40- 放せ

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....suéltame

El ceño fruncido de Mark fue lo primero que Youngjae notó esa mañana. Su amigo escribía con un ligero enojo, como si la historia clínica frente a él tuviera la culpa de todo lo malo que sucedía en el mundo.

Youngjae se hubiera preocupado, de no ser porque él también traía suficiente malhumor como para emular con el de Mark.

-Déjame adivinar... Ji Ann.- dijo a modo de saludo, con desgano, mientras se sentaba en el asiento frente a Mark.

-¿Cómo lo sabes?- Mark no lo miró, solo siguió escribiendo.

-Estuvo aquí ayer...Solo estoy haciendo una suposición.

Eso bastó para captar la atención del pelirrojo, quien alzó la vista de lo que estaba haciendo.

-¿Qué dijiste?

-Lo que escuchaste.- el castaño se encogió de hombros.- ¿Jackson no te comentó nada? ¿No es por eso por lo que estás enojado?

Mark pestañeó varias veces, haciendo memoria. Había hablado con Jackson en la tarde y luego por la noche. Y no, en ninguna de las dos ocasiones el mayor le comentó algo al respecto.

-No.

-Pues vino ayer, con toda su histeria…- comenzó a explicar Youngjae.-… diciendo que quería hablar con Jackson... Corrección.- alzó uno de sus índices, enfatizando la aclaración que estaba por hacer.- Quería hablar con "el doctor que se está acostando con Mark"

La mirada que Mark le dedicó le dio a entender que no le sorprendía para nada el que eso pudiera haber sucedido.

-¿Y?

-¿"Y" qué?

-¿Habló con Jackson?

-Debe haberlo hecho.

-Jackson realmente no me comentó nada al respecto.- Mark miró hacia afuera del cuarto médico, hacia donde todos los doctores de la sala discutían los casos antes de pasar visita. Jackson también estaba allí, luciendo tranquilo y concentrado, sus brazos cruzados sobre su pecho y uno de sus pies golpeando rítmicamente el piso. Ese era su estado usual. Jackson lucía impasible, y Mark no pensaba que, de haber visto a Ji Ann, las cosas hubieran quedado así de tranquilas. Le habría comentado algo al menos.

-¿A qué hora fue eso?

Youngjae hizo memoria.

-Por la tarde. Ya te habías ido. Yo estaba aquí porque Jaebum me pidió que lo esperara.

-Creo que ella se está tomando atribuciones que no le corresponden.- dijo con sequedad.

-Esa perra está loca.- Youngjae sonó despectivo.- Incluso me dijo cosas a mí. Estoy empezando a preguntarme cómo demonios pudiste tener una relación de varios años con ella.

Mark no dijo nada. Usualmente hubiera corregido a Youngjae, o le hubiera pedido que no usara ese lenguaje para referirse a ella. Sin embargo, en ese momento, le importaba muy poco el lenguaje que usara Youngjae. Estaba preocupado. Necesitaba saber si Jackson realmente había hablado con ella.

También estaba el asunto de sus padres. Después de su última conversación, no había tenido tiempo para hablar apropiadamente con ellos. En parte porque estaba ocupado y en parte porque no quería tener ese tipo de charlas por teléfono.

Todas esas cosas, unidas a la evaluación que tendría al día siguiente lo estaban estresando. Se sentía agobiado, cargado y sabía que no podía molestar a Jackson por ello. El residente también tenía responsabilidades que cumplir.

-¿Pasa algo?- Youngjae se estiró sobre la mesa y rozó su mano. Mark se había quedado inmóvil, el bolígrafo apoyado sobre el papel y su mirada perdida en algún punto sobre la mesa.- Digo, aparte de que tu ex quiera destruir el mundo.

-Mis padres ya lo saben.- fue lo único que dijo.

-Oh...-Youngjae no supo si eso era algo bueno o malo. El tono de voz de Mark no arrojaba muchas explicaciones.

-Pensé que esperarías un poco más... No llevan juntos tanto tiempo.

-No fui yo... Fue Ann.

-¿Qué?- Youngjae golpeó sobre la mesa, genuinamente sorprendido.-No. Ella no se atrevió.

-Al parecer si lo hizo... Mi madre me llamó hace un par de días. No sonaba feliz.

-Eso está jodido. ¿Qué te dijo tu madre? Fue... Ella estaba...

-Simplemente no quería que lo supiera de esta forma.- Mark soltó el bolígrafo y se sacudió el cabello.- Ella le debe haber dicho las cosas como le vino en gana.

-Tienes que poner a Ji Ann en su lugar de una vez por todas. Esa chica tiene problemas muy serios.

-Ya he hablado con ella...

-Si hablas de la vez que fue a tu casa, no creo que eso haya sido suficiente. Eso fue una discusión, Mark. Necesitan tener una conversación civilizada antes de que seamos yo y Bambam quienes vayamos a ponerla en su sitio.
Esa idea hizo que Mark sonriera ligeramente. Algo le decía, que si eso realmente sucedía, sería un completo caos.

-Supongo que tienes razón.
En ese momento, Jinyoung entró al cuarto médico. Se notaba que recién acababa de llegar, pero a ninguno de los dos menores le extrañó que llegara tarde. Lo que sí se les hizo un poco extraño fue el rictus amargo de su expresión, tan distinta a la que solía traer. Seguía luciendo impecable pero, aun así, había algo en él que simplemente parecía fuera de lugar.

-¿Ya evolucionaron?- fue lo único que preguntó. Ningún comentario ácido, ninguna mirada despectiva. Solo el tono cansado en su voz y el desgane en cada uno de sus gestos.

Mark firmó al final de lo que había escrito y le extendió las tres historias.

-Aquí tienes.

Jinyoung las tomó sin decir ninguna otra cosa y salió rumbo a la primera habitación después de haber sacado el estetoscopio de su mochila.

Youngjae lo siguió con la vista hasta que dobló pasillo abajo.

-Eso fue raro.- comentó. Buscando corroboración en la mirada de Mark.

Mark, en cambio, dejó salir un pesado suspiro. La actitud del interno ciertamente era demasiado extraña como para dejarla pasar. Solo quería que eso no fuera un problema más que agregar a su ya atiborrado saco de preocupaciones.

-¿Qué tal si estudiamos lo de mañana en lo que empieza el pase de visita?- Youngjae trató de distraerlo, pero recordarle que tenía un seminario para el cual, como era usual, no se había preparado, solo lo hizo suspirar una vez más y dejar caer su cabeza sobre la mesa.

Ese día iba a ser uno muy largo.

La mañana pasó, lenta y cargada. El trabajo en la sala nunca les había parecido tan tedioso como ese día en particular. Sin mencionar la extraña abulia de Jinyoung. Su rostro seguía luciendo como si estuviera a punto de explotar, pero, aun así, se esforzara por mantenerlo todo contenido. Se podía oler cierta tensión en el ambiente, y eso hacía que Mark se sintiera cada vez más y más asfixiado.

Cuando les dieron salida a la hora del almuerzo, el aire del exterior se sintió como si fuera el más puro de los oxígenos. Salir del encierro de la sala le dio una sensación de libertad reconfortante. Ya se preocuparía por sus asuntos más adelante, en ese momento, solo quería ir a la cafetería, comer algo que no supiera a infierno y estar al menos quince minutos solo sentado en un banco del patio interior del hospital. Se sentía cansado y su cuerpo le pedía un poco de tiempo de calidad.

Mientras recorría el pasillo que llevaba a la cafetería, su móvil vibró dentro del bolsillo de su bata. Un mensaje de Youngjae pidiéndole que se apurara pues ya estaba formado en la línea de la cafetería lo hizo acelerar un poco el paso. No fue hasta que estuvo a punto de chocar con alguien que alzó la vista del aparato para fijarse en lo que había frente a él.

-Jungkook hyung.- dijo al notar de quien se trataba. El mayor también pareció notar su presencia en ese momento.

-Oh, Mark…- sonó sorprendido, como si también fuera concentrado en otros asuntos. Una sonrisa algo forzada se dibujó en su rostro y Mark no supo bien cómo reaccionar.

-¿Te pasa algo, hyung?

-No. ¿Por qué preguntas?- Jungkook negó, sacudiendo su cabeza de un lado a otro y amplió su sonrisa.

-Luces raro.

-Estoy bien.- estiró una de sus manos para acariciar el cabello de Mark, revolviéndolo de forma juguetona.- ¿Y tú? ¿Cómo van las cosas con Jackson?

-E-eso…

-Ya todo el mundo lo sabe. No tienes que cortarte.

-¿En serio lo sabe todo el mundo?- Mark sonó en pánico por un segundo.

-Bueno…- Jungkook sonrió genuinamente al ver la reacción del menor.- No todo el mundo, pero, al menos yo, ya lo noté.

-Ah… ya veo.- Mark dejó salir una risa nerviosa, usando su mano para cubrir su boca.- Bueno… todo va bien… supongo.

-Es bueno saberlo.- Jungkook volvió a sacudir su cabello, esta vez con un poco más de cariño.- Jackson es muy buena persona, y es un médico admirable. No sé cómo lo estés manejando, o si estás del todo seguro sobre lo que sientes. Pero te aseguro que Jackson no es algo de lo que te vas a arrepentir más adelante. Es una buena elección...  una que seguro te hará feliz.- su mano se fue moviendo más lentamente, hasta que se quedó inmóvil, apoyada sobre los rojos cabellos de Mark. Su mirada parecía haberse perdido en la distancia, como si su mente ya no estuviera en aquel pasillo, sino en otro lugar mucho más lejano y turbulento.

-Lo sé, hyung.- Mark miró fijamente la muñeca de Jungkook, justo sobre sus ojos, lo cual hizo que le mayor volviera a la realidad y retirara la mano. Ahora era él quien tenía una sonrisa nerviosa.

-Me alegra oír eso.- metió sus manos en los bolsillos de su bata.- Ahora ve, antes de que haya demasiada gente en la cafetería.

-Ok. Nos vemos por ahí.- Mark se despidió con una ligera inclinación de su cuello y emprendió su camino, trotando ligeramente, rumbo a encontrarse con Youngjae.
Jungkook lo siguió con la vista durante unos segundos, finalmente dándose la vuelta y continuando su camino.

Ninguno de los dos podía saber que, a través de los enormes ventanales de cristal que había en ese pasillo, desde la sala de medicina interna podía verse todo lo que allí sucedía. Jinyoung había observado toda la escena. Sus manos apretaban las tres historias que tenía apoyadas contra su pecho como si eso fuera a hacer que la apretazón en su corazón desapareciera.

¿Por qué Jungkook podía hablar normalmente con otros? ¿Sonreírles? ¿Tocarlos?

¿Por qué a él no?

No era justo.

No era para nada justo.

Él le había dado todo a Jungkook. Todo a lo que siempre se había aferrado, todas las partes de sí mismo que nunca quiso dejar ir, nunca quiso mostrar. Aun así, Jungkook lo había rechazado. Nuevamente. De una forma mucho más cruel y fría. Una que le había dolido como no pensó que pudiera dolerle un rechazo.

Y, sin embargo, allí estaba el mismo Jungkook sonriendo amablemente. Acariciando el cabello de Mark.

¿Acaso él ni siquiera se merecía que acariciaran su cabello con cariño?

Mordió su propio labio. No sabiendo bien qué hacer con todas esa emociones. Porque realmente eran demasiadas.

Cada una más confusa y desconocida que la anterior.

Además… Mark...

¿Por qué siempre tenía que ser Mark?

Ese mocoso solo servía para joder su vida. Para llevarse todo lo que debía ser suyo. Todo lo que quería y necesitaba, Mark simplemente se lo arrebataba.

Y ya se estaba cansando.

-¿Estás seguro de que no te vas a tardar?- Mark miró a Youngjae con expresión incrédula. Cuando su amigo le decía que solo tenía que decirle una cosa a Jaebum antes de irse solía significar que se tardaría al menos una hora en ello.

-Solo será un segundo.- Youngjae abrió la puerta del cuarto médico, buscando con la vista al residente de cabello negro. Sin embargo, en el cuarto médico solo estaba Jinyoung.- No está aquí.- Youngjae se mostró desconcertado por un momento.-¿Dónde se habrá metido?

-Si buscas al doctor Im, fue un momento a terapia.- Jinyoung continuó jugueteando con su bolígrafo, su expresión luciendo aun peor que en la mañana.

-Oh…- fue lo único que dijo Youngjae, decidiendo en su cabeza si ir a buscarlo o esperarlo allí. No sabía si el mayor volvería por el ascensor o por las escaleras, así que supuso que lo mejor sería esperarlo.

-¿No piensas agradecerme?- la voz de Jinyoung volvió a sonar altanera e irritante, como usualmente sonaba, pero esta vez había algo distinto. No parecía simplemente dispuesto a molestar. Parecía estar demasiado irritado, demasiado dolido y con toda intención de descargar esas emociones de cualquier manera.

Youngjae se hubiera disculpado, pero ese tono solo lo hizo irritarse también.

-...Supongo que no puedo esperar buenos modales de una persona lo suficientemente estúpida como para mantener amistades como las que tienes.- Jinyoung continuó como si el asunto no tuviera importancia, consiguiendo irritar por completo a Youngjae.

-¿Ahora qué mierda estás hablando?- se acercó a la mesa y golpeó sobre esta con su palma, muy cerca de donde los antebrazos de Jinyoung estaban apoyados.- Repítelo en mi cara… si tienes los huevos.

Mark agarró la bata de Youngjae, tirando de este, en una súplica silenciosa por no buscarse más problemas de los necesarios.

Jinyoung solo se giró a verlo muy lentamente. La mirada dura del menor no lo intimidaba en lo más mínimo.

-Los huevos los tengo… solo no me gusta repetirme. No es mi culpa que no sepas captar una indirecta. Ni tú, ni la otra sabandija detrás de ti.

-Youngjae, vámonos.- Mark tiró con un poco más de fuerza, pero Youngjae se apartó de él con un movimiento brusco.

-¿A quién le dijiste sabandija?- siseó Youngjae, cada vez más harto de la actitud del interno.

Jinyoung esbozó una sonrisa cínica.

-Es linda vuestra amistad… veamos si lo seguirás defendiendo para siempre… Aunque eres lo suficientemente estúpido como para hacerlo.

-Este imbécil…- Youngjae estuvo a punto de abalanzarse sobre Jinyoung, pero Mark lo sujetó por la cintura, evitando que las cosas pasaran a otra escala.

-Solo vámonos. Esperemos a Jaebum en otra parte.

-¡Suéltame!- Youngjae se removió entre sus brazos.- ¿Cómo puedes escuchar la mierda que habla este tipo y seguir tranquilo?

-Solo déjalo.- Mark intentó arrastrar a Youngjae fuera de la habitación, pero su amigo seguía muy dispuesto a romper en algún sitio la continuidad del rostro de Jinyoung. Mark maldijo la hora en la que aceptó la idea de Youngjae de subir a buscar a Jaebum. Estar en la sala le traía mala vibra y ahora sabía por qué.

-Sí, déjalo.- Jinyoung se puso de pie y se acercó a ellos. El repentino cambio en la actitud del mayor hizo que Youngjae se quedara inmóvil por un momento, desconcertado.- Si lo dejas golpearme probablemente lo suspendan. Si lo suspenden, tendrás la vía libre.

-¿De qué estás hablando?- Mark soltó a Youngjae y sostuvo la mirada del interno.

-No te hagas el tonto. Habrá otro residente libre ¿No es eso lo que buscas? Seducir a cualquiera que se e ponga delante… eres incluso peor que yo, Mark Tuan.

-¡Retira lo que acabas de decir!- Youngjae se iba a abalanzar de nuevo sobre el interno pero un brazo de Mark contra su pecho lo detuvo. Esto solo hizo que Jinyoung se envalentonara más.

-No te bastó con Jackson. Ahora tienes que andar sonriéndole a cualquier otro. Después de hacerte el duro cuando eres una zorra fácil.- Jinyoung amplió su sonrisa, el cinismo ya desbordándose en sus palabras.

-Youngjae, vámonos.- Mark se dio la vuelta, empujando a su amigo rumbo a la puerta.- No necesitamos oír esto.

-Espero seguir aquí cuando suceda.

Mark se detuvo, todo dentro de él pidiéndole que siguiera caminando.

-¿Cuándo suceda qué?- sabía que se iba a arrepentir, pero algo contradecía a todo su ser y le pedía que escuchara las palabras de Jinyoung.

-Cuando Jackson se dé cuenta de que eres justo como yo.

Mark apretó sus puños.

-Eso nunca va a suceder.

-¿Sabes qué? Creo que después de todo, a Jackson le gustan así. Fáciles y baratos. Creo que solo se estaba haciendo el duro conmigo porque aún no caías, pero ahora que ya debe haber probado tu culo flaco seguro vuelve a estar disponible. Tal vez deba intentarlo… estoy seguro de que ahora sí va a caer. No creo que valgas la pena el esfuerzo de serte fiel.

Mark se relamió los labios, Youngjae pudo ver como las venas de su cuello se habían empezado a llenar, el enojo vibrando en sus manos.

-Todo eso que dijiste…- se dio la vuelta para mirar a Jinyoung, el tono de su voz escalofriantemente bajo. Sus pablaras salieron lentas y siseantes.- ¿Se te escapó, o era tu intención decirlo?

-¿Mark?- Youngjae llamó su nombre, bajito. Él conocía a Mark y nunca… jamás… lo había visto así.

-Lo dije. ¿Y?... Eso no me molestaría repetírtelo.

Todo sucedió demasiado rápido, ni Youngjae ni Jinyoung tuvieron tiempo de reaccionar.

El puño de Mark se cerró con fuerza justo antes de estamparse de lleno en el rostro del interno. El impulso del golpe haciéndolo tambalearse y desplomarse contra las sillas que había detrás de él.

A Youngjae le pareció haberlo visto todo en cámara lenta, el puño de Mark simplemente pasó volando frente a su rostro. Fue incapaz de reaccionar hasta que vio como un hilo de sangre comenzaba a brotar de la boca del mayor de los tres, quien pasó uno de sus pulgares por el borde de su labio, mirando después, horrorizado, como la sangre manchaba su yema.

-¿Acabas de…?

Pero no pudo terminar su frase. Mark se abalanzó encima de él, sentándose a horcajadas sobre su torso, sus puños cerrados golpeado repetidamente su cara hasta que Jinyoung consiguió de alguna forma usar sus antebrazos para protegerse, Youngjae intentó sujetar a Mark, pero el pelirrojo parecía un demonio. Estaba completamente fuera de control. Había explotado por completo, perdido todo sentido común. Sus puños también estaban ensangrentados, pero él solo atinaba a seguir golpeando a Jinyoung, sus brazos, su rostro, lo que fuera… algo le decía que solo se iba a sentir mejor si lo hacía.

El alboroto al parecer llamó la atención de las personas de la sala, pues las enfermeras y algunos pacientes se asomaron al cuarto médico sin saber a ciencia cierta qué hacer con aquella pelea, pues Mark realmente parecía poseído y Youngjae no podía hacer mucho por detenerlo.

En ese instante, Jaebum se asomó entre la pequeña multitud y, al ver lo que sucedía, corrió al rescate de Jinyoung, agarrando a Mark por la cintura y alzándolo en peso como un perro rabioso.

-¡Suéltame!... ¡Suéltame, mierda!- Mark se removió entre los brazos de Jaebum, pero la diferencia de tamaños hizo imposible que liberarse.

Jinyoung se irguió un poco y se arrastró, retrocediendo casi un metro.

-¡Alejen al bestia ese de mí!

Jaebum le dedicó una mirada a cada uno de los involucrados, mirando de último a Jinyoung cuyo rostro era un desastre de sangre y moretones recién hechos.

-Tenías que haberlo golpeado más duro.- fue lo único que dijo. Youngjae lo miró con el ceño fruncido a lo que él solo se encogió de hombros. -¿Qué?- preguntó.

-¿Se puede saber qué sucede aquí?

Todos se giraron a ver al dueño de aquellas palabras, reconociendo la imponente figura del jefe de la sala de pie en medio de la multitud. La severidad en su mirada daba a entender que el asunto acababa de tornarse oficialmente serio.

-Genial.- murmuró Youngjae.

-Los cuatro en mi oficina. Ahora.








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Chicas... ya saben. Ponganse las pilas, twiteen con su alma, dejense las plumas en ello, puede q sea una competencia dura, pero tenemos que demostrarle al mundo q Ahgase no debe ser subestimado.

Got7 merece ese premio. Solo nosotros podemos dárselo.
Las chinas y las tailandesas no son las únicas que los apoyan, así que tratemos de poner todo de nuestro lado. No es imposible.

Sólo eso, pues es lo más importante.

Nos vemos en el próximo capítulo.

Kaku out!!

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