02 - 忘れて.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

olvida...

Ni siquiera sabía por dónde empezar a vestirse. Miraba su armario y podía sentir como si su ropa lo mirara de vuelta preguntándose por qué les habría tocado vivir en el guardarropa de un chico como él. Mark no solía salir, eso era mas que obvio, sin embargo Youngjae había amenazado con ir a buscarlo y vestirlo él mismo si era necesario, así que para ahorrarse ese engorroso momento, lo mejor sería estar listo a tiempo. Finalmente se decidió por lo que le pareció mas cómodo y adecuado. Ya se estaba terminando de vestir cuando sintió que alguien tocaba al timbre de su apartamento.

¿Youngjae?

No. Aún quedaba tiempo para la hora a la que habían acordado verse.
El timbre volvió a sonar, una, dos incluso tres veces más. Insistentemente. Mark se dirigió hasta la puerta. Ya tenía más o menos una idea de quien podría ser. Cuando abrió, lo primero que notó fue él penetrante olor a perfume caro que se sintió como una bofetada en sus fosas nasales.

-Déjame adivinar... ¿Ya estás vestido?
El recién llegado se quitó las gafas oscuras y le dedicó a Mark una mirada a medio camino entre la decepción y la lástima.

-Hola para ti también, Bambam.- respondió Mark mirándolo de arriba a abajo. El chico llevaba unos jeans negros, una camisa rojo vino. Incluso Mark tuvo que admitir que lucía genial. Pero claro, cuando eres alto y delgado como un modelo de alta costura por supuesto que todo te queda de maravilla.

- Dime. ¿Planeabas salir así?- insistió Bambam señalando su atuendo despectivamente con las gafas que aun sostenía en su mano derecha. Mark se miró a sí mismo.

-Sí. ¿Qué tiene?
Bambam lo miró fijamente durante más de cinco segundos.

-No.- dijo finalmente entrando en el apartamento y tirando de Mark rumbo a su cuarto.

Mark simplemente se resignó en silencio. Sabía que ahora no iba a poder salir hasta que su atuendo no cumpliera con los extremadamente específicos estándares de moda de su amigo. Aunque eso sí, maldijo en secreto a Youngjae, porque aunque era verdad que no había ido él a encargarse del asunto, había mandado a Bambam que equivalía a lo mismo, o incluso peor.

Después de casi una hora de lucha, durante la cual el armario de Mark terminó vilipendiado, sus ropas regadas por todo el cuarto, algunas incluso en una pila que, según Bambam, definitivamente tenía que tirar, lograron llegar a un consenso sobre lo que Mark iba a usar. Y esto incluía todos los demás aspectos como accesorios, peinado, zapatos, etc... Mark sintió que probablemente aquella hubiera sido la parte más agotadora de la noche.

Cuando agarró sus llaves, dispuesto a salir Mark notó que Bambam se había quedado de pie en medio del living.

-¿Qué sucede?

El chico suspiro y, acercándose a él, lo abrazó con fuerza.

-Hace meses que no te veía, hyung.
La expresión de Mark se ablandó y lo rodeó con la mano que tenia libre.

-Youngjae me contó lo que te pasó con Ann.- continuó Bambam . - Lo siento.

Una sonrisa amarga se dibujó en el rostro de Mark.

-Gracias, Bam. Yo también te extrañé.

-Eiii... No mientas.- Bambam se separó un poco y lo miró, incrédulo.

-No me creas si no quieres.

- Vámonos, anda. - Bambam lo sujetó por el hombro.- Te prometo que por esta noche te haremos olvidar todas tus penas.

- Ni siquiera sé a donde vamos.

- No te preocupes hyung, no es nada malo.

- ¿Y por qué no me dices entonces?
Bambam se encogió de hombros.

-Porque yo tampoco sé.

Para ser sinceros, Mark se esperaba cualquier cosa de sus dos amigos. Cualquier cosa. En serio. Así que cuando Bambam detuvo su auto frente a un club completamente normal, que lucía incluso bastante lujoso, Mark se sintió un poco culpable por haber dudado de ellos.

Youngjae saludó al guardia de la puerta con una sonrisa y entraron tranquilamente sin esperar en la línea que había en la entrada.

-No sabía que tuvieras este tipo de superpoderes.- Mark se acercó al oído de Youngjae para hablarle. La música estaba lo suficientemente alta como para hacerte olvidar todo lo que había afuera de aquel lugar. La decoración con luces negras incrementaba esa sensación de haber entrado a otro mundo. Había mucha gente. Tal vez demasiadas para Mark.

- El chico de la puerta es amigo de Bambam. - Explicó Youngjae. Mark se giró a mirar al aludido quien desvío la vista y se acomodó las gafas.

-¿Y por qué no lo saludaste, Bam?- Mark le dio un suave empujón con una sonrisa.

- Es una larga historia. - Miró de reojo a Youngjae cuya sonrisa socarrona apenas le cabía en el rostro. - No puedo creer que de todos los lugares posibles hayas escogido venir aquí, Youngjae.

- Tendría que haber visto mejor al chico. - Mark se giró hacia la puerta.

-¿Para qué?- La voz de Bambam se elevó un par de octavas.

-¿No puedo ver con que tipo de chicos te estás relacionando?

- ¿Qué sabes tú de chicos, hyung?

- Nada, pero lo tengo que supervisar de todos modos.

- Si, Bam. - Youngjae se sumó a lo que obviamente se había convertido en un buen modo de burlarse del Bambam. - Es nuestro deber, como tus hyungs, vigilar a los chicos con los que sales.

-¡Yo no estoy saliendo con Yugyeom!

- ¿Oíste? Se llama Yugyeom. - Mark le dio un codazo a Youngjae.

- Mmm, interesante...

- ¡Ya dejen de meterse conmigo!

Habían llegado, de alguna forma, a la barra y Bambam aprovechó para pedir los primero tragos antes que la conversación se girara más peligrosamente en su dirección.

- ¿Ya te sientes mejor?- Mark escuchó que Youngjae se dirigía ahora a él. Lo pensó un poco antes de contestar. De alguna manera aquel ambiente le resultaba completamente ajeno. Todo, desde el aspecto que tenía gracias a la supervisión de Bambam, hasta el lugar, le resultaba nuevo. Se estaba llenando lentamente con la sensación de no querer ser él mismo. Tal vez, por hoy, podría permitirse un poco de diversión.

-Supongo que sí. - se encogió de hombros con una leve sonrisa. Bambam le alcanzó un trago que por su reducido tamaño debía estar bastante fuerte. Lo sostuvo frente a su rostro para luego bebérselo con un movimiento brusco.

- ¡Y por lo que veo estas dispuesto a sentirte mejor!- Bambam le dio una fuerte palmada en la espalda al ver como su rostro se enrojecía después de beber aquel trago infernalmente fuerte. Youngjae y Bambam lo imitaron con grandes sonrisas, vaciando sus vasos.
-¡Qué empiece la fiesta!- gritó Bambam poniendo bruscamente el vaso vacío sobre la barra.

-Oye, cálmate.- Le sugirió Mark. Pero ya Bambam había pedido otra ronda de tragos y se estaba moviendo de un lado a otro al ritmo de la música. Youngjae le rodeó los hombros y le dedicó una gran sonrisa.

- Olvídate de todo por hoy, Mark. Para eso vinimos.

Mark lo miró de reojo y Bambam se volvió a acercar a ellos, esta vez con dos mojitos. Le puso uno Mark en la mano.

-Aquello era para romper él hielo. Estos tragos son mas suaves.
Mark tomó un pequeño sorbo. En efecto, este trago era mas suave y con mucho mejor sabor.
-¿Te gusta?- Youngjae también le dio un sorbo al suyo. -¡Oh! ¡Esta bueno!
Mark asintió bebiendo un sorbo mucho mas grande.
- Pues ya estamos listos. -Bambam agarró su trago y los convidó a seguirlo. -No nos podemos quedar pegados a la barra toda la noche. ¿O sí?

[...]

A pesar de todo Mark no se lo estaba pasando tan mal. El ambiente era divertido y había conseguido olvidarse por un rato de su depresión. En el fondo eso era lo que necesitaba, y él lo sabía. Bambam y Youngjae parecían conocer a mucha gente así que no se habían quedado quietos prácticamente ni un segundo. En algún momento de la noche el guardia de la puerta se había unido a ellos y estaban conversando muy entretenidos, sobre todo con el doble sentido que Youngjae le ponía a todo lo que decía. Resultó ser un chico agradable, a pesar de que mientras estaba trabajando lucía bastante amenazador. Tenía la misma edad que Bambam y estudiaban en la misma facultad, por eso se conocían. Sin embargo, se notaba que había algo más en el ambiente, Mark estaba medio borracho pero no era tonto. Solo por ser su amigo de la universidad no lo iba a dejar entrar gratis a él y a sus amigos en un club como aquel, y por lo visto, las bebidas también habían sido gratis. Definitivamente había algo más allí, pero mientras Mark siguiera con su mano húmeda por él sudor de un vaso de mojito le importaba bien poco lo que hubiera.

Las doce de la noche habían pasado hacía ya un buen rato. Mark incluso había salido a bailar un par de veces, pero la agresividad de las chicas de la pista fue demasiado para él. Prefería quedarse cerca del balcón donde Bambam y Yugyeom permanecían recostados disfrutando de su trago. Se sentía un poco como la tercera rueda pero bueno, ellos lo habían traído, lo tendrían que aguantar. Además la conversación de los chicos nunca se tornó incómoda, Yugyeom incluso le hizo un par de preguntas sobre su carrera. Mark se sintió muy bien, estaba conociendo gente nueva, cambiando de aires, y no había colapsado a pesar de que Youngjae llevaba mas de media hora desaparecido.

-¡Hey, Mark! - Oyó la voz de Youngjae muy cerca de su oído. Mark se dio la vuelta, sonriente y le echó los brazos al cuello.

-¡Youngjae! ¡Te extrañé mucho!- lo apretó más y restregó sus mejillas juntas.
- ¡Woah! ¿Cuántos mojitos hicieron falta para que me demostraras tu amor?- Youngjae le acarició el cuello con una sonrisa mientras se giraba aun teniéndolo enganchado en sus hombros como un koala. -Hyung, este es Mark, del que te hablé.

Obviamente eso no era con él. Mark giró su cabeza para ver al recién llegado.

Y bueno...

Vaya...

Eso no se lo esperaba.

Le extendió una mano a Mark que se le había quedado mirando fijamente.

- Mucho gusto, Mark. Mi nombre es Jackson Wang.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro