Flores = Sonrisa = Felicidad

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

-N. O.-

Auron no era la persona más amable de Karmaland, y era bien sabido por todos.
El chico era bastante directo, y poco le importaba lo que llegaran a pensar de él.

Siempre había sido así, y no fue si no hasta que conoció a Luzu, que dejó ver su lado amable y lindo.

Para todos los habitantes fue una gran sorpresa verlo comprar flores mientras mantenía una sonrisa en su rostro, el chico incluso preguntó por el significado de las mismas, y la chica que atendía el pequeño local se quedó sin palabras al esuchar al héroe pidiéndole una planta de Gardenia, después de haber esuchado lo que representaba.

Tan sólo sonrió y le entregó lo pedido, y después de haberle pagado el chico se retiró, siendo seguido por la mirada de la joven, quien decidió creer que aquél antipático hombre finalmente había encontrado a la persona indicada.

Raúl caminaba mientras miraba con emoción la planta en sus manos, ignorando por completo las miradas curiosas de los habitantes del pueblo, incluso un par de sus amigos lo habían visto y no pudiendo evitar la curiosidad, decidieron seguirlo.

No era nada habitual ver a Raúl tan feliz y menos sonriéndole a una simple planta, así que Rubén y Guillermo querían saber qué había pasado para que su amigo estuviese tan feliz.

Auron se detuvo frente al hogar de Borja, y después de tocar el timbre de casa, llevó las flores a su espalda, escondiéndolas.

No pasó mucho para que Luzu saliera a recibir al chico.

Luzu.- Auron ¿Qué te trae por aquí?
Auron.- Hola, Luzu... Bueno, yo... Vine a traerte algo
Luzu.- ¿A mí...? ¿Qué cosa?

Raúl vaciló unos segundos antes de tomar el valor para entregarle el pequeño obsequio al castaño, quien sonrió al ver las flores frente a él.

Auron.- Compré esto para tí... Espero que te guste... Es... Un agradecimiento por todo lo que has hecho por mí y por todas las veces que me has ayudado
Luzu.- -Sonríe mientras toma las flores- Muchas gracias, Auroncito, están preciosas... No tenías por qué traerme nada, te ayudo porque quiero hacerlo ¿De acuerdo? No necesitas darme nada a cambio
Auron.- Aún así quería agradecerte... Te debo mucho, Luzu
Luzu.- Con el simple hecho de que estés a mi lado es suficiente, Auroncito, no necesito nada más.

Dice, sonriendo.

¿Cómo era posible que pudiese sobrevivir cerca de aquél ángel?

Agradece a los dioses por darle la oportunidad de conocer al chico, y permitirle ser una persona cercana.

Luzu.- Las cuidaré mucho, ya que son un obsequio de tu parte.- *Sonríe.*

Auron no hace más que asentir... Y es que sentía que si abría la boca lo único que diría serían estupideces.

Luzu.- ¿Necesitabas algo más, Auron?
Auron.- No, sólo... Sólo era eso
Luzu.- De acuerdo, me gustaron mucho, gracias de nuevo

Raúl asiente avergonzado, para después despedirse del chico y dar media vuelta, volviendo a su propio hogar.

Rubén y Guillermo se miraban sorprendidos, para después sonreír con cierta malicia... Auron había cometido el grandísimo error de exponerse frente a ellos dos, y ahora que decían conocer su pequeño secreto, definitivamente no lo dejarían en paz.

Estaban a punto de cometer un gran error, pues aunque ahora sabían el pequeño secreto de Auron, éste sabía más cosas de todo Karmaland que nadie más.
Como buen psicólogo que era, siempre se había dedicado a observar con detenimiento a todos a su alrededor, cada actitud, cada reacción corporal y facial había sido analizada por el chico, por lo que sabía un par de cosas de sus amigos de las que quizá ni siquiera ellos mismos estaban conscientes.

No debían olvidar que, pese a que mostraba una actitud tranquila junto a Luzu, con ellos seguía siendo el mismo hijo de puta de siempre...

Luzu.- Gardenias... ¿Auron sabrá lo que significa...? *Ríe* Por supuesto que no, probablemente sólo le gustaron... No pienses de más, Luzu... Ni se te ocurra ilusionarte tan pronto...

Se dice a sí mismo, pero en realidad Borja se había hecho ilusiones desde hacía ya un tiempo atrás.

No deja de sonreír mientras mira las flores en sus manos, dirige su vista hacia su jardín, en donde tenía gardenias creciendo por varios sitios. Suelta una pequeña risita y coloca la planta en la mesita de noche de su habitación, para después admirarlo por un poco de tiempo más... Cuidaría aquella planta como si su vida dependiera de ello.

Raúl llega a casa después de haber dado una vuelta por el pueblo para tranquilizarse un poco, y siente una mala sensación al ver a dos albinos frente a la puerta de su hogar.

Auron.- ¿Qué hacen aquí, cerdos?
Rubius.- Hola a tí también, Auron
Auron.- Sí, como sea ¿Qué necesitan?
Willy.- Tranquilo, que venimos en son de paz... Sólo queríamos hacerte un par de preguntas
Auron.- ¿Acerca de...?
Willy.- Iremos directo al grano ¿De acuerdo?
Rubius.- ¿Luzu y tú están saliendo?

Se forma un pequeño silencio por un par de segundos, hasta que Raúl se anima a responder.

Auron.- No, no estamos saliendo...
Rubius.- ¿En serio? ¿Y cuándo piensas invitarlo a salir, eh?
Auron.- Cuando tú te atrevas a invitar a Vegetta
Rubius.- ¿E- Eh...? ¿Cómo es que-?

Guillermo se ríe, pero es interrumpido por Auron.

Auron.- Tú tampoco tienes derecho a reírte por eso, eh, Willy... ¿Cuándo se lo dirás tú a Fargan?

Tanto Willy como Rubius se miran, avergonzados e incluso algo molestos, para después hablar.

Rubius.- Sabe demasiado...

Willy asiente, derrotado... No podrían molestar a Raúl con ese tema.

Auron.- Bueno, ratas, si no tienen más qué decir nos vemos después, tengo cosas que hacer
Rubius.- ¿Como regalarle flores a tu enamorado?
Auron.- Sí, quizá deberías aprender ¿No? Lo único que haces por Vegetta es sacarlo de sus casillas

Rubius siente aquello como un golpe directo a su persona, y decide guardar silencio antes de cavar su propia tumba.

Willy no dice nada más, pues predice que Auron tendría una respuesta también para él, y prefiere evitar las molestias...

Raúl se despide y entra a su hogar sin más, riéndose un poco por la estupidez de sus amigos, para después pensar en la increíble idea que había tenido de regalarle flores a Luzu, pues la sonrisa que le dio a cambio fue más que suficiente para mejorar su día... Si sonreiría así cada vez que le obsequie flores, no dudaría en comprar la floristería entera sólo para su niño.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro