Capitulo X: "La "Hora Cero"

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https://youtu.be/BwjJAtcm77k

Desde los diversos y vastos Mundos que la "Legión Ardiente" había ido conquistando y destruyendo todo rastro de vida, comandados por aquel quien fue, en sus tiempos de un Pasado remoto e inexistente, conocido como el "Campeón y Defensor del Panteón", ahora convertido en su Líder, Sargeras, se hallaban reunidos toda clase de Demonios y monstruosidades sin igual. Criaturas que parecían haber salido desde las más profundas y aterradoras pesadillas de una mente retorcida y que se entremezclaban con los que se encontraban allí. 

Formados como la "Vanguardia", la Infantería de la "Guardia Vil" se encontraba lista y a la espera. La "Guardia Apocalíptica" mantenía el orden con sus látigos de fuego, los cuales empleaban de vez en cuando para disciplinar a sus Soldados que se peleaban entre ellos; además de ir armados con Espadas impregnadas con Magia Vil. Los Canes Manófagos se hallaban hambrientos, querían alimentarse de toda la energía que había en Azeroth, pero una Demoníaca, la cual tenía el aspecto de un Caballero por su Armadura pero que era esquelética, rodeada de fuego y que llevaba un látigo hecho con el mismo Elemento, el cual azotaba el aire para mantener calmadas a sus criaturas. 

Éste era Hakkar El Amo de los Sabuesos y no se hallaba solo, ya que los Nathrezim habían llegado junto a otros poderosos Comandantes y "Señores Demoníacos", entre ellos se hallaban los "Rompeasedios" y  "Señores del Foso".

- ¡TONTOS, A LUCHAR! ¡APLÁSTENLOS!.- Bramaba un Comandante del Foso, el cual llamaba a sus Soldados, quienes ansiaban entrar en combate.

Habían Diablillos y otros "parientes" de ellos que correteaban de aquí para allá, mientras que los "Abisarios" y el "Vuelo Vil" se preparaban para atacar. Muchos de estos seres venían de otros Mundos en los cuales la "Legión" había instalado "Puestos de Avanzada" para sus tropas. Por su parte, los "Guardianes de la Tumba de Sargeras" portaban unos poderosos tridentes de color dorado, mientras que demás criaturas viles y de pesadilla llegaban para "unirse a la fiesta".

Nadie quería perderse de esa invasión. Aquellos que habían caído hacia mucho tiempo atrás, en especial los Nathrezim, habían vuelto a la vida y con mucho más poder. Ahora que ningún Mortal iba a interponerse en su camino, solo quedaba la espera final, de que el "Portal" se abriera.

Mientras tanto, en el "Fantasy World", las cosas iban tranquilas, Aqua y Kazuma estaban provechando esos días, junto a sus amigos, para completar misiones, ganar el dinero suficiente como para mantenerse, así como también recibir las visitas que venían desde Azeroth. Por aquellos días, Tirion Fordring/Vadín había ido hasta ese lugar para reunirse con ellos, cosa que alegró mucho a Darkness con ver a su viejo amigo, al cual le dio un fuerte abrazo y mostró sus respetos ante éste, quien era el Líder del "Alba Argenta".

Reunidos en la Mansión, Kazuma preparó té para su visitante, mientras que la Paladín de cabello rubio hablaba con éste.

- Veo que has estado entrenando muchísimo, Darkness.- Observó a la chica, quien asintió con la cabeza.

- Y también he logrado dominar mis impulsos sadomasoquistas, Señor Tirion.- Añadió la chica, cosa que era algo que el hombre le repugnaba, ya que ella le había contado sobre su deseo de ser capturada por el enemigo y que la golpearan, algo que le excitaba muchísimo a esa muchacha pero que, con el tiempo, fue dominando.

- Menos mal que has conseguido ese objetivo, Señorita Dustiness.- Sostuvo el Paladín y de ahí tomó un poco del té, mientras que respiraba profundo.

- ¿Sucede algo, Señor Tirion?.- Preguntó la rubia ante la seria mirada que tenía ese hombre, cuyos ojos se enfocaron en la joven y de ahí en los demás.

Se lo notaba serio, enfocado en algo que ni ella o los demás conocían respectivamente. Ella quería saber cuál era el motivo de su silencio hasta que oyó la voz del hombre que rompía la calma.

- ¿Han habido noticias sobre el Gul'dan Alterno?.- Lanzó esa pregunta y sus ojos parecían brillar ante lo que acababa de oír.

- Aún no, Khadgar le está dando caza pero es muy escurridizo. No hay forma alguna de darle. Cada vez que le está pisando los talones, ese desgraciado se escapa como si nada, borra su rastro, por lo que hemos aumentado nuestra vigilancia sobre Azeroth. El Rey Varian no quiere que se repita un error así, igual que el que hubo durante los tiempos de "La Plaga de Lordaeron".- Señaló Tirion con seriedad, mientras que Darkness le escuchaba atentamente.

- ¿Quiere que vayamos para allá?.- Fue la nueva pregunta que le hizo pero negó con la cabeza.

- No, por ahora no.- Dio su respuesta, pero parecía que le faltaba algo más en sus palabras. Sonaba raro, era como si estuviera presintiendo que algo no iba bien en Azeroth y no podía negarlo.

Siendo él un Paladín de la "Segunda Guerra", quien perdió sus títulos y liderazgo en sus tierras por salvarle la vida a un viejo Orco llamado Eittrig, así como también ser quien le puso fin al "Rey Lich" durante la "Guerra en Northrend" junto a la pérdida de su único hijo por la "Cruzada Escarlata", Tirion Fordring había sido un hombre que vivió, sufrió y luchó con todas sus fuerzas contra las adversidades. Y ahora, una vez más, el deber le estaba llamando para acudir en defensa de su tierra natal. Como todo Líder que era, tomó las manos de la rubia y la miró a los ojos, mientras que ella pudo "descifrar" ese "mensaje" que le tenía preparado. 

- Pase lo que pase, quiero que sigas luchando con todas tus fuerzas. No caigas en la desesperación o la angustia. Eres una Paladín y debes recordar tu juramento de defender a los débiles y necesitados.- Le dejó aquellas "señales" a la chica.

Sus ojos se agrandaron ante lo que acababa de oír. No podía ser posible, por lo que intentó no derramar lágrimas, pero no pudo, fue tarde; éstas emergieron y empezaron a descender por sus ojos hasta dar contra el sillón. Sabía bien que no tenía mostrar un signo de "debilidad" frente a su amigo pero con oír esas palabras, era algo que le causaba mucho dolor emocional. Tomó un pañuelo e intentó secarse las mismas para que no sospechara pero fue tarde, él se dio cuenta.

- Perdón...Sé que es mi deber y todo pero...con lo que dijo...es como si usted estuviera augurando su propia muerte.- Se disculpó. Tirion colocó su mano derecha en los hombros de la rubia y la miró de cerca.

- Todo Paladín sabe que va a morir, tarde o temprano, sea en batalla o por la vejez. Eso es algo que no puedes dejar pasar de largo, Darkness, pero, mientras aún tenga las fuerzas suficientes para pelear, entonces daré todo por mi gente, por mi tierra natal y por ustedes.- Le habló con esas palabras emotivas y llenas de esperanza, algo tan digno que personas como él portaban consigo a todo momento.

- Lo sé, pero...pero no estoy preparada para ver morir a gente como usted.- Respondió y llevó sus manos hasta el rostro, cubriéndose el mismo, mientras que se empapaba con sus lágrimas.

Sintió pena por ella, le dolía verla así y más con un futuro por delante. No tenía palabras que le ayudarían a describir esa situación, solo una serie de dudas sobre cómo sería aquel destino que le podría aguardar a él, habiendo escapado de la muerte cuando peleó en Northrend o más atrás, durante sus tiempos de la guerra contra "La Horda" del Jefe de Guerra, Orgrimm DoomHammer. La chica no paraba de llorar en esos momentos y de ahí sintió que Tirion la abrazaba con fuerza, hundiendo la cabeza de ésta contra su pecho, mientras que cerraba los ojos y acariciaba sus cabellos por un rato largo.

Kazuma, por su parte, los estaba viendo desde la planta. Aqua, a su vez, se hallaba con su "Espíritu de las Nieves" en la habitación de al lado. El castaño sintió pena por Darkness, jamás la había visto así, tan destruida y pensaba que esa visita era una normal, pero, en el fondo de su ser, también podía sentir que algo se avecinaba contra Azeroth y que podía afectar al "Fantasy World" con esa guerra en las puertas. Cerró el puño y los ojos, respiró hondo, mientras que su pecho subía y bajaba con lentitud. Necesitaba comprender aquello que se acercaba, pero tampoco tenía todas las respuestas, solo llegarían cuando el momento se produjera.

Estaban en medio de la "Hora Cero", en cualquier instante se produciría lo que temían, pero era inoportuno, ya que el Brujo Gul'dan Alterno permanecía en el interior de la "Tumba de Sargeras" junto a Cordana Cantovil, preparando todo para "tender la alfombra a sus invitados". Era un momento sumamente importante y la llegada de la "Legión Ardiente" a Azeroth lo resumía todo en simples palabras. 

Volviendo al "Fantasy World", Wiz había terminado de entregar un nuevo artefacto al último cliente de ese día, por lo que Vanir se hallaba contando el dinero, tras haberla ayudado y daba rienda suelta a los logros de ese día.

- Bueno, ¿crees que nos alcanza para pagar el alquiler de la tienda?.- Preguntó la Lich castaña a su amigo y ex-General del "Rey Demonio".

Éste dejó de contar, acomodó el dinero en varias bolsitas y de ahí se puso de pie, con gran elegancia que llevaba consigo para, acto seguido, caminar hasta donde se hallaba, tomándola en sus brazos, alzándola en el aire y girando como si de una pareja que bailaba tango se tratara, llevando a que ella se ruborizara en un momento como ese.

- Mi Querida Amiga, por supuesto que nos alcanza y es más, tenemos una importante reserva. Podríamos tomarnos unas vacaciones, inclusive.- Relató el peli negro del Antifaz.

No era mala idea, después de la "Guerra del Draenor Alterno", no les vendría mal un descanso para ambos. Incluso podrían irse a la Capital Imperial para pasar unos días allí o tal vez a un pequeño pueblo. ¿Quién sabe?. La vida tiene mucho giros. 

- Awww, me gustaría unas vacaciones, Vanir. Te lo juro, por unos días, sin tener que preocuparme por las guerras.- Señaló Wiz y se quedó pensativa. Llevó su dedo índice de la mano izquierda contra sus labios, intentando hallar algo nuevo.- ¡Oh!.

- ¿Hallaste algo interesante?.- Preguntó su amigo a ella.

- ¡Sí!.- Exclamó con emoción y extrajo un mapa de Azeroth.- ¿Qué tal si nos vamos de vacaciones a Pandaria?. Siempre tuve ganas de volver allí y ver a Chen Cerveza de Trueno/Stormstout y su sobra, Li Li.- Dio aquella idea, por lo que el peli negro lanzó una risa al aire.

- ¡Jajajaja!.- Río de aquella forma tan carismática y cómica, colocando sus manos en los hombros de la joven.- Adonde tú vayas, yo voy.- Dio a conocer esas palabras, mientras que tomaba el rostro de su amiga con suavidad, viendo aquel rubor carmesí sobre sus mejillas.

No podían negarlo, desde la "Guerra del Draenor Alterno" que habían forjado un vínculo mucho más fuerte y que superaba al de su amistad que tenían. Para Wiz, aquel hombre de Antifaz simbolizaba un "escalón" más dentro de su círculo social, lo veía con otros ojos y no podía negarlo: Era apuesto, divertido, elegante, todo un Caballero, además de que ambos habían servido en las filas de los Ejércitos del "Rey Demonio" hasta su deserción para vivir tranquilos y sin problemas.

Fue entonces que, sacudiendo su cabeza, salió de esos pensamientos, de los cuales ya tendría tiempo para poder expresarlos con claridad, así que regresaron a lo que tenían frente a ellos.

- Bueno, ¿vamos de vacaciones a Pandaria?.- Propuso Vanir, señalando aquel Continente ubicado al Sur de Azeroth.

- Mmmm, no me vendría mal unas vacaciones relajantes en esas tierras.- Señaló Wiz esa propuesta que ella misma había traído.

Mientras tanto, en Orgrimmar, el Jefe de Guerra, Vol'jin, se encontraba reunido junto a los demás líderes de las distintas facciones, incluyendo a los recién llegados Trolls Gurubashi, Amani y los Ogros, en donde se estaban dando a conocer las reglas para éstos y todo aquel que quisiera venir a vivir en las tierras de "La Horda". 

Se sentía satisfecho con su obra, había mantenido la paz con "La Alianza", agregó a estas tres razas a sus filas, evitó guerras sin sentido, incluso había mandado a sus mejores Curanderos y Chamanes Darkspear a las tierras de los Elfos de la Noche, ubicados en Vallefresno, para que replantaran, gracias a su Magia de la Naturaleza, las zonas en las que la ofensiva del ex-Jefe de Guerra, Garrosh Hellscream, conquistó y taló para quedarse con los recursos de esas regiones, volviendo a crecer nuevos árboles fuertes y sanos. Así mismo, el Troll pelirrojo había permitido que el "Clan Dragonmaw/Faucedraco" volviera a estar en "La Horda" tras la muerte de la Señora de la Guerra, Zaela, quien cayó en combate junto al Comandante Tharbek durante la Batalla de las Tierras Devastadas, en donde éstos asaltaron dichas zonas con la "Marcha de Hierro".

En aquellos momentos, Vol'jin, tras terminar la reunión, se dirigió hacia las colinas de "Los Baldíos", arenosas, calientes por el Sol pero a éste no le importó. Cerró los ojos y comenzó a hablar con los Espíritus, en especial con sus Ancestros.

El aire se volvió frío, el lugar en el que se encontraba desapareció y terminó por ser engullido por la Oscuridad. Pudo ver como una gran cantidad de personajes que pertenecían a la Historia de los Darkspear iban y venía hasta que, de golpe, la figura de cierto Troll emergió desde las profundidades y quedó cara a cara con él.

Una figura de que él tenía un vínculo de sangre. Alguien quien había sido el Líder de esa tribu por muchos años y que tuvo una visión sobre el Futuro que les deparaba. Sí, frente a él se encontraba ese Troll de gran fuerza y liderazgo, admirado por sus Hermanos, odiado y temido por sus enemigos. Vol'jin quedó frente a...

- Me alegra mucho saber de que te encuentras bien, hijo mío.- Habló Sen'jin, padre de Vol'jin, el cual puso sus manos en los hombros del joven Troll.- Haz hecho un gran trabajo con "La Horda", pero...puedo sentir de que hay algo que te inquieta, ¿no es así?.- Preguntó con aquel tono paternal y tranquilo.

- Sí, lo estoy.- Respondió y alzó la vista hacia su padre.

- Ven, caminemos juntos.- Pidió Sen'jin y cuando dieron los primeros pasos, Vol'jin podía ver a sus otros parientes, en especial la Historia de su padre, desde el nacimiento y que incluía sus grandes logros en las guerras y demás éxitos.- Noto que ese miedo que tienes, no es por la muerte, sino por algo más.

- Podría decirse que sí, padre.- Alegó su hijo.- Han pasado muchas en Azeroth, incluso para gente como yo, quien recuerda muy bien lo que han sido las tragedias, las traiciones y las amistades.- Recordó sus tiempos en los que había sido capaz de enfrentarse a Garrosh, cara a cara y decirle de que él mismo lo asesinaría con un arma empapada con veneno para hacer Justicia por sus Camaradas Trolls muertos en combate, siendo utilizados como "carne de cañón".

- Haz recorrido un largo sendero, Vol'jin.- Señaló su padre, mientras que extendía su brazo derecho y aparecía el mismo.- Batallas, guerras, derrotas, victorias, escapes de la Muerte misma e incluso desafiar, abiertamente, a tu ex-Jefe de Guerra. Y ahora lo eres tú. Pero dime, ¿qué es ese miedo que tanto te inquieta?.

Sus palabras eran reconfortantes, le daban un apoyo moral a la hora de enfrentarse a sus miedos más profundos. Sintió sus manos sobre los hombros y con ello cerró los ojos.

- He estado teniendo esos sueños en los que la propia Azeroth grita de dolor. Uno que ni yo puedo ayudar, ya que mi cuerpo es invisible. Es como si no estuviera allí y...y veo a "La Horda" caer bajo una horrible Oscuridad. Una que la devuelva a sus tiempos más oscuros y siniestros, en los que se cometieron atrocidades contra los pueblos inocentes.- Señaló aquello que tanto mal le afligía a su corazón.

Sen'jin se quedó pensativo, reflexionaba acerca de las palabras de su hijo hasta que se volvió a acercar hasta él.

- Sí, últimamente los Espíritus, incluyéndome a mí, nos hemos estado comportando de una manera bastante extraña, como si estuviéramos demostrando miedo o furia hacia algo que se avecina, sin embargo, de lo que pase, tarde o temprano, hijo mío, recuerda que no puedes huir de tu propia Historia. Llegará el momento en el que tendrás que enfrentarte a ese peligro y dejar tu huella en este Mundo. Sé que has conseguido un gran avance en las negociaciones con "La Alianza", así como también incluir a nuestros primos Gurubashi y Amani junto a los Ogros, pero recuerda: Siempre habrán quienes desean el poder para sus oscuros fines. Nunca dejes de vigilar a esa persona. Ya sabes de quién hablo.- Contó Sen'jin y su hijo reconoció cada una de sus palabras y la validez que éstas tenían.

- Lo haré, padre, no te fallaré.- Prometió y ambos tuvieron un fuerte abrazo antes de que todo volviera a la normalidad.

- Cuídate, hijo mío. Nos volveremos a ver.- Se despidió Sen'jin, quien volvía al Reino de los Espíritus, mientras que Vol'jin permanecía en Azeroth.

Una vez más, el sitio recuperó su color y volvieron a lo que era antes. Comprendía sus palabras y más cuando mantuviera bajo vigilancia a esa "persona", si es que se la podía llamar de esa manera a la "Reina Alma en Pena", Sylvanas Windrunner/Brisaveloz. Nunca había tenido confianza en la ex-"General Forestal", incluso el propio Lor'Themar Theron  hablaba con Vol'jin acerca de los peligros que ella tenía a su disposición, sin olvidarse del Campeón Nathanos Clamañublo/Blightcaller, el cual respondía a todas las órdenes que su Reina daba.

No iba a fallar a su palabra.

Justo en ese momento, notó una presencia, por lo que tomó sus Dagas, listo para pelear.

- Más te vale haberte despedido de quienes te aman, intruso, porque te voy a enviar con Bwonsamdi.- Advirtió con frialdad y cuando trazó el primer arco, éste fue detenido por la defensa de una Espada que se interpuso en su camino.

https://youtu.be/OoAhjEWT3kE

En aquel momento, justo cuando alzó la vista y bajó sus Dagas, Vol'jin se encontró con un Humano de cabello plateados, lo mismo su barba candado y que lucía toda una Armadura de "La Alianza" con detalles marrón, negro y azul junto a sus botas grises. Éste envainó su Espada y se quitó la capucha que llevaba consigo y unida a su capa.

- ¿Acaso olvidaste a un viejo amigo, Oh Gran Cazador de las Sombras?.- Preguntó y los ojos del Troll se volvieron grandes como platos.

- Esa voz...- Reconoció a la persona que se hallaba frente a él.- ¡Tyrathan Khort!.- Exclamó y compartieron un abrazo de viejos amigos.

- Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos, Vol'jin.- Habló el hombre con tono amable.- Aún recuerdo cuando combatimos en el "Monasterio de los Shado-pan" contra la "Invasión Zandalari" y en especial cuando curaste una herida mortal que había recibido por parte de un enemigo, el cual me había empotrado contra uno de los muros con una lanza.- Recordó y de ahí colocó su mano en los hombros de su amigo.-

- Es un gusto volverte a ver, Tyrathan. Tú tampoco has cambiado en lo absoluto.- Señaló el Troll, mientras que el Humano movía la cabeza de lado a lado.

- Todo cambia en esta vida, Vol'jin, excepto una vieja amistad.- Sostuvo el Hombre y de ahí fueron caminando, colina abajo, dejando atrás "Los Baldíos" y poniendo rumbo hacia Orgrimmar. 

Tenían mucho de qué hablar.

[Bueno, amigos, la "Legión Ardiente" está lista para actuar y su llegada a Azeroth será un gran dolor para "La Alianza" y "La Horda". Darkness se muestra preocupada por lo que le dejó su amigo, Tirion Fordring y Vol'jin recibió consejos de su padre, Sen'jin, acerca de no perder de vista a Sylvanas, pero ¿en qué conducirá todo esto?. Eso lo veremos más adelante en esta historia.

Dos cosas para mencionar: Aquí, además de Kazuma-Aqua, también habrá Wiz-Vanir (siempre tuve ganas de hacer un ship entre estos dos) y el personaje de Tyrathan Khort aparece en "World of Warcraft: Mists of Pandaria" así como también en la novela "Vol'jin: Sombras de la Horda", se las recomiendo.

Mando saludos y agradecimientos para RCurrent y Vigía10 por seguir esta historia junto a los demás.

Nos estamos viendo y les deseo un buen comienzo de semana.

Hasta la próxima.].


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