Capítulo XXV: Un presagio oscuro

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Todo lo que él veía era un infinito sendero de sombras, donde antes estaban sus ojos, ahora eran unas cuencas vacías y que bullían de la "Magia Vil" que Sargeras El Titán Caído le había dado como un "Regalo" por haberse unido a sus filas en la "Legión Ardiente" hacía tanto tiempo atrás. Pero aún así recordaba su labor, la misión que tenía asignada, a pesar de la rivalidad que tuvo con su hermano gemelo y las discusiones con su Maestro, el Semi-Dios Cenarius. ¿Tanto tiempo había pasado?. Sí, en efecto, más de 10.000 años desde que aquellos colosales e infinitos Ejércitos de Demonios y otras criaturas que parecían ser sacadas de alguna mente perturbada, marcharon sobre Kalimdor y arrasaron con todo a su paso. En medio de aquel largo "Sueño", aquel al que llamaron "El Traidor" recorría el "Vacío Abisal" y la "Gran Oscuridad del Más Allá", igual que en esos tiempos en los que gobernó Terrallande con puño de hierro hasta su caída, observando infinitos Mundos que habían sido arrasados por completo gracias a la furia de los Demonios y su Líder.

Tantas civilizaciones, su Historia, cultura y demás, todo caído, convertido en cenizas, sus ciudades destruidas ser convertidas en pilas de escombros y gobernados por los Ejércitos enemigos al mando de aquel al que conocían, antiguamente, como el "Campeón del Panteón". 

Una serie de recuerdos vinieron a su mente, mientras que continuaba con aquel viaje por ese vasto Universo. Se podía ver así mismo, rodeado por toda esa gente, cuando nació junto a su hermano gemelo, el crecimiento de ambos y cuando iniciaron sus caminos para ser Druidas bajo la tutela y enseñanza de Cenarius, así como también las discrepancias y discusiones que él tuvo con su Maestro hasta que fue expulsado. Luego se lo podía ver uniéndose a los Ejércitos del "Imperio de los Elfos de la Noche", cuya Capital, Zin-Azshari y que era gobernada por la hermosa e inteligente Reina Azshara. Allí se había convertido en un Hechicero de gran poder sobre las energías Arcanas que emanaban desde el "Pozo de la Eternidad"...y que habían atraído la atención de los Demonios. 

Otra serie de recuerdos llegaron, igual que el viento frío que bajaba desde las Montañas y páramos helados de Northrend: Cuando los Altonatos abusaron con ese poder y terminaron provocando la llegada de las primeras filas de la "Legión Ardiente", la "promesa" de Sargeras de que les brindaría un poder mucho mayor que el que poseía, a cambio de venderse al mayor destructor del Universo y que sus tropas comenzaron a masacrar a todos los civiles y militares que estaban a la espera de saber qué había ocurrido con el "Pozo de la Eternidad".

La tan recordada "Guerra de los Ancestros"; la "Primera Invasión de la Legión Ardiente", las ciudades, pueblos, Santuarios y Sitios Sagrados de los Elfos de la Noche que fueron destruidos, convertidos en pastos de las llamas y la llamada "Resistencia Kaldorei" ante los invasores. Las luchas que hubo hasta la "deserción" de él tras haber tenido una feroz discusión con el Comandante Kur'talos Cresta Cuervo del "Bastión Torre Oscura" sobre su proceder contra los Demonios por la muerte de los Magos que tuvo bajo su mando para derrotar a las fuerzas enemigas.

Después de eso, dejando una clara advertencia de lo que les pasaría sin su ayuda, se había ido de allí, recorriendo los caminos de Ashenvale/Vallefresno, el combate contra el Comandante Azzinoth de la "Guardia Apocalíptica", las "Gujas/Hojas Gemelas" que obtuvo de éste al derrotarlo y su "alistamiento" en las filas enemigas pero con el plan perfecto para acabar con todos ellos.

 Sin embargo y a pesar de todo, su gente lo siguió viendo como un "Traidor", le temían y por eso lo encerraron durante más de 10.000 años hasta que volvieron a solicitar su ayuda...convirtiéndose en un Demonio tras haberse apoderado de la "Calavera de Gul'dan", siguiendo el consejo de aquel "Caballero de la Muerte", quien también ansiaba ver la caída de la "Legión Ardiente" por haberlo usado como un simple peón en sus "juegos". 

Aquellas aventuras y otros caminos que tomó hasta convertirse en el "Señor de Terrallande", los entrenamientos y la creación de sus "Ejércitos Illidari" para combatir a los enemigos, las guerras que libró contra las Fuerzas de la "Legión Ardiente" y demás...todo para ser traicionado por aquellos a los que había confiado y luego caer derrotado por la Elfa de la Noche que tanto tiempo le dio caza hasta el final.

Sin embargo, aquella voz le hablaba y le decía que no debía darse por vencido, aún tenía un papel muy importante por el que cumplir. Uno que haría temblar a sus enemigos desde los cimientos.

Una nueva explosión se hizo sentir en los alrededores de la "Tumba de Sargeras", las defensas hacían todo lo posible para detener las inmensas oleadas de enemigos que intentaban entrar hacia el interior. Las arqueras y lanceras lanzaban una lluvia tras otra de letales proyectiles junto a sus máquinas de guerra como balistas, catapultas y ballestas móviles, lo mismo se podía decir de las Quimeras y las Jinetes de Hipogrifo, las "Cazadoras" montadas en sus "Sables de la Noche" y los Druidas de la Zarpa y de la Garra, quienes bombardeaban al enemigo con todo pero no parecían hacerles el daño suficiente como para que desistieran. Khadgar salió corriendo hacia la azotea de aquel imponente edificio y fortaleza que regía Maiev Shadowsong y pudo ver a los Ejércitos de la "Legión Ardiente" atacar sin descanso las puertas. 

Para "responder" a sus ataques, los Demonios trajeron a los "Rompeasedios", los "Atracadores Viles" así como también cañones de Magia Vil y catapultas que lanzaban poderosas rocas imbuidas con ese poder que causaban una gran destrucción a su paso. En aquellos momentos, el Archimago se preparó para conjurar un poderoso Hechizo que pudiera equilibrar la balanza, sin embargo, algo le llevó a que abriera los ojos ante una misteriosa Magia que crecía a su alrededor.

Sus ojos se dirigieron hacia unas colinas cercanas, allí había un "punto" en la lontananza y que blandía un Báculo de Hechicera. Una de las arqueras dejó disparar y notó como aquella fuerza crecía sin parar, uniéndose al objeto que portaba esa persona en la lejanía. Parecía que las sombras iban a devorar todo a su paso, no había forma de que se detuviera en su imparable avance y de ahí, la muchacha apuntó hacia las filas y con un rápido arco, disparó su ofensiva contra éstos, desatando una marea de explosiones y fuego que destruyó a vastas extensiones del suelo rocoso y los Demonios que quedaron atónitos ante semejante poder. Los "Rompeasedios" intentaron frenarla pero fue inútil, el ataque diezmó a parte de aquellos enormes "Señores del Foso", un Comandante de éstos se desplomó, envuelto en llamas mágicas, al igual que otras criaturas como la "Guardia Apocalíptica" y otros Demonios.

Con el camino libre, la muchacha fue corriendo hasta las puertas que se estaban cerrando y pudo ingresar justo a tiempo.

- Archimago Khadgar, ¿la conoce?.- Preguntó la Teniente de Maiev.

- Sí, es mi amiga.- Respondió éste y fue corriendo para recibirla justo a tiempo cuando la "Legión Ardiente" volvía al ataque.

Aquello no se lo podía describir como un combate normal, sino de que, más bien, era una ofensiva nunca antes vista, ya que los Demonios volvieron a la carga. No les importaba que aquel "bombardeo mágico" les hubiera diezmado a parte de sus filas, éstos regresaron y trajeron sus máquinas de guerra, atacando las puertas, mientras que, desde el exterior, Gul'dan llegaba hasta aquella posición y tenía ante sí una "Puerta Élfica" con unas runas escritas en esa lengua.

El Viejo Brujo Orco se quedó mirando aquella estructura y notó una presencia Mágica que no estaba a su nivel, pero sí conocía a alguien capaz de poder hacerse cargo de la misma, así que se giró hacia aquella desertora que se había unido a su causa, quien dio unos pasos hacia adelante junto a su "Media Luna Umbría", mientras que el fulgor verde vil manaba por sus ojos.

- Ha llegado tu turno, Cordana, cumple tu parte del "Pacto".- Le cedió Gul'dan su posición y ésta apuntó con su arma hacia la "Puerta Élfica", mientras que pronunciaba unas palabras en su lengua natal y con ello se veía una intensa luz celeste que cubría el "Sello" por completo.

En unos pocos segundos, la misma comenzó a abrirse, lentamente, soltando una fina capa de polvo que era dispersada por los vientos y con ello, una sonrisa de pura maldad se dibujaba sobre el rostro de Gul'dan.

Dentro de la fortaleza, un nuevo impacto hizo temblar el techo y las paredes. Un grupo de Elfas de la "Guardia de Élite" de Maiev iba corriendo, con sus Gujas de Guerra en ristre, listas para enfrentar a la amenaza.

- ¡La "Legión" ha roto el "Sello"! ¡Rápido, Hermanas, defiendan la "Bóveda"!.- Pidió una de las Comandantes, mientras que partían hacia el combate.- ¡Lady Maiev, la necesitamos!.- Rogó por la ayuda de la Líder, quien permanecía en la "Cámara de las Celadoras", en silencio.

Por su parte, dos "Cazadoras" guiaron a la Hechicera que había ayudado a las Elfas durante el combate, para darles algo de tiempo y así reforzar sus defensas. En medio del camino, Khadgar fue a su encuentro, dándole un fuerte abrazo.

- Lo que hiciste fue algo muy arriesgado y peligroso, pudiste haber muerto a manos de los Demonios.- Le dijo con seriedad, sin embargo, al ver la determinación de la joven, éste cerró los ojos y pasó su mano por los cabellos de la misma.

- No podía perderme toda la acción, amigo, además...- En ese momento, el tono de voz de Megumin sonó preocupado y bajó la mirada cuando recordó lo que había ocurrido en las Costas.

- Megumin...- Iba a decir Khadgar cuando una nueva explosión sacudió el interior de la fortaleza, las "Celadoras" que estaban combatiendo a los Ejércitos de Sargeras estaban resistiendo pero, con el paso del tiempo, debieron ir cediendo terreno, mientras que afuera continuaban los enfrentamientos.

- ¡La "Legión" ha entrado, de prisa, todo el Mundo retroceda hacia la "Cámara de las Celadoras"; de prisa!.- Ordenó una de las "Cazadoras".- ¡Lady Maiev, necesitamos de su ayuda!.- Pidió ésta y la Elfa se dio la vuelta para verla.

- Primero hay algo que debo hacer.- Respondió y pidió que la siguieran hasta aquella "Bóveda".

Las puertas se abrieron, revelando el interior del mismo y con ello, la última "Carta" que les quedaba por jugar, mientras que Gul'dan y Cordana se iban abriendo camino para llegar su "premio".

[Este capítulo ha sido un poco corto pero los que vienen serán más largos, además de que comenzarán los combates contra los máximos Líderes de los Ejércitos de la "Legión Ardiente", por lo que vayan preparándose, amigos.

Espero que hayan tenido una muy Feliz Navidad, les deseo un buen comienzo día Domingo de mi parte para todos ustedes, en especial para Betelgrim_El_Payaso,  ArielCallisaya7RCurrent y los demás seguidores.

Cuídense y nos vemos en el capítulo que viene, Camaradas.].


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