Un día más, me desperté y fui directa al sofá de mi salón para echarme la siesta de las once. La nueva ley ordenaba dormir toda la noche y cuatro veces al día, lo que a mí me parecía estupendo, ya que yo era alguien bastante vaga.

Cuando el famoso Frisk devolvió a los monstruos a la superficie, los humanos decidimos escoger a uno de ellos como presidente de nuestro país, y el esqueleto Sans había salido elegido.

Desde el principio yo había votado por él. Decía que el trabajo era importante, al igual que la escuela, pero que necesitábamos descansar. Por eso, todos los meses laborales se convirtieron en vacaciones, y viceversa.

Nos encontrábamos en mayo, por lo que pronto se acabarían mis preciadas vacaciones. El verano antes se había tratado de mi estación favorita, ya que en julio se presentaba mi cumpleaños, pero ahora no aguantaba ni el verano, ni julio, pues aparte del calor sofocante, también se hacían presentes el instituto y las clases extraescolares.

Antes de volver a dormir, tomé el mando a distancia sobre el cual me había echado y encendí el televisor.

La imagen de Sans el esqueleto invadió la pantalla, con su permanente sonrisa y su mirada de pupilas blancas. Junto a él estaba Papyrus, su hermano menor, también vicepresidente.

Me removí en el sitio y le di más volumen a la televisión:

—hoy me gustaría hacer un anuncio —decía la voz metalizada del presidente—, y es que no pienso permitir que ningún humano vuelva a tratarnos como seres inferiores. ayer un chico se me acercó y me gritó que no merecía este cargo... ¿por qué, si se puede saber? ¿acas--?

Cambié el canal, dispuesta a ver los dibujos animados. Sieempre igual. Más de un humano se había rebelado ya contra los monstruos, y Sans no dejaba de hablar de ello por la tele, avisando de que el próximo pasaría un "mal rato" y sería "juzgado".

Pero, vamos, ¡si ese esqueleto era un trozo de pan!

No le podría hacer daño ni a una mosca.

Ay, claro, a no ser que se dañara a Papyrus...

Que malos recuerdos tenía del videojuego Undertale, cuando tenía intención de asesinar a todo el mundo en la ruta genocida y tuve que vérmelas con Sans.

¡Dioses, quién diría que los monstruos eran reales, vaya!

De repente, el timbrazo de la puerta me hizo salir de mis pensamientos. Me desperecé un poco y solté un bostezo mezclado con un "Ya voy...". Me levanté y acerqué vagamente a la puerta para luego abrir.

Y allí estaba, el esqueleto bajito vestido con la sudadera que siempre le veía puesta.

—heya —saludó.

—EEEEEEEEH. —Yo quedé en shock al verlo. ¿¡Pero qué mierda hacía el presidente en mi casa!? ¡Si además acababa de verlo hablando en directo!

—chicuela, ¿eres tú la que tiene publicada en wattpad esta historia? —Sacó un pequeño móvil de su sudadera y me mostró la pantalla. Wattpad estaba abierta, con mi historia "¿Y si el presidente fuera...?" mostrada en primer plano.

Asentí. Había dejado de escribir allí hacía tiempo, después de prometer relatar un One-shot de qué pasaría si alguno de los personajes de Undertale escogido por mis lectores fuera el presidente. Pero, tras ocupar el cargo de presi Sans, me empezó a dar flojera seguir publicando, aun habiendo prometido aquello.

El ojo de Sans se volvió azul.

—¿y por qué no la has continuado? —preguntó— me dejaste con la intriga de saber qué pasaría si yo fuera el presidente.

Mi cara en ese momento se parecía bastante a esta:

—ponte a ello, mushasa.

Y desapareció.

—Tío... que tú ya eres presidente... —logré decir.

Suspiré y caminé arrastrando los pies a mi ordenador, donde abrí Word a regañadientes y empecé a escribir:

Un día más, me desperté y fui directa al sofá de mi salón para echarme la siesta de las once...

Vale, ya está xD

Siento haberos hecho esperar tanto para esta basura, pero es que la inspiración no llega :v

Aun así...

Espero que os haya gustado (?