bueno ella me confesó que le gusto, pero después de tantas vueltas en la montaña rusa y de casi perder mi audífono me terminé mareando así que cuando le iba a contar lo nuestro me besó y bueno yo vomité —suspiró.

—Ya veo... —dije algo molesto— y tú... ¿le pudiste decir?

—Le dije mientras estábamos arriba de la montaña rusa pero creo que no me escucho —le conté— y bueno después de eso me acobardé y terminé subiéndome a cada juego que se nos cruzó que era apto para mi.

Suspiré cansado para recargarme en su hombro.

—Estoy cansado y creo que se me abrió la úlcera otra vez —bufé irritado.

El chico me revisó para negar.

—Me duele el estómago —confesó— y un poco la cabeza.

—Pobre bebé —negué.

Me recargue en el cansado, el blanquito tomó mi mano.

—Te gustaría follar aquí, creo que sería muy divertido—mencioné.

—Eso sería porno infantil —se quejó— además solo piensas en eso.

—Si, así es —afirmé— soy un adolescente caliente.

—Te besare y es todo —acepto al menos darme una pequeña muestra de amor.

—Lo tomó pero estoy ofendido —bufé.

El chico se giró para besarme, esos labios carnosos eran muy deliciosos... y aún con los besos sabrosos que daba lo que me hacía sentir era lo que más me encantaba de él.

—Yo lo dire y espero que no huyas... pero creo que te amo —confesé.

—Si yo también creo que me amas —dijo burlón

Le golpe el hombro molesto.

—Yo también creo que te amo, aunque considero que amar es una palabra muy sobrevalorada —afirmó— así que lo más acertado es decir que mis sentimientos son muy fuertes por ti.

—Que romántico —negué poniendo los ojos en blanco

El chico sonrió para darme un beso, proseguimos besándonos cuando ese balde de agua helada nos empapo... literal.

Ahí estaba ella mirándonos... con una cara que me  partió el alma, que no era dolor si no odio.

—Xim yo...

—No digas nada —me aventó el vaso a la cara— no me digas nada nunca más.

La chica se dio media vuelta para irse con la mirada en alto, llegando con su hermano quien la abrazó.

—Me puedes llevar a casa... por favor —pedí con el corazón desecho.

Aslan asintió sacando una sudadera de la mochila para dármela.

Los nenes se limitaron a verse entre ellos bastante incómodos.

—Vamos a casa lo siento chicos —dije avergonzado.

Mi hermano me abrazó con fuerza, no dijimos nada en el camino hasta llegar.

—¿Quieres que me quedé? —pregunto Aslan mirándome

Negué cansado.

—Quiero estar solo —mire mi teléfono, le había mandado miles de mensajes que no contestaba.

El chico besó mi frente

—Dale tiempo de acuerdo, todo va a estar bien —me calmó.

—Gracias por mentirme —asentí.

Me despedí de él para entrar, ahí estaba Dean abrazando a Soso.

—Vas a dejar a Marck perfecto —dijo Dani emocionado.

—Contrólate Dani —lo regaño mi hermana.

—Que bueno que llegan —saludo Dean— vamos Cam despídete que tenemos un vuelo que tomar.

—No, yo me quiero quedar no planeo volver —se aferró el niño a su amigo.

—Volveremos por tus cosas —lo calmó.

—Lo vamos adoptar —dije sorprendido.

—Nosotros no —negó Soso— Dean si.

Cam miró a su hermano para correr e ir a abrazar a su hermano con fuerza.

—Gracias Dee Dee —se aferró a su hermano.

Sonreí débil para irme a mi habitación cansado para acostarme, traté de llamar a Xim pero no contestó, incluso a Santi pero tampoco lo hizo.

—Hey como te fue —dijo Soso entrando.

—Dani ya te fue con el chisme no —me queje.

Mi hermana suspiró para sentarse a lado de mi y abrazarme con fuerza.

Me desmorone en mi hermana llorando como niño pequeño... no quería perderla, no otra vez

Ay 🥲🥲

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