Capitulo 5: El Basilisco entre Víboras.

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- Lo he estado esperando por mucho tiempo señor Potter o debería decir Mikaelson. - Hablo una voz en su cabeza, la voz del sombrero seleccionador. - Sus defensas mentales son inigualables en este tiempo pero por suerte mis creadores me dotaron de la habilidad para sobre pasar estas barreras con el fin de hacer mi trabajo. - Agrego el sombrero.

- Una magia poderosa y peligrosa en manos equivocadas eh de admitir - Dijo el azabache con una ceja alzada - Pero adelante, cirvete a tu antojo de mis recuerdos - Se burló este.

- Veo una mente ingeniosa, muy listo si que lo es - Comenzó el sombrero a murmurar - Poderoso, muy poderoso. Con una mente como esta nada ni nadie sería rival para usted pero dicen que la arrogancia extrema es sinónimo de ruina - Dijo el sombrero.

- No lo discuto, sombrero - Respondio el azabache reconociendo la importancia de aquellas palabras.

- Una mente sabía, muy sabía. Veo también coraje y osadía pero también el deseo de proteger a los tuyos a toda costa sin importar el método o el fin. - Murmuro el sombrero. - ¿Donde te pondré? Muy difícil. Tienes el coraje de un Gryffindor pero dudo que sobrevivan a tu presencia. Tu perseverancia y deseo de proteger te harían buen material para ser un hufflepuff pero solo lo haces con los que crees dignos de merecerlo, nadie más lo cual los descarta. - comento el sombrero.

- Lo cual nos deja a las águilas y las serpientes - Dijo el sombrero - Las águilas serían una buena acogida pero no sería tu estilo por lo que deja una sola opción y en mi opinión la más sensata. Slytherin te llevará a la grandeza que estás destinado y te ayudará en tu camino, conocerás a las personas adecuadas para tus deseos. !Y es por eso que serás SLYTHERIN! - Grito el sombrero.

Muchos de los presentes se sorprendieron ante aquello y muchos se veían afectados por la noticia.

Los aplausos que resonaron por el gran comedor eran solamente de los estudiantes de las escuelas invitadas y uno que otro de Hogwarts. Pronto la mesa de las serpientes aplaudió con cortesía siendo seguidas por las águilas. Los tejones dudosos siguieron el ejemplo pero los leones eran otra cosa distinta.

Muchos miraban con molestia e incluso enojo al azabache, algunos se sentían traicionados puesto que se suponía que debía ser un Gryffindor.

Pero aquello no le importaba en absoluto al azabache quien simplemente se levantó de su lugar con elegancia después de que le quitarán el sombrero.

Organizo su uniforme el cual poco a poco adquiría los detalles y colores de la casa de Slytherin.

El azabache con su paso elegante y de clase camino hacia la mesa de las serpientes detectando un lugar vacío en medio de una rubia y un moreno.

El original sin titubear desabrochó el botón de su traje con clase y se sentó en medio de ambos quienes lo miraron de forma analítica.

- Potter o debería decir Mikaelson - Saludo el moreno con acento italiano y una sonrisa ladeada. - Un placer tenerte en nuestro amado nido de víboras, espero no seas un ratón atrapado con un depredador. - dijo el moreno con diversión.

- Ya veremos.... - Comento el azabache dejando a la espera que el moreno se presente.

- Blaise Zabini el más guapo, galán y rompe corazones de todo Hogwarts. A sus servicios - Comento el moreno con una sonrisa zorruna en su rostro.

- No le hagas caso, solo delira - Comento la rubia al costado derecho del azabache. - Daphne Greengrass, un placer. - dijo la rubia, su voz era fría al igual que su mirada gélida puesto que sus ojos eran de un azul hielo casi grises.

- Creo que no es necesario que me presenté amor, pero aún así Henrik Mikaelson. - Comento el azabache con una sonrisa cautivadora en su rostro.

La rubia miro con una ceja alzada al azabache pero no dijo nada más y giro su rostro hacia el frente donde el director empezaba a hablar.

- No te esfuerces amigo, esa chica es un iceberg. Lo único que recibirás de ella es indiferencia. - murmuró el moreno a su lado.

- Interesante - Contesto el azabache para luego ver al frente cuando varios aplausos empezaron a resonar por todo el comedor y unos corteses por parte de las serpientes.

- Muevete - Escucho decir a alguien frente a el, miro hacia el frente para ver a un chico rubio quien prácticamente hecho de su lugar a un niño de unos 12 años que estaba sentado frente a el.

El niño algo nervioso se levantó de su lugar y se fue en busca de otro. El rubio platinado se sentó frente a el con una sonrisa ladeada.

- Harry Potter en el nido de las serpientes. ¿Quien lo hubiera imaginado? - Se burló el rubio. - ¿Así que el grandioso Harry Potter se digna por fin en mostrar su cara por estos lados? - Cuestionó con burla.

- ¿Y este es? - Cuestino el azabache con insuficiencia mirando al moreno en busca de respuesta.

El rubio miro con el ceño fruncido al azabache mientras que los demás Slytherin prestaban atención de forma disimulada a la confrontación.

- Malfoy, Draco Malfoy - Dijo el rubio con molestia antes de que el moreno pudiera responderme.

- No te pregunte a ti Barbie teñida, le pregunté al hombre a mi lado - Dijo el azabache con tranquilidad y aburrimiento. Algunos estudiantes cercanos a el se rieron por lo bajo.

El rubio miro con enojo al azabache poniéndose rojo de la ira.

- ¡¿Cómo te atreves?! Te arrepentirás de eso.- Gruño el rubio molesto mirando al azabache con ira en sus ojos.

- ¿Que no era esta la casa de Slytherin? - Pregunto el azabache a la rubia a su lado quien lo miro con una ceja alzada.

- Si ¿Por qué? - Cuestiono ella con indiferencia pero cierta curiosidad por saber la razón de la pregunta del azabache.

- ¿Y la de la otra esquina la de Gryffindor? - Le pregunto de nuevo, la chica asintió pensando en la razón de las preguntas del azabache hasta que conecto los hilos y sonrió de lado divertida asintiendo en respuesta.

- Jum, curioso. No sabía que los leones se vestían de verde - comento el azabache con burla mirando al rubio. - Pareces más un Gryffindor revoltoso que un Slytherin. - agrego.

Muchos en la misma mesa soltaron leves carcajadas ante aquel insulto puesto que para una serpiente era una horrible ofensa ser comparado con un león pero en este caso muchos compartían el pensamiento con el azabache solo que nunca dijeron nada puesto que el rubio tenia a su papito querido para defenderlo.

- ¡Mi padre se entera de esto! - Gruño el rubio levantándose del lugar y yendo a donde había estado antes.

- Nadie había puesto en su lugar a Malfoy antes, es una espina en el trasero para muchos. Me agradas - Comento la rubia sonriendo de lado en dirección al azabache.

A muchos se les cayó la cuchara al plato y miraban con los ojos abiertos aquello. Nadie en 4 años había podido sacarle una sonrisa a aquella rubia de hielo, ni siquiera su hermana en público.

- Lo mismo digo amor. - Respondio el azabache con una sonrisa cautivadora.

La cena transcurrió de forma tranquila después de eso, el azabache estableció una conversación causal con el moreno y la rubia de diversos temas interesantes.

Para ambos mencionados, el azabache se estaba convirtiendo en alguien de interés.

Al finalizar la cena todo el mundo se levantó de sus lugares y comenzó a salir por las puertas del gran comedor. El azabache siguio a sus nuevos conocidos hacia la sala común de Slytherin.

Puso su atención en memorizar el camino hacia su sala común en las mazmorras notando cada pequeño detalle y memorizando lo sin siquiera quitar su atención en la charla que tenía con el moreno.

Pronto llegaron a la pared donde estaba la entrada a la sala común, un prefecto dijo la contraseña y pronto todos ingresaron.

Una vez dentro el azabache escaneo la sala con la mirada. Elegante, cálida y acogedora.

- ¡Potter! - Se escuchó el grito de cierto rubio rabioso llamando la atención de todo el mundo menos del azabache que seguía contándole algo al moreno.

El rubio enfurecido al ser ignorado saco su varita y apunto al azabache con ella.

- Expelliarmus - grito este y un hechizo salió de su varita en dirección al azabache pero para sorpresa de todos no había nadie ahí.

- ¿Atacar por la espalda? - Una voz fría y venenosa se escuchó a espaldas del rubio platinado.

Todas las miradas se dirigieron hacia el dueño de esa voz y nadie podía explicar como el azabache estaba detrás del rubio con sus manos en los bolsillos de su pantalón y su cabeza inclinada a un costado de la del rubio.

- Eso es de cobardes - agrego el azabache. El rubio se dio la vuelta con rapidez apuntando al azabache con su varita y lleno de temor.

El original simplemente sonrió de lado, una sonrisa digna de un depredador que hacía temer a sus presas y eso era lo que había provocado en el rubio.

- Difin.... - antes de que el rubio pudiera terminar la palabra estaba contra una pared a 20cm del suelo con una mano en su cuello apretándolo con fuerza.

El aire comenzaba a faltar y el rubio pataleaba con desesperación, su varita callo al suelo cuando con sus manos intento retirar la del azabache siendo imposible.

- ¿Ahora no eres tan valiente o si? - dijo el azabache con voz fría cargada de veneno. - Dejame decirte algo rubia teñida. Nadie se mete con un Mikaelson y vive para contarlo y menos conmigo pero te dejare vivir esta vez solo por qué estoy de humor. - Comento el original con indiferencia acercando al rubio hacia el.

Nadie podía explicar como el azabache tenía tanta fuerza pues prácticamente estaba sosteniendo a una persona del cuello con solo una mano y no parecía hacer esfuerzo.

- Si te metes conmigo nuevamente no habrá nada de ti que tu familia pueda reconocer en la morgue. - Amenazó con voz fría.

El rubio palideció cuando miro a los ojos del azabache, el brillo de sus ojos verdes era intenso y lo que más le aterro fue ver como las venas debajo de sus ojos se marcaban y sus colmillos crecían.

- Carajo - Se escuchó decir de Blaise quien estaba más cerca de la confrontación. - Un maldito vampiro. - aquella declaración provocó que muchos se congelaran en su lugar y otros temieran por su vida.

- No solo cualquier vampiro, Zabini. - Comento el azabache sin dejar ver a los ojos llenos de terror del rubio. - Soy Henrik Mikaelson, hijo de Elijah Mikaelson. Soy un vampiro original. Soy el hereje original; una mezcla entre vampiro, hechicero y brujo ancestral. - sentenció el azabache con una sonrisa de lado.

No había nadie en aquella sala común quien no conociera la historia de los Mikaelson, al principio todos pensaron que era un simple nombre más pero ahora todo estaba claro.

Tenían no solo a Harry Potter en su sala común, no solo tenían un vampiro junto con ellos, tenían a un vampiro original y al parecer uno de los más poderosos sino es que el más poderoso.

- Señor Mikaelson - Se escuchó la voz de una chica a espaldas del azabache. Su voz era tranquila y aburrida al mismo tiempo. - ¿Le importaría soltar al estupido de mi hermano? No quiero que mi madre me crucifique por dejarlo morir - Dijo la chica.

El azabache giro su mirada hacia la chica. Una bonita chica rubia de ojos azules lo veía con aburrimiento.

- ¿Que ganó yo si lo hago? - Cuestino el azabache volviendo a ver al rubio quien cada vez más se empezaba a quedar sin aire y comenzaba a perder la conciencia.

- ¿Mi gratitud y cariño? - Dijo con sarcasmo la chica. El azabache soltó un bufido divertido.

- Tendras que pensar en otra cosa querida, eso es muy aburrido. - Dijo el azabache con indiferencia.

- ¿Que tal un cuello del que alimentarse? - Pregunto la chica. - He escuchado que es muy placentero ser mordido por un vampiro. - Comento la chica con algo de coqueteo en su voz.

- Me gusta esa, te tomo la palabra. - Dijo el azabache, pronto todos vieron como el cuerpo de Malfoy salía volando por la habitación chocando contra otra pared cayendo al suelo inconcientemente.

El azabache se sacudió las manos para luego darse vuelta y ver frente a frente a la chica.

- ¿Cual es tu nombre? - Pregunto el azabache con una sonrisa ladeada mirando a la rubia.

- Valery Malfoy - Respondio la chica de brazos cruzados mirando al azabache.

El azabache sonrió de lado para luego ver cómo todo el mundo estaba mirándolo. Algunos con miedo, otros con nerviosismo y unos pocos con interés.

Entre esos pocos pudo ver a una hermosa chica de cabello castaño y ojos verdes claros,Una belleza sin comparación quien lo veía con interés. La chica al percatarse que el azabache la estaba viendo le guiño un ojo descaradamente a lo cual el respondió con una sonrisa de lado y luego centro nuevamente su atención en la rubia.

- Espero que seas mucho más agradable que tu patético hermano. - Se burló el azabache mirando a la chica.

- Creeme, a veces dudo que seamos familia pero si no fuera igual a Lucius diría que es adoptado - Dijo la rubia con burla.

- ¿Y como estamos seguros de que no buscaron a uno igualito? - Dijo el azabache en el mismo tono.

La rubia comenzó a pensar una respuesta ante aquella afirmación para luego sonreír de lado.

- Son igual de pendejos, no creo que hasta en eso lo hayan buscado igual. - dijo la rubia con diversión.

Para el resto de estudiantes en aquella sala común les había quedado algo totalmente claro después de la presentación de esa noche. Eran una manada de víboras en presencia de un basilisco con esteroides.

Para Valery había quedado algo muy claro, haría todo lo posible para que aquel azabache la ayudará en sus planes sin importar el costo, sin importar que estuviera firmando un pacto con el mismo diablo. Ella haría todo lo posible para ser libre del destino impuesto por la mujer que le dio a luz.

Por qué algo que pocos sabían es que no era una Malfoy por sangre pero si compartía genes con la Malfoy mayor.

Ella era Valery Hydra Lastrange. Primogénita y única hija de Bellatrix Lastrange y Rodulphus Lastrange. Condenada desde su nacimiento a servir a un genocida sin propósito.

Ahora ella había encontrado una manera de escapar de su destino y esta manera era hacer que Henrik Mikaelson la acogiera bajo su ala. A pesar de tener 14 años y ella 16, sabía que el sería su salida de escape.

(•••)

Hasta aquí otro capítulo más. Dos en un día, espero les haya gustado este capítulo cargado de un poco de emoción y drama.

Sin más que decir me despido no sin antes dejarles el cast de Hydra.

Florence Pugh

Is

Valery Hydra Malfoy
Lastrange

"Y pensar que tu sobrino sería mi escape. Nunca pensé que me enamoraría alguna vez y mucho menos que el amor sería mi salida de emergencia."






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