Capítulo XXVII: Una nueva amenaza sobre Azeroth (Parte I)

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Mitsurugi Kyouya apretó los dientes con fuerza mientras que una Chamán del "Clan Lobo Gélido" le aplicaba unas hierbas medicinales para curar sus heridas que tenía en el pecho y los brazos. El joven Espadachín había dado un gran combate contra los Demonios, en especial al haber vuelto a ver al General Nazgrim pero ahora, hallándose herido, el rubio iba a necesitar unos días para recuperarse. 

- Muy bien, permanece quieto, esto va a doler pero la hierba de "Thunder Ridge" sirve para este tipo de heridas en la piel.- Pidió la joven Orco, quien mezcló, dentro de un pequeño mortero, aquellas hierbas y formó una pasta verde-esmeralda brillante, llevando a que el chico la mirara con algo de temor en los ojos.

- Disculpe. Espere, espere, creo que no es necesario poner eso sobre mí.- Intentó en detenerla.

- Tonterías, esto sirve para limpiar las heridas, si las dejo así, se le pueden infectar, además, es muy posible que haya sido herido por algún arma empapada con veneno y...- La muchacha respiró profundamente y apretó los puños al recordar la trágica muerte del Rey Varian Wrynn y ahora había recaído la misma sobre el Jefe de Guerra, Vol'jin y la "Legión Ardiente" estaba lista para lanzar su ofensiva a gran escala sobre Azeroth.- Mira, chico, no quiero ser ruda pero te lo diré así de simple: Coopera o puedes irte caminando hasta sufrir los efectos de la ponzoña en tu sangre y créeme que no es nada lindo eso.- Dejó aquel aviso con seriedad pero preocupada, por lo que Mitsurugi debió tragarse ese miedo y poner el pecho ante esa situación tan avergonzante.

- De acuerdo, de acuerdo. Lo sé...- Se detuvo y quedó callado un rato.- Están de luto por las muertes del Rey Wrynn y del Jefe de Guerra. No le quitaré más de su tiempo, adelante.- Finalizó y se recostó contra la cama que había allí, dejando que la joven Chaman procediera con untar aquella pasta sobre sus zonas heridas.

No tardaron en producirse los primeros gritos por el dolor que estaba sufriendo el chico rubio.

- Agh, por favor, parece como la mujer de aquella película que vi cuando estaba vivo en Japón.- Lanzó Kazuma unas palabras despectivas ante la falta de valentía en Mitsurugi.- ¿Cómo se llamaba?...Ah sí, sí, "Psicosis".- Recordó y de ahí se paró para ir hasta la puerta de aquella "Enfermería", debido a que habían muchos puestos sanitarios llenos de heridos y también de los cuerpos de aquellos caídos en combate. Fue entonces que golpeó a la misma.- ¡Oye, Princesita, deja de gritar, algunos queremos dormir!.- Exclamó con furia y después de que cesaran los gritos, se encogió de hombros y se recostó en su litera, teniendo a Aqua, la cual dormía a su lado, abrazándolo con fuerza junto al frasco con el "Espíritu de las Nieves" en su interior y a salvo. El castaño había vuelto y tras acostarse al lado de su novia, éste le pasó las manos sobre sus cabellos y le dio un tierno beso en los labios.- "Descansa, Mi Dulce Diosa, descansa...descansa que pronto veremos caer a la "Legión Ardiente".- Prometió el chico, mirando hacia una de las ventanas y con un gesto de preocupación en la misma.

A unos metros de donde dormían Kazuma y Aqua, Wiz y Vanir permanecían cerca de la puerta que llevaba a los "Aposentos de la Familia Wrynn". El Castillo de Stormwind había quedado bajo un velo de silencio sin igual, Anduin no salía de aquel sitio y estaba acompañado por Valeera, aquel Sirviente que tanto tiempo había servido con una lealtad inquebrantable a los Wrynn y las noticias de la muerte de Vol'jin habían llegado hasta Stormwind. La Lich y ex-General del "Rey Demonio" junto a su pareja necesitaban formular algún plan con Kazuma y los otros, el tema era que Megumin todavía no aparecía y eso preocupaba a los presentes.

- Deberíamos ir a buscarla, Vanir. Ella se quedó en las "Costas Quebradas". Podríamos abrir un "Portal" y listo.- Sugirió la castaña pero su novio negó con la cabeza.

- Imposible Wiz, además ambos estamos exhaustos y si vamos para allá, solo seríamos el anzuelo ideal para la "Legión Ardiente".- Advirtió con seriedad y era cierto. Ir allí no era una buena idea, estaban cansados y se podía apreciar en los demás. Un ejemplo era Chris/Eris, la cual estaba profundamente dormida junto a la Fiscal Senna, Ruffian y Luna, quien se recostó contra el pecho de aquel sujeto de tez bronceada. Chomosuke permanecía con Yunyun, a pedido de Megumin para que la cuidara hasta su regreso.- 

- ¿Tú crees que este bien, Vanir?.- Preguntó la Lich.

- Aún teniendo la Clarividencia...es como si un nuevo tipo de Magia me impidiera pudiera ver o saber de Megumin.- Advirtió su novio y ella se quedó a su lado, acurrucándose contra el pecho del peli negro con Antifaz.

- Será mejor que descansemos un poco, ¿no?.- Sugirió la castaña y él asintió con la cabeza, yéndose hasta uno de los sillones, en donde quedaron profundamente dormidos.

Yunyun era la única que permanecía despierta y con Chomosuke sobre sus piernas, quien dormía tranquilamente, dirigió su mirada hacia el Mar de Azeroth, la calma, el silencio, la lluvia que caía pero que, a pesar de toda esa "paz", era algo breve, la guerra estaba a la vuelta de la esquina y no solo ella lo sabía, también lo reconocían aquellas personas que estaban al lado de sus amigos, presintiendo lo peor para ese Mundo.

https://youtu.be/0l8JQIEqT_4

Si las palabras pudieran retratar una imagen de lo que ocurría allí afuera, no habría una calificación justa ni tampoco desaprobatoria, ya que las Fuerzas de la "Legión Ardiente" habían terminado por ocupar la "Tumba de Sargeras", el "Titán Caído" observaba todo desde su Cuartel General instalado en el "Vacío Abisal", mientras que los Ejércitos de Lord Xavius ya estaban dentro de aquellos territorios ancestrales que él mismo deseaba verlos corromperse hasta la última parcela de tierra fértil y pura. 

Por su parte, de vuelta con Sargeras, éste veía que el plan llevado a cabo junto al Gul'dan Alterno habían dado sus frutos, ya que éste tenía, bajo su control, el cuerpo de Illidan Stormrage para un fin sumamente oscuro, siniestro. A pesar de todo, hallándose rodeado por sus "Shivarras", el Líder de la "Legión Ardiente" esperaba y calculaba cada paso que se diera adelante para poder destruir Azeroth. No iba a ser sencillo y aquellos aventureros habían sido un verdadero dolor de cabeza para sus planes en las "Costas Quebradas". Ahora tendría que vérselas con ellos y destruirlos a toda costa.

En las Selvas de Tuercespina, las tropas de "La Horda", comandadas por el General Nazgrim y otros líderes de suma importancia, habían llegado para cumplir con las últimas órdenes de Vol'jin, siendo ahora el "Alto Señor Supremo" Varok Colmillosaurio quien tenía a esa unión de razas bajo su liderazgo y era la evacuación de los Trolls Gurubashi de allí para llevarlos hasta Kalimdor hasta que terminara la guerra. 

Sobre los "Reinos del Este", en especial en Quel'thalas, los Trolls Amani también eran evacuados junto a los Clanes Ogros de las "Tierras Devastadas". 

En Khaz'modan, los Ejércitos de los Enanos habían empezado a levantar fortificaciones y puestos de avanzada, en especial en las Tierras del Interior y el Norte, sin olvidarse del "Puente de Thandol". La Emperatriz Moira Thaurissan había pedido a los "Tres Clanes" que dejaran de lado las diferencias y que lucharan juntos ante la amenaza de los Ejércitos de Sargeras. En "La Fundición", ubicada en la Ciudad de Ironforge, la Capital del Imperio, las forjas no paraban de trabajar día y noche, las herramientas como martillos y cinceles hacían sus trabajos, saliendo armaduras, Blunderbuss, cañones, lanzas, espadas, picas, ballestas, arcos y flechas. Lo mismo se podía decir de los entrenamientos que realizaban los "Jinetes de Grifo" dirigidos por Kurdran y Falstad Wildhammer, así como también Bolner Picomartillo, los Hermanos Bran y Muradin Barbabronce, Baelgun Barballamas y otros grandes personajes que acompañaban a la Emperatriz en esos momentos tan tensos.

En Gnomeragan, el "Manitas" y Rey de los Gnomos, Gelbin Mekkatorque junto a al Maestro Sobrechispa y otros de su raza estaban diseñando preparando una serie de defensas a lo largo y ancho de sus territorios junto a los Enanos y así evitar la llegada de los Demonios a sus tierras.

"La Horda" tampoco quedaba excluida de sus operaciones pero el ambiente estaba tan convulsionado que cualquier disputa podía llevar a la ruina total a la frágil alianza que tenían con las otras razas. El "Alto Señor Supremo" Colmillosaurio se encontraba en la "Sala de Operaciones" del "Fuerte Grommash" junto a los demás Líderes que estaban metidos en esa fuerza conjunta y recibía consejos, instrucciones y él impartía las órdenes, dada su experiencia en el campo de batalla.

- Jefe de Guerra Colmillosaurio.- Oyó la voz de la joven Orco Rokkara del "Clan Lobo Gélido", el Veterano alzó la mirada desde los mapas y la enfocó en la muchacha, quien se reportó junto a sus Camaradas del "Cuerpo de Mercenarios".- 

- Rokkara, adelante, dime, ¿cómo va la evacuación?.- Preguntó el Jefe de Guerra.- ¿Tenemos noticias del Rey Anduin?.- Se dirigió con aquel tono serio pero respetuoso a la posición que iba a ocupar el chico.

- Sobre el primer punto, están terminando de evacuar las tierras de los Amani, quedan muy pocos, mientras que los Gurubashi y los Ogros están llegando con la ayuda de los "Portales", los zepelines y barcos que envío, Señor.- El tono de Rokkara sonaba neutral, pero ella se fue acercando hasta quedar a escasos metros de su Líder.- Tenemos un problema.- Informó y aquello parecía sonar muy bajo.

El rostro del peli blanco Veterano se mostró serio y pidió que ella le contara todo lo que estaba ocurriendo.

- Es Sylvanas, ¿no es así?.- Preguntó, ella asintió con la cabeza y Varok lanzó un gruñido, molesto por lo que estaba ocurriendo.- ¿Qué ha pasado?.

- Hasta ahora nada grave, pero anda teniendo muchas reuniones secretas con Nathanos y el "Príncipe Mercante" Galliwyx.- Le informó y al oír aquel último nombre, Varok sentía un profundo asco hacia aquel sujeto.

- Lo único que le importa a esa bola de grasa es obtener dinero a costa del sufrimiento de los demás.- Formó un puño con la mano pero se calmó.- Cuando acabe la guerra, yo mismo me haré cargo de que Galliwyx reciba su castigo, lo pondré tras las rejas y nombraré a Gazlowe como su Sucesor. Él es mil veces mejor que ese "Mercenario" hambriento de dinero y poder.- Juró y tras ello volvió a su labor, pero, de golpe, las cortinas se abrieron lentamente. 

Una sombra "planeó" sobre ellos, el aire se volvió gélido y la oscura figura de Sylvanas Windrunner emergió desde las profundidades. Siempre con esa mirada que llenaba de miedo a aquellos que se le interponían en su camino, esos ojos rojos como el propio fuego eterno que no parecían reconocer sus límites y armada con su poderoso y temido "Arco Brisaveloz" junto a su carcaj de "Flechas Fantasmas" y cargadas con Veneno. Escoltada por Nathanos y un par de miembros del "Cuerpo de Forestales Oscuros", ésta hizo una reverencia ante el Jefe de Guerra y él se mostró tranquilo, pero siempre manteniendo la guardia en alta.

- Lamento mucho mi demora, Jefe de Guerra Colmillosaurio, pero he tenido que atender...- Iba a decir cuando la mano derecha de Varok la detuvo.

- Sin explicaciones.- Pidió y sus fosas nasales se agrandaron tras tomar un profundo respiro.- Necesito saber de la situación en nuestras tierras, no pienso enviar a los Ejércitos de "La Horda" sin tener conocimiento del avance enemigo.-

Nathanos caminó hasta la mesa y con la "Reina Alma en Pena" marcaron una serie de puntos sobre el mapa de Azeroth.

- Hasta el momento tenemos confirmación, de parte de nuestros exploradores y barcos, que la "Legión Ardiente" está movilizando a sus fuerzas hacia Kalimdor, pero creemos que esto es solo la "Punta del Iceberg".- Le explicó, Varok llevó una mano hasta su mentón, mientras que buscaba el sitio ideal para atacar a las naves enemigas.- 

- Ya veo, por lo que me dices, planean atacar todos los frentes.- Comprendió Varok y de ahí decidió poner en plan su marcha.- Quiero que envíen mensajeros al Reino de Stormwind, vamos a necesitar toda la ayuda posible para detener esta amenaza.

- Sí, Jefe de Guerra.- Respondió uno de los miembros de la "Guardia Kor'kron", quien salió hacia afuera.

Sylvanas sabía muy bien de que debía ir con cuidado, esto no era un juego cualquiera, tenía que ser lo más silenciosa posible y no dejar rastros. En un momento dado sintió que todo se volvía mucho más oscuro y gélido, llevó una mano hasta su pecho, su poder comenzaba a menguar. Nathanos fue hasta ella y se quedó a su lado, tomándole de las manos y de ahí la sacó de la reunión.

- Pronto te recuperarás, Mi Reina. No se preocupe.- Le habló con un tono tranquilo a la Elfa.

Ella dirigió una mirada hacia su "Campeón", confiaba en sus palabras pero tampoco podía dejarse derrotar por un grupo de indeseables. Así que fue caminando unos metros hasta encarar al Firmamento de la Noche que pendía sobre Kalimdor.

- Tus palabras son el alivio que necesito para terminar con esta misión, Nathanos.- Dijo y él la escuchó con atención.- Ya hemos visto demasiado de parte de Reyes y Jefes de Guerra que no saben otra cosa más que servir a un poder de inútiles. Solos tú y yo sabemos lo que tenemos que hacer.- Dijo y él pasó a su lado.

- De la orden y mis "Forestales" estarán listos.- Pidió y ella notó que su fidelidad era segura.

- Pronto, pronto lo verás.- Prometió ella, mientras que los dos desaparecían en medio de la noche.

[Nuevo capítulo y lleno de suspenso. ¿Qué pasará ahora con la "Legión Ardiente" en marcha?. Eso lo veremos en el próximo capítulo.

Espero que les guste. Mando saludos y agradecimientos para RCurrentBetelgrim_El_PayasoArielCallisaya7 y los demás seguidores.

Cuídense y hasta la próxima, amigos. Buen día Miércoles de mi parte.].


  

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