"Golden Time"

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"9 Meses después"

Justo cuando creí que todo acabo hubo una pizca de luz que me trajo Esperanza.

No era una poderosa arma mágica o una nueva habilidad, creí que estaba solo y desolado en un tiempo del que desconocía, atrapado y con la obligación de sobrevivir para vencer un mal sin precedentes, sabia que esto de alguna forma solo era para adaptarme a todos los males pero aún así no deja de ser exigente.

Apesar de las pocas cosas que había, logré encontrar a personas, las únicas personas que me ayudarían en este horrible mundo.

Simon and Marceline.

Simon, un señor que me contó que era un Anticuario, una persona que estaba interesado en artefactos antiguos,una prueba de ello era la corona que siempre llevaba consigo.

Una corona que conocía bastante bien.

Cuando le pregunté por ello, me dijo que se la había comprado a alguien, que solo es un objeto de colección pero tras lo dicho Marceline me comentó que aquello no era cierto, que tenía poderes...apesar de ello.

poseia un enorme conocimiento pese a su edad, era casi cómo una gran biblioteca y buena persona, se ocupó de nosotros sin importarle si podía o no, desconocía los paraderos de la pequeña Marceline o su pasado pero eso no era importante para el, a sus ojos no sería capaz de abandonarnos en este mundo a nuestra suerte, por ello se le ocurrió una gran idea.

Simon: Así no se usa una espada de verdad, debes mantener los hombros en su lugar o de lo contrario darás mal el golpe.

Exclamó corrigiendo al chico que poseia una ramita.

Yo: A-Asi?

Simon: Está mejor.

Sus conocimientos eras bastantes exactos, me enseñaba muchas cosas que lamentablemente Marceline era muy pequeña para comprenderlos, pero al ver mi mente desarrollada a una temprana edad supuso que debía aprovecharla para tener un conocimiento amplio de las cosas y al final que esto me ayudara a sobrevivir en dado caso que le sucediera lo peor.

Pasábamos entre ciudad y ciudad en busca de suministros, el peligro era contaste pero Simón sabía que hacer, siempre tomaba el camino seguro.

Lamentablemente la comida era poca basta y eso es lo que nos preocupaba, solo podíamos seguir pensando en otras posibles rutas, incluso cuando descansamos.

Actualmente.

Ha pasado bastante tiempo desde que los conocí, son buenas personas y tuve suerte en encontrarlos, de cierta forma me alivianar saber que ya no estoy solo en este infierno, la paz que teníamos es...

Calmante.

Nos encontramos en lo que parecía un antiguo estacionamiento, solo podía mirar las llamas de aquella fogata hasta que llamaron mi atención.

Simon: En verdad me sorprende que puedas crear fuego con la boca, no te quemas la garganta al hacerlo?

Pregunto asia aquel pequeño que parecía dudoso de su respuesta.

Yo: Sinceramente no tengo ni idea jeje, simplemente empeze a tener cambios cambios en mi cuerpo, o acaso esto no es normal...?

Tras aquella pregunta aquel anciano solo miro a la pequeña dormida y notando cierto rasgos en sus orejas.

Simon: Sinceramente creo que ya no se a que se le puede decir normal me estos tiempos, tal vez sus rasgos de deban a todo lo que hay en el planeta, despues de todo...

Esta arruinado

Apesar de lo crudo que parecía era la única verdad, este mundo ya no es tan apto como lo fue antes.

Simon: Bien chico es hora de dormir, mañana te enseñare a costurar, te será realmente util...

Yo: Así como para costurar a Hambo?

Simon: Así es, la costura no parecera nada pero con ella podrías cerrar heridas, si la tienes abierta te debilitaras, así como te paso aquella vez.

Yo: Oh...

Simon: Descuida, no es tan complicado con práctica podrás hacerlo bien, o acaso es que te preocupa algo.

Yo: No es nada grave, solamente pienso que he tenido bastante suerte, de no haberme encontrado, todo habría acabado...

Tras lo dicho Simon solo pensó en aquellas palabras, es conciente que la vida de estos pequeños no puede ser normal pero que incluso uno de ellos ha está edad sepa lo que es la muerte, le deja mucho en qué pensar.

Simon: A decir verdad muchacho, yo también he tenido algo de suerte.

Yo: Lo dice Encerio.

Simon: Sin mentiras, como te había dicho yo era un Anticuario, me gustaban los artefactos antiguos y hice grandes descubrimientos con ellos, lamentablemente todo eso se perdió y lo único que me ayudó a sobrevivir por mucho tiempo es esto...

Tras la dicho aquel señor saco de su bolso un extraño objeto dorado y al verlo me exalte.

~Imposible esa es la corona del...

Simon: Se lo compre a alguien hace mucho tiempo, lo estudie por mucho tiempo y al descubierto lo que podía hacer me sorprendió.

Yo: Que...Puede hacer?

Simon: Al portador le da el don de controlar el hielo, aunque lamentablemente al usarlo muchas veces para protegernos se ha vuelto un arma de doble filo.

Yo: Es peligrosa?.

Simon: Podría decirse que si, pero tranquilo mientras siempre estemos unidos, nada grave pasara y además le prometí a una pequeñita no volverlo a usarlo jamás.

Tras lo dicho solo pude ver a aquella niña que yacia descansando junto a el.

Yo: Me alegra saberlo...

Después de eso solo pude mirar fijamente a aquel sol pensando en todo lo que había descubierto, realmente en un mundo lleno de sorpresas y mentir no servirá de mucho.

Yo: A decir verdad, tuve algo de ayuda.

Simon: Ayuda?

Yo: Hace tiempo encontré un libro y este me decía dónde ir.

Simon: Eso si que suena interesante todavía lo tienes?

Ante lo dicho solo asentí para sacarlo y mostraselo.

Simon: Espera este libro yo lo conozco.

Exclamó para darle una ojeada al
Enchiridion.

Yo: Tu ya lo conocías?

Simon: Si, este gran libro contenía una extensa cantidad de información de todo tipos de cosas y por ello lo había donado a un museo, me sorprende que haya aguantando todo esto tiempo.

Yo: Crees que le importe si lo tenemos nosotros.

Simon: Jeje, lo dudo, pero con esto tal vez podamos hacer algo.

Sin duda con solo ver a Simón mirando el libro y retomando páginas como si nada era bastante alucinante, apesar de que aveces daba explicaciones complejas que apenas podía entender, al final se las arreglaba para hacérmelo entender, era como un maestro.

El tiempo pasaba si destino fijo, seguíamos viajando los tres juntos y con el tiempo logramos congeniar como una familia.

Marceline: Que es eso simon?

Simon: Oh esto?, Es solo una cámara pero dudo mucho que sirva.

Yo: Hmm, y por qué no lo probamos?

Ante lo dicho aquel señor solo miro de reojo la cámara.

Simon: Puede funcionar bien, Juntense los dos le tomaré una foto.

Marceline: Si!, Una foto.

Sin previo aviso aquella pequeña se aferró de mi pie.

Yo: No creo que las fotos se tomen así.

Marceline: No?

Simon: Por que no la alzas, así podrán estar parejos.

Solo pude mirar de reojo a aquella que consideraba como una hermana, no es que me diera vergüenza pero literalmente tengo estos cuernos y son muy anticuados en ocasiones...

Pero al mirar su sonrisa aquella preocupación

Se desvaneció.

Yo: Muy bien, es hora de subir.

Marceline: No te olvides de jambo!

Yo: Oh es verdad.

Sin más agarre a su muñeco para mirar fijamente a esa camara

Simon: Bien digan, Queso.

Marcelin/Yo: Queso!, queso...?

Sin previo aviso una luz salió de aquel objeto, debo decir que me cegue un poco con ello.

Yo: Como salió?

Pregunté para asercanos hacía Simón que miraba la foto agitando la un poco.

Simon: Para ser algo que encontramos del suelo, no está nada mal.

Tras lo dicho solo nos dió aquel imagen cuadrada con una sonrisa, solo pude mirarla de reojo.

Marceline: Que bonito.

Simon: Si que lo es, será mejor conservarla como recuerdo.

Yo: un recuerdo bastante duradero , eh?

Después de aquello seguíamos nuestros rumbos vagando en aquellos lugares inospitos, apesar de la falta de recursos de alguna forma u otra conseguíamos algo de comida.

Tuvimos bastante suerte una vez, logramos cazar un venado que se encontraba en los alrededores de una ciudad, lamentablemente lo único que podíamos hacer es darle una muerte indolora y usar todas sus partes con respeto.

Simon: No puedo creer que finalmente hayamos conseguido algo de carne!

Exclamo feliz mientras cortaba las partes de aquel animal y las cocía.

Marceline: Carne?

Yo: En cuestión de segundos estará lista, creeme esto te encantara.

Tras lo dicho aquella pequeña no pudo contener su alegría sobre lo que decían sus "familiares"

Simon: Bien, la cena está servida.

Exclamó mientras ponía aquella carnes cosidas encima de una hojas.

Sin perder tiempo aquel chico no dudo en devorar aquel pedazo en cuestión de tiempo, su instinto de cierta raza le importaba no dudar en darle un buen bocado.

Marceline: Wow.

Sin perder tiempo aquella pequeña no dudo en probar lo que tenía en manos y para su sorpresa fue toda una delicia.

Simon solo podía mirar a ambos niños peculiares, sabía que lo que tenía enfrente ni siquiera eran humanos y gracias al Echiridion

Sus dudas se despejaron.

Marceline a simple vista podría parecer una niña humana de 7 años, pero sus rasgos no concuerdan del todo con esto, lo que más resaltan son sus orejas puntiagudas, suele ser amigable y inocente le costó entenderlo pero sabía que su raza no intervendrá en su comportamiento.

Angel, un chico peculiar que ha sus 13 años ha logrado sobrevivir a este cruel mundo con ayuda de un libro, apesar de ello su mentalidad está a la par de un adulto, logrando comprender temas lejos de este, sus rasgos son iguales a los de un reptil, aunque posees características lejos de estosm

Grandes escamas en partes de su cuerpo, una cola y un par de cuernos, al principio pensó que era un tipo de lagarto pero todo lo que pudo resaltar en el se asemejaban a una antigua criatura mágica.

Dos niños que poseían sangres y rasgos diferentes pertenecientes a criaturas inimaginables.

Un demonio y un Dragón.

Cómo era posible cambios radicales en estos?, Había estudiado bastante aquel libro diciendo lo peligroso que podrían ser estos y aunque eso fuera cierto sabía en el fondo que...

Solo eran niños.

Yo: Sucede algo Simon?

Simon: Hmm?

Exclamó con confusión ante su pregunta, se había perdido en su pensamiento sobre aquella pequeños

Marceline: No tienes hambre?

Simon: Oh no es nada, solo pensaba en algunas cosas, por ejemplo lo deliciosa que es esta carne.

Al intante dió un mordisco alegrando a Marceline.

Simon: Vamos no se detengan y aprovechemos este festín que hemos conseguido o los dejo pelones!

Eran buenos tiempos, lamentablemente por más que hacíamos todo para sobrevivir, por más enseñanzas que Simon me otorgara eh incluso a tal punto de recorrer los caminos seguros que el consideraba.

Nuestra suerte se acabó, y aquella pequeña familia de tres, se fue desmoronando poco a poco, hasta que un día...

sucedió...

.

.

.

.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro