Capitulo 0 V2 (Domesticando a la General Divina)

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Si... "General Divina" porque la necesito para una tarea... para hacer chillar Fanboys de Issei

Tal vez en ambas versiones aparezcan espíritus malditos de JJK... Gege, tu novio va a caer

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V1: Skyrim
V2: Creepys/Slashers

Narrador Omnisciente

Yami se encontraba en medio de un espeso bosque, rodeada por la serenidad de la naturaleza. Con una mirada decidida en sus ojos, levantó sus puños hacia enfrente y comenzó a invocar a su shikigami más poderosa, la general divina, Mahorana. Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras pronunciaba las palabras.

"Artefacto Sagrado, oscila y vibra", susurró Yami, sintiendo el Chakra fluir a través de su ser. El bosque a su alrededor se sumió en la oscuridad, mientras unas luces tenues iluminaban el lugar. Con cada palabra pronunciada, el poder de Mahorana se materializaba.

Y entonces, en un destello de luz, Mahorana apareció majestuosamente detrás de Yami. La shikigami emanaba una presencia imponente y una elegancia sobrenatural. El viento aullaba a su alrededor, como si reconociera la grandiosidad de su manifestación. Yami se giró para enfrentar a su invocación, con una expresión de respeto y determinación en su rostro.

"Espada de Ocho empuñaduras... General Divina, Mahorana", concluyó Yami, sus palabras resonando en el aire. La conexión entre Yami y Mahorana se hizo evidente, una unión de poder y voluntad. La espada de Mahorana brillaba con un fulgor divino, como si estuviera imbuida de la esencia misma de la divinidad.

Consciente del peligro que representaba su shikigami, Yami se alejó lentamente de Mahorana, manteniendo una distancia segura. Sabía que Mahorana tenía un único objetivo: atacarla y matarla. Sin embargo, Yami no temía a su propia invocación, sino que la veía como un desafío emocionante.

Mahorana, sin dudarlo, se abalanzó hacia Yami con una velocidad impresionante. Sus movimientos eran precisos y mortales, pero Yami demostró su destreza al esquivar ágilmente el poderoso golpe. El impacto de Mahorana contra el suelo hizo vibrar la tierra y destrozó gran parte del terreno circundante.

Una sonrisa traviesa se dibujó en el rostro de Yami mientras observaba a Mahorana. "Quizás pueda divertirme contigo", dijo con una voz cargada de diversión y emoción. La adrenalina fluía por sus venas, alimentando su determinación de enfrentarse a su shikigami más poderosa y superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Mahorana, llena de ferocidad, se lanzó velozmente hacia Yami con un golpe tan poderoso que la envió volando a través del aire, desplazándola cientos de metros de distancia. Sin embargo, en un giro inesperado de los acontecimientos, Mahorana desapareció repentinamente de la vista, solo para reaparecer frente a Yami en una milésima de segundo. Sin darle tiempo para reaccionar, Mahorana continuó golpeándola sin piedad, haciendo que su cuerpo atravesara los densos árboles circundantes hasta llegar a una gran ciudad cercana.

Mientras Yami se encontraba rodeada de imponentes edificios, su rostro reflejaba una determinación inquebrantable. "Maldición", murmuró entre dientes, consciente de que tendría que hacer grandes sacrificios para derrotar a Mahorana. Sin embargo, esa certeza no la detuvo ni por un momento, ya que estaba dispuesta a enfrentar cualquier desafío con tal de salir victoriosa.

Finalmente, Mahorana aterrizó frente a Yami con un poderoso golpe que resonó en el ambiente. Sin embargo, en un intento desesperado por defenderse, Yami extendió su mano abierta hacia su adversaria, demostrando una determinación y valentía sin igual. En ese momento, Yami fue más rápida y pronunció con firmeza las siguientes palabras: "No tan rápido... Shinra Tensei". Al utilizar el poder repulsor gravitatorio del Tendō, Yami logró enviar a Mahorana volando hacia uno de los imponentes edificios cercanos con una facilidad asombrosa.

Mahorana, con su agilidad sobrehumana, se lanzó desde el costado del imponente edificio hacia Yami, desatando una explosión de poder que hizo temblar los cimientos del lugar. El impacto fue tan devastador que el edificio se desmoronó en cascadas de escombros, creando una nube de polvo que envolvió la escena.

Empuñando su Sword of Extermination, Mahorana se abalanzó con ferocidad sobre Yami, desatando una serie de rápidos y precisos movimientos con su espada. Cada golpe era un despliegue de destreza y poder, pero Yami demostró una sorprendente agilidad al esquivar cada ataque con una sonrisa en su rostro.

"Esa espada... apaga funciones biológicas e induce la muerte", pensó Yami, deleitándose con la idea de enfrentarse a un oponente tan formidable. Sabía que debía ser cautelosa, ya que un solo error podría ser fatal.

Sin embargo, Mahorana no mostraba signos de detenerse. Continuó su implacable asalto, golpeando a Yami con una fuerza descomunal que hacía temblar el suelo. A medida que sus ataques se intensificaban, los edificios a su alrededor se desmoronaban, dejando una estela de destrucción a su paso.

Yami, sin perder la compostura, extendió su mano hacia Mahorana y pronunció las palabras: "Otra vez... Shinra Tensei". Con un gesto de su mano, intentó repeler gravitatoriamente a Mahorana.

Pero para su sorpresa, Mahorana se había adaptado al primer Shinra Tensei al que fue sometida, volviéndose inmune a la manipulación gravitatoria. No solo eso, también había obtenido nuevas habilidades. Ahora podía volar, levitar en el aire y escalar superficies verticales con una facilidad asombrosa.

Determinada y sin mostrar ningún rastro de miedo, Mahorana se acercó decidida a Yami, continuando su feroz ataque. Yami, ágil como siempre, se esforzaba por esquivar cada embate, moviéndose con una elegancia sobrenatural.

Yami, con una destreza impresionante, logra esquivar los feroces ataques de Mahorana una y otra vez. Sin embargo, en un momento de oportunidad, Yami lanza una poderosa patada que envía a Mahorana volando hacia uno de los edificios cercanos. El impacto es tan fuerte que el edificio tiembla y se agrieta bajo la fuerza del golpe.

Afortunadamente, Mahorana posee una habilidad única. En el último momento, logra adherirse al muro del edificio con una agilidad asombrosa, evitando un golpe aún más devastador. Yami, sin perder tiempo, se acerca rápidamente a Mahorana, lista para continuar la batalla.

Con una sonrisa en su rostro, Yami se burla de Mahorana: "¿Qué te parece esto? Cleave". Las palabras salen de su boca con una confianza desafiante. Con un gesto de su mano, Yami desata un poder que trasciende el espacio, la existencia y el mundo mismo. El movimiento se vuelve inevitable, imposible de bloquear, y puede negar cualquier resistencia o defensa.

Mahorana no puede evitar recibir varios cortes profundos debido al poder abrumador de Cleave. Sin embargo, en ese momento crítico, la rueda que lleva sobre su cabeza comienza a girar frenéticamente, adaptándose a la situación. Su poder de adaptación solo requiere una exposición a un ataque o ambiente para comenzar su proceso de adaptación, pero en este caso, debido a la complejidad de Cleave, Mahorana tardará un poco más en adaptarse por completo.

La técnica Cleave, al ser mucho más compleja que el Shinra Tensei, suponía un desafío mayor para Mahorana en términos de adaptación. Sin embargo, a medida que era expuesta a los cortes del Cleave, su velocidad de adaptación aumentaba exponencialmente. No solo se adaptó y se volvió inmune a los efectos del Cleave, sino que también experimentó una evolución constante, volviéndose cada vez más fuerte y poderosa.

Con determinación desbordante, Mahorana se lanza nuevamente contra Yami, con la intención de acabar con su vida de una vez por todas. Pero Yami, en un movimiento rápido y certero, golpea a Mahorana con tal fuerza que la envía estrellándose contra el suelo. Sin embargo, Mahorana no se rinde y se levanta rápidamente, decidida a continuar la lucha.

En ese momento, Yami se adhiere al costado del edificio, preparándose para el siguiente movimiento. Su mirada se intensifica, y con un gesto de mano, pronuncia las palabras desafiantes: "Una vez más... Cleave". Con un corte preciso, desata el poder del Cleave una vez más, dirigiéndolo hacia Mahorana.

El corte del Cleave atraviesa el cuerpo de Mahorana, decapitándola en un instante. Parecía que la batalla había llegado a su fin, pero Mahorana ya había logrado adaptarse a la técnica del Cleave. Sus heridas comienzan a sanar rápidamente, incluso su cabeza volvió a regenerarse.

Yami aterriza con gracia frente a Mahorana, su cuerpo ágil listo para el enfrentamiento. El viento sopla suavemente, llevando consigo el aroma de la batalla inminente.

Con una mirada desafiante, Mahorana se lanza hacia Yami con una velocidad impresionante. Sin embargo, Yami anticipa su movimiento y, con una agilidad sobreŌtsutsuki, realiza un salto perfectamente sincronizado, esquivando el ataque con una elegancia inigualable.

Los ojos de Yami se clavan en Mahorana, llenos de determinación y una pizca de curiosidad. "Quiero probar algo nuevo de nuevo..." Ckave murmura Yami con voz serena pero llena de confianza. A medida que las palabras salen de sus labios, realiza otro corte rápido y preciso hacia Mahorana.

A pesar de que los cortes del Cleave son invisibles, Mahorana muestra una habilidad impresionante al reflejar el corte directamente hacia Yami.

Los ojos de Yami se abren de par en par, sorprendidos por la astucia de su oponente. "Mierda, mierda, mierda", piensa Yami rápidamente, su mente trabajando a toda velocidad para encontrar una estrategia de escape.

En un instante, Yami se mueve con una velocidad descomunal, esquivando el corte reflejado que se desplaza a una velocidad diez veces superior a la luz. Sus movimientos son fluidos y precisos. Cada fibra de su ser se enfoca en la evasión, en sobrevivir al contraataque de Mahorana.

Mahorana, sin embargo, no se detiene. Con una determinación feroz, se lanza hacia Yami una vez más, su puño extendido con la intención de golpearla con fuerza. Pero Yami, siempre alerta y lista para enfrentar cualquier desafío, bloquea el golpe con una combinación perfecta de fuerza y agilidad. El sonido del impacto resuena en el aire, dejando en claro la intensidad de la batalla. El golpe de Mahorana fue tan potente que ambas terminaron en el subterráneo.

Un gruñido escapa de los labios de Yami, lleno de desprecio hacia su oponente. "Estúpida Mahorana", piensa Yami con desdén, su mirada desafiante y llena de confianza. Cada músculo de su cuerpo se tensa, preparado para el siguiente movimiento, para la siguiente oportunidad de derrotar a su Shikigami.

El combate se vuelve aún más frenético cuando Mahorana se lanza hacia Yami con una ferocidad implacable. Pero Yami, siempre preparada para cualquier situación, confía en su habilidad para mantenerse un paso adelante. Utilizando su dominio del Chakra, Yami realiza un salto impresionante, adhiriéndose al techo del túnel con una destreza asombrosa.

Sin embargo, la fuerza bruta de Mahorana no puede ser subestimada. En su intento por alcanzar a Yami, termina golpeando accidentalmente el tren de pasajeros que se encontraba enfrente, enviándolo volando fuera del subterráneo. Los vagones, un total de veinte, cada uno de ellos con una longitud de catorce metros, son lanzados por los aires como si fueran simples juguetes en manos de una fuerza incontrolable.

En medio del caos y la destrucción, Yami aparece rápidamente frente a Mahorana, su mirada llena de desprecio y confianza. "Estúpida, no te desconcentres", dice Yami con voz firme y segura de sí misma. Con un solo golpe poderoso, Yami envía a Mahorana volando fuera del subterráneo.

Sin perder ni un segundo, Yami se lanza hacia Mahorana, moviéndose con una velocidad sobrenatural. Con un golpe certero, Yami manda a Mahorana hacia uno de los vagones que flota en el aire. El impacto es fuerte, sacudiendo el vagón y haciendo que Mahorana luche por mantener el equilibrio en medio de la caótica escena.

Mientras Yami se acerca a Mahorana, una mezcla de determinación y preocupación se refleja en su rostro. "Mierda, esto se me sale de las manos", piensa Yami, consciente de que el enfrentamiento ha alcanzado niveles peligrosos y que cada movimiento debe ser calculado con precisión. Sin embargo, esta inquietud no logra perturbar la calma y la determinación que Yami irradia en cada fibra de su ser.

La intensidad del enfrentamiento entre Yami y Mahorana alcanza su punto álgido cuando ambas comienzan un frenético intercambio de golpes. Los puños y las patadas se suceden a una velocidad vertiginosa, creando una sinfonía de sonidos impactantes en el aire.

En un rápido movimiento, Mahorana logra patear a Yami con una fuerza descomunal, enviándola alejada del vagón donde se encontraban. Sin embargo, Yami no se rinde tan fácilmente. Aprovechando su agilidad y determinación, Yami se recupera rápidamente y se prepara para el siguiente asalto.

Mahorana, consciente de la ventaja que tiene al estar sobre el vagón, vuela para posicionarse a su lado. Con una fuerza sobrehumana, Mahorana toma el vagón y lo lanza con una precisión milimétrica hacia Yami, quien se encuentra en una posición vulnerable.

Ante la inminente colisión, Yami no se queda de brazos cruzados. Reuniendo Chakra en sus pulmones, Yami pronuncia las palabras: "Elemento Fuego: Jutsu Gran Bola de Fuego". De su boca emerge una poderosa bola de fuego, que se dirige directamente hacia el vagón en un torrente de llamas destructivas. El impacto es devastador, reduciendo el vagón a cenizas y esparciendo escombros ardientes por todo el lugar.

Sin embargo, la astucia y la fuerza de Mahorana no deben subestimarse. Aprovechando el caos y la distracción causada por la explosión, Mahorana se lanza hacia Yami con los otros diecinueve vagones restantes del tren. Uno tras otro, los vagones se convierten en armas contundentes que Mahorana utiliza con precisión y ferocidad, golpeando a Yami con una fuerza abrumadora.

A pesar de la avalancha de golpes, Yami no se rinde. Reuniendo su fuerza y concentración, Yami junta las manos y pronuncia con determinación: "Esto se está alargando mucho... Cleave". En un abrir y cerrar de ojos, Yami realiza una serie de cortes rápidos y precisos, desatando la devastadora técnica del Cleave. Los diecinueve vagones restantes son reducidos a pedazos, dispersándose en el aire como fragmentos de un rompecabezas destrozado.

Mahorana, aterrizando frente a Yami, muestra una mezcla de sorpresa y determinación en su rostro. Pero Yami no duda ni un instante. Con una ráfaga de movimientos ágiles y calculados, Yami golpea a Mahorana una y otra vez, sin fallar ni un solo golpe. Cada puñetazo y patada es ejecutado con una precisión milimétrica, dejando claro el dominio absoluto de Yami en el combate.

Después de infligir una serie de golpes devastadores, Yami da un salto hacia atrás, alejándose rápidamente de Mahorana. En ese momento, el aire se llena de una tensión palpable, mientras ambas se ven mutuamente, preparados para continuar la lucha en cualquier momento.

Yami, con una mirada decidida y una sonrisa siniestra en su rostro, junta sus manos en un gesto de concentración. Sus ojos brillan con una intensidad sobrenatural mientras pronuncia las palabras: "Fukuma Mizushi". Al instante, un santuario oscuro y ominoso se materializa frente a ella, emanando una aura de poder y maldad. El viento se vuelve frío y la atmósfera se carga con Chakra maligna.

Con una voz llena de malicia, Yami proclama: "El infierno pudo renacer". Sus palabras resuenan en el aire, llenando el entorno con una sensación de temor y desolación.

Yami sabe que Mahorana, su Shikigami formidable, no será tan fácilmente afectada por el poder de Fukuma Mizushi. Por lo tanto, decide combinar su técnica con una serie de Ninjutsus elementales: Rayo, Niebla, Arena, Viento y Agua. Esta combinación explosiva es su estrategia para superar la adaptación y resistencia de Mahorana.

La ciudad, con una extensión de más de 40 kilómetros, se ve inundada por una serie de cortes devastadores. El poder desatado por Yami no conoce límites, y todo a su alrededor se reduce a cenizas en un abrir y cerrar de ojos. El fuego danza y consume todo a su paso, dejando solo destrucción y desolación a su paso. Yami es consciente de que ella es la única capaz de derrotar a Mahorana y destrozar su cuerpo en pedazos.

Sin embargo, Mahorana, en lugar de retroceder o mostrarse afectada por los cortes que la rodean, avanza decidida hacia Yami. Su determinación es inquebrantable, y sus ojos inexistentes reflejan una fuerza interior que no se puede subestimar. Aunque los cortes la hieren, ella se mantiene firme, sin inmutarse demasiado por el dolor físico. Su mente está enfocada únicamente en acabar con Yami de una vez por todas.

La determinación implacable de Mahorana la impulsa a seguir avanzando hacia Yami, con la intención de acabar con su vida. A medida que se acerca, la ciudad que los rodea es completamente destruida por los cortes mortales del Fukuma Mizushi de Yami. Los edificios se derrumban, las calles se desvanecen y el caos se apodera de todo.

Yami, gruñendo con frustración, observa con una mezcla de satisfacción y molestia cómo su técnica desgarra y aniquila todo a su paso. Sin embargo, su rostro no muestra ni un ápice de remordimiento mientras contempla la devastación que ha causado. "Destruye todo a su paso", murmura con una voz cargada de desprecio hacia los seres humanos, "Millones de vidas se esfuman sin siquiera saber por qué". Sus palabras flotan en el aire, sin importarle el sufrimiento y la pérdida que ha infligido a la ciudad y a sus habitantes.

A medida que la batalla se intensifica, Mahorana lucha con todas sus fuerzas para derrotar a Yami. Sin embargo, sus esfuerzos resultan en vano. Finalmente, Mahorana es abrumada y derrotada, su invocación queda deshecha bajo el dominio de Yami. Ahora, cuando sea invocada nuevamente, Mahorana estará bajo el control absoluto de Yami, una invocación más en su arsenal de oscuridad y poder.

Con la victoria asegurada, Yami desactiva el Fukuma Mizushi y deshace su santuario. Un suspiro de alivio escapa de sus labios mientras se regocija en su triunfo. "Al fin... la derroté", murmura con una mezcla de satisfacción y orgullo. Para ella, la derrota de Mahorana es lo único que importa en ese momento, eclipsando cualquier otro pensamiento o consideración.

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