¡Al agua Winter!

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Desperté por las incesantes ganas de ir al baño, me levanté como zombie instintivamente buscando mi bastón el cual no estaba a mi lado.

—Mierda —murmure.

Mi madre y su constante deseo de limpiar mi habitación mientras duermo, su TOC siempre poniendo mi bastón donde no pueda "estorbar" justo al otro lado de mi habitación.

Para mi mala suerte no estaba mi hermano, me levanté torpe, eran más de cuatro pasos sin apoyo hasta Steve, mi récord era dos con arnés.

Me estaba meando así que me fui a la segura, apoyándome de todo hasta llegar al baño, me senté para hacer mis necesidades, porque si hacerlo de pie me costaba mucho.

Trate de levantarme pero no pude... me había cansado tanto que mis piernas ya no respondieron.

Lo trate un par de veces más pero me rendí, terminé durmiendo en el baño recargado en el lavabo.

Desperté por la voz de mi madre en la habitación.

—Winter cariño, ¿Qué quieres desayunar? —preguntó feliz —Wint —llamó al no verme.

—Mamá —dije despertando.

—¿Cariño estás bien? —dijo abriendo la puerta.

—¡No entres! —grité.

Ella cerró la puerta de nuevo.

—¿Todo bien? —preguntó preocupada.

—No, dejaste a Steve hasta el otro lado del cuarto y ya no pude volver a la cama —gruñi cansado.

—Cielo lo siento tanto, déjame ayudarte...

—Quiero a papá —interrumpí— solo trae a papá.

Ella se fue para regresar con papá, él me miró para darme una ligera sonrisa.

—No te preocupes cariño, no pasa nada —me calmó.

Asentí cansado, él me ayudó a levantarme para después cargarme hasta la cama... a ese punto mis piernas ya estaban entumidas y no reaccionarían.

—No pasa nada si pides ayuda campeón —me recordó masajeando mis patitas de pollo.

—Claro, gritarles a las dos de la mañana para provocarles medio infarto —lo miré— estás viejo papá ya no soportarás otro.

Él se llevó la mano al pecho ofendido.

—¿Qué edad crees que tengo mocoso? —preguntó molesto.

—Te diré que cincuenta para que te sientas bien —sonreí.

Me miró con esa cara, la cara de "Porque tuve hijos"

—Tengo cuarenta Winter —claro, hace siete— y aunque si me los provoques este corazón está fuerte para soportarlos.

Asentí algo cansado para bostezar.

Él se acercó para besar mi frente y taparme con las cobijas.

—Duerme un rato, no pasará nada si faltas a tus primeras clases —me permitió.

No me negué pues verdaderamente estaba cansado y adolorido, desperté por la voz de Louis.

—Y yo soy el flojo —se burló.

—¿Quién te dejó entrar? —pregunté adormilado.

—Tu hermano —contestó sonriendo— nos vamos que se te hace tarde.

—Tuve mala noche, dormiré un rato más —comenté apenado.

Él asintió para acostarse a mi lado.

—¿No tienes clases? —pregunté serio.

—Puff quien entra a clases —comentó, ni para que me molestaba.

Negué con la cabeza cansado.

Cerré los ojos pero él no pudo evitar reírse.

—¿Qué? —pregunté.

—Ya quiero ver la cara que pondrá Santiago cuando le diga que estuve en la cama contigo —dijo riendo.

Extendí mi brazo para empujar su cara con mi mano, después de un rato nos despertamos para irnos a la escuela.

—Aww me tienes en tu pared —sonrió divertido.

Levanté el dedo medio para después pegarle con mi bastón para que nos fuéramos, al bajar mamá estaba en la sala tomando café, al verme se acercó para abrazarme y besar mi frente, podía ver que estaba triste.

—Mamá me avergüenzas —murmure.

—No te preocupes ya sé que eres un bebé de mamá —dijo Louis dándome unas palmaditas en el hombro— nos vemos Juls gracias por el desayuno.

—De nada Lu —negó riendo— nos vemos cariño —dijo besando mi frente de nuevo.

Asentí para salir, llegamos a la escuela rápido como siempre.

—Me voy que llego tarde y al parecer tenía examen —sin más el castaño se fue corriendo.

Me senté en una de las bancas, al llegar recibí el mensaje de la maestra la cual había cancelado clases... ni para que vine.

Unos minutos después llegó mi chico.

—Guapo —sonrió él— te busqué en la mañana pero no estabas, sigues los pasos de Louis.

—Un poco —acepté.

Él se sentó a mi lado para sacar su tableta y empezar hacer algunos trazos, él me miró para observarme.

—¿Todo bien? —preguntó.

—¿Por qué lo preguntas? —evadí un poco.

—Bueno primero porque te ves algo cansado y un tanto triste —comentó, era muy buen observador— además de que no te has quejado por no poner a tu dichoso pato en la animación.

—No aceptas mis buenas ideas —asegure.

—Wint es una historia por los derechos LGBT, de que manera quieres que meta un pato —me miró riendo— pero no me cambies el tema.

Baje un poco la cabeza, él tomó mi mano para darme un ligero apretón.

—Puedes contarme, no soy quien estudia psicología pero mi hermano siempre decía que era bueno escuchando.

Sonreí para suspirar.

—Nada solo anoche me ando del baño pero no tenía mi bastón, llegué solo al baño pero ya no pude volver y yo... —una lágrima rodó la cual él secó— me sentí tan débil como no me sentía en meses, no quiero sentirme así de nuevo —aseguró— por eso no quiero la cirugía.

Él asintió, de cierta forma me hacía sentir que lo entendía.

—Oye —me llamó para que lo mirara— puede que por fuera te veas así, pero aquí —dijo poniendo su mano en mi corazón— eres muy fuerte, la mayoría de las guerras las ganas con el corazón o con un buen bastonazo —sonrió.

No pude evitar reírme, estábamos tan cerca... tanto que mi mente solo pensaba en acercarme para besarle, pero mis oídos solo escucharon su voz.

—Por favor hay niños presentes —dijo Louis.

Le miré quien solo sonreía triunfante.

—Y por niños te refieres a ti —aseguró Bal.

—Obviamente —sonrió— eres un fácil Invierno, por la mañana en la cama conmigo y ahora...

—Ahora te callas —gruñi.

Balder solo sonrió, sabía que nada de lo que saliera de la boca de ese idiota era verdad.

—Como sea, ¿Quieren ir a comer algo esta tarde? —preguntó Lu.

—La nueva esposa de tu padre otra vez —supuse.

—Insiste que la llame mamá—comentó asqueado.

—¿Eso es malo? —preguntó Balder confundido.

—Ella tenía siete cuando yo nací —contestó— entonces vamos o que.

—Lo siento pero yo trabajo —le recordó el pequeño.

—Yo aprenderé a nadar hoy —dije emocionado.

Él solo puso los ojos en blanco para desparramarse en la silla para soltar un bufido.

—Escuché que el viernes hay una fiesta en un hotel, deberíamos ir —comentó Bal.

—Esa actitud me gusta —señaló Lu— Inviernito.

—Seguro solo debo hacer un par de cosas antes...

—Pedirle permiso a tu mamá —dijo riendo.

—Si, tu deberías hacer lo mismo —gruñi.

Después de una sana discusión con la que terminó con Louis en el suelo por la mochila que le aventó Balder me fui a casa, porque la guerra para que mamá me dejara ir era solo el inicio.

—Hola mamá —salude llegando, ella estaba terminando de empacar mis cosas de terapia.

—Winter —sonrió— mira el traje de baño que te compre.

Ella me mostró los shorts con patitos de flotador, mi hermana los odiaría.

—Los esconderé de Suns —asegure.

Ella asintió para guardarlos y besar mi frente.

—Lo siento cariño —repitió.

—Está bien mamá —la calmé besando su mejilla.

Nos sentamos en la sala a esperar a que llegara mi hermano pues él me llevaría.

—Mami puedo salir este viernes —sonreí.

—¿A dónde? —preguntó curiosa.

—Amm... a casa de Louis —contesté.

—Eres malísimo mintiendo —interrumpió Charms con su jugito en mano— quiere ir a una fiesta en el hotel.

Le miré molesto para recaer en mi madre.

—Me gustaría ir, me he perdido de mucho estos últimos años —lo que no le convenció— y creo que no me caería mal ir y relajarme un poco.

Ella se lo pensó.

—¿Con quién? —preguntó no muy segura.

—Con Louis y Balder —sonreí.

—No puedes ir —dijo Charms— mamá tú sabes qué tipo de cosas hacen en esas fiestas.

—Pues... —sabía que pasaban, pero como decirle a su hijo de nueve.

—Así es juegan a la botella, ruleta de besos y peor aún solo se besan porque si —nos miró, lo decía tan seguro.

—Te prometo que no jugare a la botella —dije riendo.

Mi mamá no pudo evitar reírse.

—Claro búrlense pero cuando termine casado con un cuarentón o embarazado joven se acordarán de esta conversación —dijo indignado para irse.

Mi madre y yo nos miramos para reírnos.

—Lo hablaré con tu padre y...

—Él dijo que lo que tú decidieras estaba bien —dije sonriendo torpe mostrándole el teléfono.

—Está bien —aceptó— pero te quiero en casa a una hora decente y sin beber.

—Beber sin vomitar —comenté.

—Parece que no quieres ir —me miró seria.

—Por eso decía que sin beber —sonreí cerrando el trato.

Ella aceptó, diría Santi que es mejor pedir perdón que permiso así que no me molestaba pedir perdón después.

Mi hermano llegó para llevarme a mi terapia pues aparte del terapeuta debía estar mi hermano.

Salí con el bañador de patitos y una playera para enviarle la foto a Santi.

—Te ves ridículo —dijo mi hermano.

—Tú...

Que podía decir, mi hermano era el bonito de la familia, con los buenos genes de papá, el súper metabolismo de mamá y aceptémoslo no era un flojo por lo que su cuerpo estaba bien cuidado.

—Yo... —repitió divertido.

—Eres un idiota —gruñi a lo que solo negó divertido.

Con su ayuda y una máquina llegué dentro del agua, me aferre al cuello de mi hermano con fuerza.

—Wint... me estas ahorcando —dijo adolorido.

—No quiero morir —confesé aterrado.

—Winter —me llamó él— mírame no te va a pasar nada.

Miré al terapeuta, joder estaba bien bueno.

—Me llamo Jack —sonrió— y puedes confiar en mí, puedes darme tu mano por favor.

Negué, su hermosura no quitaba el hecho de que estaba en la alberca, traía flotadores claro pero en la alberca.

—Me voy ahogar —repetí.

—No lo harás —gruñó Nike.

—Claro que si...

—Winter —repitió Jack — no te ahogarás porque estamos en la mínima altura, quiere decir que puedes pararte perfectamente.

Miré a mi hermano para notar que el agua apenas y le llegaba a la mitad del hombro.

—Oh —dije apenado.

Dejé caer mis piernas las cuales había sostenido Nike todo este tiempo, efectivamente el agua me llegaba al hombro.

Había quedado así 🤡

—La vida lo hizo ser dramática —me disculpo, aún tomándome de los brazos.

Sexi Jack sonrió para negar ligeramente.

—No te preocupes Wint, tu hermano y yo no dejaremos que te pase nada —me calmó.

Me perdí en su mirada.

—¿Qué edad tienes? —pregunté, si mi hermano se iba a casar con una mujer mayor porque yo no me podía tirar a este tipo... cierto aún no podía, seguro moriría Virgen.

Él negó y me cambio de tema para iniciar.

No avanzamos mucho pues estaba ridículamente aterrado, pero las cosas con la terapia física era así, algunos días avanzaría más que otros... pero en definitiva siempre terminaría agotado.

—Llegamos —dijo mi hermano.

Le miré agotado.

—Te cargo adentro —supuso al verme.

—Por favor —sonreí.

Él me cargó hasta mi suave y dulce camita, había tenido una llamada perdida de Santi así que se la devolví.

La llamada se quedó un momento en espera hasta que la camarita se prendió... ese no era mi moreno.

Frente a la cámara estaba otro chico en calzoncillos, bien definido, con su cabellera larga y ojos verdes mirándome para sonreír.

¡¿Quién carajos era él?!

Meme de Winter Jones, las sombras de invierno. jeje

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