Patito triste

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Cuatro días... llevábamos cuatro días encerrados en mi habitación pues Bal no tenía fuerzas para salir de la casa, tenía miedo...

Lo sabía, estaba aterrado, podía escucharle por las noches llorar hasta quedarse dormido, apenas y quería salir de la habitación.

Lo que más me dolía es que no sabía que hacer por él, trataba de darle todo mi amor, con su empaque de bolsillo lo mantenía a mi lado, incluso alimentándole de su comida favorita... pero estaba fallando.

Desperté para ver a Lu sentado al borde de la cama, sentado mirando como movía sus pies.

—¿Qué haces aquí Lu? —bufé medio adormilado.

—Vine a darle mi amor a Cani —sonrió triste, era probable que ya le hubieran contado.

—Gracias pero quiero estar solo —murmuro cansado para hundirse en mi pecho.

Lu lo pezco del pie para jalarlo hasta él, abrazándole sin importar que el pequeño pusiera resistencia.

—Debes salir de aquí Bal —le dijo cuando lo tenía entre sus brazos.

—No, no puedo —murmuró, sus ojitos empezaban a cristalizarse.

—Lu tiene razón —mencionó Santi entrando— Dios que raro sonó eso —negó confundido.

El latino se acercó para chocar puños con él, empujándome con su trasero para que le diera espacio.

—Quedarte aquí no resolverá nada —aseguró el moreno.

Bal le miró para negar.

—Haya afuera es un mundo que no hace más que lastimarme, aquí estoy seguro —asintió— si me quedo aquí nada me hará daño.

—No puedes pasarte la vida encerrado en el cuarto de un chico gay con adiccion a los patos —le recordó Lu.

—Si puedo... Wint me cuidará —aseguró.

Miré sus ojitos azules preciosos, esos ojitos que me rogaban nos quedáramos solos los dos.

—Claro que lo haría —sonreí.

Sentí la mirada pesada de ambos latinos, joder déjenme hablar antes de matarme con la mirada.

—Lo haría sin pensarlo porque te amo —le recordé— pero después que, no podríamos salir al cine, por hamburguesas que me debes —sonreí— no nos graduaríamos, ni mucho menos podríamos casarnos y tener nuestra casa con muchos hijos y perritos.

Mi nene me miró soltando una lágrima, lo atraje hasta mi para abrazarlo.

—Quedarnos aquí perdiéndonos nuestra vida por miedo es algo que no querría tu hermano —le recordé— él quería que fueras libre, que vivieras feliz sin miedo... no se lo debes porque no fue tu culpa de acuerdo.

Bal asintió, llevaba días diciéndoselo para que lo entendiera.

—Pero sería la mejor manera de honrar su memoria —aseguré.

Mi nene se apresiono más a mi pecho, aquellas lágrimas de dolor empapaban mi camisa sin cuidado.

—Vamos hay alguien que te espera afuera —sonrió Lu.

Mi nene le miró confundido.

—¿Quién? —preguntó Bal.

—Alguien peludo que te quiere mucho —sonrió Santi— que amenazó la mamá de Wint que si ponía una patita en esta casa era suyo.

Sonreí, con gusto cambiaba a Charms por el perro de Sant.

Bal asintió para limpiarse las lágrimas, su carita estaba roja.

—Pudieron empezar por ahí y evitarse los discursos —sonrió divertido.

Negué feliz para levantarme de la cama, Santiago negó para poner los ojos en blanco desaprobando mis calzoncillos de patitos.

—Como es posible que nos guste alguien que lleva puesto ese tipo de calzoncillos —bufó Santi rodeándole con un brazo.

—Porque está mejor lo que tiene bajo esos calzoncillos —aseguró giñandome un ojo.

Me puse rojito como siempre, Lu me miró pícaro como solo él podía.

—¡Al carajo que no! —entendí sus sucias intenciones.

—Oh vamos soy el único que no lo conoce —bufó molesto.

Me puse pantalones antes de que hiciera algo que no debía.

Salimos al patio de la entrada para sentarnos en los escalones, empezaba hacer frío.

Santi abrió la puerta del coche para que bajara el peludo quien inmediatamente llegó a Bal para darle besitos.

—Yo también te extrañe Titus —dijo abrazando al oso.

Sin decir nada nos quedamos en silencio viendo como el pequeño revolvía el pelo del perro una y otra vez.

—Siempre que creo que lo he logrado, que puedo tener una vida normal, que puedo avanzar algo pasa —se detuvo pensando el menor— ellos pasan jalándome al mismo infierno de hace un año.

Tomé su mano y besé su frente.

—Aún es muy reciente amor —expliqué— lo que viviste no es algo que se vaya de la noche a la mañana, lleva su tiempo.

—Duele —confesó— entre más pasa el tiempo duele, entre más vivo, más logros consigo, más me enamoro... más duele, recordarle duele.

Santi le miró para suspirar.

—Tal vez sea porque aún no te perdonas la muerte de tu hermano —mencionó.

Los tres le miramos para ver lo que tenía que decir.

—Balder no fue tu culpa —le recordó— pero no importa cuantas veces te lo digamos si no te perdonas jamás podrás avanzar.

Bal asintió para bajar la mirada, el chico tenía graves problemas que con tiempo y ayuda lograría resolver.

—Aún peor no has podido enfrentarle —le miró el moreno serio— sigues luchando con ellos pero en tu interior y eso te lastima no es así.

Los ojos del menor se cristalizaron, se recargó en mi hombro para exhalar.

—Estoy tan cansado —murmuró— de ser tan débil ante ellos, que aún no pueda decir lo que quiero decir.

Bal presionó mi mano con fuerza a lo que respondí besando su frente.

—Quiero... quiero ser fuerte como tú —me señaló.

—Oh Bal yo no soy fuerte, mi mamá sigue pidiendo la pizza por mi porque me aterra hablar por teléfono —le recordé.

Una pequeña sonrisa se hizo presente en su rostro, sonrisa que siempre amaría.

—Sabes hace un año estaba en las mismas, aterrado del mundo, con mucho dolor y sin saber quién era yo, sin saber cómo seguir, pero mi hermana me sacó de la cama y me aventó al mundo tan aterrador y solitario —le conté.

—¿Y qué pasó? —preguntó esperanzado.

—Conocí a Santiago —sonreí para verle— me apoye en él, tropezamos un par de veces y un día me lanzó a los lobos que me causaron esto —señalé mi pierna.

—Yo no... —Lu le dió un buen golpe de mi parte para que se callara.

—Y tenía miedo, mi padre me llevó hasta ellos y les dije todo lo que necesitaba decirles, mis palabras los lastimaron y sabes que hice después...

—¿Golpearlos con tu bastón? —arqueó la ceja un poco esperanzado.

—Los perdone Bal —confesé — los perdone porque me hacía más daño odiarlos, me atascaban en el pasado y una vez que los perdone me perdone a mi por culparme por la muerte de mi Ty —recordé— que como tu hermano también murió protegiéndome.

Balder exhaló frustrado.

—No es la misma situación lo sé —le recordé— lo que tus padre les hicieron, es algo que no se puede perdonar tan fácilmente... pero puedes iniciar por sacar lo que tienes que sacar dentro de tu corazón, lo que te está jalando y te impide seguir.

Balder asintió mirando el perro.

—No estas solo Bal —mencionó Santi— mucho menos lo estarás cuando decidas dar ese paso, no pudiste darlo en el juicio o cuando tu padre pidió hablar contigo, pero ya puedes darlo sin miedo a lastimarte, siempre estaremos para ayudarte.

Bal asintió para después verle confundido.

—¿Cómo sabes lo del juicio? —preguntó confundido.

—Tus padres nos lo dijeron —sonrió para verme.

Mi niño me miró, besé su frente mirando el horizonte como aquel auto se acercaba, estacionando frente a nosotros.

Bal apretó mi mano con fuerza, temeroso de que aquel auto trajera a su madre pero en cuanto la puerta se abrió y unos piesitos con metales bajaron su mano me soltó.

—¡Bal Bal! —le gritó su hermanito.

—¡Timmy! —exclamó con la voz entre cortada.

Ni siquiera lo pensó, mi chico corrió hasta su hermanito para cargarlo y abrazarlo con fuerza, besando sus mejillas efusivamente.

Sus padres bajaron para abrazarle con fuerza, justo lo que necesitaba... su familia, mis chicas favoritas bajaron pues fueron al aeropuerto por ellos.

—Lu —llamé al chico sin mirarle.

—Si —dijo nervioso.

—No chilles —me giré para verlo.

Efectivamente unas lágrimas ya habían salido y rodaban por sus mejillas.

—Entonces para que me involucran en estas cosas —chillo dejándose caer en el hombro de Santi.

El moreno le dió palmaditas en el hombro para mirarme.

—Deberías ir —mencionó.

Asentí para apoyarme en él y levantarme.

—Mételo no quiero que Bal vea su drama —me burlé.

—Insensibles —murmuró levantándose para secar sus lágrimas— iré a molestar a Charms.

—Yo me robaré tu cereal —sonrió el latino entrando.

Me di vuelta para caminar a ellos, Sofia y Raven parecían llevarse bien.

—Gracias chicas —las abrace a las dos.

—Cuando quieras Invierno —dijo Sofi besando mi mejilla.

—Todo por ver a nuestro niño bien —sonrió Raven.

Las chicas entraron a la casa pues hacía frío.

—Winter —dijo el nene riendo— mamá es Winter.

La mujer sonrió para acercarse a mi y abrazarme con fuerzas.

—Gracias por cuidar de mi hijo —susurró.

—Siempre —mencioné tomando la mano de mi nene.

Sentí unos bracitos tocarme, me giré para ver el bebé.

—Hola Timmy —sonreí besando su frente.

El bebé me abrazó, sip... aún olía a bebé hermoso.

Mi madre salió para vernos y sonreírnos, ya estaba enterada de esto y nos había apoyado hablando con ellos.

—Debes ser Juliana —la llamo su madre— gracias por cuidar a mi hijo.

Mi mamá miró a Bal para acariciar su mejilla.

—Encantada —aseguró— vamos pasen, hace frío aqui afuera.

Entramos a la casa, le di la mano al hermanito de Bal para entrar, caminaba con dificultades... igual que yo.

En la sala ya estaba Santi como advirtió comiéndose mi cereal, con Charms sentado en sus piernas quien al verme entrar con el nene no hizo más que cruzarse de brazos.

—Mamá, papá ellos son mis amigos —presentó Bal— Santiago y Louis, el pequeño es Charms el hermanito de Wint.

—Pequeño tu —murmuró Charms molesto.

—¡Charmander! —regañó mi mamá.

El nene se empezó a reír, como no culparlo.

—Tim no te rías —le susurró su mamá bajando a su altura— así le gusta que le digan.

—No, ese es su nombre —dijo mamá avergonzada.

Su cara... vivía por ver las caras de las  personas al enterarse que en realidad ese era su nombre, a nada de llamar a servicios sociales por maltrato infantil.

—¿Café o chocolate? —ofreció cambiando de tema a lo que asintieron.

Los latinos se acercaron para saludar a sus padres, se podía ver el extremo de ambos Lu abrazándoles sin importar que se acababan de conocer y Sant con un simple apretón de manos que era mucho para él.

Mi hermanito me abrazó haciendo que quitara la manita del bebé.

—Traidor —susurró celoso.

—¿Quién estaba en las piernas de quien? —le señalé.

—Ya pero los celos es porque desearías estar ahí —susurró.

En qué momento mi hermanito empezó a pensar así, no, no, no ese niño no podía pensar así.

El bebé tomó la manita de mi hermano.

—Me gusta tu yeso —dijo sonriendo.

Mi hermano le miró canalizándole por completo.

—¿Te gustan los dinosaurios? —preguntó una pregunta que no podía fallar.

—¡Si! —dijo con un gritito de felicidad.

Charms sonrió, ya lo tenía en sus dominios.

—Puede subir a jugar conmigo —pidió a sus padres.

Ambos asintieron un poco preocupados.

—Tranquilos yo los cuido —dijo Lu cargándolos sin problemas— pero yo pido ser el T-rex —amenazó a Charms.

—Ni en tus sueños —aclaro.

Los padres asintieron felices, como les deciamos que Lu en la habitación era solo un niño más.

Nos sentamos a tomar chocolate caliente y café para los adultos, Bal estaba recargado en su madre pero sin soltar mi mano.

—¿Dónde se van a quedar? —preguntó mi mamá.

—En mi casa —mencionó Santi— hay lugar donde quedarse y mamá preparará una cena esta noche, a la que me dijo que los invitara —agregó, lo que evidentemente había olvidado.

Mi madre asintió, su familia se quedo un rato más pero evidentemente estaban cansados como el bebé Tim que se había quedado dormido en Charms, ambos sobre Lu.

—Los veré en la cena —se despidió Bal de sus padres.

—Ve con ellos —le dije abrazándole.

—Pero pensé...

Atraje a mi nene a mí para darle besitos en sus cachetitios.

—Te veré en la noche si, disfruta de tus padres ahora que están —le recordé besando sus labios.

—Te he dicho que te amo —menciono abrazándome.

—Te he dicho que yo también —lo besé de vuelta.

—Les he dicho que son unos ridiculos —dijo Santi pasando a nuestro lado— venga patito antes de que se nos pegue y los tenga que soportar a los dos.

—Esa es una buena...

Santi me mostró el dedo de en medio para apresurar el paso, lo deje porque quería estuviera con sus padre mientras estaban pues debían volver en dos días.

Cuando se fueron mamá acecho.

—Ve por tu sudadera iremos a sacarte esa placa —apresuró.

—De verdad, ni un minuto de descanso —señalé molesto.

—Si si ahora —apresuró.

Sonreí, siempre seria mamá oso sin importar que.

Me acerqué para abrazarla y besar su mejilla.

—Gracias mamá —susurré— por ser la mejor, cuidarme y soportarme.

Mamá negó divertida abrazándome más.

—Merezco una medalla de oro por eso —sonrió— anda ve.

Me apresuré pues era capaz de no llevarme a la cena... una cena con las tres familias.... que tan mal podría salir.

#PatitoMereceSerFeliz

Quien fuera patito para tener amigos como nuestros nenes.🙌🏻❤️

Nuestro Wint a crecido mucho hablando de su pasado. 🥲

¿Quién mas cambiaria a su herman@ por el perrito de Santi? 🐶

Llegó la familia de Bal y con ella su hermanito precioso Tim.🥰 Charms celoso donde 😂

¿Una cena con tres familias? No son muy listos pero saben que algo saldrá mal.😰

Spoiler Alert: Louis 😎

Continuamos la cuenta: 2 🥴

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro