La luz del sol se filtraba por la ventana en la habitación de Kate Kane, más conocida como la vigilante Batwoman. Ella se encontraba profundamente dormida, con su cabeza apoyada sobre los pechos de su amante que comenzaba a despertarse: Wonder Woman.

La amazona le dio un pequeño beso en la frente a su pareja mientras se movía con cuidado para no despertarla. Se levantó mientras estiraba sus brazos y camino hacia la heladera, saco una botella de agua y se sirvió un poco. Prendió el televisor para ver un poco las noticias mientras Kate, aun dormida, se ponía a abrazar la almohada.

—En otras noticias —habló la reportera—, hubo un nuevo ataque de esos seres llamados Jotuns en Nueva York. Los daños a la propiedad pública fueron mínimos y ningún civil fue lastimado gracias a la rápida intervención de la vengadora Thrud.

La tele comenzó a reproducir un video donde se veía al Jotnar de cuatro metros aplastar un auto con su garrote. Nubes de tormenta se hicieron presente mientras un rayo caía en el suelo, dejando ver a la hija de Thor con su espada en mano. El gigante corrió a atacarla con su garrote mientras Thrud hacia lo mismo, sujetando su espada con ambas manos. La espada de la guerrera corto el garrote de su enemigo, aprovechó esto para meterse bajo su brazo y clavarle el arma blanca bajo las costillas, y abrirle hasta cerca del centro del estómago. El Jotnar grito de dolor y le dio un izquierdazo a la mujer que salió disparada hacia un auto de policía. Rápidamente se incorporó y corrió hacia la bestia, dio un salto para embestirle la cabeza con su cuerpo, giro en el aire y, sujetando su espada con ambas manos, se la enterró en el cuello mientras el monstruo caía hacia atrás.

—Estas son las declaraciones que nuestros colegas de Nueva York lograron obtener de la vengadora— dijo la reportera antes de que se reprodujera otro vídeo.

—¡Disculpa, Thrud! ¿Podrías hacer unos comentarios?

—¡Heimdall! —grito Thrud mientras alzaba la cabeza del gigante, haciendo retroceder del susto al reportero y la camarógrafa—. ¡Dile a mi padre que le voy ganando por tres cabezas! —Thrud arrojó la cabeza sobre el cuerpo del muerto y miro al periodista que había quedado petrificado, y con deseos de vomitar.

—¿Podrías contestar unas preguntas?

—Ya mate al monstruo, así que sí.

—¿Por qué motivos la ciudad de Asgard apareció de un día para el otro en las costas de Noruega?

—Porque mi familia quiere reestablecer lazos con los humanos, en todo caso es algo que mi abuelo Odín ya debió hablar con el Gobierno Noruego.

—¿Asgard se sumará a la ONU?

—No sé, solo me encargo de matar gigantes en Midgard. Pregúntenle a mi abuelo.

—¿Qué opinas de aquellos que te llaman “La Wonder Woman de los Avengers”?

Thrud soltó una fuerte carcajada al escuchar esa pregunta.

—Opinó que es una estupidez. Soy más fuerte, más poderosa y por mucho mejor guerrera que Diana. Yo soy la Diosa del Trueno y la Guerra, ella apenas si es hija de un semidiós. Yo no soy como esa estúpida amante de caballos, ella desearía ser como yo.

Diana dejó caer el vaso de agua mientras apretaba con inmensa furia sus dientes.

En ese momento en la mansión de Los Avengers, varias jarras de cerveza se encontraban vacías en la barra, el cantinero trataba de llenarlas tan rápido como podía pero temía que esos dos sujetos se terminarán toda la reserva.

—¿Qué sucede aquí? —pregunto Steve Rogers al entrar al lugar.

—Thrud y Hulk están compitiendo sobre quien puede beber más cerveza. —dijo Clint Barton que observaba atento el duelo, a su lado se encontraba sentada Natasha Romanoff.

—Chicos, paren un momento. —dijo el Capitán mientras Hulk y Thrud hacían fondo blanco con una jarra.

—No te preocupes, Cap, yo no puedo emborracharme. —dijo Hulk.

—La cerveza de los mortales no me afecta. —dijo Thrud con arrogancia.

—Thrud, ¿qué fueron esas declaraciones sobre Wonder Woman? —pregunto Rogers.

—La verdad. Soy mucho más poderosa que esa amante de caballos

—¿Por qué te molesta que le gusten los caballos? —pregunto Hulk mientras agarraba otra jarra a lo que Thrud alzó una ceja.

—¿Acaso tu también te coges caballos? —dijo antes de comenzar a tomar, provocando que Hulk escupiera la cerveza sobre el cantinero por la sorpresa— No se valía escupir, ¡yo gano!

—¿Qué carajos? —pregunto impactado Clint.

—¡Hey! ¡Cuiden su lenguaje! —dijo el Capitán.

—Cap, ¿en serio dijiste lenguaje? —dijo Tony que venía entrando— ¿Qué ocurre aquí?

—Que, según Thrud, Wonder Woman tiene sexo con caballos. —comentó Natasha.

—¿Qué mierda? —se sorprendió Stark.

Steve solo rodo los ojos.

—Las amazonas tienen sexo entre ellas, o con sus caballos. Todo para evitar tener sexo con hombres de verdad, estúpidas.

—¿Y como sabes eso? —cuestionó Stark.

—Me crie con ellas. —Todas las miradas se centraron en Thrud—. ¡Yo no me acosté con ninguna mujer y mucho menos con un caballo! A mi me gustan los hombres de verdad.

—Es bueno saber eso. —dijo Hulk con media sonrisa.

—Dije hombres, no trolls del pantano.

—¿Y se puede saber cuál sería tu tipo de hombre? —pregunto Hulk con su orgullo herido.

—Me siento más atraída a los hombres rubios y pelirrojos, un poco a los castaños. Fieros guerreros altos y musculosos, como los hombres de Escandinavia, aunque hay ejemplares así aquí también. —dijo mirando de forma pícara a Rogers.

—El punto es que no podemos ir por allí ventilando esos tipos de detalles sobre otros héroes por más mal que nos llevemos. —dijo Steve.

Thrud se levantó de su asiento y se estiró un poco.

—No es como que Diana y yo vayamos a pelear por ello.